miércoles, 24 de octubre de 2018

PRESIDENTES DE CUBA LIBRE

Ciro Bianchi Ross (cirobianchiross@gmail.com)To:you + 44 more Details
Presidentes de Cuba Libre
Ciro Bianchi Ross

Nueve presidentes tuvo en la manigua la República de Cuba en Armas. De
ellos, siete corresponden al periodo que se abre en 1868 y se cierra
en 1878, esto es, los de la llamada Guerra Grande o de los Diez Años.
Los dos restantes ocuparon el cargo durante la Guerra de
Independencia.
    Son, en este orden: Carlos Manuel de Céspedes, Salvador Cisneros
Betancourt, Juan Bautista Spotorno, Tomás Estrada Palma, Francisco
Javier de Céspedes, Vicente García y Manuel de Jesús Calvar, en la
primera de esas contiendas. Y Cisneros Betancourt, otra vez, y
Bartolomé Masó, en la segunda.
    De ellos, ostentaron el grado de Mayor General Carlos Manuel de
Céspedes y su hermano Francisco Javier, Vicente García, Manuel de
Jesús Calvar y Bartolomé Masó. Era Coronel Juan Bautista Spotorno,
autor del célebre decreto de 30 de junio de 1875 que intentó salvar a
la Revolución de males más o menos ciertos. El conocido como Decreto
Spotorno dispuso que fuesen considerados y juzgados como espías los
individuos procedentes del campo enemigo que presentasen, de palabra o
por escrito, proposiciones que no tuvieran por base la independencia
de Cuba.
Pasado el tiempo, ya en la Guerra de Independencia,  el propio
Spotorno, ya en el campo de la autonomía,  estuvo a punto de que le
aplicasen lo preceptuado en su Decreto cuando instaba a una tropa
mambisa a deponer las armas. Sufrió el bochorno de que le recordaran
lo que había legislado años antes y salió de aquel campamento como
alma que lleva el diablo cuando se vio ante la posibilidad real de que
lo colgaran de una guásima.
VIDA Y MUERTE
De los nueve, que en realidad son ocho porque el nombre de Cisneros se
repite, seis nacieron en el territorio de la antigua provincia de
Oriente, en tanto que Cisneros vio la primera luz en Camagüey, y
Spotorno era trinitario. Carlos Manuel estudió leyes hasta graduarse
de abogado, y sus viajes por Europa le permitieron familiarizarse con
varias lenguas y ensanchar sus horizontes  intelectuales. Cisneros
tenía un título nobiliario, Marqués de Santa Lucía. Spotorno estudió
en Estados Unidos y Europa, aunque al parecer  no alcanzó título
alguno. Estrada Palma hizo en La Habana y en Sevilla estudios de
Derecho, que no concluyó. Francisco Javier de Céspedes era, en
Manzanillo,  propietario de fincas rústicas y urbanas, en tanto que el
tunero Vicente García, por su pulcritud en el desempeño honorífico de
cargos municipales, ganó conceptos de probo, juicioso y decidido.
Calvar emergió como Presidente tras la Protesta de Baraguá, con
Vicente  García como General en Jefe del Ejército Libertador. Era
Calvar de carácter fogoso y de temperamento apasionado, pero sabía
subordinarlo todo a los intereses de la patria. Fue uno de los
iniciadores de la Revolución de Yara y se mantuvo sobre las armas más
allá del Pacto del Zanjón.  Masó estuvo con Céspedes en la madrugada
del 10 de octubre de 1868. Quiso retornar a la pelea en la Guerra
Chiquita y se alzó de nuevo el 24 de febrero de 1895.
    .De los presidentes de Cuba Libre, solo Carlos Manuel murió en la
manigua, el 27 de febrero de 1874, en San Lorenzo, en la Sierra
Maestra. Vicente García, que salió de Cuba tras el Zanjón, murió en
Río Chico. Venezuela, el 4 de marzo de 1886, a consecuencia del vidrio
molido que un español, que lo había invitado a almorzar, puso en su
comida. Calvar falleció en Cayo Hueso, el 20 de diciembre de 1895, y
Francisco Javier de Céspedes el 27 de julio de 1903, en Niquero. Masó,
en su Manzanillo natal, el 14 de junio de 1907. Fallecía Estada Palma
el 4 de noviembre de 1908, en Santiago de Cuba, y Cisneros Betancourt,
en La Habana, en la calle Neptuno, el 28 de febrero de 1914. Tres años
después, el 29 de octubre de 1917, expiraba Juan Bautista Spotorno.
Trinidad, que había sido su cuna, fue también su tumba.
    Salvador Cisneros Betancourt estuvo en todas las asambleas
constituyentes que tuvieron lugar en Cuba desde  la de Guáimaro en
1869, y la celebrada en el Teatro Martí, que dotó a la Isla de la
Constitución de 1901,  cónclave  donde se opuso a la Enmienda Platt,
que conculcó la soberanía de la naciente República.
INTERINARATURAS
El 27 de octubre de 1873 la Cámara de Representantes destituye a
Céspedes y como el vicepresidente Francisco Vicente Aguilera se
encuentra en el exterior, lo sustituye Cisneros Betancourt, presidente
de la Cámara. Quiere el Marqués de Santa Lucía reconciliar los ánimos,
reorganizar la infantería oriental  y sobre todo preparar la invasión
a Las Villas. Llega el año de 1875 y Máximo Gómez cruza la trocha de
Júcaro a Morón y pone rumbo al centro del país, con lo que nuevos
horizontes se abren para la Revolución. La invasión sin embargo cuenta
con simpatizantes y detractores, y Vicente García, inconforme con las
disposiciones del Gobierno, se rebela. Sabe que el Presidente se
encamina a su vivaque y levanta campamento en cuanto arriba Cisneros,
pese a las órdenes expresas y terminantes de este de permanecer en el
lugar. Se dirige García a las Lagunas de Varona, donde los
descontentos se hacen fuertes contra los poderes constitucionales.
Está la Cámara en una disyuntiva: reprime a los sediciosos a fin de
salvar su autoridad o transige con ellos. Eso fue lo que hizo y el 28
de junio de 1875 acepta la dimisión de Cisneros no sin antes
reconocerle sus gestiones al frente del Ejecutivo.
    Spotorno  que encabezaba entonces la Cámara, asume la presidencia con
carácter interino. La insurrección se mantiene y gana terreno en
Oriente y también en Camagüey y Las Villas y el nuevo Presidente se
afana  en limar asperezas al tiempo que apura los medios para sostener
la guerra. No se mantuvo en el cargo más allá del tiempo necesario.
La presidencia en propiedad  seguía correspondiendo a Aguilera, que
por la enfermedad que a la postre lo llevaría a la tumba, seguía
impedido de regresar. Fue ahí que la Cámara, en sesión de 29 de marzo
de 1876,  decidiese elegir a un Presidente en propiedad, Tomás Estrada
Palma, mientras que Spotorno volvía a presidir el Legislativo. Le
tocaría la triste suerte de declarar disuelta la Cámara en las aciagas
horas de El Zanjón.
CAPTURA DE ESTRADA PALMA
Implacable fiscal de Céspedes en el momento de su deposición, Estrada
Palma condenó asimismo el movimiento de las Lagunas de Varona. Trabajó
por el mejoramiento de las relaciones entre el Ejecutivo y la Cámara,
pero a despecho de sus intenciones, sus disposiciones en cuanto a los
abastecimientos y las comunicaciones molestaron a  jefes mambises
porque, a juicio de algunos de ellos,  franqueaban tratos perniciosos
con el enemigo. A fin de sofrenar movimientos sediciosos en Las Villas
y en Santa Rita, asumió el mando militar supremo y designó secretario
de la Guerra a Máximo Gómez. Con apasionamiento condujo el proceso de
sus discordias con Vicente García.
    Con este, una mañana, parte por el camino de Las Tunas para proseguir
rumbo a Bayamo. El General acompaña al Presidente solo durante dos o
tres jornadas. Lo abandona, en compañía de una pequeña escolta, en un
terreno cundido de enemigos. Tras una ardua persecución que se
prolonga durante varios días, cae Estada Palma en manos de los
españoles, que lo someten a todo tipo de burlas y apremios morales y
físicos sin cuento que se estallan contra la dignidad y entereza del
patriota. Lo interroga el jefe enemigo. Le pide que diga su nombre y
ocupación. «Me llamo Tomás Estrada Palma y soy el Presidente de la
República de Cuba», responde con orgullo y precisa cuando se le
amenaza con el fusilamiento inmediato: «Puede usted hacer lo que guste
y aprovecho la oportunidad para hacer esta declaración: ni usted ni
nadie me hará contestar preguntas a que no deba responder, debiendo
saber por otra parte que jamás he tenido la debilidad de mentir».
    No más se supo en el campo insurrecto de la prisión de Estrada Palma
lo sustituye el vicepresidente Francisco Javier de Céspedes. Ocuparía
el cargo entre el 19 de octubre y el 13 de diciembre de 1877. Propició
que la Cámara se reuniese y eligiese a un Presidente en propiedad. Lo
hace, en efecto, el propio día 13 y elige al general Vicente García
cuyas fuerzas son  a esas alturas casi las únicas aptas para combatir.
A los pocos días, la Cámara deroga el Decreto Spotorno, lo abre el
camino a los portadores de todo tipo de propuestas y en definitiva a
El Zanjón. El 8 de febrero de 1878 se disuelve la Cámara, y dos días
después se extinguen los órganos de gobierno creados en Guáimaro. El
mismo día 8 se forma el Comité del Centro que coordinará las
conversaciones de paz. Una delegación de dicho Comité visita a Vicente
García para comunicarle la imposibilidad de que prosiga como
Presidente constitucional, pero que el pueblo le pedía que aceptase el
mando del Camagüey. Ese día expiraba el periodo del último Presidente
elegido por la Cámara.
BARAGUÁ
Protagoniza Maceo la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878 y al
día siguiente forman las huestes mambisas un gobierno provisional que
designa a Manuel de Jesús Calvar como Presidente. No se pudo
reconstruir el espíritu de lucha y sacrificio, y el 21 de mayo del
propio año, a las diez de la mañana,  reunido en consejo ordinario en
el campamento de Loma Pelada, en la jurisdicción de Santiago de Cuba,
decide el Gobierno disolverse y devolver sus poderes al pueblo.
    El 24 de febrero de 1895 vuelve Cuba a alzarse en armas. El
presidente Cisneros Betancourt enfrentaría múltiples problemas a
partir del 18 de septiembre cuando fue  elegido para su cargo.
Asumiría la responsabilidad de la invasión  a Occidente. Por
disposición de la Constitución de Jimaguayú se mantendría dos años en
el cargo. El 29 de octubre de 1897, la asamblea que redactó la
Constitución de La Yaya eligió como Presidente a Bartolomé Masó que
debió asumir los arduos asuntos públicos de la terminación de la
guerra. El 2 de noviembre de 1898 se reunió por última vez el Gobierno
de Masó, y la fecha marcó el término de su administración. La Asamblea
de Representantes de Santa Cruz del Sur emergía investida de la
representación nacional y en ella se depositaban los poderes
conferidos en La Yaya y el último de los presidentes de Cuba Libre se
sentaba a esperar la organización definitiva de la República.
    
    



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Ciro Bianchi Ross

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