viernes, 9 de diciembre de 2011

BLOQUEO ,LEY DE GUAPO

Bloqueo, Ley de Guapo
Por Lorenzo Gonzalo, 8 de diciembre del 2011

El canciller de Tinidad Tobago, Saruj Rambachan, declaró que su país respetando las “leyes internacionales”, aceptará la decisión de Washington que le prohíbe a cualquier institución estadounidense prestarle servicios de ningún tipo al gobierno cubano sin una licencia específica.

A su llegada a ese país, el Presidente del Consejo de Estado cubano, General Raúl Castro tuvo que mudar la comitiva que lo acompañaba para asistir a una reunión del CARICOM, hacia otra localidad, porque el Hotel Hilton, donde se hospedaron todos los participantes no puede darle albergue al mandatario cubano.

Estas son las cosas del Bloqueo y es la razón por la cual se le llama Bloqueo y no Embargo como eufemísticamente lo denomina Washington.

La diferencia del término esta definida porque el contenido de ese engendro, va más allá de las fronteras de Estados Unidos. Aquellas personas o instituciones que plantean que Cuba no puede achacarle al Bloqueo gran parte de sus dificultades y carencias, deben observar hechos como estos, para entender el asunto. No se trata de buscar productos en otros países, para sustituir el comercio con Estados Unidos y obtener en ellos lo que este último le niega. La gravedad del problema estriba en el mundo en que vivimos, donde los capitales se han mezclado a niveles tales, que muchas veces es difícil esclarecer con precisión quiénes forman parte de determinadas corporaciones. Y dentro de esa mezcla, la inmensa mayoría de los fabricantes de alta tecnología, necesarias hoy en todos los campos de la economía so pena de ser desplazados de la competencia, los capitales estadounidenses son una de las partes y por consiguiente casi ninguna de ellas puede venderle a Cuba.

Lo ocurrido en Trinidad Tobago no tiene importancia, si lo miramos desde el punto de vista que la delegación cubana, la cual ha viajado a ese país para la mencionada reunión regional compuesta por países del Caribe. La inconveniencia terminó en el preciso instante en que los delegados y el Presidente escogieron otro hospedaje.

Si alguna importancia tiene lo ocurrido, es para destacar hasta dónde llegan las consecuencias de las leyes del Bloqueo.

Incluso es importante para entender cómo el lenguaje de los gobiernos se atempera ante estas situaciones por ese temor reverencial que tienen ante las represalias de un monstruo, capaz de negarle asistencia en equipos médicos a un país en desarrollo, cuyo pecado es buscar otras avenidas de Estado diferentes a las naciones capitalistas. No es un gobierno que mata a su gente en las calles ni apela a burdas represiones. Es cierto que se aplican fuerzas coercitivas y se imponen las políticas consideradas idóneas para el objetivo de organizar el Estado dentro de esos criterios. Es de aclarar que no solamente se trata de organizarlo con ligereza sino de estamparle los resortes que le permitan andar por sí solo.

Es cierto que las imposiciones que tienen lugar son diferentes a las impuestas en los Estados Capitalistas. Las mismas son generalmente más drásticas que las de estos, lo cual no debe asombrar a quienes son entendidos en asuntos sociales. Los Estados Capitalistas se conformaron a lo largo de quinientos años y encontraron forma estructural definitiva a partir del nacimiento de Estados Unidos. Fue un largo período suficiente para hacerle múltiples ajustes al sistema, permitiendo a su vez que se establecieran reflejos ciudadanos que hacen innecesarias ciertas medidas permanentes de coerción. No obstante, a pesar de esa larga experiencia, no han podido evitar la brutalidad de la cual somos testigos diariamente, para acallar protestas que se convierten en inevitables.

En Cuba no han resuelto aún un camino institucional sostenible del Estado, capaz de funcionar en sus tareas básicas con relativa independencia de las decisiones personales de sus representante, pero todo indica que marchan por ese camino, con una apertura de pensamiento y participación que no ha sido posible en los otros países que se esfuerzan por organizar un Estado Socialista. Nos referimos solamente a China y Vietnam, porque algunos de los países latinoamericanos que parecen proponerse el mismo rumbo, están aún en los meros comienzos de las políticas a seguir.

La represión cubana es más benigna con creces que la del resto de muchos otros del planeta, donde Washington mira para otro lado, sin importarle cuántos ciudadanos fueron asesinados o cuántos han sido salvajemente reprimidos. Incluso en ciertos aspectos es muchísimo menos lacerante que la empleada en las “grandes democracias representativas” y casos sobran para inundar la prensa.

El suceso de Trinidad Tobago es lamentable, porque sin dudas significa la aplicación de una Ley que afecta los asuntos internos de terceros. No importa que su Canciller haya referido que ellos cumplen con las Leyes internacionales, haciendo uso de ese lenguaje reverencial que mencionaba. En este caso no se trata de una cuestión internacional. Es una Ley aprobada en, y aplicada por Washington. Si el poderío de Trinidad fuese suficiente, hubiese podido decirle al Hotel Hilton que mude sus oficinas y su negocio para otro sitio, porque ellos no tienen por qué acatar Leyes de terceros. Pero no es así, porque el poderío económico le otorga a Washington la impunidad.

Por tanto, este nuevo incidente provocado por una Ley pretoriana, existente solamente en países o territorios que han tenido mentalidades imperiales, sirve para apuntalar el discurso cubano en contra del Bloqueo y para explicar por qué en la ONU, todos los años, todos los países votan unánimemente en contra de semejante aberración.

El Canciller de Trinidad dijo acatar lo sucedido aludiendo las leyes internacionales pero él sabe bien que no es así, por eso cuando vota en la ONU, como también el resto del los 193 países que la componen, se opone al Bloqueo y vota en contra de Estados Unidos y un par de satélites. Porque todos resienten tener que atenerse a Leyes que no son las de sus propias naciones.

Es un bochorno que un país tan poderoso como Estados Unidos, imponga a otros tan pequeños como Trinidad Tobago, reglas de guapetón abusivo.

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