lunes, 4 de junio de 2012

EL TECHO FAMILIAR Y LA NECESIDAD DE

El techo familiar y la necesidad humana. Raul Carmenate .Humano-pensador. Desde la caverna la necesidad de refugio, protección y territorio propio donde satisfacer muchas necesidades básicas, ha sido primario para todos. Es el techo el que ha producido una familia cercana y donde se han sellado los valores de convivencia maternal, paternal, fraternal y de parientes. A través de la historia entre chozas y palacios, sótanos y rascacielos el ser humano ha buscado y necesitado el techo protector, generándose así una necesidad civilizadora imprescindible para la comunión familiar y comunitaria. En la mayoría de los pueblos las familias han poseído ese techo barato o caro según los acomodos y posibilidades económicas, pero en muchas ocasiones la herencia y los costos mas razonables permitían a las familias un acceso menos traumático a un techo. ¿Porqué he dicho menos traumático? Siempre hemos conocido los problemas de vivienda,los problemas de familias pobres atrasadas en sus pagos de alquiler,los conocidos desahucios, y los muebles para la calle. Paso a paso hemos recorrido esta batalla muchas veces ante la indiferencia de los unos hacia los otros. La aparición de una autoestima crítica la hemos visto en los ojos de todos los sin casa pero sobre todo en los que están a punto de perder su techo por diversas razones. Pero desde que en los Estados Unidos el Sueño Americano estableció la posibilidad del techo para todos a través de los complejos sistemas de préstamos y clasificaciones y se despersonalizó el contacto dueño arrendatario, nos creímos ciertamente que cada día ganaríamos salarios mas altos y que los asuntos de vivienda serían sólo los pagos de los proyectados años. Se consideraba que el país había sido bendecido y estaría en una escalada diaria y constante hacia los cielos. Pero la realidad que siempre está presente nos enseñó una nueva realidad y ha sido la terrible situación de que el techo se ha convertido en un proceso muy complejo donde entre seguros, huracanes,reclamaciones, altos y cambiantes impuestos, disposiciones, constantes guerras de asociaciones y condominios, y muchas otras sorpresas, ese techo donde nuestros abuelos nos criaron y nos abrigaron ha devenido en algo inseguro y traumático. ¿Han entendido el hombre y sus gobiernos el mundo de las necesidades humanas basicas? En todos los países pobres nos quedamos impresionados con las casitas de zinc, de pedazos de madera y hasta de cartón, y esas realidades se las dejamos a Dios y al necesitado, pero nada que ver seriamente con nosotros. Esos pobres diablos, nos decimos, han sido sentenciados, olvidándonos de que en cada uno de los seres humanos comenzando por nosotros mismos puede aparecer una adversa situación en segundos. Mi experiencia de haber “perdido la vivienda” en el conocido Foreclosure, me mostró muchas maneras que los sistemas de préstamos y los gobiernos podían haber empleado si hubiera habido una sola y elemental pizca de lo que vale el ser humano con techo y lo que es uno sin techo. Sucede que no sólo estamos en la civilización que abandonó a Dios, aunque es la que más ha hablado de él, sino en la mas suicida de las civilizaciones pues es la que más información y preparación académica ha podido alcanzar. Es además, de la mas suicida la mas cuantitativamente agresora, fanática y cirquera y la que más ha sufrido de escotomas que le impiden ver la realidad humana. Muchas veces con pena he hablado sobre el foreclosure o el no tener Empleo, y sorpresivamente las contestas han sido que mi interlocutor también está o estuvo en ese proceso y observó como los valores de progreso y entusiasmo social se han congelado y la resignación valórica ha ido sustituyendo un mundo que no pasaba de Fantasías Creadas, pues sino se entiende el camino del hombre y el de la humanidad nunca tendremos ni el techo seguro.

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