martes, 21 de febrero de 2017

EL DUENDE

Del “Trumpismo” al  Narcisismo

http://radio-miami.org/wp-content/uploads/2017/02/maneras-descubrir-narcisista-red_PLYIMA20140117_0038_9.jpg“El narcisismo es el amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto. Amor a la imagen de sí mismo. Sigmund Freud lo introdujo en su obra, pero con una definición más difusa. Si bien se puede aludir a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, el narcisismo puede también manifestarse como una forma patológica extrema, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que el paciente sobrestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación.
En su uso coloquial designa un enamoramiento de sí mismo o vanidad basado en la imagen propia o ego. El narcisismo es una palabra que procede del antiguo mito griego sobre el joven Narciso  de especial hermosura, quien se enamoró insaciablemente de su propia imagen reflejada en el agua”.
Traigo a colación la definición  del “Narcisismo”  tal como aparece en la Wikipedia de la  Internet a propósito de un artículo  que leí en el diario madrileño El País calzado con  la  firma de J Martínez Ahrens  en el que el escritor  residente  en Washington describe al Presidente norteamericano Donald Trump como una persona con características muy especiales.  Como  a “alguien que nunca ha ocultado su admiración por sí mismo. Se ve  alto, atractivo, agresivo, inteligente, simpático, triunfador. No es solo que se reconozca  como un excelente  hacedor de acuerdos o un promotor inmobiliario de fulgurante éxito sino que  al hablar su figura rompe cualquier recato.
“No es fanfarronería cuando digo que soy un ganador. Tengo experiencia en ganar.  Es lo que se llama  liderazgo. Eso quiere decir que la gente me sigue y se inspira en lo que yo hago. ¿Cómo lo sé? Porque he sido  un líder toda  mi vida”.
Eso  lo escribió Donald Trump en un libro que  le sirvió como base  de la  pasada  campaña electoral  que lo llevó a la Casa Blanca. Visto  el  caso y  comprobados los  hechos, a confesión de parte, relevo de pruebas, diría el Tremendo juez de la Tremenda Corte.
Y hasta la  próxima entrega de El  Duende que con   mi gallo me voy cantando  a  tumba  fría. Bambarambay.

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