domingo, 25 de marzo de 2012

UNA OPINION SOBRE LAS DECLARACIONES DE SU SANTIDAD

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.Una opinión sobre las declaraciones de Su Santidad.
Sunday, 25 March 2012 21:17 Manuel Alberto Ramy Share | .Borrador de un corresponsal

Una opinión sobre las declaraciones de Su Santidad.

Por Manuel Alberto Ramy

Marzo 25 de 2012

El marxismo, que no es más que un instrumento de análisis de la sociedad, fue condenado por la iglesia católica hace más de un siglo. Incluso la encíclica papal de León XIII, Rerum novarum (1891) puede asumirse como una respuesta, la primera por parte del papado, a dicha ideología ya en ciernes. Las diferencias ideológicas entre la doctrina católica y el marxismo, como teoría, son de vieja data.

La novedad, a la que me convocan varios lectores y amigos que me han pedido opinión, radica en las recientes declaraciones de Su Santidad Benedicto XVI con relación a su viaje a Cuba. En el avión papal viajaba la excelente periodista y vaticanista Paloma Gómez Borrero quien con una pregunta certera, y a partir de la respuesta de Su Santidad, desató algún que otro titular un tanto forzado.

En un momento de su respuesta (la entrevista está publicada en Progreso Semanal pero la reproduciré al final de estas notas), Su Santidad dice “Hoy es evidente que la ideología marxista, tal como fue concebida, ya no responde a la realidad. De esta forma ya no puede responder a la construcción de una nueva sociedad. ”

Benedicto XVI, además de haber sido el guardián de la fe durante el papado de Juan Pablo II, es un intelectual, teólogo y filósofo, que ha publicado una veintena de libros. Sabe del pensamiento desde su ideología y también del uso de las palabras precisas para expresarse.

La concepción “ya no responde a la realidad” –el ya deja abierta la interrogante de que pudo en algún momento responder a ella—y prosigue diciendo de “esta forma” está invalidada para la “construcción de una nueva sociedad”. “Esta forma”, pienso se refiere a la praxis del marxismo aplicado, que en buena medida implosionó en las exrepúblicas del campo socialista, las del llamado socialismo real.

Si estoy en los cierto no estamos ante una obligada reiteración de posiciones en el campo de las ideas, sino a la luz de lo vivido.

Sucede que Su Santidad viene a Cuba cuando nuestro país vive un momento crucial de su historia llamado de Actualización, que además de reformas del sistema socioeconómico vigente desde hace medio siglo, está tratando de borrar viejos esquemas de las praxis marxistas copiadas de la URSS. El papa que nos vista ahora no es el mismo papa que nos visitó hace 14 años. Pero tampoco llega a la misma Cuba, particular que conoce. Él arribará a una sociedad y a un país que vive un proceso tendiente a cambios sociales y económicos.

“En este proceso, que requiere paciencia, pero también la decisión, queremos ayudar en un espíritu de diálogo, para evitar traumas y para ayudar a lograr una sociedad fraterna y justa, con - para todo el pueblo, y queremos colaborar en este sentido”.

“Con esta visita se ha inaugurado una vía de colaboración y de diálogo constructivo, un camino que es largo y que exige paciencia, pero que va hacia adelante”, respondió el papa a la periodista

Estas palabras no significan solamente disposición hacia nuestro gobierno, entrañan un apoyo a la apuesta que por esa opción ha hecho la jerarquía católica cubana. Por esta decisión, la jerarquía cubana viene sufriendo los embates y presiones de poderosas fuerzas externas, principalmente de las administraciones de Washington. Dichas administraciones no concuerdan con las aspiraciones de realizar reformas conducentes a un nuevo modelo de convivencia interna capaz de excluir su dominio o en el que no prevalezca la adoración por el dinero, algo que en otro contexto mencionó el papa y sobre el que desearía fuese más contundente. (El marxismo fue una respuesta al entonces capitalismo emergente, hoy globalizado).

Dejando de lado a Washington, opino que uno de los posibles objetivos de los recientes hechos ocurrido en varias iglesias --además del clarísimo de poner en crisis las relaciones entre la el estado y la iglesia--, pudiera ser el de alterar el consenso existente dentro de la jerarquía nacional y voltearla hacia la confrontación.

“Es obvio que la Iglesia está siempre en el lado de la libertad: la libertad de conciencia, la libertad de religión. En este sentido [INAUDIBLE] contribuyen también los simples fieles en este camino hacia adelante”, dijo el papa.

Con delicadeza no puedo pasar por alto y lamentar que Su Santidad haya llamado “simples fieles” a quienes son la iglesia, esta no es más que la comunión de los fieles, los millones a escala mundial que comparten y practican la fe y las predicas del hijo de Dios y putativo del carpintero José y de María, la Virgen. Sin los simples fieles no habría iglesia, solo esqueleto institucional.

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Texto de rueda de prensa papal en ruta a México

Palabras textuales del Papa Benedicto XVI en su referencia a Cuba durante rueda de prensa a bordo del avión papal el viernes 23. La pregunta provino de una periodista identificada como Paloma Gómez Borrero. La transcripción viene de Radio Vaticana; la traducción es por Progreso Semanal.

PREGUNTA: Su Santidad, miremos a Cuba. Todos recordamos las famosas palabras de Juan Pablo II: "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba". Han pasado 14 años, pero parece que estas palabras siguen siendo pertinentes. Como usted sabe, a la espera de su viaje, muchas voces de la oposición y defensores de los derechos humanos se hicieron sentir.

Su Santidad, ¿usted piensa retomar el mensaje de Juan Pablo II, teniendo en cuenta tanto la situación interna en Cuba como la situación internacional?

BENEDICTO XVI: Como ya he dicho, me siento en absoluta continuidad con las palabras del Papa Juan Pablo II, que siguen siendo de suma actualidad.

Con esta visita se ha inaugurado una vía de colaboración y de diálogo constructivo, un camino que es largo y que exige paciencia, pero que va hacia adelante.

Hoy es evidente que la ideología marxista, tal como fue concebida, ya no responde a la realidad. De esta forma ya no puede responder a la construcción de una nueva sociedad. Debe ser hallada en nuevos modelos, con paciencia y de manera constructiva.

En este proceso, que requiere paciencia, pero también la decisión, queremos ayudar en un espíritu de diálogo, para evitar traumas y para ayudar a lograr una sociedad fraterna y justa, con - para todo el pueblo, y queremos colaborar en este sentido.

Es obvio que la Iglesia está siempre en el lado de la libertad: la libertad de conciencia, la libertad de religión. En este sentido [INAUDIBLE] contribuyen también los simples fieles en este camino hacia adelante.

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