sábado, 25 de febrero de 2017

LA UNIDAD TRIBUTARIA, CESTA TICKET, IVA E INFLACIÓN. COMO "LOS "LOS TRES MOSQUETEROS "


ELIGIO DAMAS

            Comenzaré citando un comentario de Andrés de Chene; dice el conocido periodista que según José Vicente Rangel, “dar un consejo es una impertinencia”. Y agrega aquel, “él bien lo sabe”.
           ¿Si esa experiencia tiene José Vicente, qué pasará con soñadores, sin vínculo alguno ni ataduras como uno?
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           Dentro de poco cumpliré 79 años. Vamos a ver si me acuerdo. Eso significa que hago un ejercicio difícil. Los “Tres Mosqueteros”, la novela de Dumas, por si acaso, los originales se llaman o llamaban, por la historia debería usar el pasado, por la novela que aún se lee, el presente, Athos, Phortos y Aramis. Todavía más, creo que solían nombrarles en el mismo orden que les puse, no atiende a lo alfabético. Es decir, Phortos, que comienza con “P” aparece en el medio de quienes comienzan con “A”. No sé, no recuerdo, podría ser,  si eso obedece a la edad de cada uno, porque quien leyó alguna vez la novela o vio alguna de las producciones cinematográficas, no hallará motivo jerárquico para eso. Sobre todo cuando su grito de guerra era “Uno para todos, todos para uno”. Pero luego se incorpora al grupo el joven D´artagnan para llegar a cuatro.
            Unidad tributaria, cesta ticket, IVA e inflación son igualmente cuatro, el mismo número de los “Mosqueteros” de Dumas. Como todos sabemos, aquel grupo de soldados de caballería que, si  mal no recuerdo llegaron a ser “Caballeros”, trabajaban o trabajan como tales; en compañía cerrada y como caballeros. Por eso, en cada oportunidad, antes o después de desenredar un entuerto, como decía “El Quijote”, alzaban sus espadas, unían las puntas de estas a lo alto y pronunciaban su grito de combate. Allí nadie actuaba por su cuenta o por su lado. Lo de ellos era actuar “pegaditos”, como decía un promotor musical en la vieja radio. El asunto de uno, era de todos. Allí nadie se iba “con la cabuya en la pata”.
            Si uno observa bien, no sólo las cuatro cosas que se enuncian en el título y les pone un orden racional como en el que las he colocado, verán que están todas “ligaditas” y hasta destinadas a comportarse como el grito de guerra de los “Tres Mosqueteros”. No hay ni un cabo suelto.
            Uno no sabe mucho de economía, aunque si estudiamos algunos semestres y años de teoría económica y algunas cosas leímos, por lo que puede asegurar que el aumento de la “Unidad Tributaria”, es un engendro de dos o más cabezas. Significa un aumento de los impuestos. Quien debe pagarlos pagará más. Quizás, una pequeña banda, de quienes menos ingresos perciben, dejarán de pagarlos. Pero en fin de cuentas aumentarán los impuestos a pagar por cuánta cosa haya que hacer. Aumenta como forzadamente, vainas de la Ley, la Cesta Ticket. Alguien hubiera preferido que así no fuera, pero “no hay tutía”.
            Pero la propaganda oficial trata de justificar eso, que pareciera bonito, en el común discurso de “pagarán quienes más ganen”, y en el aumento de la cesta ticket. Es decir, por esta última vía, los trabajadores pasarían a recibir mayores “bonificaciones” y no hay duda que visto de esa manera, sólo desde esa óptica, es como para aplaudir.
            Pero resulta, que ese aumento tiene su repercusión en el costo. Y más que eso, es un estímulo para que los mercaderes, mercachifles o ladrones de toda pinta, justifiquen aumentos desmedidos a los productos ofrecidos al consumidor. No habrá, como debería, ajuste de costos, es falso, sino aumentos a lo que a cada quien le convenga, o para mejor decirlo, “a lo que cada quien le salga del forro”. Un ejemplo, el aumento de la cesta ticket calculada en un 50 %, al llevarla al costo se exagera. Tanto como si ella produjo el incremento de un cinco o diez por ciento, en la producción de un pan, el panadero no le cargará o no le carga esa cifra, sino hasta el 30 ó 40 % y ¡cuidado como más!
            Porque no es mentira decir que aquí nadie controla; eso que el Estado vive controlando todo y tiene a empresarios, productores y comerciantes, como solíamos decir en Cumaná “a monte”, es una vulgar mentira. El viejo cuento del “Estado comunista sofocante” está tan desacreditado que no hay quien eso crea, a menos se trate de un tonto de capirote. Ya suelo decir, que aquí, en lo que a eso y otras cosas, no hay gobierno. Los primeros que aquí se comen las luces de los semáforos son los policías y además incitan a los civiles a que lo hagan; una vaina que nunca vi antes en mi vida, desde Pérez Jiménez para acá.
            Es decir, lo que comienza aumentando la Unidad Tributaria, que pareciera ayudar a los pobres, en la que incluyo a los maestros, pues pudieran “no pagar impuestos”, lo cual es falso, continúa aumentando la Cesta Ticket, como para celebrarlo, pues aumenta el ingreso del trabajador, cae luego en un horrendo barranco que llaman inflación y con aditamentos nefastos y criminales, especulación e indolencia estatal.
            Pero la inflación no sólo se traduce en aumento de los precios al consumidor, sino que también eleva sustancialmente el  IVA.
            Si no está claro el asunto al relacionarlo con “Los Tres Mosqueteros”, que son cuatro, veámoslo, de esta manera. Es decir, desde la perspectiva del grito de los cuatro “caballeros” al servicio de la corte francesa, contra el viejo Cardenal, jefe del catolicismo francés,  cuyo nombre creo que Richelieu – si lo escribí mal me perdonan, pude verificarlo, pero recuerden mis consecuentes lectores que soy flojo - , el asunto funciona de esta manera:
             Subo los impuestos por medio de la “Unidad Tributaria”, por ese lado ya de por sí me entran unos cuantos nuevos reales. Con parte de estos, pago en el sector oficial la Cesta Ticket. Pero ésta, que impulsa  los precios por sí sola, mas la ayuda de la primera medida y la especulación acostumbrada o desacostumbrada, generan una inflación tal que lo que antes valía Bs. 100.oo pasa a costar Bs.  600.oo. Con este desmesurado y criminal aumento, se incrementa el  IVA; por este medio los dineros que sacó Estado vuelven a él, hasta recompensados, como con plusvalía; el trabajador,  quien es el último eslabón de la cadena, termina pagándose así mismo el aumento de la Cesta Ticket, más los impuestos que el Estado le puso a quien tenga que pagarlos, incluyéndolo a él mismo como consumidor. Es como si uno, algo le entra por un lado y le sale por el otro, sin proceso aprovechable alguno. Como quien defeca sin proceso digestivo. En este caso, se favorece el Estado, pues aumenta sus ingresos y deja ver que satisfizo las “necesidades populares”, los capitalistas y toda la camada de especuladores y explotadores, que nada pagan, pues eso va al “costo”, súper inflado éste como ya expliqué. O para mejor decirlo, todo termina recostándose a las costillas de los pendejos asalariados. Pues aquéllos, Estado, empresarios y especuladores de todo tipo, pueden decir también como “Los Tres Mosqueteros” de Dumas, “todos para uno, uno para todos”. Pero sólo ellos.
            Esto lo he comentado antes. Un viejo empresario me dijo, “no me importa que aumenten los impuestos o los salarios, siempre que mis productos se vendan. Pues si debo pagarle cierta cantidad adicional a cada trabajador o al impuesto me justifico en eso para inflar el costo. Para tales contingencias tengo mis contadores. Es decir eso me produce más ganancias”.
            Pero hay un importante sector, como los jubilados del educativo, que no reciben Cesta Ticket, que queda en peor situación. No le repotencian el ingreso, sino que lo anclan, por lo menos por ahora y debe pagar los nuevos precios, y con estos más IVA. Es decir, más para ganancia para los empresarios y para el Estado. Algo como que si a uno le taponasen la entrada y aumentaran velocidad y volumen de salida. En breve quedaría vacío e inanimado.

         


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