viernes, 1 de junio de 2012

LA REFORMA AUSPICIADO POR LA FUNDACION CAMBIO CUBANO

PUBLICADO POR:Hector García Soto La Reforma. Auspiciado por la Fundación Cambio Cubano. Trabajando por el Desarrollo Sostenible -------------------------------------------------------------------------------- Proyecto Cuba-Emprende. Entrevista al P. Yosvany Carvajal Miercoles, 30 May 2012 13:35 Progreso-Semanal Equipo de RPA/Progreso Semanal LA HABANA - La tarea que tiene por delante el Centro Cultural P. Félix Varela (CCFV), un empeño de la Arquidiócesis de La Habana, es un reto que asume el presente cubano y se empina hacia el futuro. La responsabilidad de tal empresa le fue dada al sacerdote cubano Yosvany Carvajal, rector del Centro. Este sacerdote, delgado, mediana estatura, con años que no superan la media treintena, nos recibe con amabilidad y responde a nuestras preguntas hablando de manera pausada, serena. Medita lo que dice. Pensar profundo, hablar claro y suave es su estilo, que no logra ocultar la pasión por la inmensidad y posible impacto (que de hecho ya va teniendo), el Centro que dirige. Una de las líneas de trabajo del Centro son las conferencias dictadas sobre la realidad cubana por personalidades de diferentes signos políticos e ideológicos y en el público, plural también, opositores al gobierno han hecho preguntas discrepantes de los expositores, en no pocas oportunidades. Se trata de una novedad riesgosa que ha puesto al Centro y a la proyección de la Arquidiócesis habanera como blanco de críticas, malas caras y presiones de los extremos políticos existentes. ¿Cómo surge la idea de la creación, en las antiguas instalaciones del Seminario San Carlos y San Ambrosio, de un Centro Cultural? Desde finales de los años 80 la Iglesia ha venido incrementando sus espacios de presencia evangelizadora. Esta realidad tuvo su impulso más contundente con la visita del Santo Padre, el beato Juan Pablo II en 1998. Una de las áreas en las que la Iglesia ha desplegado su creatividad es en el diálogo Fe-cultura. A través de los católicos que se desempeñan en el ámbito de las humanidades, las artes y las ciencias, y que invitados muchas veces, a título personal, participan en disímiles eventos, se ha hecho posible la presencia de la Iglesia en el mundo de la cultura. He tenido la oportunidad de participar en varios simposios en los que he aprendido que muchos de los miembros del mundo intelectual cubano reconocen en la Iglesia un interlocutor válido. En las instalaciones del antiguo Seminario San Carlos y San Ambrosio varios grupos de la Arquidiócesis de La Habana han organizado encuentros académicos con investigadores y profesores universitarios sobre temas de historia, ciencias naturales, literatura, política y realidad cubana. El propósito de la Iglesia ha sido siempre el de reunir católicos y no católicos para dialogar e intercambiar opiniones fomentando, de este modo, en un espíritu de respeto y tolerancia, vínculos que podría decir que son hasta de tipo institucionales y que considero es la manera en la que también podemos garantizar la construcción del futuro. Teniendo en cuanta el papel que jugó el Seminario San Carlos en la formación de la nacionalidad cubana y al quedar vacante sus instalaciones al ser construido a las afueras de la Habana un nuevo Seminario, la Arquidiócesis en la persona del Cardenal Arzobispo ha decido destinar el edificio a un Centro Cultural que lleva el nombre del formador de los fundadores patrios, el que nos enseño a pensar como cubanos: el Pbro. Félix Varela. ¿Cuál será, exactamente, el quehacer planificado para este espacio? ¿Qué proyectos ya se están realizando y cuáles están por comenzar? En este nuevo Centro Cultural queremos seguir fomentando el diálogo, hasta ahora muy fructífero, con el mundo de la cultura y sus diversas manifestaciones. Es por eso que el Centro contará con espacios, en sus centenarias galerías, para exposiciones de artes plásticas como la que tuvo lugar, hace pocos meses, por los cuatrocientos años del hallazgo de la imagen de la Virgen de La Caridad. También habrá espacio para la proyección de productos audiovisuales y el debate cinematográfico, así como para la música y el canto. Muchas de estas iniciativas ya se vienen realizando desde que inauguramos el Centro. El mundo intelectual, por supuesto, que no queda fuera. Como dije anteriormente, este ocupa un lugar importantísimo en el quehacer del Centro Cultural pues ya hemos tenido el privilegio de contar con prestigiosos conferencistas tanto del ámbito nacional como internacional; y se ha creado un espacio de intercambio y diálogo que abre ante nosotros nuevos caminos de esperanza. Otro rol de vital importancia que tendrá el Centro es el de la formación del laicado católico, mediante un Instituto de Estudios Eclesiásticos que funcionará dentro del mismo Centro y que está ligado inseparablemente a la función pastoral que tiene el mismo. Queremos, a través de este instituto, formar laicos comprometidos con la sociedad desde un pensamiento eminentemente cristiano-católico y seguir tendiendo puentes hacia el sector de pensamiento del país. Creo que todo esto es posible gracias al notable poder de convocatoria que tiene este edificio por su atractivo histórico y cultural. Entre los proyectos que ya están funcionando podemos mencionar, entre otros, los cursos dirigidos al sector de la economía y la microempresa, como el Máster en Administración de Empresas (MBA) y el proyecto Cuba-Emprende. Este último busca favorecer y ayudar a consolidar, con la asesoría adecuada, las iniciativas de negocio privado recientemente emprendidas con los cambios en la política económica del país. Otros cursos se llevan a cabo por el departamento de iniciación teológica destinada a las comunidades eclesiales de la diócesis, principalmente las rurales. Estamos ahora enfrascados en la preparación del plan de estudios de lo que será la Laurea y luego la licenciatura en Humanidades que ofreceremos en el Instituto de Estudios Eclesiásticos. Esperamos poder otorgar, con la autorización de la Congregación para la Educación Católica, los títulos de nivel superior una vez que hayamos logrado la articulación académica necesaria con un sistema a base de créditos, como existe en todas las universidades del mundo. ¿Cómo se vinculan el quehacer del Centro y la línea pastoral de la Arquidiócesis de La Habana? No solo existe un vínculo entre el Centro y la Arquidiócesis, sino con toda la Iglesia universal. La Santa Sede, mediante la Pontificia Comisión para la Cultura, desea que en cada ciudad haya un Centro Cultural Católico en el que se haga posible un encuentro, cada vez más necesario, entre fe y cultura. La línea pastoral de la Arquidiócesis de La Habana ha apostado siempre, no sólo ahora, por tender puentes en los que todos los cubanos, sean o no creyentes, puedan encontrarse y trazarse metas en las que el único objetivo sea la evangelización de la cultura y el mejoramiento humano. Cuba tiene un alma cristiana, nos lo recordó en su visita a La Habana el beato Juan Pablo II e insistió en ello el Papa Benedicto XVI en su reciente visita. Tener un alma cristiana significa que los orígenes nuestros como nación hunden sus raíces en el pensamiento y la ética cristiana que nos legaron los fundadores de la patria, uno de ellos y el más destacado ha sido el P. Félix Varela. Él nos dejó el modelo para ser buenos cubanos en sus enseñanzas y en su misma vida llena de sacrificios por Cuba. Nos decía Varela que no puede haber Patria sin virtud. Es necesario hacer crecer al hombre de todos los tiempos en la virtud; pero esta virtud ha de fundamentarse en los criterios evangélicos que le dan soporte. Por lo que el Padre Varela, continúa diciéndonos, que no puede haber virtud sin Religión (impiedad). Desde este pensamiento también entendemos el de Martí; y la Iglesia en Cuba quiere que, en estos tiempos que corren, seamos capaces de construir una nación reconciliada y participativa. Creo que el Centro Cultural, que en otro tiempo fue la cuna de la nación, continua con la misión de ser lugar donde ciencia y religión, diálogo y reconciliación, fe y cultura se encuentran, nunca como opuestos, sino en perfecta armonía, como lo soñó Varela. La Arquidiócesis también tiene como meta la formación de los laicos, que desempeñan un rol importante en la trasformación de la sociedad, como lo exige su propia misión de cara al mundo. Aquí en el Centro se concentrará todo el trabajo formativo que se ha venido realizando desde hace muchos años a través del extinguido Instituto de Ciencias Religiosas P. Félix Varela. Acabo de leer la Nota de Prensa que la dirección de la revista Espacio Laical ha circulado, y donde se anuncia el traspaso de la publicación del Consejo de Laicos hacia el Centro, ¿cómo se insertará la revista en la vida del Centro? Como ya he explicado antes refiriéndome a las funciones del Centro, y después de un largo discernimiento basado en el trabajo hasta ahora realizado por la revista Espacio Laical, el Cardenal Arzobispo, en mutuo acuerdo con el Consejo Editorial de la misma, ha decidido trasladar la publicación hacia el Centro Cultural. Como el Centro es un lugar de formación donde existe la posibilidad del diálogo entre fe y cultura, es evidente que la revista se inserta perfectamente dentro de esta estructura. Para nosotros, en el Centro, es un honor acoger a Espacio Laical, pues la revista se ha ganado el respeto de diversos sectores pensantes dentro y fuera de Cuba. Entre las diversas iniciativas y secciones que tiene la revista está la de auspiciar conferencias, paneles y eventos sobre temas de vital importancia para el presente y el futuro de Cuba. Creo que el mejor lugar para la revista es el Centro Cultural, para desarrollar su trabajo como lo ha venido haciendo, fomentando desde esta “Casa Cuba” que fue el antiguo Seminario, hoy Centro Cultural P. Félix Varela, el encuentro, el diálogo y el consenso entre cubanos. La revista ha ampliado su Consejo Editorial haciéndolo más variado, con la incorporación de jóvenes intelectuales católicos y no católicos; como del Rector del Centro soy su nuevo director. Queremos seguir trabajando coordinadamente para que el trabajo sea fructífero como hasta ahora y llegue a nuestros lectores un trabajo sólido que invite a la reflexión, el consenso y al diálogo como metodología necesaria para el futuro. Cuando afirmamos que esta es la metodología no queremos decir que no sean posibles otras, ciertamente existen; pero optar, desde la fe, por una dialéctica de reconciliación y diálogo me parece que es también el servicio que debe ofrecer un Centro Cultural católico. En esta casa se ha pensado desde la fe al hombre y a la Patria; y se ha impulsado la cultura. La revista Espacio Laical será la publicación de esta casa en la que sus puertas están abiertas a todos los hombres de buena voluntad, de tal manera que podamos sembrar de esperanza el camino que conduce hacia el futuro.

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