viernes, 20 de diciembre de 2019

HAY DESESPERO EN EL PENTAGONO?EMBAJADOR COLOMBIANO LO CONFIRMA?

Hay desespero en el Pentágono?. ¿Embajador colombiano lo confirma?

Eligio Damas

Desde que entró diciembre, como con las pascuas, los aguinaldos y las gaitas en Venezuela, en el Pentágono, donde manejan el asunto Venezuela y diseñan la política de Guaidó, entró como un cierto desespero.
Recordemos que comenzando este mes, Mike Pompeo dijo a los medios, "Hemos visto a gente pidiendo un cambio de régimen mediante medios violentos y, desde enero, hemos dicho que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar al pueblo venezolano a recuperar la democracia y la prosperidad. Eso es desde luego todavía verdad, pero hemos aprendido de la historia que los riesgos de usar la fuerza militar son significativos".
Y dichas declaraciones estuvieron envueltas en el marco de los acontecimientos de Ecuador y luego Chile y por supuesto también del golpe de Estado contra Evo Morales. Ya se hablaba de la preparación de una huelga general en Colombia que se dio con éxito para sus promotores y organizadores, que para los organismo de información estadounidenses no fue nada difícil predecir.
El golpe a Evo fue, para decirlo a lo García Márquez, como la “crónica de una muerte anunciada”, no sólo para el Pentágono, sino para quienes saben, cosa nada difícil, de la composición, origen y proceder histórico del ejército boliviano. Sólo esperaban tener un argumento aunque no fuese nada sólido, para derrocar a Morales y un marco político propicio en América Latina. El grupo de Lima con su política, la conocida actitud de la OEA manejada por Almagro, la presidencia de Bolsonaro en Brasil y todavía Macri en Argentina, ayudaron a alentar a EEUU y los militares bolivianos a tomar aquella decisión largamente pospuesta. Aparte de la indisposición de la policía y los militares contra Evo, el MAS se comportó como una organización que no estaba en condiciones de afrontar aquello. Tanto que, según los reportes de la prensa internacional, las reacciones contra el golpe fueron en buena medida espontáneas. Hasta la gente del MAS que domina todavía el congreso boliviano tuvo y sigue teniendo una conducta dudosa, por decir lo menos. Tanto que, hasta donde uno sabe, parece haberle dado legalidad y sustento al gobierno de facto, como autorizarle para llamar a un nuevo proceso electoral, mediante la aprobación de un proyecto de Ley que le envió la ilegal presidencia de la República.
No es aventurado decir que, el golpe a Evo fue decidido conociendo bien los detalles y lo que habría de suceder.
Pero Venezuela, al margen de lo que cada quien piense acerca del gobierno de Maduro y lo que suele llamar peyorativamente la “cúpula militar”, ofrece un marco totalmente distinto. La gran mayoría de los hombres y mujeres en armas, hasta ahora, han dado muestras si no de respaldo al gobierno, lo que sería muy difícil precisar, si a la constitución vigente, al legado bolivariano y a Chávez. No es casual que, oficiales, soldados y la tropa toda, en sus actos dan fe de respaldo a ese “legado” y lo dispuesto constitucionalmente. Y, quizás, por todo eso, también suelen manifestarse contra la injerencia extranjera en Venezuela y en disposición de enfrentarla con los medios a su alcance.
Pero hay otros detalles adicionales. El gobierno de Maduro goza de la solidaridad, no importa los argumentos que se manejan para descalificarla, de un partido con una enorme capacidad para movilizar gente, circunstancias que demuestra periódicamente. Pero también, adicional a la fuerza armada profesional, de un cuerpo de milicianos que según cifras oficiales rebasa la de 3 millones de hombres y mujeres. Quizás alguien pudiera rebajar la cifra y, hasta como uno escucha decir con frecuencia, disposición de los integrantes del cuerpo a atender al llamado para el cual fue creado “en el momento de las chiquiticas”, pero nunca podrá negar y menos desaparecer lo que eso representa. Habría que esperar el momento oportuno para juzgar con propiedad la conducta de esas fuerzas. La historia de muchos pueblos del mundo que fueron invadidos revela como dentro de cada hombre y mujer que siente el peso del compromiso con la patria, su historia y valores culturales, se despiertan fuerzas inimaginables. El pueblo vietnamita con toda su hambre, humildad y escasa preparación militar, se volvió un gigante y dio una demostración de arrojo, valentía y dignidad insospechada.
La oposición venezolana de hoy no es la misma ni siquiera de tres o cuatro años atrás. Las cifras de respaldo que se manejan y que según hablan en favor de los más violentos, entre los cuales está Guaidó, se contradicen con aquellas que manifiestan el deseo mayoritario de los venezolanos de encontrarle una salida pacífica y electoral a la crisis venezolana.
Y hay un hecho concreto, irrefutable, buena parte de la oposición desde hace ya algún tiempo, está en conversaciones con el gobierno en busca de salidas legales y pacíficas, tal como demanda la mayoría a la situación venezolana.
Pero el cuadro de América Latina sigue ahora siendo el mismo de cuando estalló la conflictividad en Ecuador, se pasó para Chile y llegó hasta Colombia. Y en Bolivia, pese las apariencias, las cosas no están como para andar alborotando avisperos.
Pero pese todo eso, después de aquellas declaraciones de Pompeo, en las cuales de paso pareció sacarle la alfombra a Guaidó, se ha producido una tupida lluvia de declaraciones intentando aclarar lo que aquél pareció oscurecer. Pues estando Guaidó en sus últimos días de presidente de la AN y de “presidente interino”, entró en estado de gravedad por el asunto del guiso denunciado por Calderón Berti, lo que no sólo puso en mayor peligro o debilitó las aspiraciones continuistas de aquél, sino que catalizó el proceso de resquebrajamiento de la unidad de ese universo opositor. Comenzó entonces a hablarse de la posibilidad que la oposición que hace política de conformidad con los dictados del gobierno USA, terminase perdiendo el control de la AN.
Todo lo señalado en la última parte revela que no siempre los agentes de la Casa Blanca las tienen todas consigo, como que Pompeo no pudo evaluar con pertinencia la situación y prever lo que sucedería pocas horas después de sus declaraciones. Por esto se desató una hasta interminable avalancha de declaraciones, como que Pompeo no dijo lo que dijo o eso no fue lo que quiso decir y que la opción de la invasión sigue sobre la mesa, olvidando aquello de los riesgos “que significa el uso de la fuerza militar”. Tres días atrás, Elliot Abrahams, declaró que ““Nunca se ha descartado una intervención militar. Tenemos la opción militar, que no desaparece”. Pero además, que El régimen de Maduro ofreció entregar 500.000 dólares a cada diputado para que no voten por Guaidó, pese a todo eso no han podido comprar la cantidad suficiente de parlamentarios. Yo confío en la oposición democrática que es mayoría”. https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Elliot-Abrams-EE-UU-no-descarta-la-intervencion-militar-en-Venezuela-20191214-0027.html
Lo anterior revela lo que antes dijimos, que hasta en el Pentágono, temen que haya un cambio en la correlación de fuerzas de la AN. Y justo por eso, vuelven a amenazar con la violencia para amedrentar y con su proyecto de mantener a Guaidó, el cual parecían haber abandonado, si volvemos sobre las declaraciones de Pompeo, cuando dijo, pensando en un escenario distinto al que parece pintar con desagrado Elliot Abrahams, que apoyarían a quien saliese electo por mayoría en la AN. Es la única fórmula que parecen tener a mano para mantener la unidad y no perder la AN, lo que parece un contrasentido cuando una buena cantidad de diputados y factores de la política se han manifestado con disgusto contra Guaidó y sus íntimos, pues son estos quienes aparecen vinculados a los hechos de corrupción denunciados.
Todo lo anterior confirma lo que hemos dicho en el título, hay como un estado de desesperación en el Pentágono y que por lo visto hasta ahorita no tienen el asunto bajo control. La reforma al reglamento de la AN, para que los diputados residenciados fuera del país voten de manera electrónica, como si estuviesen ejerciendo esa representación, que significa desconocer los derechos de los suplentes, es una demostración contundente de cómo la oposición se ha resquebrajado.
Y para más cosas, el embajador de Colombia en Estados Unidos, no sólo confiesa la participación de su gobierno en los intentos de tumbar al gobierno venezolano, sino que además juzgaron muy mal la situación venezolana. Y eso, porque todos ellos, al igual que esa oposición violenta que encabeza Guaidó, cuando diagnostica a Venezuela, parecieran hacerlo con las vísceras o sus cuentas personales y poco con el cerebro y el concurso de las Ciencias Sociales.

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