domingo, 24 de mayo de 2015

LAS MASCARAS POLITICAS

Las máscaras politicas. How Enemies Become Friends The Sources of Stable Peace Author: Charles A. Kupchan Order BookRead Excerpt Publisher A CFR Book. Princeton University Press Release DateMarch 2010 Price$29.95 paper 448 pages ISBN 978-0-691-14265-4 “El gurú de Obama y un mundo sin cabeza” Bajo este título, escribió un artículo Carlos Alberto Montaner, en la revista Gentiuno, en Abril 11 del 2015, donde plantea la intención de subsanar el error cometido, cuando creyó que el gobierno de Obama, no disponía de una filosofía capaz de proveer coherencia y liderazgo a su política exterior. Cree salir del error, al leer, recomendado por el historiador Diego Trinidad, el libro: “How enemies become friends: the source of stable peace” traduzco: “Como los enemigos, se hacen amigos: la fuente de una paz estable”, que genera en él la convicción, de que la política del presidente norteamericano, se alimenta de las tesis emitidas en dicho libro. Encabeza su artículo Montaner, con una foto del actual presidente norteamericano, donde aparece este, lanzando una serena mirada hacia un futuro virtual, el cual, por supuesto, no aparece en la foto. Se ve a continuación en el artículo, después de unas pocas líneas, un escueto logotipo con la portada del libro. Dicho logotipo, aparece también en el inicio de este artículo, con la salvedad, de que este, lo hemos tomado, de la presentación que hace del libro, el sitio en la Internet: “Council on Foreign Relations”. Y en el cual se hace expreso, que es un libro publicado por ‘CFR” acrónimo que identifica a la institución antes mencionada. La información que brinda Montaner sobre Kupchan es la siguiente: “Charles A. Kupchan, profesor de Georgetown University y miembro del Consejo Nacional de Seguridad que sirve directamente a la Casa Blanca”. En realidad, Kupchan es todo lo anterior, pero es más, mucho más; Kupchan, es miembro del CFR, “Council on Foreign Relations” el cual auspicia la edición del libro. (En este tipo de organización, la membrecía, es sinónimo de militancia e implica compromiso absoluto) Kupchan no sirve directamente a la Casa Blanca desde el consejo de seguridad nacional. Kupchan sirve al Council on Foreign Relations directamente desde la Casa Blanca. Integrantes de la vanguardia intelectual independiente norteamericana, (a la cual no hay que confundir con los liberales ni la llamada izquierda) viene advirtiendo, desde hace décadas, sobre este fenómeno de la invasión masiva de los miembros del CFR, en las posiciones claves, no solo en las temporales del gobierno, sino también de manera permanente, en las vitales articulaciones estructurales del estado norteamericano. Es este fenómeno de penetración permanente, lo que ha permitido que el giro en política internacional, perpetrado por el actual gobierno, se vivencie como si fuere ejecutado por las estructuras todas, con el pleno apoyo del pueblo, e incluso, con el concurso del reconocimiento internacional, cuyos gobernantes realizan, como en un tour organizado por una empresa internacional, folklóricos safaris publicitarios, a un país con un arcaico gobierno con más de medio siglo en el poder. El Council of Foreign Relations, no fue una creación de los Rockefellers, su origen está marcado en las primeras décadas del siglo XX, por figuras de significativo relieve político, después de la I Guerra Mundial. Posteriormente, fue controlado, mediante donaciones sustanciales, por la fundación Ford y los Rockefellers, finalmente, en el año 1939, fue creada una comisión secreta: “War and Peace Studies”. (Tan secreta, que los otros miembros del consejo no tuvieron noticias de que existía) la cual, fue subvencionada absolutamente por la fundación Rockefeller. Desde entonces, mas del cincuenta por ciento de los altos funcionarios de todos los gobiernos estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, han sido miembros del Council on Foreign Relations. Ellos, todos, tienen una agenda, que no necesariamente es coincidente con la conveniencia del pueblo de los Estados Unidos, ni con la agenda manifiesta de sus gobernantes. Aquellos que establecen compromisos políticos con el gobierno norteamericano, a partir de supuestas coincidencias de intereses compartidos, con la conveniencia de la nación norteamericana, corren el riesgo de verse defraudados, porque la fuerza motriz que impulsa a los Estados Unidos en las arenas de la política internacional en las últimas décadas, está motivada, no por los intereses del país, sino por objetivos exclusivos de los intereses cubiertos bajo la sombrilla del Council on Foreign Relations. Hubo décadas en que gobernantes europeos, sabían que mientras ellos representaban a sus respectivos países cuando pactaban con los Estados Unidos, estos últimos eran en realidad, la mera representación de un grupo de intereses de reducidos grupos de Poder. De Gaulle, adquirió su relevancia internacional, cuando asumió la representación de ese segmento de políticos pre-claros. La mayoría de los seres humanos, se introducen en la política como simpatizantes, con la ingenuidad y candidez suficiente, para creerse que esta, es una continuación de los cuentos que sus padres les leían cuando niños, para que conciliaran el sueño. Piensan, que la política, es una extensión de las películas de su pre-adolescencia, donde los “buenos y los malos”, eran fácilmente identificables. La consecuencia inmediata e inevitable, es que el ciudadano común, se entrega con una pasión incontrolable, al apoyo irrestricto de sus candidatos, dedicando a ello su vida, pero peor aún, empeñando también, con su estupidez, y sin tener derecho a ello, el destino de sus descendientes. Ese estado de inocencia política, no es espontaneo. Hay personajes pagados secretamente, para humear la realidad política, haciendo dificultoso para sus lectores, una interpretación objetiva de los eventos ocurridos en el entorno. Existen condiciones neuro traumáticas, debido a causas genéticas, que usualmente son permanentes e irreversibles, las cuales impiden una adecuada interacción con la realidad. Pero también la mala información, o la desinformación sectorial sostenida, pueden causar daños dinámicos segmentarios, de permanencia relativa, con similares consecuencias, que persisten, hasta que ocurren eventos de contundencia suficiente, como para lograr, con su impacto, que un ser humano se recupere y escape de un estado socio-catatónico parcial y temporal, recuperando de repente, la percepción perdida de un tramo de realidad, detectando de inmediato, todos los elementos que se encuentran operando en esta, y que habían permanecido invisibles hasta el momento. Los políticos aman maniobrar desde las sombras, ellos no ocultan su existencia, lo que ocultan, son las fuerzas con las que están comprometidos. Son estas fuerzas, y no el compromiso con sus discursos, las que trazarán sus objetivos. En política, el que no tengas identificados a tus enemigos, no evitará que estos te abofeteen, pero hará imposible que puedas devolver las bofetadas, la segunda consecuencia de dicha ignorancia, es que tampoco sabrás quiénes son tus aliados, si no sabes quiénes son tus enemigos. Cuando fuerzas políticas operan enmascaradamente, la primera tarea de la vanguardia que se le opone, es desenmascararlos. Lo usual, es que la agenda política oculta, sea antagónica con la agenda manifiesta. Los comunistas, fueron el ejemplo más evidente de ello, pero no los únicos. Retornemos de nuevo al libro de Charles Kupchan, que originó este artículo. El libro tiene una tesis central, que redefine las condiciones necesarias y convenientes, que deben tener en cuenta las potencias, para restablecer o establecer relaciones con los países adversarios. Según Kupchan, las relaciones deben establecerse incondicionalmente, no existe prerrequisito que se pueda enarbolar, para condicionar las relaciones diplomáticas entre dos países. La idea no es nueva, Chamberlain y Daladier, recogieron efímeros frutos de esa filosofía, cuando ambos fueron ovacionados por sus pueblos en las capitales de sus respectivos países, cuando regresaron de Múnich, enarbolando los documentos de su pacto de “paz con honor” como le llamó Chamberlain. No hubieren estado desacertados ninguno de los dos, si la aspiración del gobierno inglés y la del francés, hubiere sido la implantación de un sistema nazi en sus respectivos países. Utilizó también dicha técnica del apaciguamiento, el partido comunista soviético cuando pactó con Hitler, llegando incluso a entregarle a este, a los comunistas alemanes que estaban en sus prisiones y los gulags. El partido comunista soviético, y su internacional, cooperaron con la Gestapo en la eliminación de la social democracia en Alemania. Incluso Esparta, la nación más belicosa que ha existido, engendró sin éxito, su facción de pacifistas a ultranza ante la amenaza de ser invadidos por Jerjes. La propuesta contenida en el libro de Kupchan, no tiene categoría de estrategia política, es, si acaso, una técnica evaluativa de las condiciones periféricas que rodean las relaciones históricas entre una potencia y los que la desafían, para establecer relaciones diplomáticas. No llega ni a táctica diplomática restringida. En realidad, estaríamos más obligados en reconocer meritos en Kupchan, si este nos hubiere develado la técnica diplomática secreta que desplegó el Papa San León allá en Mantua, cuando hizo desistir a Atila de invadir Roma. Pero para que esa técnica analítica de política internacional, centrada exclusivamente en redefinir las condiciones necesarias para el establecimiento de relaciones entre dos países, sea realmente efectiva, se requiere que dicha técnica, sea parte de una estrategia política integral, que tenga definido los objetivos últimos del quehacer político todo. La propuesta de Kupchan se inserta justamente dentro de la filosofía de los que promueven un Poder Mundial. Bajo su Credo, no importa el tipo de relación que un gobierno mantenga con su pueblo. Lo relevante ahora, es que tipo de relación ese gobierno va a mantener con los otros gobiernos, integrados todos bajo una filosofía de explotación económica. Las Naciones Unidas, no se moverá mas como un concierto de naciones, sino como una sociedad de corporaciones políticas, que en el pasado se denominaban gobiernos, cuyo único compromiso internacional ahora, será el de garantizar que mantienen un control absoluto sobre su pueblo. Lo que hace Kupchan, es quitar, de un solo tajo, la poca ética que existía en las relaciones internacionales. Más exactamente, lo que hace es transparentarlas. En eso, tenemos que estarle agradecido, nos muestra y advierte, la clase de canallas que estamos enfrentando. La teoría de un gobierno mundial, se expande y despliega sobre el escenario actual, viciado por convicciones políticas, que usan como subsuelo teórico, los desechos irracionales que la fallida teoría marxista, ha dejado en las mentes incompletas, de los que en el presente, se autotitulan intelectuales. Chapoteamos moralmente sobre esos rezagos. Las consignas, han alcanzado rango de razonamiento cuando son entonadas por las masas. Pedro Fraga 23 de mayo de 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario