lunes, 16 de enero de 2012

POR UN 2012 SIN DESCALIFICACIONES , RENCORES NI ODIOS ENTRE CUBANOS

Por un 2012 sin descalificaciones, rencores ni odios entre cubanos


Crónicas cubanas

Félix Sautié Mederos


Otro problema muy importante que deberíamos plantearnos en este nuevo año, sería eliminar de raíz las dinámicas de descalificaciones, rencores y odios entre cubanos de adentro y afuera del país; que algunos, desde uno u otro signo político, han convertido en la razón de ser de su acción en la sociedad cubana contemporánea. En estas circunstancias, en mi criterio, las polarizaciones han llegado a un punto tal, que entorpecen la comunicación civilizada entre las personas; la que debería realizarse con independencia de opiniones y criterios sobre la política, la economía, las ideas religiosas y el medio social. Tal parece que el respeto por los demás ha entrado en una crisis de fondo y algunos se esfuerzan con similar intransigencia que la que critican por no restablecerlo como parte de un clima de reencuentro, perdón con justicia y reconciliación que tanta falta nos hace a los cubanos hoy.

También hay quienes reprimen a los demás para mantener de manera empecinada por encima del pensamiento diferente, sus ideas, criterios y poder. En paralelo, aparecen los que en nombre de sus divergencias no aceptan ninguna idea distinta a la de ellos, actuando con la misma ceguera y actitud intransigente que critican; y, que deberíamos erradicar para recorrer los caminos de convivencia, propios de una república democrática y participativa en la que quepamos todos en paz y concordia nacional.

Incluso podemos identificar, a los que desde afuera del país intentan forzarnos a quienes estamos adentro para que asumamos sus mismos criterios y posiciones, como si ellos fueran los únicos jueces de lo que internamente sucede. Con esas posturas coinciden con las cúpulas que desde adentro no admiten ninguna crítica o pensamiento diferente. Los extremos se encuentran y coinciden. Esa situación propicia rencores y crea un proceso de mayor fragmentación social que en definitiva es dañino para todos. El pueblo de a pie, entre tanto, es quien sufre como nadie los problemas internos, los bloqueos externos, las prohibiciones absurdas así como las inconsecuencias de unos y de otros. En este sentido, opino que la población nunca hará suyas las posiciones de fuerza que tanto rechaza en sus fueros internos, vengan de donde vengan y, en definitiva, no respetará a ninguna de las partes que así actúan.
En el fondo de todo se encuentra el sustrato esencial del no respeto irrestricto a los derechos inalienables con que venimos a este mundo en virtud de nuestra condición
humana, así como la falta de las libertades de conciencia, pensamiento, expresión y asociación. Por otra parte, los problemas acumulados y las dilaciones en resolverlos, incluidas las faltas de esperanza y de perspectivas futuras, se encuentran actualmente en un punto de inflexión que podría desbordarse en cualquier momento por causa de que se continúen desoyendo los anhelos y las angustias del pueblo, que en sus fueros internos lo hacen sentirse frustrado y desengañado.

Yo pienso que en el 2012 ha llegado el momento de detener los procesos de imposición y represión por medio de la fuerza, así como las descalificaciones, rencores y odios que se retroalimentan unos a otros, para plantearnos la urgencia de un diálogo de todos con todos en los más elevados planos, basado en los intereses esenciales de la identidad nacional que dieron origen a la Patria forjada por nuestros ancestros. Estamos ante una situación que requiere adoptar un camino de búsqueda de entendimientos en aras de la subsistencia de la Nación Cubana, la que se encuentra amenazada por circunstancias, coyunturas y empecinamientos que ponen en peligro su estabilidad.

En este orden de pensamiento, la lógica coyuntural aconseja que la iniciativa de los primeros pasos debería ser tomada por quienes detentan más poder y fuerza, porque precisamente ello les facilita mayor flexibilidad y capacidad suficiente para convocar un diálogo nacional en el que se impongan la razón, el entendimiento y los intereses esenciales del pueblo, con pleno respeto para la diversidad y las minorías, sobre la base del ideal martiano de con todos y para el bien de todos.

Las coyunturas, espacios temporales que vivimos en los años transcurridos del siglo XXI, presentan una crisis generalizada de las estructuras tradicionales de partidos, asociaciones y formas de poder, a la cual se suma un inminente cambio climático que habrá de sobrevenir ineluctablemente más temprano que tarde. En consecuencia, los cubanos de conjunto deberíamos ser lo suficientemente aprensivos y consecuentes con el medio socio político y natural en que estamos insertados, para plantearnos la urgencia de la concertación y de la concordia con el propósito de poder enfrentar el complicado futuro que cada vez nos es más cercano.

Escribo lo que he expresado inmerso en los sentimientos propios de quien ha vivido durante distintas épocas de la Historia Universal y específicamente cubana, porque nací en 1938 y mis primeros pasos de niño fueron en tiempos de la segunda Guerra Mundial, después vinieron las épocas de los gobiernos auténticos, del Batistato, de la guerra en la Sierra y en el llano, de la Revolución triunfante, Girón y el Bloqueo, la Crisis de Octubre, así como la Guerra Fría, la Caída del Muro de Berlín, el Período Especial en tiempo de paz y los momentos actuales. Estas vivencias me permiten apreciar en su verdadera dimensión las complicaciones del presente y la necesidad de construir un futuro de concertación y encuentro no basado en ilusas hipótesis de país, sino en las realidades, posibilidades e intereses básicos de la población con pleno respeto por las diferencias y la diversidad, expresados en un proyecto factible de tránsito y construcción en pos de un socialismo participativo y democrático, cuyos fundamentos, factibilidades y conveniencias hemos explicado con reiteración sus partidarios. Libre por demás de autoritarismos, centralismos y secretismos que se manifiestan contra natura.

Así lo pienso y así lo afirmo más allá de cualquier extremo o intransigencia inconsecuentes, en uso a mi derecho a expresarlo y proponerlo con respeto hacia los demás y amor por mi país, sin dejarme presionar por nada ni por nadie.
E-Mail: fsautie@yahoo.com. Publicado en Por Esto! el lunes 16 de enero 2012

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=141623

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