martes, 18 de septiembre de 2012

Y ME PREGUNTO ?COMO PODRIAMOS ARRIBAR AL FUTURO?


 
ATENCIÓN FRANK
 

Y me pregunto… ¿cómo podríamos arribar al futuro?


Félix Sautié Mederos

Crónicas Cubanas

Muchas de las personas con que me relaciono o coincido manifiestan resistencias explícitas o sutilmente implícitas de pensar hacia el futuro. Puedo decir que los veo tan agobiados con el incierto presente en que vivimos, que les preocupa o incluso a algunos les aterra transportarse con sus pensamientos más allá de la subsistencia cotidiana, porque la vida se les hace muy difícil. En estas circunstancias, quizás muchos esperen sólo un próximo día para disfrutar las tramas de las novelas brasileñas de la televisión. Es triste pero así es.

Anímicamente una importante generalidad se muestran cansados por tantas consignas y se resisten a ir detrás de los iluminados de uno o de otro bando que les “orientan” lo que deberían hacer y que únicamente admiten validez para sus propias ideas como solución y ejemplo para imitar. En resumen, percibo preocupaciones, agobios, miedos y sobre todo mucho descanto. Es como si el hastío y el desconcierto nublaran la conciencia en una especie de no vale la pena, en un constante no coger lucha, en medio de una actitud de inconformidad y de protesta por la situación en que se vive y por sentirse meros objetos movidos cual si fuéramos simples fichas de ajedrez.

Paralelamente se manifiesta una espiral cargada de rencores, violencias, odios y amenazas que auguran tiempos más complicados aún. Todo lo que planteo es como para detenerse a pensarlo profundamente, porque quizás se nos está bombardeando con ideas, proyectos y planes salidos de las élites políticas de los diversos bandos subsistentes, sin que se hayan puesto los pies sobre la Tierra con un verdadero realismo político, que permita conocer lo que la población verdaderamente añora para su presente y su futuro. En mi criterio sería imprescindible buscar e investigar en el seno del pueblo, cuáles son sus verdaderos intereses antes de emitir propuestas que la población no pueda comprender y/o asumir. Hay que tener cuidado de no matar la esperanza encriptando consignas ahogadas por el apresuramiento de ir más allá de lo verdaderamente posible y por causa de las precipitaciones que nos inducen a saltar etapas por encima de las posibilidades de asimilación popular.

Me explico mejor: pienso que en el momento en que vivimos, los problemas no podrían resolverse simplemente por medio de los criterios de grupos, vanguardias o aislados partidos, sin tener en cuenta que lo determinante es el desenvolvimiento de una sociedad civil a partir de genuinas entidades que abarquen en libertad de asociación desde abajo al pueblo, incluyendo especialmente a los que no se agrupan tras los colores de la política. En esto sería determinante abrir el diálogo en todas las instancias de la sociedad, comenzando por las formas más simples posibles y disponernos a trabajar a largo plazo, porque en los cambios que nos son imprescindibles habría ante todo que partir de los intereses fundamentales y más auténticos de la población en su conjunto, procurando encauzarlos como parte de un proceso de creación, desarrollo y/o fortalecimiento una sociedad civil capaz de manifestarse libremente sin condicionamientos preestablecidos y de actuar en consecuencia.

Reconozco que lo que planteo es algo así como lo que se denomina con la expresión popular de “camisas de 11 varas” , pero me asalta con fuerza la preocupación de que podría ser lo más importante que todos tenemos por delante y que no alcanzamos comprender por causas de las angustiosas urgencias que podrían estar nublando el pensamiento profundo, sin criterios ni compromisos tomados de las ideas de otros, más allá de nuestras propias realidades, por duro que sea aceptarla y comprenderla.
¿Qué hacer, entonces?, es una pregunta que se desprende cuya respuesta quizás ya está cuajando en lo que se intenta hacer pacífica y civilizadamente por parte de quienes se han propuesto crear opciones de diálogo y encuentro, pasando por encima de temores, amenazas y reprimendas que cada vez se hacen más extemporáneas y tienen menos efectos en sus propósitos de estimular el miedo como factor paralizante de la voluntad que se desprende del don del libre albedrío, con que todos sin excepción venimos al mundo.

Un ejemplo de ello, en mi criterio, son los esfuerzos que se realizan desde la Revista católica Espacio laical con sus artículos, foros e iniciativas. Que no constituyen únicos porque se suman a otros más que poco a poco se han ido creando. Al respecto, quiero referirme a la reciente presentación en diálogo abierto al que fuimos convocados en amplia diversidad de ideas y posiciones, de un cuaderno titulado “Por un Consenso para la Democracia” en que se incluyen análisis de fondo sobre nuestras realidades publicados en la Revista por reconocidos autores, tales como Roberto Veiga, Julio César Guanche, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, Jorge I. Domínguez, Julio A. Fernández Estada, Dmitri Prieto Sánsonov, Mario Castillo, Armando Chaguaceda, Víctor Fowler, Orlando Márquez, Ovidio D’Angelo, Alexis Pestano, Arial Dacal y Lenier González. Cito la lista de autores para significar su cantidad, calidad y diversidad, lo cual considero un importante mérito a reconocerle.

Constituye una iniciativa concreta y de fondo, que sin apresuramiento se plantea desarrollar a conciencia, porque aunque siempre un cuaderno podría verse como algo muy puntual, tiene la posibilidad de circular de mano en mano, además de no ser necesarios medios digitales ni prohibidos accesos a Internet para su difusión. Es una acción realista y posible, que saludo y que pongo como ejemplo de iniciativas concretas que pueden penetrar factiblemente dentro de los ámbitos en que se mueve el pueblo de a pie. En su artículo de prólogo con el título “Cuba está viva” Lenier González afirma un propósito muy importante que hago mío y cito: “Quiera Dios que estos modestos esfuerzos -modestos en su intención, pero pletóricos de compromiso con el pueblo cubano- contribuyan al parto luminoso de una patria más justa, inclusiva y soberana.”

Así lo pienso y así lo afirmo, con mis respetos para quienes piensen distinto. fsautie@yahoo.com
 Publicado en Por Esto! el martes 18 de septiembre del 2012. Sección de Opinión

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