lunes, 4 de marzo de 2013

SIN INTERNET MASIVO NO HAY SOLUCION PARA LA PRENSA CUBANA


 
ATENCIÓN FRANK

 
Sin internet masivo no hay solución para la prensa cubana


Félix Sautié Mederos

Crónicas cubanas

(III)

Aún no puedo culminar con mi análisis sobre el dossier de la Revista Católica Espacio Laical titulado “Propuestas para la refundación de la prensa cubana” que he estado comentando en mis anteriores crónicas publicadas en Por Esto! (1), porque el tema es muy amplio y trascendente. Incluso debo señalar que hay quien ha optado por insultarme de forma soez y difamatoria, sin argumentos para su difamación ni para el debate intentando desviarlo al plano personal. Me da lástima su mediocridad y desesperación (2); así no se resolverá nada. En respuesta, opino que no deberían escatimarse esfuerzos para lograr la más amplia participación de los que tengamos algo que aportar o discrepar con respeto y de manera civilizada.

En mi análisis de este atinado dossier de Espacio Laical, además considero necesario abarcar a los que participan en la confección y divulgación de la prensa cubana, a los que deciden sobre su contenido y forma, incluyendo a los profesores y profesionales en general que inciden en las instancias educacionales, gremiales y de superación, así como a los que la leen, la oyen o la visibilizan porque la Información se desenvuelve en esos ámbitos muy definidos en su concepción, objetivos y ejercicio práctico. De nada valdría una prensa que no pueda ser conocida por los lectores, radioyentes o televidentes en tiempo real, mientras que el inmenso desarrollo digital que hoy se manifiesta a nivel del mundo esté vedado para el pueblo cubano por prohibiciones que cada vez se hacen más obsoletas, injustas y no cuentan con el menor sustento o justificación. En estas circunstancias es imprescindible tener en cuenta que en el intercomunicado mundo de hoy, los soportes digitales derivados de las nuevas tecnologías del Siglo XXI son determinantes y se imponen por encima de las concepciones retrógradas y antidiluvianas de quienes se le oponen, tratan de frenarlas o de eliminarlas.

Vivimos en plena era digital y no pasarán muchos años en que para informarse o leer las novedades editoriales será más expedito hacerlo mediante los soportes digitales, que para Cuba están vedados y solo lo poseen algunos pocos “ungidos o consagrados” por así denominarnos; mientras que en el resto del mundo su utilización y avance es libre, masivo e indetenible. Triste y lamentable, es en mi criterio el atraso profesional, tecnológico y espiritual en que se encuentra sumida la prensa cubana. No solo por su pobre y gris contenido temático, sino también en lo referido al empleo de las nuevas tecnologías de la información propias del Siglo XXI; sobre todo en el corazón de una América Latina que despierta de sus ancestrales retrasos y dependencias. Esta situación, en mi criterio, no puede ser justificada con el bloqueo, porque las nuevas tecnologías se han diversificado también en países amigos que rechazan en lo conceptual y en su quehacer cotidiano las injustas presiones extraterritoriales que plantea el Bloqueo a Cuba. Un ejemplo muy destacado de ello es el cable tendido entre Venezuela y Cuba, ya operativo que para la libre apertura necesaria de estas nuevas tecnologías hasta el momento no ha aportado nada nuevo o positivo a la población privada de acceder a INTERNET.

Además debo añadir que la lenta y costosa conexión por la vía satelital que se ha estado realizando en el país antes del cable Venezuela- Cuba, si se hubiera implementado desde un principio por la vía de los tan conocidos ciber café diseminados por todo el mundo, por solo mencionar un ejemplo práctico, hubiera sido una apertura factible en lo tecnológico y lo económico incluyendo las tarjetas prepagadas para usar desde las casas como se hace con los celulares, además democrática en su posibilidad de acceder todos. En definitiva, considero que lo que se ha estado planteando para no abrir un libre acceso a la población han sido justificaciones con muy poca o nula credibilidad popular. En todo esto han incidido sutiles intereses retardatarios; que han originado un gran retraso para el desarrollo del país. Estas lamentables circunstancias nos sitúan a la zaga del mundo y sus consecuencias serán múltiples en el presente y también en el futuro a que estamos abocados.

Internet hoy incide en todo y sin Internet prácticamente no puede haber progreso y mucho menos democratización. Ese es un asunto que debería asimilarse profundamente por quienes deciden sobre la prensa cubana porque no podrá haber un cambio de mentalidad efectivo como lo está reclamando el Presidente Raúl Castro, si no se rompen los viejos esquemas que entorpecen el acceso de toda la población a estas nuevas tecnologías portadoras del desarrollo y de un futuro posible. Cada día sin Internet en Cuba, aumentará la brecha ya abismal que nos separa de los demás pueblos de las diversas latitudes.
Considero imprescindible tomar muy en consideración que estamos en los albores de una época caracterizada por la Información en tiempo real y por el activo intercambio sin intermediarios de los conocimientos que los seres humanos vamos alcanzando, lo que también constituye una esperanza importante de poder salvar al planeta y quizás al universo en que estamos enclavados, agredidos ambos por las ambiciones y las inconsecuencias de quienes sólo les interesan los poderes temporales y sus propias recaudaciones. Hay muchas cosas en juego mientras que en Cuba el pueblo está vedado de participar en esta gran revolución científica, técnica, social y espiritual de la comunicación en el Siglo XXI.

Sin hacer efectivas estas consideraciones, en mi criterio, tampoco podría haber una verdadera refundación de la prensa en Cuba tal y como lo reclama en su dossier la Revista Católica Espacio Laical. Así lo pienso, así lo afirmo sin querer ofender a nadie en particular y con mis respetos por el pensamiento diferente. Continuará
fsautie@yahoo.com


 

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