lunes, 7 de agosto de 2017

?CUAL ES EL ENEMIGO?

¿Cuál es el enemigo?
La situación que enfrenta Venezuela, sirve de colofón a una aventura de dimensión histórica, cuyo primer capítulo, fue escrito por  el Dr. Fidel Castro Ruz, en el cuartel Moncada, en 1953.
Las esencias de los eventos históricos evolucionan. Al principio, usan mascarillas, tienen cierto pudor. Es entendible que así sea, nuestra especie es un tanto hipocritilla, algunos dirán que solo lo indispensable, otros, argumentaran que la hipocresía, es su cualidad primera. Para darle contundencia a sus argumentos, estos últimos, recurren a la historia  embebida en el reclinatorio, ubicado en los aposentos históricos del papado en el vaticano. La solicitud de los perdones que se invocaron allí,  aspiraban a cubrir tal magnitud de crímenes, que tal vez instigaron al Nazareno  a contradecir al Padre:
Si intentas enviarme de nuevo allí… ¡Esta vez no iré!
                Posiblemente estemos solos, varados en la infinitud del Universo ¡Y esta vez, sin asistencia divina! Enjaulados, devorándonos los unos a los otros. El libre albedrio perfecto. ¡La libertad absoluta! Una jauría bípeda, fuera de su jaula. Eso sí, con mucha formación ideológica. Muy progresiva.
Baila en la televisión Maduro, cuando regresa de su jornada asesina cotidiana. Junto con él, bailan, todos sus simpatizantes. ¡Todos!, hasta los timoratos que crean torceduras del lenguaje para amparar crímenes.  “Bueno… no todo es como parece….”  Argumentan tímidamente sin atreverse a aplaudir abiertamente a los colectivos paramilitares. El que asesina, tiene un puesto en el escalafón de la des humanidad, el que aprueba, el que aplaude el crimen, está un peldaño por debajo del asesino. Venezuela no tiene salida, aun cuando su juventud estuviere dispuesta a ser asesinada toda.
Se requiere, en la clasificación convencional de la inteligencia, un cociente de 100, para obtener un título universitario.
El ochenta por ciento de la población, tiene un cociente de 80, son estadísticamente normales, pueden incluso, tener un hablar florido, existen virtudes que no requieren una inteligencia significativa, que de poseerla, puede que  algunos de ese 80 por ciento, se destaquen en algunas funciones.
El problema grave que confrontamos, es que por si solo, por mucho que se esfuercen, ese 80 por ciento, no puede desarrollar una agenda existencial propia. No es que no tengan respuestas, sino que no saben hacer las preguntas. Las limitaciones están impuestas en la creatividad, no precisamente en la creatividad estética, que pertenece al mundo de afuera. La batalla se libra en el mundo de adentro. De lo que hablamos, es de un estado de conciencia.
¡Somos, en esencia, existencialmente hablando; un instrumento de investigación y búsqueda! ¡Y no más! El resto de las actividades que realizamos, son de relevancia moderada, simple esparcimiento  para disipar tensión. 
Existen grupos históricos, que han desarrollado la pretensión de imponer respuestas que no han descubierto. Sus vanguardias ideológicas, resultan una simple  impostura, porque es realmente  en sus celdas, en sus cámaras de torturas y de interrogatorios, donde adquieren su supremacía ideológica.
Mientras que un grupo muy minoritario, lucha por integrar a las masas como vanguardia a la creación de un proyecto que garantice destino para la especie. Otro grupo, más minoritario todavía, desarrolla un esfuerzo extraordinario por poner a esas mismas masas a su servicio.
                El suyo, es un proyecto de dominio, de odios y de muerte, con un discurso que propone una fatal igualdad, que no practican hoy, ni lo harán mañana.
Pedro Fraga Agosto 05 2017 Miami



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