viernes, 31 de mayo de 2019

POR MI AMIGO JULIO ESCALONA:?MADURO LIDEREA EN MIRAFLORES O UN GRUPO NEOLIBERAL COMPACTO?

Por mi amigo Julio Escalona :¿Maduro  lidera en Miraflores o un “grupo neoliberal compacto”'?
Eligio Damas

                       Para decirlo como se me dispara ahora la palabra, para bien o para mal, uno la puede tener cogida con alguien. Porque la vida es rica, uno se empeña a favor o en contra de algo. Por ejemplo, yo, pendiente de lo que escribe mi amigo*, porque le sé honesto hasta la pared de enfrente y además con suficiente talento y agudeza, suelo referirme con frecuencia a sus opiniones. Quizás sea demasiado impertinente, por lo que espero me perdone. Quizás por ese enorme afecto que le profeso, pudiera cogerla con él, pero con la buena fe de no querer diga lo que dice y por querer él ser “leal” hasta el final, sabiendo uno que ese empeño no se justifica. Le veo como demasiado fiel y esperanzado, hasta creyendo que el discurso banal y hasta tan infantil como aquellos que nosotros pronunciábamos hace tantos años, que sale de Miraflores, tuviese el valor y la pertinencia que las cosas demandan. Pasa por alto que es uno donde las palabras no se pronuncian sino se gritan que es como expulsarlas a la carrera y con fuerza, quizás de la bruta, porque es más contundente, para que no se queden atrapadas en el gañote y además se alarguen, como quien estira una goma de mascar, para que por el impulso inercial del grito lleguen más lejos, aunque aterricen vacías. Pero por el ruido de la palabra misma, lo estirado como de decir hoooooolaaaaa, distraigan.
                      Eso de referirme “con frecuencia a sus opiniones” es porque “la tengo cogida con él” en sentido positivo, por lo que dije, mi afecto y el enorme valor que le doy a sus opiniones. Es para mí, desde hace muchos años una referencia importante y particularmente porque sé de sus relaciones con ese universo que se acercó a Chávez y al movimiento popular por éste desatado hasta llegar a maniatarlo y hacerlo una simple y quizás eficiente maquinaria electoral y repartidora de Clap; es pues una referencia inestimable y hasta un hálito de esperanza. O quizás lo fue, porque desde un tiempo apara acá le percibo despidiéndose, como quien ya se cansó de esperar y este último artículo suyo, me sugiere, para ser consecuente con mi perenne actitud de conservar, como tú lo intentas también, la fe y la esperanza en los amigos buenos, un desatar de amarras y porque “el grupo neoliberal se compactó” y al amigo suyo, que no soy yo, pero si es Maduro, le quitó el timón, bastón y hasta todo punto donde afincarse.
             Maduro no tiene la culpa, piensa. Entiendo que en verdad, él no tiene la culpa de todo. Uno pudiera por ironía decir, sabiendo que pudiera causar dolor y hasta rabia, que la culpa no es del ciego sino de quien le dio el garrote. Y decir esto es como una ligereza, un chiste malo. Pero no lo digo porque en verdad, él, Maduro no tiene la culpa de todo, como eso de “el país esperó elcambio de gabinete”, porque hace falta, allí no hay vida ni esperanza. “Pero eso no ocurrió y muchas interrogantes surgieron.”
            Maduro quedó muy mal ante el pueblo todo, partidarios suyos y no. No es la primera vez que hace una oferta tan contundente como esa y a la gente deja esperando y lo que es peor, después  como si no hubiese ofrecido nada. Y eso tiene un enorme costo. Si eso sucedió porque “el equipo neoliberal se compactó”, lo que parece como una respuesta convencional y nada convincente, fundamenta lo que uno lleva tiempo creyendo. El gobierno es por demás débil y lo es no sólo por el asedio del cual ha sido víctima de parte de los grupos dominantes de la economía a nivel interno, fuerzas políticas que pugnan por volver a controlar el Estado y  el enorme poder que lideran desde la Casa Blanca. Lo es también por la pugnacidad que prevalece entre los grupos que se reparten el gobierno, favorecidos por el secuestro del partido eje de este y la marginación o exclusión de aquellos que formaron el Polo Patriótico. Decir que se ha impuesto un “equipo neoliberal”, es como muy esquivo y volver a Julio Cortázar y aquello de los “vampiros multinacionales”. Entonces hay falta de liderazgo. Y eso es una grave culpa.
            Maduro forma parte de uno de esos grupos y quizás del que hasta no hace mucho, después de la escapada de Luis Miquilena y la posterior de Rafael Ramírez y los suyos, ha sido el más importante cuantitativamente hablando y por el grado de disciplina y fidelidad, o mejor “disciplina revolucionaria” que llaman, que le ha caracterizado. No llegó donde está porque le cayó bien al comandante Chávez o por su premura en cumplir las tareas, lealtad que no hubo mucho tiempo ni dificultades para probarla, sino por cabeza de su grupo. Y eso lo sabe medio mundo.
           Los cumaneses de mi tiempo solíamos decir “no te metas para que no aparezcas”. Esto quiere decir que si te “comes las verdes, también te tocan las maduras”. Pero por supuesto, “coge agua clara quien amanece” y esto es justo. Cada quien debe pagar la cuota que le corresponde,  pagar por sus fracasos y recoger la cosecha que deparan sus triunfos. El asunto pues tiene doble cara. Se disfruta de la vida y se paga lo que eso exige. No todo puede ser agua de rosas.
          ¿Cuánto le debemos a él? Le debemos más de lo él nos debe. ¿De toda esa retahíla de deficiencias que confrontamos, toda esta tragedia que nos agobia, como el salario que se volvió agua, carencia de servicios de salud “gratis y de calidad”, la brusca caída  de la producción en todos los ámbitos, no sólo en el petrolero, gran número de empresas estatales cerradas, la corrupción con sus mil rostros, el hambre muestra su fea cara en todos los rincones y paremos de contar porque el lector se sabe el cuento,   nada es responsabilidad suya? ¿A él debemos más bien que el pueblo esté movilizado y la crisis no sea más profunda? ¿No parece eso como una explicación demasiado infantil y hasta en exceso generosa para con el compañero de luchas, pese haya perdido la brújula, lo que ya es un grave pecado, si es que alguna vez la tuvo en la mano? Creo nunca la tuvo ¿Por qué no pensar al contrario, que siendo el competente, debió tomar las medidas pertinentes y en el momento oportuno, esas que él no toma, soslaya y pospone hasta nadie sabe cuándo, como la relacionada con lo de los dólares entregados a grupos que se los llevan y secuestran? ¿Por qué no las toma? Pues porque no puede. Y eso genera culpas. ¿Se puso un traje que le queda demasiado grande? Pudiera ser.
            ¿Acaso ese “grupo neoliberal” que se “compactó” para impedirle que cambiara el gabinete tiene todo el derecho de hacer lo que le venga en gana y a Maduro no le queda otra opción que tolerarlo y hasta dejar que comprometa su imagen y ocasione esta tragedia  y destruya los sueños de todos?
           ¿Cómo esperar algo grande de Maduro, tan grande como revertir esta crisis, en buena medida impulsada por el enorme poder del gobierno de EEUU,  si no es capaz de someter al “grupo neoliberal compactado”, que impone sus designios dentro del gobierno, el cual no debe ser muy poderoso que digamos, si le comparamos con aquél? ¿Para qué le sirve el movimiento popular, ese que desató y hasta organizó Chávez? ¿Si no sabe cómo usarle eso es ya toda una definición y hasta confesión? ¿Para qué pruebas?
          No creo que el país haya esperado que Maduro cambiase el gabinete, tanto parece así que pocas voces eso reclamaron. Y fue esta la actitud porque es poca la esperanza. Y ese estado lo forjó él, por tantas “indefiniciones.
*Julio Escalona: “Maduro en las definiciones”
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