El cementerio de Colón Ciro Bianchi Ross • digital@juventudrebelde.cu 20 de Julio del 2013 19:47:27 CDT La necrópolis habanera de Colón se destaca por su majestuosidad y ofrece, desde todos los ángulos, su aspecto monumental. Por sus valores artísticos y arquitectónicos es la muestra más amplia y meritoria del arte funerario en la Isla, y en orden de importancia, la tercera necrópolis del mundo. En más de cien millones de dólares se valoraba hace unos 20 años su patrimonio artístico. Cincuenta y tres mil propiedades se asientan sobre sus 56 hectáreas. Una interesante leyenda se teje en torno a su portada, pero no es más que eso, una leyenda, mientras que el sepulcro de Amelia Goyri, conocido como el de La Milagrosa, sigue siendo el más concurrido de todo el camposanto. Atraen la atención del visitante el panteón de Catalina Lasa y el de los bomberos; también el de los estudiantes de Medicina fusilados por el colonialismo español en 1871. De interés resulta la visita a los panteones del generalísimo Máximo Gómez y a los de algunos presidentes de la República. En el cementerio de Colón descansan Julián del Casal y José Lezama Lima. También Fernando Ortiz. Allí Alberto Yarini sigue siendo el rey, y el campeón José Raúl Capablanca, el más grande ajedrecista de todos los tiempos. El 30 de octubre de 1871, con la colocación de la primera piedra, quedaban formalmente inauguradas las obras para la construcción del cementerio de Colón. A las siete de la mañana de aquel lunes, una jornada que la crónica insiste en calificar de gris, el joven y talentoso arquitecto Calixto de Loira, autor del proyecto de la nueva necrópolis, que acababa de ser designado director ejecutivo de su construcción, sostenía un cajón del que Romualdo Crespo, capitán general interino, con una cuchara de plata, extraía la mezcla que depositaba en un hueco antes de colocar encima la piedra sobre la que dio repetidos golpes. Con anterioridad, en lo más profundo de aquel agujero, situaron una caja que se metió dentro de otra caja. A fin de legarlos a la posteridad, se introdujeron en la caja de caoba sellada dentro de otra de plomo, un ejemplar de la Guía de Forasteros —especie de guía turística de la época—, un almanaque del año, varias monedas de oro y plata con la efigie de Amadeo I, de Saboya, rey de España, un número de cada periódico que circuló en La Habana el día anterior y una copia del acta que daba cuenta de la ceremonia y que suscribieron todas las personalidades presentes. Finalizaba así un proceso iniciado unas dos décadas antes cuando, en 1854, el Cabildo de La Habana conocía de una moción que recomendaba la construcción de un nuevo camposanto. El proyecto incluía asimismo un monumento a la memoria de Cristóbal Colón donde se depositarían las supuestas cenizas del descubridor, conservadas hasta entonces en la Catedral de La Habana. La propuesta fue aprobada por el Ayuntamiento habanero, pero engavetada por más de cinco años; la jerarquía de la Iglesia católica se oponía a que el poder civil tomara la iniciativa en la construcción de un nuevo recinto mortuorio y lo controlara, lo que constituía una buena entrada económica. Tampoco quería ceder las preciadas reliquias del Almirante. «La pálida muerte…» En el mencionado año de 1854, el cementerio de Espada resultaba chico para los habaneros. Cuando se inauguró en 1806 sus promotores le concedieron una larga vida. Pero apenas 50 años después había ya rebasado sus límites. Totalmente abarrotado y sin posibilidades de crecer en área, el cementerio de Espada comenzó a crecer hacia arriba con la construcción de nichos. La situación empeoró entonces; aumentó la contaminación ambiental y, al carecer los nichos de conductores a tierra que hubieran permitido evacuar los humores de los cadáveres en descomposición, se enrareció el aire y la fetidez se hizo insoportable, sin contar que la altura de los muros del mismo cementerio impedía la ventilación interior del recinto mortuorio y la lluvia y las penetraciones del mar sacaban a flor de tierra no pocos despojos. Así las cosas, y aun con la oposición de la Iglesia, el Ayuntamiento, a iniciativa de los concejales José Bruzón y José Silverio Jorrín, nombró a la comisión que elegiría el terreno apropiado para el camposanto en proyecto. Se escogió al efecto un cuadrado de mil varas de lado en la falda Oeste del Castillo del Príncipe. Impugnaron dicha elección las autoridades militares. Alegaron que un cementerio emplazado en ese espacio dificultaría la vigilancia en la zona. Protestó también monseñor Francisco Fleix Solans, Obispo de La Habana. Alegó que no era el Ayuntamiento, sino el obispado el que tenía el derecho de construir la necrópolis, para lo que disponía de los fondos necesarios. Pese a los criterios en contra, los concejales defendieron el propósito de asentar el cementerio en la falda Oeste del Príncipe. La realidad, sin embargo, los llevó a desistir de ese empeño y una nueva comisión escogió un rectángulo de cuatro caballerías seccionado de las fincas La Baeza, La Currita, La Novia, La Campana, Las Torres y La Portuguesa al final del Vedado, en la zona conocida como San Antonio Chiquito, al este de la loma de los jesuitas, elevación donde, con los años, se erigiría el monumento a José Martí en la Plaza de la Revolución. De las fincas mencionadas, se compraron cuatro a sus propietarios, mientras que Las Torres y La Portuguesa las adquirió el Ayuntamiento por expropiación forzosa. De inmediato las seis estancias fueron cercadas y en parte de estas, antes de la inauguración del nuevo camposanto, fueron inhumados aquellos desheredados de la fortuna que no disponían de sepulcro en el cementerio de Espada ni podían darse el lujo de alquilar un nicho en esa necrópolis. Llegó así el año de 1870. Se disponía del terreno para un nuevo camposanto y había acuerdo acerca del nombre que se le daría. Faltaba solo el proyecto arquitectónico para su ejecución. Se sacaría a concurso y la Junta de Cementerios dio a conocer las bases del certamen el 12 de agosto de ese año. El ingeniero Francisco de Albear, autor de los planos del acueducto habanero, presidió el jurado que, entre las siete propuestas contendientes, otorgó premio al proyecto presentado bajo el lema «La pálida muerte entra por igual en las cabañas de los pobres que en los palacios de los reyes», del arquitecto español Calixto de Loira. La disputa llega a España La disputa en torno a la administración de la nueva necrópolis seguía sin dirimirse. El Consejo de Administración y Gobierno de Madrid, instancia a la que apeló el Ayuntamiento habanero, falló a favor de la Iglesia y dio así el carpetazo a las pretensiones de sus concejales. Apelaron estos entonces a la Corona y la respuesta fue la misma. Una Real Orden resaltaba el derecho del obispado «siempre que se pusiera de acuerdo con las autoridades civiles para la elección del lugar —lo que ya se había hecho— y particularidades sanitarias…». Ya para entonces Espada no aguantaba más. En 1847 se había clausurado el cementerio del Vedado, en el espacio que ocupa la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y en 1860 dejaban de existir las modestas necrópolis del Cerro, en Ciénaga, en el camino hacia Puentes Grandes, cerca de la actual calzada de Boyeros, y el de Jesús del Monte, detrás de la iglesia. Desaparecía asimismo el de los Molinos, en las inmediaciones de la estancia de ese nombre. El de Atarés, en las faldas del castillo, se clausuraría en 1868. El turno de Espada llegaría el 3 de noviembre de 1878 cuando el capitán general Arsenio Martínez Campos ordenó su cierre definitivo luego de haber asimilado 314 144 entierros. Treinta años después, durante la segunda intervención militar norteamericana, se disponía su demolición y el traslado de los restos que allí quedaban. Una vez dueño del cementerio, el obispado transigió con el Ayuntamiento en algunos puntos. Aceptó el nombre de Cristóbal Colón para el camposanto e indicó al arquitecto Loira que incluyese en sus planos una gran plaza, la más importante de las seis que contemplaba el recinto funerario, que estaría situada en la avenida principal, entre la puerta Norte y la Capilla Central. Allí se erigiría el sepulcro-monumento al Descubridor de América, en cuya base se conservarían sus cenizas. Obra que no llegó a acometerse, y que de haberse ejecutado no hubiera guardado nunca los verdaderos despojos del Almirante que no parecen haber salido nunca de Santo Domingo. De cualquier manera, fueran reales o supuestas, España, al cesar su soberanía sobre la Isla, en 1898, sacó de Cuba las controvertidas reliquias que se mantenían en la Catedral habanera. Pese al poder nivelador de la muerte y a lo que proclamaba Calixto de Loira en el lema de su proyecto, el arquitecto dividió el cementerio habanero, dicen especialistas, en «zonas muy bien definidas y jerárquicamente separadas». Trasladó a la necrópolis, se afirma, las diferencias clasistas de la acrópolis. Desde su apertura, el cementerio fue administrado primero por el obispado y luego por el arzobispado de La Habana. La Iglesia católica percibía cuantiosas ganancias por el cobro de enterramientos y traslados, venta de bóvedas y panteones, venta y alquiler de terrenos. Las ganancias fueron mayores desde 1940, cuando el Gobierno eximió al cementerio del pago de impuestos, pese al carácter lucrativo que poseía. Conviene precisar que mientras la Iglesia administró el lugar, el entierro de los pobres de solemnidad era muy sencillo, pero nunca dejó de enterrárseles. Gasto que debió sufragar el Ayuntamiento, lo que nunca hizo. El 4 de agosto de 1961 el Gobierno de La Habana dispuso la intervención del cementerio. A partir de entonces se declaró gratuita la utilización de las parcelas de enterramiento y se rebajó en un 50 por ciento el importe de los servicios a particulares. Las ceremonias religiosas siguieron efectuándose sin impedimento. Caminata bajo el sol La Oficina del Historiador de La Habana trabaja en el rescate y la protección del cementerio de Colón. Una labor de restauración que se proyecta de manera integral, no solo en panteones y capillas, sino que abarca la señalética del lugar, los tipos de árboles que se plantan, la pavimentación de las calles principales. También, y siempre a escala de ciudad, se trabaja en un proyecto de iluminación. La profanación de sepulcros y el robo de huesos y obras de arte han disminuido desde el año 2008. Llama la atención del visitante la gran portada monumental de la necrópolis, donde la leyenda asegura, sin fundamento, que hay enterrado un hombre. En la capilla central atraen las pinturas de Miguel Melero. Descansan en el panteón de los emigrados los restos de los padres de Martí, y el Panteón de los Veteranos, construido en 1946, luce cuatro bellísimos bajorrelieves, obra de Juan José Sicre, que representan la muerte de Céspedes, Agramonte, Martí y Maceo. Impacta, por su serena sobriedad, la tumba del cardenal Manuel Arteaga, primer príncipe de la Iglesia católica cubana. Hay bellas obras de Sicre y de otros escultores como Boada, Longa y Ramos Blanco en numerosos sepulcros particulares, y en otros todo un desbordamiento de escultura comercial con profusión de ángeles, imágenes de santos y cruces. Un lugar como este, con tantos valores patrimoniales y tan cargado de historia y leyenda, bien merece esta caminata bajo el sol. -- Ciro Bianchi Ross ciro@jrebelde.cip.cuhttp://wwwcirobianchi.blogia.com/http://cbianchiross.blogia.com/
lunes, 22 de julio de 2013
EL CEMENTERIO DE COLON , EN LA HABANA ,CUBA
domingo, 21 de julio de 2013
¿TIRAMOS EL ANCLA O SEGUIMOS NAVEGANDO?
ELIGIO DAMAS

Haberle arrebatado a la “meritocracia” que más que a ella fue a los gringos, el negocio petrolero, partiendo de PDVSA, provocó una secuencia de tsunamis que siguen sin parar.
La cosa se puso más agitada, con olas más altas, de caída colosal, cuando al presidente se le ocurrió, cual un mago de un sombrero de copa, sacar la propuesta de “vayamos al socialismo” y, en Venezuela la idea prendió en los jóvenes, llenó de entusiasmo a los mayores que por aquello habían luchado y estaban como decepcionados por las tantas derrotas, creo esperanzas en los humildes, llenó de júbilo a los trabajadores y se ganó el respaldo casi unánime de las fuerzas militares. Corrió por Suramérica y despertó el grito “alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina” y, en Copenhague, un evento más destinado al fracaso para hablar sobre el deterioro del planeta, una consigna maravillosa, nacida en la calle, “no cambiemos el clima, cambiemos el planeta”, contribuyó a hacerle eco a aquel replanteo del presidente Chávez y justificó al evento mismo.
Se hizo una constitución, a la cual luego enmendamos, gracias a las previsiones de ella misma, que hizo posible establecer normas legales para hacer el cambio de la sociedad al socialismo. En el nivel internacional las cosas hacían el cuadro favorable con los triunfos electorales de Lula, Evo Morales, Ernesto Kirchner, Rafael Correa y el ascenso al poder de la izquierda Uruguaya, primero con Tabaré Vásquez y luego Pepe Mujica. El proceso de ascenso de las luchas por el socialismo continuó con la derrota de los TLC y el ALCA y tomó más ritmo de navegación al nacer CELAC y las derrotas al imperialismo hasta en su propio ministerio de colonias, la OEA.
Fueron los momentos gloriosos del accionar político de Chávez y la unidad férrea de las fuerzas originalmente disímiles que arrastraba tras de sí. El barco navegaba sereno y su tripulación vigilante, pese a lo encrespado de las aguas, la violencia de las olas y el rugido de los vientos. Hasta allí habíamos como construido un bajel titánico, portentoso, cuya quilla partía las olas más desafiantes en dos y se abría paso raudo. Parecía llegado el momento como para comenzar en grande otras tareas trascendentes de largo alcance e imperecederas.
La construcción del socialismo encontró ayuda, como ya dijimos en la nueva constitución y las rápidas enmiendas que permitieron crear espacios y fundamentos para empezar con rapidez a crear las mases materiales del nuevo sistema, distintas relaciones de producción y nueva cultura.
Pero parece que el tener que enfrentar con demasiada frecuencia tareas electorales, satisfacer a un electorado que a medida que asciende se vuelve más exigente y quizás, haber entrado el país en mecanismos de intercambio internacional interfieren con sus cosas propias, han derivado en óbices para enfrentar tareas de cuidadosa naturaleza, muy exigentes y que retan la paciencia, creatividad y capacidad del hombre para cambiar. Sobre toda ha costado mucho comenzar a hacer realidad la idea que el socialismo se fundamenta en el trabajo, la organización, la máxima productividad, sin explotación y repartición equitativa del producto colectivo.
La línea de menor resistencia, la satisfacción de necesidades en lo inmediato, lo que demanda grandes capitales que falta bastante hacen, suelen ser más atractivos que una oferta a largo plazo; mejor un mendrugo ahora que un manjar para quién sabe cuándo, aunque éste tenga rasgos de permanencia, para quienes tienen la fuerza del voto. Como si mejor y más convincente es lo hecho o lo que está hecho, aunque poco duradero y sin cimientos sólidos que el tener que construir aunque sea para el siempre. El trabajo ideológico y el cambio de actitud que, muchos heroicos románticos demandan, son necesarios e indispensables, pero lo fuerza de la cultura, el hacer, pensar de milenios, lo de todos los días, en las multitudes, pesan tanto que su sobreponen aquel esfuerzo y más si las condiciones materiales y las relaciones de producción e intercambio no ayudan.
Eso bien lo saben las fuerzas sociales, políticas y económicas que manejan y administran el capitalismo. Pero además de saberlo, tienen en sus manos, los mecanismos para generar insatisfacción, rabia en una población que ha vivido y pensado por años de la menara que el sistema impone.
Los propietarios de bienes y servicios, en suma de las mercancías y de medios para modelar la cultura y el comportamiento multitudinario, no se cansan de hacer su tarea. Además de agudizar la escasez haciendo trampas, aparte de los elementos atribuibles a los rasgos del modelo y la conducta oficial, generan mediante diferentes mecanismos hasta sutiles, para convertir al pueblo en cómplice de la escasez, estimulando sus miedos y hasta pequeños egoísmos. Lo pequeño, insustancial y nada imprescindible los hacen sentir y desear de manera contraria.
Pareciera que la revolución en alta mar debiese llamar al zafarrancho, donde cada marinero asuma su tarea, con conciencia plena del rumbo y el ritmo, para lo cual debe oír a quienes hablan pero también decir lo que tiene por dentro y aspira. Como no escuchamos la voz de Chávez, paremos la oreja para escuchar la voz de todos, la del pueblo, que es la misma de aquél. La unidad pasa porque cada quien se sienta representado, interpretado y hasta presente en cada acto o decisión como cuando por un acto de magia, en la vida de Chávez, todos sentíamos que él era la multitud o que nuestros deseos pasaban por su cabeza y se convertían en ideas y luego en acciones concretas.
Las tareas del socialismo parecieran paralizadas – tomemos en cuenta que con la intención no basta, menos con palabras pronunciadas sin medida y demasiado histrionismo -, pero eso no importaría si estuviésemos en la etapa de consolidación para preparar un nuevo arranque, introducir un cambio sustancial.
Por eso, hay que llamar a zafarrancho; poner al pueblo todo en tensión y disposición de hacer para cambiarlo todo y cambiar todos. Nada de cantar como sirenas y menos dejarse tentar por esos cantos.
Nada de tirar el ancla y quedarnos varados en donde nos trajo este agitado mar y dura brega. ¡Sigamos navegando que el rumbo está en el trazado en “El Programa de la Patria!”.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 7/21/2013 10:45:00 a.m.
DISCURSO DEL GENERAL RAUL CASTRO EN LA PRIMERA SESION ORDINARIA
Raúl Castro: “Orden, Disciplina y Exigencia en la sociedad cubana, premisa imprescindible para consolidar el avance de la actualización del modelo económico “
7 julio 2013 6 Comentarios
El presidente de los Consejos de Estado y Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la clausura del primer período ordinario de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. FOTO: Ismael Francisco/CUBADEBATE
Intervención del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 7 de julio de 2013, “Año 55 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas- Consejo de Estado)
Compañeras y compañeros:
Me corresponde realizar las conclusiones de este, el Primer Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional, marco en el cual, cumpliendo lo acordado, nuestros diputados recibieron una amplia explicación acerca del desempeño de la Economía en el primer semestre, así como de la marcha de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, asuntos que previamente fueron analizados en la reunión del Consejo de Ministros, efectuada el 28 de junio y en el Séptimo Pleno del Comité Central el pasado lunes.
Considerando la información brindada a nuestro pueblo por los medios de prensa, no es necesario abundar sobre estos asuntos y solo señalaré aquellos aspectos de mayor importancia.
La economía nacional ha continuado mostrando un comportamiento positivo en medio de las tensiones externas, los daños ocasionados por el huracán Sandy y nuestras propias insuficiencias.
Como ya fue divulgado, el Producto Interno Bruto (P.I.B) creció un 2,3 por ciento, que sin llegar a lo planificado, supera en dos décimas el alcanzado en el primer semestre del año pasado. Cierto es que todavía el comportamiento del P.I.B no se nota en la economía de la familia cubana promedio.
Se reafirma la tendencia creciente de las actividades productivas, al tiempo que se preservan en niveles similares los servicios sociales a toda la población.
También los diputados recibieron una detallada panorámica de la marcha de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados por el Sexto Congreso, proceso que constituye la principal tarea de todos, por cuanto de su éxito dependerá la preservación y el desarrollo del socialismo en Cuba, un socialismo próspero y sostenible, que a la vez que ratifica la propiedad social —como ya explicó el compañero Murillo— sobre los medios fundamentales de producción, reconoce el papel de otras formas de gestión no estatales; reafirma a la planificación como instrumento indispensable en la dirección de la economía, sin negar la existencia del mercado.
Deseo reiterar la convicción de que en este frente de significación estratégica ha continuado el avance y ya comienzan a observarse los primeros resultados alentadores, aunque también es verdad que falta un largo y complejo camino para actualizar nuestro modelo económico y social, asegurando el apoyo mayoritario de la población a este proceso, lo cual excluye la utilización de terapias de choque y el desamparo de millones de personas que caracterizan a las políticas de ajuste aplicadas en los últimos años en varias naciones de la rica Europa.
El fenómeno de la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación, y tal como señala el Lineamiento número 55, deberá avanzarse hacia la unificación, teniendo en cuenta la productividad del trabajo. El propio Lineamiento reconoce la complejidad de este propósito, que exigirá una rigurosa preparación y ejecución, tanto en el plano objetivo como subjetivo.
Sobre el particular puedo comunicarles que han proseguido los estudios para la supresión de la dualidad monetaria de forma ordenada e integral, lo cual nos permitirá acometer transformaciones de mayor alcance y profundidad en materia de salarios y pensiones, precios y tarifas, subsidios y tributos. En pocas palabras, lograr que todos los ciudadanos aptos se sientan incentivados a trabajar legalmente a partir de restablecer la vigencia de la ley de distribución socialista, “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”, lo que propiciará terminar con la injusta “pirámide invertida”, o lo que es lo mismo, a mayor responsabilidad, menor retribución.
Al propio tiempo, debemos otorgar la máxima prioridad al perfeccionamiento del sistema de producción agropecuaria, asegurando que los experimentos aprobados para liberar las trabas que frenan su desarrollo alcancen los objetivos propuestos.
Asimismo, con la introducción en los planes para el próximo año de las directivas aprobadas, las empresas estatales lograrán mayor autonomía en su gestión y en la distribución de los resultados —como fue más ampliamente explicado en la mañana de hoy.
Del mismo modo, apoyaremos decididamente la creación de cooperativas no agropecuarias, las cuales, de conjunto con el continuado despliegue del trabajo por cuenta propia, facilitarán liberar al Estado de actividades productivas y de servicios no fundamentales y concentrarse en el programa de desarrollo a largo plazo.
La implementación de los Lineamientos lleva implícita la necesidad de evaluar sistemáticamente los efectos de los cambios que se han venido introduciendo y corregir con prontitud cualquier desviación. También demanda el establecimiento de un clima permanente de ORDEN, DISCIPLINA Y EXIGENCIA en la sociedad cubana, premisa imprescindible para consolidar el avance de la actualización del modelo económico y no admitir retrocesos contraproducentes.
Precisamente, a este asunto dedicaré la mayor parte de mi intervención, tal y como les expresé a ustedes el 24 de febrero en la Sesión de Constitución de la actual Legislatura del Parlamento, ocasión en la que contamos con la presencia del compañero Fidel, quien sobre el particular expresó, cito: “la gran batalla que se impone es la necesidad de una lucha enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes”, fin de la cita.
Este tema no resulta agradable para nadie, pero me atengo al convencimiento de que el primer paso para superar un problema de manera efectiva es reconocer su existencia en toda la dimensión y hurgar en las causas y condiciones que han propiciado este fenómeno a lo largo de muchos años.
Imagino las noticias en los próximos días de la gran prensa internacional, especializada en denigrar a Cuba y someterla a un frenético escrutinio; ya nos hemos acostumbrado a vivir bajo el asedio y no debemos restringirnos a debatir con toda crudeza la realidad, si lo que nos motiva es el más firme propósito de rebasar el ambiente de indisciplina que se ha arraigado en nuestra sociedad y ocasiona daños morales y materiales nada despreciables.
Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás.
Recordemos las palabras de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005, cuando dijo que a esta Revolución no podría destruirla el enemigo, pero sí nosotros mismos y sería culpa nuestra, advirtió.
Así, una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado. Se propagaron con relativa impunidad las construcciones ilegales, además en lugares indebidos, la ocupación no autorizada de viviendas, la comercialización ilícita de bienes y servicios, el incumplimiento de los horarios en los centros laborales, el hurto y sacrificio ilegal de ganado, la captura de especies marinas en peligro de extinción, el uso de artes masivas de pesca, la tala de recursos forestales, incluyendo en el magnífico Jardín Botánico de La Habana; el acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores, la participación en juegos al margen de la ley, las violaciones de precios, la aceptación de sobornos y prebendas, el asedio al turismo y la infracción de lo establecido en materia de seguridad informática.
Conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad.
Se ha afectado la percepción respecto al deber ciudadano ante lo mal hecho y se tolera como algo natural botar desechos en la vía; hacer necesidades fisiológicas en calles y parques; marcar y afear paredes de edificios o áreas urbanas; ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos inapropiados y conducir vehículos en estado de embriaguez; el irrespeto al derecho de los vecinos no se enfrenta, florece la música alta que perjudica el descanso de las personas; prolifera impunemente la cría de cerdos en medio de las ciudades con el consiguiente riesgo a la salud del pueblo, se convive con el maltrato y la destrucción de parques, monumentos, árboles, jardines y áreas verdes; se vandaliza la telefonía pública, el tendido eléctrico y telefónico, alcantarillas y otros elementos de los acueductos, las señales del tránsito y las defensas metálicas de las carreteras.
Igualmente, se evade el pago del pasaje en el transporte estatal o se lo apropian algunos trabajadores del sector; grupos de muchachos lanzan piedras a trenes y vehículos automotores, una y otra vez en los mismos lugares; se ignoran las más elementales normas de caballerosidad y respeto hacia los ancianos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños e impedidos físicos. Todo esto sucede ante nuestras narices, sin concitar la repulsa y el enfrentamiento ciudadanos.
Lo mismo pasa en los diferentes niveles de enseñanza, donde los uniformes escolares se transforman al punto de no parecerlo, algunos profesores imparten clases incorrectamente vestidos y existen casos de maestros y familiares que participan en hechos de fraude académico.
Es sabido que el hogar y la escuela conforman el sagrado binomio de la formación del individuo en función de la sociedad y estos actos representan ya no solo un perjuicio social, sino graves grietas de carácter familiar y escolar.
Esas conductas en nuestras aulas son doblemente incompatibles, pues además de las indisciplinas en sí mismas, hay que tener presente que desde la infancia la familia y la escuela deben inculcar a los niños el respeto a las reglas de la sociedad.
Lo más sensible es el deterioro real y de imagen de la rectitud y los buenos modales del cubano. No puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con el progreso; vivir en sociedad conlleva, en primer lugar, asumir normas que preserven el respeto al derecho ajeno y la decencia. Por supuesto, nada de esto entra en contradicción con la típica alegría de los cubanos, que debemos preservar y desarrollar.
Me he limitado a hacer un recuento de los fenómenos negativos más representativos, sin el ánimo de relacionarlos uno por uno, ya que ello extendería innecesariamente estas palabras.
Con el concurso del Partido y los organismos del Gobierno, se efectuó un primer levantamiento que arrojó 191 manifestaciones de este tipo —conscientes estamos de que no son las únicas y de que hay muchas más—, separadas en cuatro categorías diferentes: la indisciplina social, las ilegalidades, las contravenciones y los delitos recogidos en el Código Penal.
El combate contra esas nocivas conductas y hechos debe efectuarse utilizando diversos métodos y vías. La pérdida de valores éticos y el irrespeto a las buenas costumbres puede revertirse mediante la acción concertada de todos los factores sociales, empezando por la familia y la escuela desde las edades tempranas y la promoción de la Cultura, vista en su concepto más abarcador y perdurable, que conduzca a todos a la rectificación consciente de su comportamiento. Este será, no obstante, un proceso complejo que tomará bastante tiempo.
El delito, las ilegalidades y las contravenciones se enfrentan de manera más sencilla: haciendo cumplir lo establecido en la ley y para ello cualquier Estado, con independencia de la ideología, cuenta con los instrumentos requeridos, ya sea mediante la persuasión o, en última instancia, si resultase necesario, aplicando medidas coercitivas.
Lo real es que se ha abusado de la nobleza de la Revolución, de no acudir al uso de la fuerza de la ley, por justificado que fuera, privilegiando el convencimiento y el trabajo político, lo cual debemos reconocer que no siempre ha resultado suficiente.
Los órganos estatales y del gobierno, cada uno en lo que les corresponde, entre ellos la Policía, la Contraloría General de la República, la Fiscalía y los Tribunales deben contribuir a este empeño, siendo los primeros en dar ejemplo de apego irrestricto a la Ley; reforzando así su autoridad ante la sociedad y asegurando el apoyo de la población, como ha quedado demostrado en el enfrentamiento reciente a bochornosos casos de corrupción administrativa, en los que se involucraron funcionarios de organismos y empresas.
Es hora ya de que los colectivos obreros y campesinos, los estudiantes, jóvenes, maestros y profesores, nuestros intelectuales y artistas, periodistas, las entidades religiosas, las autoridades, los dirigentes y funcionarios a cada nivel, en resumen, todas las cubanas y cubanos dignos, que constituyen indudablemente la mayoría, hagan suyo el deber de cumplir y hacer cumplir lo que está establecido, tanto en las normas cívicas como en leyes, disposiciones y reglamentos.
Cuando medito sobre estas lamentables manifestaciones, pienso que a pesar de las innegables conquistas educacionales alcanzadas por la Revolución y reconocidas en el mundo entero por los organismos especializados de las Naciones Unidas, hemos retrocedido en cultura y civismo ciudadanos. Tengo la amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más instruida, pero no necesariamente más culta.
En tal sentido, vale la pena recordar aquella frase que se ha atribuido a distintos autores, entre ellos al filósofo y escritor español Miguel de Unamuno, quien para resumir sus vivencias acerca de las normas de convivencia de unos campesinos de Castilla expresó: “¡Qué cultos son estos analfabetos!”
Nada es más ajeno a un revolucionario que la resignación, o lo que es lo mismo, la rendición ante las dificultades. Por tanto, lo que nos corresponde es levantar el ánimo y el espíritu de combate y enfocarnos en la gigantesca y paciente tarea de revertir la situación creada.
En mi criterio, el denominador común de todo este fenómeno ha sido y es la falta de exigencia de los encargados de hacer cumplir lo establecido, la ausencia de sistematicidad en el trabajo a los diferentes niveles de dirección y el irrespeto, en primer lugar, por las entidades estatales de la institucionalidad vigente, lo cual, por otra parte, menoscaba su capacidad y autoridad para exigir a la población que se atenga a las regulaciones existentes.
Por solo citar un ejemplo: ¿cuántas violaciones de las normativas de Planificación Física han sido detectadas en el sector estatal a lo largo y ancho del país, algunas de ellas denunciadas en la prensa? Hay que reforzar, como ya lo estamos haciendo, el orden y la disciplina en todos los organismos del gobierno.
Al propio tiempo, los dirigentes desde las instancias nacionales hasta la base, deben abandonar la pasividad y la inercia en su conducta; deben dejar de mirar al otro lado, cuando el problema está aquí, para no verlo. Basta ya de tener miedo a buscarse problemas en el cumplimiento de nuestros deberes, y asumir como propia una mentalidad de orden, disciplina y exigencia, sin temor a buscarse problemas por reclamar el cumplimiento de lo establecido.
El enfrentamiento a la indisciplina social no puede convertirse en una campaña más, sino en un movimiento permanente cuya evolución dependerá de la capacidad de movilizar a la población y a los diferentes actores de cada comunidad, sin excluir a nadie, con rigor e intencionalidad política.
Hagamos balance de las fuerzas con que cuenta la Revolución y comprenderemos que son más que suficientes para alcanzar el éxito.
Las primeras acciones realizadas por el Partido, la Juventud y las organizaciones de masas para fortalecer la prevención y el enfrentamiento han evidenciado, en apenas cuatro meses, que a medida en que las instituciones políticas, sociales y administrativas han profundizado su actuación en esta esfera, la población ha patentizado su respaldo y se suma denunciando y combatiendo hechos y conductas violatorias de la legalidad.
Si queremos triunfar en esta tarea hay que incorporar al pueblo, a cada ciudadano, no mediante arengas y consignas vacías en encendidas reuniones, sino sembrando en cada uno la motivación por ser mejores y llevando por delante el ejemplo personal.
Ese era el tema central de mis palabras, aprobadas por el Buró Político en la mañana de ayer. Sobre este tema que acabo de concluir se puede estar hablando varias horas, pero es suficiente lo que he dicho, lo demás se debe publicar.
Como es natural esto se publicará en toda nuestra prensa. Yo les sugiero a todos ustedes y a los que me escuchan, que se lo lean con calma, y mediten individualmente, solo les pido que mediten personalmente.
Pasando a otro tema, ayer nuestros diputados emitieron un Llamamiento a todos los parlamentos del mundo y a las personalidades comprometidas con la justicia para que reclamen a las autoridades de Estados Unidos la liberación y el regreso inmediato de Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, quienes el próximo 12 de septiembre cumplirán 15 años de injusta prisión.
También aplaudimos las emotivas palabras del Héroe de la República de Cuba, René González, quien ha venido a reforzar la lucha por esta noble causa, que no se detendrá hasta que todos retornen a la Patria.
Finalmente debo expresar que las recientes revelaciones del ciudadano norteamericano Edward Snowden permitieron confirmar la existencia de sistemas de espionaje global de Estados Unidos, que violan la soberanía de las naciones, incluso, de sus aliados, y los derechos humanos.
Cuba que ha sido históricamente uno de los países más agredidos y también más espiados del planeta, ya conocía de la existencia de estos sistemas de espionaje.
Lo nuevo e inusitado ha sido la manera en que se ha impuesto el control mediático y la censura para desviar la atención de lo fundamental, o sea, el enorme poder del gobierno norteamericano en el control masivo de las tecnologías de la información y de los medios de comunicación y centrarse, entonces, en la persecución internacional del denunciante.
Aprovechándose de su poderío mediático internacional ─supranacional ya porque estos medios se van por encima de las naciones─ se concentran ahora en la persecución internacional del joven denunciante de estas actividades.
Las amenazas de aplicar medidas económicas contra Ecuador y la acción concertada de varios países europeos para impedir el sobrevuelo o aterrizaje del Presidente Evo Morales, demuestran que vivimos en un mundo en el que los poderosos se sienten en condiciones de violentar el Derecho Internacional, vulnerar la soberanía de los Estados y pisotear los derechos de los ciudadanos.
Ante esta filosofía de dominación, todos los países del Sur estamos y continuaremos estando en peligro.
Apoyamos los legítimos reclamos y pronunciamientos de los Presidentes de Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Brasil, Uruguay y de otros líderes latinoamericanos y caribeños.
Llamamos a la movilización de la opinión pública internacional, a la enérgica denuncia y firme condena de las amenazas contra Ecuador y del atropello contra el Presidente de Bolivia, contra toda Nuestra América.
Respaldamos el derecho soberano de la República Bolivariana de Venezuela y de todos los Estados de la región de conceder asilo a los perseguidos por sus ideales o luchas por los derechos democráticos, según nuestra tradición.
No aceptamos dobles raseros, interferencias ni presiones de ningún tipo. Como ha señalado el Presidente Nicolás Maduro, no se puede dar refugio y negar la extradición a Venezuela de un terrorista internacional como Posada Carriles, autor, entre otros crímenes, de la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación con 73 seres humanos, y al mismo tiempo pretender que esta hermana nación no ejerza su derecho legítimo.
Hoy estamos a 7 de julio, nos separan pocos días para conmemorar el 60 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Enfrentemos los nuevos retos con la misma decisión e inconmovible fe en la victoria que siempre nos ha inculcado el Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Muchas gracias.
FALLECE HEROINA DEL PERIODISMO A LOS 92 ANOS
EEUU | Preguntó a todos los presidentes desde JFK
Fallece Helen Thomas, decana periodista de la Casa Blanca
ELMUNDO.es | Madrid
Actualizado sábado 20/07/2013 16:02 horas
Comentarios 27
La periodista estadounidense Helen Thomas ha fallecido a los 92 años de edad, según informa 'The Gridiron Club'.
Decana de los corresponsales de la Casa Blanca, la veterana -y crítica- reportera de United Press y el grupo Hearst cubrió la presidencia norteamericana 49 años ininterrumpidos, desde 1960 con John F. Kennedy a 2010 con Barack Obama.
Gracias a su veteranía, Thomas tenía garantizado un asiento en primera fila y el derecho a hacer la primera pregunta. Siempre culminaba sus preguntas con un "gracias, señor presidente".
Thomas dimitió hace tres años por una polémica pregunta sobre Israel. El 27 de mayo de 2010, el Día de la Herencia Judía, el rabino David Nesenoff le preguntó sobre su país, a lo que Thomas respondió "que se vayan de una vez de Palestina". La veterana periodista apuntó que "esa gente está siendo ocupada" y que "es su tierra. No es Alemania, no es Polonia". "Entonces, ¿a dónde deberían ir", preguntó Nesenoff. "A casa". "¿Dónde está su casa?", insistió el rabino. "Alemania, Polonia, América, el resto del mundo", contestó finalmente.
Decana de los corresponsales de la Casa Blanca, la veterana -y crítica- reportera de United Press y el grupo Hearst cubrió la presidencia norteamericana 49 años ininterrumpidos, desde 1960 con John F. Kennedy a 2010 con Barack Obama.
Gracias a su veteranía, Thomas tenía garantizado un asiento en primera fila y el derecho a hacer la primera pregunta. Siempre culminaba sus preguntas con un "gracias, señor presidente".
Thomas dimitió hace tres años por una polémica pregunta sobre Israel. El 27 de mayo de 2010, el Día de la Herencia Judía, el rabino David Nesenoff le preguntó sobre su país, a lo que Thomas respondió "que se vayan de una vez de Palestina". La veterana periodista apuntó que "esa gente está siendo ocupada" y que "es su tierra. No es Alemania, no es Polonia". "Entonces, ¿a dónde deberían ir", preguntó Nesenoff. "A casa". "¿Dónde está su casa?", insistió el rabino. "Alemania, Polonia, América, el resto del mundo", contestó finalmente.
ENTREVISTA A FELIX GUERRA PULIDO, POETA Y PERIODISTA
ATENCIÓN FRANK
Entrevista a Félix Guerra Pulido*, poeta y periodista
Por Desde La Habana, Félix Sautié Mederos
POR ESTO! pregunta
del marxismo se ha divulgado demasiado su metafísica Cristianismo y marxismo, por ejemplo, de grandes aplicaciones sociales e instrumentos de comprensión de la historia, hay que divulgarlos y enseñarlos en sus esencias inspiradoras. De lo contrario desembocan en fanatismo, dogma, inquisición, exclusión, culto, poderes indiscutibles y vitalicios Si me publicaran hoy en Cuba o cualquier otro país lo que permanece inédito, doblaría el número de mis libros. Los que vieron luz son unos l5 títulos donde predominan poesía, narrativa, ecología, periodismo, literatura para niños y jóvenes mi poseía debe hacer algunas perforaciones a la roca. Circula ahora sólo por canales alternativos y se acumula detrás de los diques. Olvidos y silencios oficiales son movedizos, pantanos que luego regurgitan Si el socialismo no encarna con las aspiraciones populares y sociales, no es socialismo. Es episodio reversible por el que pagan los pueblos, mientras los dirigentes se van directo al infierno de la historia. La suerte del capital está echada, creo. Noventa y nueve indignados por cada rico y más ricos los ricos y más pobres los pobres con cada crisis, no hay cuerpo que lo resista En ese socialismo, utópico ahora pero posible mañana (en horas tempranas de la tarde), será el pueblo quien reparta democráticamente las glorias y no quien cargue con las culpas.
Conocí a Félix Guerra en 1964 cuando me hice cargo de la dirección del Semanario Mella entonces órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas; han pasado algunos años y nuestras vidas se desenvolvieron por diversos caminos, pero siempre dentro de los marcos de referencia del proceso revolucionario cubano y de la lucha por la paz, la equidad distributiva y la justicia social, ya formando parte de lo que se denomina la Tercera Edad hemos vuelto a coincidir en nuestros afanes a favor del Socialismo Participativo y Democrático y dentro de los ámbitos del silencio, que se desenvuelven fuera de los medios masivos locales, en los cuales nuestros escritos se encuentran excluidos. Mi tocayo es pues un representante de lo que se ha dado en llamar la Nueva Izquierda anticapitalista cubana, que opina con pensamiento propio y creo muy interesante hacerle algunas preguntas para darlas a conocer a los lectores de Por Esto!
Félix Sautié: Amigo Félix, somos tocayos y hace mucho que nos conocemos. No obstante quiero hacerte algunas preguntas como si no te conociera para ubicar adecuadamente a los lectores de Por Esto! en tu personalidad. Eres comunista y poeta de muchos años, pero quisiera saber ¿Cómo te definirías tú para quienes no te conocen?
Félix Guerra: Definir es convertir en cenizas, decía José Lezama Lima, uno de mis maestros. Claro, si te defines haciendo un círculo de cenizas, estás muerto. Si intento definirme, manía enfermiza que a veces cae, tendría que barajar innumerables palabras y experiencias. Por ejemplo, humanismo, budismo, Confucio, cristianismo, Mahoma, Quetzalcóatl, socialismo, comunismo, solidaridad, eclecticismo, poshumanismo y otras. ¿Y dónde dejar a Martí y Bolívar, Juárez, Miranda, Sucre? ¿A Vallejo y Neruda, Eluard y Breton, Machado y Lorca, Rimbaud y Baudelaire? ¿A Whitman, Bretch y Maiacovsky? ¿Bruno y Galileo? ¿Erasmo y Darwin y Einstein? Etcétera.
Amarrar humanidad e inteligencia a una sola rueda, creo, lleva a dogmas y fanatismos. Es mirar estrellas por un solo hueco, pensar el sol tapándolo con un dedo.
Vi a tanto marxista ostentar, a tanto comunista posar, y más tarde ser iguales de arrogantes y autoritarios e ignorantes que cualquier inquisidor o sherif, que perdí interés por ese asunto de las definiciones.
Sólo me hace feliz, algunas tardes, que alguien piense que soy poeta. Pero luego me revuelvo contra esa comodidad perniciosa.
Del marxismo se ha divulgado demasiado su metafísica. Cualquier concepto o escuela deviene de una manera u otra en su confusa definición y sus aplicaciones perniciosas.
Pero cristianismo y marxismo, por ejemplo, de grandes aplicaciones sociales e instrumentos de comprensión de la historia, hay que divulgarlos y enseñarlos en sus esencias inspiradoras. De lo contrario desembocan a fanatismo, dogma, inquisición, exclusión, culto, poderes indiscutibles y vitalicios, autoritarismo, corrupción.
El marxismo, como otras doctrinas, es una acumulación de pasados, un compendio de experiencias sociales. No es la obra, como un todo, inspirada y luminosa de Marx, un hombre en solitario. Marx estuvo en el flujo de la corriente, que comienza con intrincadas y remotas manifestaciones humanistas del acervo social, que incluye religiones, ciencias, arte y estética, ética, renacimiento, ilustración y cualquier sustancia iluminista, espiritualismos de San Agustín o racionalismos de Descartes, idealismo y materialismo nobles, decentes y progresistas presentes en las dilatadas contiendas económicas, filosóficas e ideológicas de épocas anteriores.
Para que el marxismo sea instrumento útil, tiene que actualizarse a diario en las calles, en la fragua del pensamiento libre, diverso y complejo. Y ser expuesto sin restricciones al debate social. Si no es pura entelequia, para ejercicios teóricos. Una traición verbal al pensador Marx. Otras tantas operaciones de esclerosis, secretismos y manipulaciones políticas. Y aún así, visto de forma optima, no es el único instrumento a utilizar. Como herramienta aislada, se convierte precisamente en metafísica. El acervo de la cultura humana no es sustituible en particular por algún método imaginariamente unívoco e infalible.
Sé que tienes una obra extensa, quizás no tan conocida, debido a ciertos avatares y exclusiones que has sufrido en carne propia. ¿Qué puedes decirnos de tu obra?
Tengo obra, aunque no tan extensa. Si me publicaran hoy en Cuba o cualquier otro país lo que permanece inédito, doblaría el número de mis libros. Los que vieron luz son unos l5 títulos donde predominan poesía, narrativa, ecología, periodismo, literatura para niños y jóvenes, alguna novela y varios testimonios, incluyendo dos libros sobre el Che Guevara y sus participaciones en las luchas guerrilleras de Cuba y el Congo. Pero lo último, sobre todo alguna poesía, lo guardo en la computadora esperando el momento liberador.
Es letra optimista, pienso yo, que relata sociedad y universo, historia y contradicciones históricas, lo hermosos y terribles que pueden ser los acontecimiento a cada momento y en todas la épocas. Lo mejor mío permanece digital esperando la luz.
Esencialmente eres un poeta, y piensas tú que con tus poemas has podido combatir a favor de tus ideas. ¿Está reñido lo estético con la lucha social?,¿cómo podrías ejemplificar tu respuesta?
La única prueba palpable, en estos instantes, de que una obra poética araña superficies de la realidad y se hace sentir en las conciencias, sigue siendo la prohibición tácita o embarajada. En ese caso mi poseía debe hacer algunas perforaciones a la roca. La palabra represada es un lenguaje abrumador, un magma que se acumula para luego.
Circula ahora sólo por canales alternativos y acumula detrás de los diques. Olvidos y silencios oficiales son movedizos, pantanos que luego regurgitan. Si es poesía real y refleja época, luego los aparentes cadáveres literarios, exquisitos y fantasmales, flotan sobre el agua del tiempo.
Esencialmente soy una persona humana que combate a diario sus rigideces.
Públicamente te has declarado partidario de edificar un socialismo participativo y democrático. ¿Por qué razón te defines a favor de un socialismo participativo y democrático? En Cuba ¿es necesario, no bastaría con la Revolución triunfante de 1959 a la fecha? ¿Qué factibilidad tendría para los cubanos?
Ahora está de boga en Cuba un socialismo próspero y sustentable. Es de procedencia oficial. También me parece bueno si es cierto en intenciones. Pero hay que agregar democracia, que siempre es esencial, y si es democrático es participativo y seguro finalmente será próspero y sostenible.
Los apelativos, finalmente, no deciden. Pero si detrás hay verdad y sentimientos y un programa de intenciones consensuado, en particular con los millones que integran la Nación, entonces sin duda existen algunas esperanzas. No creo en esos sustantivos extraídos del uso vicioso y corrompido de las palabras.
Los políticos no pueden definir ni restringir el socialismo. No es su obligación ni derecho. El socialismo será todo lo que hemos soñado o no será nada.
Las consignas en Cuba durante tiempo se hicieron para corear y entretener. Pareciera que la consigna es el mal: pero no, las consignas a veces tiene un uso movilizativo parcial y poco perdurable. Mas los dirigentes que las elaboran sin tino o para no cumplir. Sin explicar, y la divulgan masivamente por los medios públicos bajo su control, que son la totalidad. Como tirar maíz a las palomas.
Todo marxismo, socialismo y comunismo se convirtió en consignas manidas que posteriormente agotan el oído y la memoria. El marxismo puesto de cabeza, su metafísica, es similar al cristianismo de las inquisiciones. Las consignas y rezos, expresan ideas puestas en movimiento social y los anhelos personales, o es la tomadura de pelo diabólica que aplican la demagogia y la falta de principios de las nomenclaturas religiosas o políticas.
Ninguna concepción o teoría o doctrina social o religión, puede aceptar torceduras semejantes sin traicionar de forma sangrienta y dolorosa orígenes y esencias.
La metafísica no son almas en el purgatorio o el hombre lobo del hombre, mitologías del cotidiano, sino la inversión de las ideas básicas y perdurables y su reconversión en pistolas para la retención de poder, divino o partidario.
Si el socialismo no encarna con las aspiraciones populares y sociales, no es socialismo. Es episodio reversible por el que pagan los pueblos, mientras los dirigentes se van directo al infierno de la historia.
Uno de tus planteamientos más divulgados ha sido la convocatoria de un diálogo nacional entre todos los cubanos al margen de las estructuras oficiales que no acaban de convocarlo. ¿Podrías explicarnos esa propuesta tuya?
Ese diálogo, que en un momento propuse y llamé Congreso de la Nación, no fue oído por la permanente hipoacusia estatal y partidaria. Lo que venga de otros que no son de ese casco emplumado del Poder, no sirve para ser tomado en cuenta Ni siquiera para decir por ahora no se puede, quizás más adelante. Simplemente ocurre como si no hubiese sido publicado ni visto por nadie con jerarquías. El ente político-estatal se tapa los ojos y crea sujetos e ideas invisibles. Procedimiento similar aplicado a la poesía.
Lo que proponen otros invariablemente huele a subversivo. Si la idea no viene de la mata, del árbol longevo de toda la parentela implicada, debe ser una trampa para acabar con la Revolución. Y entretanto la Revolución se extingue en un desierto de sordos, sorderas y sordomudos.
Ese congreso hubiese tenido gran utilidad años atrás, 4 ó 5, cuando lo propuse y muchas personas coincidieron. Y era una necesidad histórica urgente.
Pero hay tiempo mientras estamos vivos. Sería no obstante un evento aglutinante, para oír recíprocamente a la Nación por muchas de sus bocas y voces. A su historia y sus hijos, cadáveres o vivos, actuantes y pensantes. Erradicaría de momento la hipoacusia, se apreciaría el verdadero talante de las personas y los conceptos. Sentados en una gran mesa seríamos hermanos, padre y abuelos cercanos intentando la proeza de sobrevivir y ser coherentes con nosotros mismos.
¿Peligros? Ninguno, no se me ocurre ninguno.
¿Dar beligerancia a lo que dijo Zutano o Mengano? De cualquier manera ellos, Zutano y Mengano, lo repiten a menudo para una creciente Nación de orejas receptivas. Con aciertos comprobables a cada paso. Y con más pasión y radicalismo cuanto menos se les escucha.
¿El Poder puede transformarse en una camisa de fuerza, arriba, bien arriba, sin fechas de vencimiento, con potencia para hablar siempre por todos los medios y sin orejas nunca para percibir el susurro de la intercomunicación? ¿Es ética esa grafía de apreciar civilización y culturas creadas por la humanidad?
Cuanto menos diálogos más incredulidad. Cuanto menos me oyes tú, más sospecho yo de tus indiferencias e intenciones.
¿Sólo es negligencia o es que calculan que cualquier boca abierta, insincera o sincera,
honesta o deshonesta, es una caja de Pandora con demonios dentro?
¿Ningún dialogo o ayuda o apoyo o sinceridad o análisis o recomendación o enmienda que suba de abajo, es confiable? ¿Sólo dudas infranqueables de los que aconsejan de forma sistemática no dudar ¿Abajo ahora residen inconfiables y sobreastutos, escépticos de mala calaña, mismos que antes fueron masas, militantes, hijos preferidos de nación, hombres y mujeres que pusieron pasión y energías al servicio de las mejores causas?
¿Ningún dialogo o ayuda o apoyo o sinceridad o análisis o recomendación o enmienda que suba de abajo, es confiable? ¿Sólo dudas infranqueables de los que aconsejan de forma sistemática no dudar ¿Abajo ahora residen inconfiables y sobreastutos, escépticos de mala calaña, mismos que antes fueron masas, militantes, hijos preferidos de nación, hombres y mujeres que pusieron pasión y energías al servicio de las mejores causas?
Se instala la desconfianza como política y se crean élites. La política se verticaliza como la soga del faquir tocando flautas.
Se distancian los mundos, los de arriba y los de abajo. Con el inconveniente milagroso de que sólo los de arriba pueden caer.
Por supuesto que un Diálogo de la Nación, todavía y siempre sería extremadamente conveniente y útil. No se puede deponer ninguna plática o parlamento o simple charla, cuando además no se trata de ejércitos opuestos.
En realidad sería darle coherencia mancomunada a una crisis profunda y asuntos que son de todos, sin propiedad política. Cuando más que nada la petición y las propuestas recogen un sentir de mayoría.
¿Capitalismo o socialismo para el futuro?
La suerte del capital está echada, creo. Noventa y nueve indignados por cada rico y más ricos los ricos y más pobres los pobres con cada crisis, no hay cuerpo que lo resista. ¿Un súper rico adicional, para la colección, con cada trance o derrumbe financiero? Nooo.
Y además armas y guerra como sustento primario del Poder, es un destino inhumano imposible de sostener. Es cuestión de tiempo. Más que la gente, el ciudadano, el individuo, el actor social, no se quedaría nunca de brazos cruzados.
Tal vez el colapso ecológico o el invierno nuclear se adelanten al síncope capitalista, que no es para el próximo año, pero si el planeta y la humanidad sobreviven algún tiempo más, es inevitable el advenimiento de otra sociedad menos riesgosa y más justa, llámese como se llame.
El socialismo, por su parte, necesitaría aún muchos Congresos de la Nación, cuando no ha sucedido ninguno, para poner en claro incontables sucesos oscuros y necesitados de explicación, dondequiera que ocurrió esa desgracia apodada socialismo real.
No se trata de un solo diálogo integral y totalmente abarcador. Hay más de un siglo sin diálogos de esta naturaleza. Siempre el diálogo estuvo comprometido por contingencias históricas determinadas y perentorios intereses de Poder.
¿Quiénes generaron ideología supuestamente socialista o evaluaron los hechos de la Historia? En diversas ocasiones, demasiadas, fueron los menos dotados y los más aturdidos por las metafísicas ideológicas, así como los casados con algún interés temporal.
Quizás resulte necesario actualizar un Manifiesto Comunista para el presente y el futuro inmediato, como demanda un viejo y probado luchador continental por las ideas de emancipación social. Podría llamarse igual Un acercamiento a los paraísos posibles, donde resulte potencial amarse los unos a los otros. O La conquista del pan, Segundo Renacimiento.
Se torna imprescindible deshacer prejuicios y normativas obsolescentes. Respirar el siglo XXI. Apartar maniqueísmos y manualismos y manierismos.
Y evitar que mandatarios y acólitos organicen esos eventos y elaboren ellos esas proposiciones, en los cuales sí pueden aportar como ponentes junto con todo el pueblo y cada individuo y ciudadano de la Nación.
El socialismo es la propiedad social, que lentamente pero sin pausa excluirá cualquier propiedad estatal. Y diluirá cualquier poder centralizado y autoritario, como sal en el agua. La propiedad estatal es pura metafísica utilitaria. Una póliza para controlar el Poder. El seguro de vida de la burocracia. El guardaespaldas indispensable para financiar corrupción.
Socialismo es democracia integral a un nivel mucho más alto, incomparablemente mayor que en cualquier momento de la sociedad. La democracia para todos, el amor democrático sin barreras ni resquicios de exclusión.
El socialismo es propiedad cooperativizada y comunitaria en perfección constante de su continua complejidad. El sujeto y la multitud moviendo en personas el rumbo de sus destinos y la sociedad.
Es la propiedad autogestionada y cogestionada, cualquier maniobra o lógica de acceso pleno a los mecanismos para impulsar las fuerzas productivas y la creatividad social.
La circunstancia para que el individuo sea ciudadano en derecho y el ciudadano no extravíe en ninguna ocasión su individualidad.
Es también la garantía de propiedad individual mientras el protagonista acepte y disfrute y crea ser verdaderamente útil permanecer detrás de un mostrador y la caja contadora o concurriendo al mercado cotidiano.
El socialismo sería la sociedad de la diversidad, el disenso, las discrepancias, el debate y los acuerdos. De la información y la expresión libre de las ideas. De una prensa que responda a los intereses permanentes del pueblo y la Nación y no los eventuales de los gobiernos transitorios.
El socialismo sería reino de la voluntad de las mayorías y las minorías, del individuo y el talento, de las personas y sus vocaciones, del ciudadano y sus derechos y deberes, erradicados ya, hasta el último, los sectarismos, prejuicios y discriminaciones.
El socialismo sería el reino de la inteligencia y la descentralización de la inteligencia, como escribió Martí.
En ese socialismo, utópico ahora pero posible mañana (en horas tempranas de la tarde), será el pueblo quien reparta democráticamente las glorias y no quien cargue con las culpas.
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* Camagüey, 1938.
Unicornio, domingo 21 de julio 2013.
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sábado, 20 de julio de 2013
UN BALANCE PARA ALGUNOS INNECESARIO
ATENCIÓN FRANK
Un balance para algunos innecesario
Crónicas Cubanas
Por Félix Sautié Mederos
Hace algunos días participé en un debate convocado por el Capítulo Cubano de la Articulación Regional Afrodescendiente de América Latina conocida por sus siglas ARAAC. El tema: Balance del estado actual de la lucha antirracista en Cuba referido a un problema que considero de fundamental importancia, aunque para algunos que niegan con tozudez que haya racismo en Cuba, quizás lo estimen innecesario según su concepciones de que es algo que ya ha sido resuelto por la Revolución.
En esta negación reside, en mi criterio, la parte quizás más incisiva y pérfida del problema a que nos enfrentamos quienes entendemos que la subsistencia del racismo constituye una lacra ignominiosa que corroe por dentro a la sociedad cubana, muy a pesar de todo lo que se ha adelantado al respecto con relación a la primera etapa histórica de la República y en contraste con la esclavitud imperante en tiempos de la colonia. Lo que evidentemente se haya legislado o se haya hecho contra la discriminación racial durante el proceso revolucionario, considero que no ha sido ni es suficiente para plantearse como resuelto el problema negro en Cuba. Con sólo marchar por las calles de La Habana bastaría para encontrarnos cubanos negros detenidos por la policía para mostrar su carné de identidad. Esa es una escena cotidiana y ejemplo vivo de lo que estoy expresando.
El Capítulo Cubano de ARAAC constituye para los luchadores antirracistas un trascendental espacio reconocido oficialmente que ha venido a llenar un complicado vacío institucional porque, por ejemplo, la Cofradía de la Negritud, Color Cubano y otros esfuerzos locales con similares propósitos han tenido que contentarse con subsistir dentro de lo que pudiéramos denominar como un angustioso estado de marginalidad tolerada. En cambio ARAAC, por su carácter continental al constituirse el Capítulo Cubano, ha podido lograr una cobertura institucional reconocida oficialmente para los antirracistas cubanos que en honor a la justicia no necesitarían autorización alguna de nadie en particular para la labor que durante mucho tiempo han realizado, en medio de una gran precariedad, a los efectos de denunciar y enfrentar las manifestaciones de discriminación racial a lo largo y ancho de Cuba.
La polémica que explotó en abril pasado con motivo del artículo publicado por el destacado intelectual cubano Roberto Zurbano en el conocido periódico norteamericano The New York Times con el título Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún, constituye un ejemplo muy reciente de lo complicado que es referirse a un tema considerado tabú, más aún si quien lo hace es además negro, como fue el caso que planteo. Sobre este asunto me he referido ampliamente en mis crónicas cubanas publicadas en POR ESTO! (1)
Estos esfuerzos de dignidad han sido sistemáticamente mal interpretados, vilipendiados e incluso han tenido que enfrentarse en muchas ocasiones a la descalificación y la criminalización de sus actividades de denuncia contra una lacra social, que algunos consideran resuelta por decreto; y que otros con poder para ello que además generalmente ven enemigos del país en donde no los hay, han tratado de identificarla con el divisionismo y la subversión, y en el mejor de los casos con la ingenuidad o la falta de información objetiva (¿¿??).
Puedo decir sobre el particular que la experiencia de mi larga vida, me ha permitido conocer desde adentro las manifestaciones de discriminación racial que en el transcurso del tiempo se han mantenido latentes en la sociedad cubana; y en consecuencia mi conciencia no permite matizar ni mucho menos eludir los más duros adjetivos sobre algo que considero insostenible e indigno no reconocerlo, porque está a la vista de todos. No entender que en Cuba persiste la discriminación racial, que los negros son constantemente preteridos y que tienen las mayores desventajas económicas y sociales, es no comprender la realidad de la sociedad cubana en que estamos insertados.
En el encuentro que les describo se habló con pasión, con sentimientos y con profundidad testimonial, de lo cual no estuve exento ni tampoco puedo decir que lo viví desde afuera porque no pude dejar de intervenir en un análisis que considero de primordial importancia y urgencia inaplazable. Allí coincidí con personas verdaderamente egregias con las que me sentí ampliamente identificados. En mi opinión los problemas que han tenido que enfrentar los luchadores antirracistas cubanos para denunciar las realidades de la discriminación racial que aún subsisten en nuestro país, a pesar de todo lo que ha realizado el proceso sociopolítico cubano, tienen como causas fundamentales la no existencia de una verdadera sociedad civil pujantemente organizada, así como el autoritarismo, la centralización verticalista, la falta de una real libertad de conciencia, libertad de pensamiento, libertad de expresión, incluyendo la descalificación e incluso discriminación de la crítica y la autocrítica.
Ante estos problemas la existencia de ARAAC, la posibilidad de concertación que significa, así como la unidad de acción para lo cual no hay que pedirle permiso a nadie que puede alcanzar, constituye una nueva realidad esperanzadora en la denuncia y la búsqueda de alternativas imprescindibles que permitan enfrentar las manifestaciones de la discriminación racial. Lo primero al respecto debería comenzar por el reconocimiento oficial de su existencia y por las acciones concretas. Así lo pienso y así lo manifiesto, con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
fsautie@yahoo.com
fsautie@yahoo.com
Publicado en Por esto! el sábado 20 de julio 2013.
HUELGA DE APUV, ALGUNOS RECTORES Y ESTUDANTES "SE LES VA A ESCAPAR DE LAS MANOS"
ELIGIO DAMAS

En la constitución no se dispone, en manera alguna, forma de tumbar gobierno, pues para cambiarlo existen normas muy precisas y especialmente está la muy novedosa sobre el referendo revocatorio. El artículo constitucional 350, sobre el cual hay una expresa sentencia interpretativa, que se refiere a exigir el cumplimiento de la constitución misma cuando se considere al gobierno merecedor de ello, remite al referendo revocatorio. En manera alguna, ningún grupo, por muy calificado que se considere, puede colocarse por encima de la soberanía popular manifestada en la propia carta magna. De manera que golpe, violento, suave o con vaselina, no tiene valor para sustituir al presidente de Venezuela.
Lo anterior sirve pues para reiterar, que violar el derecho al estudio de los jóvenes venezolanos para intentar crear un caos que conlleve la sustitución o golpe contra el gobierno, es un delito doblemente grave.
Por eso, y por el daño que puede provocar, un conflicto diseñado sin prever salidas, porque es “hasta el final”, como la huelga de abril del 2002, atenta contra la juventud, el país y hasta los propios docentes que en él participan. Es un abuso de magnitud incalculable mezclar los objetivos laborales de los educadores y beneficios de los educandos, con los de políticos que hacen oposición irracional al gobierno.
Por eso mismo, las aspiraciones deben ser sensatas, sin caer en exageraciones, porque al llegar a acuerdos, por diferentes circunstancias, no cunda la frustración y sensación de engaño.
Quien esto escribe tuvo una dilatada experiencia de dirigente gremial del magisterio y sabe bien, que todo conflicto en el sector, como en cualquier otro, salvo que esté enmarcado dentro de un proyecto subversivo, debe considerar “salidas” honrosas, aunque el “patrón” no satisfaga totalmente las aspiraciones, lo que es habitual, para evitar muchos inconvenientes, como que el conflicto canse a la gente y se caiga o cunda el desánimo. El vanguardismo, que deja todo en decisiones borrascosas y donde predomina la emoción y hasta eso que alguien llamó la arrechera, es demasiado riesgoso y le genera a la dirigencia misma dificultades para controlar el conflicto. Ese proceder ha sido motivo de incontables auto aniquilamientos.
Se me ha olvidado el nombre y no lo voy averiguar ahora, porque este olvido mío es muestra de lo que voy a decir. La huelga de abril del 2002, se planteó “hasta el final”, para acabar con el gobierno y su única consigna o meta fue “Chávez vete ya”. Como no fue posible alcanzar eso, sus dirigentes, incluyendo los de PDVSA, tuvieron que pagar un precio demasiado alto. Tan alto, que ahora mismo, no recuerdo el nombre de aquel presidente de la CTV, tampoco de los de PDVSA, quienes se fueron huyendo del país y hasta se le olvidaron suspender la huelga, porque “se les escapó de las manos”.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 7/19/2013 12:49:00 p.m.
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