lunes, 13 de febrero de 2012

REPUBLICANOS UN FUTURO INDEFINIDO

Republicanos un futuro indefinido
Por Lorenzo Gonzalo, 12 de febrero del 2012

La mayoría de las personas no saben con exactitud qué significa mucho o poco gobierno, expresión muy escuchada en el argot político de Estados Unidos y equívocamente repetida por los grupos más representativos de los grandes capitales, especialmente por los republicanos.

En el centro de estas primarias este tema se traduce en la manera de administrar el sistema impositivo, la utilización de esos recursos y la presencia del Estado en las actividades productivas y financieras. Pero al tratarse de un asunto que nacionalmente tiene una enorme trascendencia en estos tiempos, para los republicanos es importante ponerlo en contexto con ese clamor popular, del cual sus propios militantes son parte.

La forma pendular del sentir ciudadano que parece estar cobrando forma en Estados Unidos la palpamos en el papel jugado por Ron Paul durante el transcurso de la Primaria. Este personaje quizás no salga electo, pero es significativo el auge que su discurso ha cobrado a lo largo de la campaña por la denominación. Una campaña que es exclusivamente republicana y que supone expresar la esencia del conservadurismo.

El mensaje de Ron Paul supone representar una crítica del “sistema” y es interpretado por la mayoría de sus seguidores en ese sentido. Es curioso que muchos de sus adeptos, al ser entrevistados mencionan la Declaración de Independencia de 1778, la cual es considerada por muchos la piedra angular del nacimiento de Estados Unidos. El aspecto principal de dicha Declaración es el derecho de “cambiar o abolir cualquier sistema de gobierno que la ciudadanía no considere beneficiosa a sus intereses”. Estas expresiones son acompañadas con críticas a los “gobiernos que nos quitan mucho y nos dan poco, acabando con el erario público como marineros borrachos en tierra, luego de varios meses en el mar”.

La crítica al “sistema” de Ron Paul es en realidad un regreso a la política recomendada por George Washington de aislar el país de los problemas del resto del mundo y al propio tiempo implementar un liberalismo puro, rayano en algunos aspectos con un anarquismo vulgar. Pero no todos sus seguidores entienden su mensaje exactamente en ese sentido, inclinándose en realidad por un candidato que supone desafiar el “sistema”.

Aunque hemos acotado que en estas elecciones las cuestiones religiosas o ciertos elementos doctrinarios, no influenciarán en la misma medida que la economía y las formas de ejercer internacionalmente el poder militar, la elección de Rick Santorum en tres estados del centro, parecería desmentir esa apreciación.

Sin dudas que la victoria de Rick Santorum en Missouri, Minnesota y Colorado, pudiera mostrar que una gran parte de la población aún se inclina por sus creencias religiosas. La composición religiosa de la población de esos estados, no solamente es mayoritariamente cristiana, sino que la católica por si sola es mayoría respecto a cada una de las demás.. Esto puede haber favorecido a Santorum, quien es un devoto practicante católico de Pennsylvania.

En cambio en las elecciones de Maine donde se produce una situación similar respecto a las diferentes denominaciones cristianas, Romney gano con un 39% y con sólo tres puntos más que el candidato de tendencia libertaria, Ron Paul.
Rick Santorum se fue nuevamente atras.

La elección de Santorum en esos tres Estados pudo haberse debido a otras circunstancias que fundamentalmente estuvieron definidas por sus medios económicos para mover una maquinaria política bien engrasada y donde el aspecto religioso coincidentemente se corresponde con sus creencias y práctica religiosa.

Pero en unas elecciones generales, donde los votantes de esos tres Estados no son solamente los de su Partido, los tópicos que han definido la vida ciudadana del país parecen ser los que liderarán el peso de las decisiones de los votantes. Al menos esto indica hasta hoy la tendencia de ese voto partidista.

Entre los muchos aspectos que Santorum pudiera tener en contra, podemos mencionar su apoyo a la “Guerra contra el Terrorismo”, copiada al carbón de la doctrina de Bush. También pudiera afectarlo su filosofía injerencista, uno de cuyos antecedentes se extiende a la década de 1990 siendo promotor de la llamada Siria Accountability Act, cuya letra estipula que Siria no puede interferir en la guerra del Líbano, no puede importar petróleo de Irak y no le puede suministrar armas a las fuerzas que en ese país combaten contra la ocupación estadounidense. El ciudadano estadounidense parece tener cierto agotamiento respecto a esta forma de dominio. En cuanto a los conceptos de libertad, tan extendidos y manipulados en Estados Unidos, Santorum interfiere hasta tal punto, que ha llegado a definir ciertas opiniones como “una corrupción de la libertad de conciencia”. Para este dirigente, si alguien acepta las preferencias sexuales de otros o está de acuerdo que una mujer decida abortar o apoya la investigación de células madres, es porque ha sido víctima de una “corrupción de su conciencia”. Estos criterios, especialmente su fanatismo respecto al aborto lo coloca en el primer lugar entre los candidatos republicanos conservadores. La población del país también se ha hecho un poco refractaria a estas intromisiones y al abuso de temas como el aborto y “las libertades de conciencia”.

Las votaciones primarias republicanas siguen indicando que existe una inclinación hacia la moderación al interior de ese Partido, junto con marcadas inquietudes ciudadanas respecto al “sistema”, lo cual no implica una verdadera comprensión del significado de esta expresión.

Para los hacedores de estrategias del Partido Republicano, constituye un verdadero dolor de cabeza poner esta maquinaria a la altura de los tiempos. Hasta el momento parece que la solución momentánea es elegir a un aspirante como Mitt Romney, pero lo cierto es que si en algún momento uno de los dos Partidos del Poder ha estado en crisis, ninguna ha sido como la actual.

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