martes, 24 de marzo de 2015

ELIGIO DAMAS El sindicato de trabajadores de la empresa cafetera “Fama de América”, expropiada por del Estado venezolano pocos años atrás, hizo llegar a los medios un comunicado en el cual denuncian algunos atropellos de los cuales son víctimas, según expresan. Cuando leí el titular me sentí como sobresaltado. -¡Cónfiro! Me pregunté ¿acaso el día de los inocentes se adelantó este año? -¿De dónde sale este difunto? ¿Todavía las almas en pena salen a compartir con los vivos? ¿Entonces quienes vivos y quienes muertos? ¡Claro! Sé bien que sobrará quien afirme que la empresa “está a full producción”, el anglicismo no es nuestro, pero el caso es que no se encuentra café. Dije aquello, porque quien esto escribe, si algo busca con persistencia es café. Para mi compañera, la falta de café es como una tragedia y es así desde los años juveniles. Por eso sé, que desde los grupos económicos nos decretaron la guerra económica, si algo ha desaparecido no sólo de los anaqueles de los abastos sino de todas partes, de eso hablaremos más adelante, es el café, siendo Venezuela una zona productora del producto por excelencia. Como pocos hablan de este asunto, recordaré una anécdota de un acontecimiento en la Cámara de diputados. Se discutía una ley de impuestos y un diputado copeyano propuso se pechase fuertemente al café, al cual calificó como producto no esencial y básico en la dieta. A aquello respondió el Dr. D.F. Maza Zavala, entonces diputado por el MAS, diciendo que eso lo aseguraba el proponente porque desconoce que café es lo primero que el pueblo consume diariamente y en muchos casos es el único desayuno de los pobres. En el caso específico de Fama de América, empresa productora que debe surtir parte del mercado, desapareció de tal manera, que no he encontrado un testigo que afirme haber visto un paquete en los últimos meses. Está bien que le digan a uno que ella sola no puede satisfacer la demanda. Por esa ausencia como absoluta, estaba convencido que la empresa, como otras “expropiadas” que estaban dedicadas a producir otros rubros, había cerrado. Pero no. Puede uno cantar como Rolando La Serie, “no estaba muerta”, está y hasta quizás siga de parranda. La muestra de su existencia, que viva está, por lo menos respira, es la protesta de sus trabajadores. Si tiene trabajadores en su nómina a quienes de paso, tal como suele hacer el capitalismo, les trata mal, lo que ya es otra muestra de vida, entonces la empresa existe y está abierta aunque sea para hacer lo que los trabajadores denuncian. Pero si, por lo que se percibe en la calle, en el mercado, en cuanto a no o poco surtirnos del producto, pareciera congelada, por lo menos. Café, de esos paquetes de empresas estatales, como Café Venezuela, Fama de América, de los privados como Madrid o Anzoátegui, uno ya no les ve ni en pintura. Es más, estuve recientemente en Río Caribe, zona cafetera y cacaotera por excelencia, del primer producto; adquirí en los alrededores de la zona riocaribera, donde se ha cultivado el grano por centurias, un paquete artesanal del producto a precio escandaloso y proveniente de Caripe, Estado Monagas. Tal hecho es sumamente extraño e indicativo que algo allí sucede digno de investigar. Puedo agregar, que hablé con un productor de cacao, para más señas militante del chavismo, que no vende su producción al mercado nacional, sino a “transnacionales porque ofrecen mejores precios”, según dijo. Esto es preocupante, sobre todo porque ocurre sin que a nadie eso le interese. Pero volviendo a lo de Fama de América, me llama la atención, como sus trabajadores se quejan de mal tratos por parte de la gerencia y hasta de frecuentes despidos, pero nada se dice sobre la producción en esa empresa. No es que uno en particular lleve tiempo sin verle la cara a uno de esos paquetes, sino que tampoco sabe de alguien que lo haya hecho. En la calle no se encuentra una existencia que dé fe que esa empresa produce. Es posible que no sea así de grave, pero como ya dije, es lo que uno percibe. De todo lo anterior, cabe preguntarse, ¿qué pasa realmente con el café? ¿Se lo están llevando impunemente en busca de mejores precios en detrimento de la inversión estatal? ¿Qué de aquella publicidad según la cual se estaba impulsando con recursos del Estado la producción de café y cacao? ¿Por qué en oriente, en Sucre, Anzoátegui, los espacios donde debe recibirse o acopiarse la producción que el Estado en gran medida promueve aparecen vacíos y abatidos por la tristeza? En cacao, lo poco que se consigue tiene precios exorbitantes y ese salto inmenso, casi olímpico, se produjo de noviembre para acá. ¿Es guerra económica también de un área donde el gobierno ha tenido el control? La aparición inesperada de Fama de América, por intermedio de sus trabajadores que denuncian maltratos, me produjo todas estas cavilaciones y me dejó la sensación que a la citada empresa pareciera que algún hálito de vida le queda. Pero también he empezado a sospechar, por todo lo denunciado con respecto a la desaparición hasta del café en grano, precios del cacao, en áreas tradicionalmente productivas, tomando en cuenta lo que el gobierno en ellas ha hecho y facilitado, que la guerra económica también tiene sus trincheras dentro de este y “dormimos con el enemigo”. -- Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 3/17/2015 05:59:00 a. m.

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