sábado, 13 de abril de 2013

TURISMO POLITICO CUBANO


                                Turismo político cubano
                                                Por Lorenzo Gonzalo, 13 de abril del 2013
 
No caben dudas que en Cuba existe un pequeñísimo sector dentro del cual algunos de sus integrantes están imponiendo la moda de viajar alrededor del mundo a costa de los impuestos que pagamos quienes residimos en Estados Unidos de América.
 
La gente informada sabe y quienes no lo sepan pueden averiguarlo, que todos los años se aprueban presupuestos millonarios para ser administrados por el Departamento de Estado con el fin de derrocar al gobierno cubano. También existe la guerra radial liderada por la Oficina de Trasmisiones a Cuba, la cual administra Radio y TV Martí. Dicha oficina ha solicitado un presupuesto de 23.5 millones de dólares para el año 2013.
 
Aunque Radio Martí y TV Martí carecen de potencia para ser vistas o escuchadas en Cuba, los presupuestos anuales permiten financiar a una serie de periodistas que se prestan a realizar una tarea sistemática de desinformación sobre la Isla.
 
Uno de los grandes escándalos que la administración de esos fondos informativos ocasionó, fue la presencia de una serie de periodistas que, trabajando en diferentes medios, también pertenecían a la plantilla de estas dos emisoras gubernamentales.
 
Estas personas se ofrecieron para denostar, desinformar y levantar bajas pasiones respecto a cinco agentes cubanos que fueron detenidos en el Condado Miami Dade  a fines de los años noventa, con cuya labor favorecieron la creación de un clima hostil que tuvo como triste resultado un fallo judicial injusto y desproporcionadas condenas para esos hombres cuyo verdadero delito era conocer la labor de terroristas dedicados a provocar atentados de ese tipo en Cuba.
 
Estos fondos, que se utilizan tanto para estos supuestos medios informativos, como los otros, administrados por el Departamento de Estado para promover la imposición de sistematizaciones políticas en Cuba que se ajusten a determinados criterios ideológicos que rigen y gobiernan en Washington, constituyen el apoyo a estos viajeros itinerantes cubanos de última moda.
 
Todo es parte de una misma y vieja estrategia que comenzara en Cuba en el año 1959 a raíz del triunfo de la insurrección revolucionaria que derrocara la dictadura de Batista. Dicha estrategia ya era vieja y había sido utilizada en Guatemala con el derrocamiento de Jacobo Arbenz, anteriormente con Sandino y de manera más velada en el resto de los países donde Washington siempre procuró tener gobernantes dóciles o al menos manejables.
 
En cada caso la esencia de dicha estrategia ha sido la de crear personajes cuya trayectoria les ha permitido reclutarlos o utilizar sus acciones en provecho de las políticas estadounidenses. Muchas de estas personas en ocasiones han pensado que la relación es a la inversa, siendo ellas quienes utilizan al Coloso del Norte, sin saber o sin querer saber, que en política, como en los negocios, el socio mayor, sobre todos si es infinitamente mayor, manda.
 
En Cuba esta dinámica llegó a extremos porque al no poder vencer la resistencia del Estado cubano, las consecuencias negativas de esa estrategia han surgido a la luz.
 
Aunque soy renuente a los axiomas y absolutos, opino que las cosas en Cuba hubiesen sido diferentes si las personas no se hubieran dejado llevar por la manipulación en unos casos o por la sumisión en otros, a los planes agresivos e injerencistas de Washington .
 
Por eso, mirando hoy los sucesos bajo el prisma de estas experiencias, nos parece inverosímil pensar que de nuevo hay gente que se deja engatusar con las propuestas de Washington o con los oropeles artificiales de una recompensa que está sujeta a poderosas decisiones de poderosos intereses.
 
Yoani Sánchez, una muchacha que creo se especializa en filología, la hija de un activista social cristiano muerto en un accidente donde todos los indicios incluyendo confesiones de parte, así lo indican, y otros pocos (no muchos, porque el que paga sabe lo que hace) están desfilando por Miami.
 
Es bueno que esto ocurra, porque la noticia le resta al gobierno cubano el estigma de querer controlarlo todo y no tolerar a quienes discrepan o a quienes lo increpan.
 
Pero por otro lado es incomprensible y a su vez denigrante, que cincuenta y cuatro años después de iniciarse en Cuba un proceso que durante ese tiempo ha sido boicoteado, atacado con armas administradas por los servicios de inteligencia estadounidense y diplomáticamente cercado, haya personas incautas, inmaduras, malintencionadas o inescrupulosamente amantes del dinero, que se presten al circo de Washington.
 
Sin dudas que la historia y la experiencia que nos aportan la concatenación de sucesos que le dan origen, no siempre conducen a las mejores decisiones ni a los mejores ejemplos, cuando se interponen el glamour o la obstinación por hacer prevalecer el pensamiento propio.
 
Por lo pronto le damos la bienvenida a Miami a la hija del fallecido activista social cristiano Osvaldo Payá, cuya muerte lamentamos en el momento del suceso y de quien tengo particularmente una opinión más favorable que de aquellos otros personajes, interesantes unos y bufones otros, integrantes marginales del debate cubano de hoy.
 
Este grupo sin excepciones, muestra un desfase de las realidades actuales y del debate presente que polariza dentro de un sano consenso, el poder unitario que define el paisaje político de la Cuba de hoy.
 
Bienvenidos todos, pero que los visitantes en cierne se apuren, porque creo que los fondos para esos tours de política bufa, poco a poco se irán agotando.
 
Estados Unidos de América tiene muchos problemas para ese tipo de turismo político de poca monta.
 
Esto es, en resumen, cómo lo pienso yo y cómo lo veo.
 
Lo escribo para deleite de quienes entienden, para los que no quieren entender y para aquellos que nunca entenderán.
 
 

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