jueves, 11 de septiembre de 2014

LA LUPE


La Lupe
Ciro Bianchi Ross


La Lupe, esa canción con aire de ranchera que se considera una joya de
la creación musical de la Isla, fue escrita en México,  por el cubano
Juan Almeida Bosque en vísperas de su regreso a Cuba a bordo del yate
Granma, como parte de la expedición comandada Fidel Castro para
iniciar en las montañas la lucha armada contra la tiranía de Fulgencio
Batista.  La pieza, que su autor clasificó como un bolero y que en la
partitura original lleva el título de Guadalupe, es una canción de
amor y también un homenaje a la mujer mexicana que acogió en su exilio
a los futuros integrantes del Ejército Rebelde mientras hacían su
entrenamiento guerrillero. Y es asimismo testimonio de devoción por la
Virgen de Guadalupe, patrona de México.

Ya me voy de tu tierra,
mexicana bonita,
bondadosa y gentil,
y lo hago emocionado
como si en ella quedara
Un pedazo de mí.
Ya me voy, linda Lupe,
y me llevo contigo
un rayito de luz
que me dieron tus ojos,
virgen guadalupana,
la tarde en que te vi.

 <<JUAN, ¿TE VAS?

Almeida conoció a Guadalupe una tarde en el Bosque de Chapultepec. La
muchacha, que se hacía acompañar por su hermana, deslumbró al cubano.
Fue un flechazo que dio inicio a un romance llamado a no vivir mucho
tiempo. Corría ya el año de 1956 y Almeida, como parte de las huestes
de Fidel Castro, debía regresar a Cuba. Era uno de los históricos de
aquella gesta.Tres años antes, el 26 de julio de 1953, había
acompañado al jefe de la Revolución en su intento de apoderarse del
cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, y sufrió prisión junto a él. En
esos días, en México, Fidel proclamaba la voluntad de los suyos de ser
<<libres o mártires>> antes de que concluyera el año. Decía además: <<Si
salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo>>.

El yate Granma sale del puerto de Tuxpan con destino a Cuba a fines de
noviembre. Antes, en un día no precisado de ese mismo mes, Almeida y
la muchacha se encuentran en el templo de la Virgen de Guadalupe. Es
la hora de la despedida.

-¿Qué le has pedido a la Virgen? --pregunta ella.

-Nada... ¿Y tú?

-He pedido por ti, porque siempre todo te salga  bien.

-Pues ya eso es bastante.

-Juan, ¿te vas? --A la pregunta de Guadalupe siguió un largo silencio.

-Sí, nos estamos preparando.

-¿Cuándo?

-No sé, pronto. Hemos dicho que volveremos este año a Cuba y ya se
está cumpliendo el plazo.

-¿Escribirás?

-Sí, tan pronto pueda.

-Eso me consuela. Todo saldrá bien, se lo pedí a la Virgen. Te
comprendo. Entiendo el camino que has elegido y me gustaría
acompañarte. Sé que es tu vida. Te admiro.Te quiero.

Escribía Juan Almeida años más después: <<Ese deseo sublime que quise
que fuere indeleble, agarrarlo, grabarlo, escribirlo para que no se
fuera como el como el viento o el agua. Decirle: Ya me voy de tu
tierra, / mexicana bonita, y decir todo lo que siento por México, pero
hay algo más fuerte que me llama a gritos: el deber para con mi
patria>>.

Golondrina sin nido
era yo en el camino
cuando te conocí.
Tú me abriste tu pecho
con amor bien sentido,
yo me anidé en ti.
Y ahora que me alejo
para el deber cumplir
Que mi tierra me llama
a vencer o a morir,
no me olvides Lupita
Acuérdate de mí.

COMO AMELITA, NADIE

Los versos viajan a Cuba con su autor. Durante la travesía marítima,
el papel donde se escribieron se moja y deteriora. Hay mal tiempo. Uno
de los expedicionarios cae al agua y Fidel ordena que el barco detenga
la marcha a fin de rescatarlo. Llegan al fin a las costas cubanas,
desembarcan en la playa de Las Coloradas. El Ejército y la aviación de
la tiranía persiguen a los expedicionarios, que se dispersan tras el
combate de Alegría de Pío. Los instan a la rendición. <<Aquí no se
rinde nadie, carajo>>, responde Almeida. De los 82 hombres llegados en
el Granma, solo doce se reagrupan al cabo de los días, es el núcleo
inicial del Ejército Rebelde. Ya en la Sierra Maestra Almeida
reconstruye la letra de La Lupe. Fidel no demorará en ascenderlo a
Comandante, el grado más alto del Ejército Rebelde, y confiarle la
jefatura del III Frente de guerra. Sus compañeros se saben La Lupe de
memoria.

Triunfa la Revolución, el 1 de enero de 1959. El comandante Juan
Almeida asume el mando del importante campamento de Managua, en las
afueras de La Habana. Hasta allí, con machacona insistencia, llegaba,
una semana sí y la otra también, la cantante Amelita Frades. Nada con
la música ni el arte tenían que ver aquellas visitas. Acudía en un
empeño que ya le iba pareciendo inútil: cobrar los honorarios por los
muebles cuya confección  la jefatura del campamento había encargado a
la carpintería propiedad de su esposo y cuyo pago quedó pendiente al
desplomarse el gobierno de Batista. Los oficiales rebeldes a los que
reclamaba la liquidación del negocio, daban largas al asunto. En
definitiva, decían,  era cosa del Ejército derrotado y  nada tenía que
ver con ello  el nuevo Ejército.

Cansada de dilaciones y evasivas, Amelita pidió ver al comandante
Almeida. El militar escuchó a la mujer, comprendió la justeza de su
pedido y ordenó que se le liquidase lo suyo de inmediato. Claro que él
la conocía, la había escuchado mucho por radio. Sabía que cantó con la
orquesta de Arcaño y sus Maravillas y luego con la de Obdulio Morales
y que estuvo en México de gira en 1956, en los días de su exilio.

-Mire qué cosa... yo escribo canciones --se atrevió a confesar Almeida, y
Amelita se interesó por conocerlas.

-Bueno, tengo escritas las letras, no la música...La música, la
memorizo. De ellas, hay una que me gustaría que usted valorara. Se
titula La Lupe y la escribí en México hace tres años.

Almeida silbó la melodía y el pianista Enrique Lasaga la  transcribió.
Amelita Frades aprendió la letra y  cantó la pieza en un programa de
Radio Progreso. Enseguida la difundió CMQ y entró en el catálogo de la
disquera Víctor. Compitió en la Pizarra Verde, de Radio Progreso, con
la canción El pájaro chogüí, interpretada por el venezolano Héctor
Cabrera.

<<El Pájaro -decía Almeida-- se le metió encima a mi canción como si
fuera una tiñosa, como el gorrión al pitirre, más o menos así fue el
lanzamiento de La Lupe. Mi canción la grabó Amelita Frades, como ella
nadie pudo darle esa interpretación especial. Después la cantaron
otros, pero nunca superaron a Amelita. A ella le tuve mucho afecto y
mucho cariño>>

MI MÁS BELLO RECUERDO

Juan Almeida Bosque nació en La Habana, el 17 de febrero de 1927 y
murió en la misma ciudad, el 12 de septiembre de 2009. Fue miembro del
Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y el
tercer hombre en la escala del poder en la Isla. Las Fuerzas Armadas
le confirieron el grado honorífico de Comandante de la Revolución.
Compuso mucho. Al final del camino, A Santiago, Dame un traguito y
Tiempo ausente son solo unos pocos títulos de las decenas y decenas
de canciones que compuso. Publicó también varios libros.

Almeida nunca olvidó a Lupe, aquella muchacha que una tarde conoció en
el Bosque de Chapultepec. La buscó en cada uno de sus viajes a México,
y le inspiró otras canciones. Como aquella que dice:

(...) hoy, con polvo en los cabellos

de andar por los caminos,

en tránsito de nuevo

por México otra vez,

quiero dejarte Lupe

mi más bello recuerdo

por haber sido tuyo

también lo que yo amé.








-- 
Ciro Bianchi Ross
cbianchi@enet.cu
http://wwwcirobianchi.blogia.com/
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