lunes, 20 de febrero de 2012

ASUMIR LAS DISCREPANCIAS CON NATURALIDAD Y RESPETO

Asumir las discrepancias con naturalidad y respeto


Crónicas cubanas


Félix Sautié Mederos



Desde el punto de vista del realismo político, es honrado reconocer que el Presidente Raúl Castro Ruz, en su clausura de la Primera Conferencia Nacional del PCC, planteó algunos conceptos básicos sobre la necesidad de “promover la mayor democracia en nuestra sociedad” a los cuales ya me he referido anteriormente, pero creo de utilidad que continúe comentándolos. Considero que su concepción integral y puesta en práctica podría generar sinergias positivas en todos los sectores de la población, porque en lo individual y en lo colectivo, vivimos con muchas carencias y contradicciones al respecto. En consecuencia, apoyo y saludo que en definitiva con hechos concretos estos propósitos se conviertan en una realidad cotidiana y no queden solo en las palabras.


Por otra parte recuerdo, parafraseando a Rosa Luxemburgo, que la libertad es para todos o no es; y, opino que coadyuvaría a la consecución práctica de ese concepto, la más efectiva implementación de lo planteado por el Presidente en su discurso, de favorecer que “las discrepancias sean asumidas con naturalidad y respeto incluyendo a los medios de comunicación masiva” así como que “la conformación de una sociedad más democrática contribuirá también a superar actitudes simuladoras y oportunistas surgidas al amparo de la falsa unanimidad y el formalismo en el tratamiento de diferentes situaciones de la vida nacional”; y, que “Es preciso acostumbrarnos todos a decirnos las verdades de frente, mirándonos a los ojos, discrepar y discutir, incluso discrepar de lo que digan los jefes cuando consideramos que nos asiste la razón (…) “Hay que estar dispuestos a buscarnos problemas defendiendo nuestras ideas y enfrentando con firmeza lo mal hecho…”. No continúo pues sería muy extenso continuar citando el discurso que, en mi opinión, vale la pena estudiarlo.


Por otra parte, en las complejas y difíciles circunstancias que estamos viviendo en Cuba y en el mundo, una democratización y socialización de amplio espectro lejos de debilitar al país, sería en cambio un fortalecimiento esencial de la Nación Cubana que, en su conjunto incluye a la diáspora que algunos insisten en negarles sus derechos de cubanos. Así mismo como parte de esas concepciones proclamadas, propiciar el diálogo, el reencuentro y la reconciliación serían pasos históricos y trascendentales para la concordia, la paz y el desarrollo del país. Pero lamentablemente hay quienes desde diversos signos e incluso posiciones encontradas, desestiman asumir las discrepancias con naturalidad y respeto e insisten en agudizar la polarización, los rencores, los odios, las amenazas, las violencias y las represiones que nada bueno podrían aportar para Cuba. En esta dirección son tristes y muy injustos, los procedimientos de descalificación y amenazas, vengan de donde vengan, de quienes coincidentemente e incluso desde posiciones algunas veces encontradas rechazan participar en un diálogo profundo y público en igualdad de condiciones y derechos, del cual no se desprendan consecuencias de fuerza en contra de cualquier opinión diferente.



Estas actitudes controvertidas, niegan de hecho los reiterados planteamientos, definiciones y llamados a favor del humanismo y de la ética sin jamás decir mentiras. En este orden de cosas, opino que quienes utilizan el insulto, las descalificaciones y las amenazas contra los que piensen diferente, en realidad carecen de argumentos y de convicciones para razonar y convencer y acuden al uso de la fuerza como recurso en lo que se podría denominar un vale todo.


Los que así actúan escudados por demás algunas veces en seudónimos insospechables, precisamente por su incógnita ocultada, dejan sus planteamientos y acciones pretendidas o realizadas en el campo de las dudas no comprobables, en tanto que la “piedra” ya queda lanzada sobre quien pretenden advertir y/o amenazar. También en ocasiones son secundados por personas orgánicas y controvertidas que promueven debates extemporáneos y provocadores que dividen, sacan los análisis del plano de las ideas y los dirigen contra las personas que atacan y denigran, desvían la atención de los problemas fundamentales del momento que vivimos y desvirtúan las posibilidades de promover el reencuentro, la reconciliación y el diálogo fecundo entre cubanos.



Con esos métodos demostrativos de su falta de sensibilidad ética y/o incultura, solo podrían atemorizar a los timoratos, pero a quien con convicciones haya vivido y luchado sostenidamente en pro de la equidad distributiva, la justicia social y la paz desde posiciones de izquierda reconociendo incluso sus propios errores; y, esté dispuesto a buscarse problemas hasta las últimas consecuencias, pocos efectos le harán. En este orden de cosas, debo reiterar que no me oculto para proclamar de frente y con la mirada sostenida mis convicciones cristianas a favor de un socialismo participativo y democrático, que se aparte de las concepciones estalinistas y del capitalismo de Estado que propician la explotación salarial sin entender ni aplicar el concepto de trabajador asociado que definiera Carlos Marx. En cambio, opino que ser un “mercenario al servicio del Imperialismo” (que es una muy utilizada descalificación) es también entre otras cosas dedicarse a dividir, amenazar y emplear la fuerza para imponer criterios. Si las concepciones que planteo a favor de un socialismo por la vida, “traicionan a la Revolución”, tal y como algunos dicen en sus mensajes anónimos, el problema es que los que envían tales advertencias y amenazas son los que en definitiva desconocen y niegan los principios de la utopía socialista nunca alcanzada hasta nuestros días.



Esos procedimientos, contradicen el espíritu y la letra de lo planteado por el Presidente Raúl Castro de “promover la mayor democracia en nuestra sociedad”. Controvertidamente, crean por tanto, una gran confusión de conceptos; y en mi criterio, podrían dar base y argumentos para estimular las agresiones e intervenciones externas con propósitos anexionistas. Me pregunto entonces: ¿Quiénes están verdaderamente “al servicio del Imperialismo”? Así lo pienso, así lo afirmo y así respondo. E-Mail: fsautie@yahoo.com







Por Esto!, lunes 20 de febrero del 2012



http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=149003

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