lunes, 21 de abril de 2014

A TODOS MIS QUERIDOS AMIGOS Y AMIGAS CIENFUEGUERAS

Foto: Costa, Nelson
CIENFUEGOS.— Si creyéramos en las leyendas primigenias que estructuraron la cosmogonía mágica de esta zona del centro-sur de la nación, ya en los primeros hombres y mujeres creados por la trinidad de Huión, Ocón y Maroya (el Sol, la Tierra y la Luna) se advertía un sentimiento de unidad para con su territorio.
Era visible una especial interrelación con los elementos; y de ellos sobre todo el agua, que casi nos define en este Cienfuegos clavado en el vientre de bahías, a la vera de ríos y lagunas que lo circundan para sellar —definitivamente— el abrazo de las aguas.
Hamao y Guanaroca, la primera pareja surgida según las referidas historias de la tradición, tanto como Caonao y Jagua —el enlace romántico que con posterioridad conociera la zona—, refrendaron en su pasión un pacto mucho más acuático que telúrico. Que no en balde del güiro donde yacía Imao, el hijo de Hamao y Guanaroca, salió un remolino de peces, tortugas y agua en abundante cantidad: la suficiente para formar cauces, lechos marinos y orográficos.
Al ser fundada, el 22 de abril de 1819, y mucho después, Cienfuegos conservaría para la posteridad la impronta indeleble de estos relatos mágicos que compromete las filias de sus pobladores. Así, se convirtieron en tradición numerosos motivos marineros que diversos alcaldes de la villa tuvieron a bien incentivar (a veces, claro está, con el pretexto del rescate de costumbres buscaban la ocasión de hacer un buen dinero en la corrupta seudorrepública).
De modo que en el tiempo se entronizaron eventos y momentos indefectiblemente ligados a nuestra raíz marina, los cuales incluso llegaron a alcanzar eventualmente resonancia no solo nacional, sino además continental. Las regatas cienfuegueras, es sabido, concitaron la atracción de personas de muchos lugares.
Se sucedieron en cada versión de las Jornada de la Cultura Cienfueguera los llamados Concursos de Comidas Marineras, en los cuales por lógica, los platos en liza deben estar confeccionados sobre la base de productos del mar. El Salón del Mar, un evento de la plástica convocado por el Museo Naval,  atesora colecciones que también patentizan la raigambre marinera local.
ENSEÑANZA A LAS NUEVAS GENERACIONES EN EL AMOR
De igual modo en las Jornadas, sin eludirlo nunca, tiene lugar en cada edición el acto denominado Evocación de la Ciudad, donde se recuerda el momento en que Don Luis D´Clouet y un grupo de colonos franceses fundaran la villa Fernandina de Jagua, el 22.
Quizá no siempre se justiprecie cuánta connotación guarda ese hecho; pero la tiene y mucha. Mediante este, las nuevas generaciones aprecian las costumbres y tradiciones (lexicales, de vestuario, conductas, educación formal, altivez, donaire, comedimiento, limpieza) de sus ancestros, a través de esta suerte de espejo real que reproduce casi al detalle aquella imagen fundacional.
Más allá de las referencias al hecho marino, Cienfuegos es una plaza de fuerte basamento cultural, donde distintas manifestaciones se consolidaron al correr de los siglos, y hallaron cultores de valía y alcance nacional; ya sea en el teatro (Arquímedes Pous); la plástica (Mateo Torriente); la música (Beny Moré)…
El proceso revolucionario encauzó por las vías educativas e institucionales el proteico sedimento sustentado por la tradición, y permitió a miles de niños y jóvenes encarrilar su talento en las escuelas de arte.
Dos de las edificaciones más espaciosas y mejor dotadas para el estudio de tales materias en la ciudad fueron concedidas a la Escuela de Instructores de Arte Octavio García y a la Escuela de Arte Beny Moré. Son sitios majestuosos donde centenares de talentos labraron o labran sus destinos, de forma totalmente gratuita, con los medios fundamentales y distinguidos profesores al alcance de sus manos, de sus preguntas, de sus inquietudes.
De forma paralela, la Oficina del Conservador libra gestiones sistemáticas encaminadas a preservar, restaurar, cuidar, vigilar, mantener para la posteridad el conjunto arquitectónico de una ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y en cuyo centro histórico se encuentran edificaciones de diverso signo —teatros, palacetes, catedrales…— que constituyen verdaderos blasones para el habitante de la urbe.
La importancia crucial de contribuir a tan bella causa; así como de conocer, respetar y celar las raíces culturales, la historia, las costumbres y tradiciones de Cienfuegos, se conoce y defiende en las escuelas, tanto como en el sistema institucional de la cultura.
En ambos espacios, capitales a estos efectos, es abordado y seguido el tema a través de charlas, conferencias, relatos orales, visitas a museos, concursos, talleres literarios…
De modo que el mismo amor que por lo suyo sintieron los supuestos creadores mitológicos, y los progenitores reales del siglo XIX, podrá mantenerse en el mañana. Todo depende del grado de pasión y discernimiento con que padres y niños sepan valorar un asunto que, más que preocuparnos, nos debe continuar definiendo.

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