martes, 17 de diciembre de 2013

LASTIMA QUE NO SOMOS SUECOS

Lástima que no somos suecos. Ligia Guillén Los límites de la corrupción a nivel de alcaldes en el Gran Miami parece no tener límites y tampoco fronteras, porque lo que sucede en nuestra comunidad es que los hispanos que vivimos aquí traemos todos los vicios y algunas virtudes que proliferan en nuestros países. Eso parece que es parte de la herencia genética que recibimos de la madre Patria, España. Los periódicos y medios de comunicación españoles abundan diariamente en historias de corrupción, tráfico de influencias, lavado de dinero, etc., etc., cosa que para nosotros también son historias de todos los días. En Miami y en España parece que hay una competencia a ver quién es el alcalde mas corrupto. No voy a dejar de lado a los otros países europeos porque allí también hay corrupción pero en menor escala. En nuestro medio, como todo lo hacemos con exageración también se roba, se corrompe, se hacen negocios torcidos con el dinero público a gran escala. En eso hay algunas diferencias porque lo que vemos aquí sobrepasa todas las medidas. En las naciones adelantadas y ricas y en las mas miserables, los políticos son ladrones, hipócritas, marrulleros, soberbios, descarados, inmorales. La diferencia es la medida, allá tiene algunos límites aquí sobrepasa cualquier imaginación. Hace unos dias recibí por email un video que muestra cómo viven los diputados en Suecia, y me quedé maravillada. Los diputados federales suecos viven en apartamentos de 40 metros cuadrados, (120 pies cuadrados); se quedan en la capital durante toda la semana laborable, no tienen lavadora, deben usar la lavandería comunitaria y apuntarse en una lista para hacer uso de ella. Algunos de estos apartamentos miden solamente 18 metros cuadrados, (54 pies) tienen comedor comunitario y cada quien debe limpiar y asear su espacio al terminar de comer. Ningún diputado en Suecia tiene secretaria, ni ayudante, no usan carros oficiales y los ciudadanos consideran que no tienen porqué pagar lujos con sus impuestos, ya que son servidores públicos. El apartamento donde vive el Primer Ministro es de 300 metros cuadrados, (900 pies), él lava su propia ropa y plancha sus camisas. Hasta los años 90, los diputados dormían en un sofá-cama en el Parlamento y usaban comedores comunitarios también. En el video, un comentarista político dijo que la tarea que mas disfruta el Primer Ministro es limpiar su apartamento. Ninguno de los entrevistados consideró la posibilidad de pagar con sus impuestos los lujos que aquí disfrutan los diputados, los alcaldes, los asistentes, los secretarios, los guardaespaldas y un ejército más de personas que pululan alrededor de los políticos en todos los ámbitos. Claro que para que nosotros pudiéramos ver algo así tendríamos que ser suecos, lo cual es imposible.

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