martes, 26 de marzo de 2013

CARLOS PRIO SOCARRAS Y LAS GUERRILLAS DEL ESCAMBRAY





Carlos Prío Socarrás y las guerrillas del Escambray
 
En los últimos 50 años se han escrito tantas historias falsas sobre divisiones entre las diferentes Organizaciones Revolucionarias que tomaron parte en la insurrección,  que han provocado  confusión en las nuevas generaciones, las que tienen la impresión de que los revolucionarios que militaban en ellas, eran poco menos que enemigos. Nada más lejos de la verdad.
Si fue verdad que entre unos pocos dirigentes prevalecía una rivalidad, no era así entre los demás combatientes.
Por ejemplo, entre Fidel Castro y Faure Chomón  Mediavilla, existía una desconfianza,  según mi criterio -que puede estar equivocado-, ella se originaba en  la vertiente de donde procedía Chomón, acompañado de Enrique Rodríguez Loeche, y del Dr. Humberto Castello. Los tres estuvieron ligados a Rolando Masferrer, un enemigo de Fidel Castro desde mucho antes del Golpe de Estado del 10 de Marzo.
Para entender la evolución del  Directorio Revolucionario, hay que dividirlo en dos etapas: antes del asalto al palacio  y después del asalto. Al  Directorio se le agregó el “apellido” 13 de Marzo solamente cuando murieron en el apartamento situado en la calle  Humboldt 7, todos los sucesores cercanos a  José Antonio Echevarría, debido a  una delación. Por aquellos días no se sabían los detalles, que más tarde se pudieron conocer.
Existieron  discrepancias entre Faustino Pérez y Frank País, debido a  la estrategia a seguir. Frank  creía en las tácticas de Guerra de Guerrilla y Faustino no,  pero no eran enemigos.
Entre Menoyo y Chomón la rivalidad era producto de lo mismo. Menoyo creía en la Guerrilla y Chomón en “el golpe arriba a la cabeza”, como él decía. Pero él no cumplió su compromiso de dejar la mitad de las armas que trajo en la expedición  que entró  por el puerto de Nuevitas, en el Escambray. Menoyo no quería saber nada de Chomón.
Puedo asegurar que  a todos los niveles, los revolucionarios de todos los grupos estaban unidos, y se ayudaban los unos a los otros.
Por ejemplo, Carlos Prío, ayudó al Movimiento 26 de julio en distintas ocasiones, entre ellas en la compra del yate Granma. El ex presidente de Cuba le entregó al Directorio cincuenta  ametralladoras calibre 45,  que luego fueron llevadas en la expedición de Nuevitas.
El siguiente ejemplo es muy convincente. Procedente de Méjico llegó al pequeño puerto de La Coloma, en la provincia de Pinar del Río, una expedición con un arsenal que se utilizó en el ataque al Palacio Presidencial el 13 de Marzo 1957. Los expedicionarios eran militantes de la Organización Auténtica del 26 de Julio: Cándido de la Torre,  Carlos Gutiérrez Menoyo, Léster Rodríguez y otros. Ninguno del Directorio. Una parte de esas armas por medio de Léster Rodríguez fueron trasladadas a Santiago de Cuba, a Miguel Palalela.
El día primero de enero de 1959, llegó un avión B-26 donado por el ex presidente casi sin gasolina, el piloto era  un norteamericano de nombre Paul Hughes, al aeropuerto de Trinidad. Como la pista era muy corta, el piloto temía aterrizar, pero no había  otra alternativa, dio una vuelta por la ciudad ya casi de  noche. Los rebeldes a cargo de Trinidad, estaban al mando de Joaquín Milanés, (El Magnífico) Éste ordenó abrir fuego, pensando que era un avión enemigo. Como pasajeros venían el Dr. Armando Fleites, Comandante del II Frente;  Rafael Huguet, que cooperaba con todas las distintas organizaciones; el dirigente del Movimiento 26 de Julio Pupy Padrón y el dirigente del 26 de julio Dr. Diego Cobedo, que más tarde sería Ministro de Salud Pública. 28 Agujeros de  impacto de balas de distintos calibres fueron contados, además el avión se salió de la pista porque resultaba corta, y quedó fuera del aeropuerto. En ese avión el Dr. Fleites traía unas armas, que fueron las pocas que se pudieron salvar de las que al Segundo Frente Nacional del Escambray les fueron ocupadas por las autoridades americanas, en el puente de las 7 millas, de la carretera a Key West.
Militaban en las filas del Movimiento 26 julio  un grupo de ex comunistas, como Carlos Franqui,  y unos pocos más, que rompieron con el Estalinismo, pero nunca llegaron a convertirse en demócratas, más bien en fascistas. Ellos  proclamaban: ¡TODO EL PODER PARA EL 26! Y… ellos eran el 26.
Muchos militares estaban buscando relaciones para romper con el régimen de Batista, pero no se sentían seguros, a pesar de que a los que caían prisioneros tanto en la Sierra Maestra como en el Escambray, se les dio un trato todo lo humanamente posible, y garantías. Pero  siempre sintieron dudas. ¿Cuál sería el trato al terminar la contienda, de parte de   sus enemigos con todo el poder?
Surgió la idea en el Escambray  de convencer a Carlos Prío, el todavía legalmente  presidente  de Cuba, para que gobernara el tiempo que le quedaba por cumplir de su mandato interrumpido por  el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Los días estaban contados, era finales de octubre. Aurelio Nazario era representante a la Cámara, y dirigente del Partido Ortodoxo, viajó junto al comandante Armando Fleites a Miami  donde se reunieron con Prío, le explicaron el plan. Lo único que él tenía  que hacer era trasladarse al Escambray. Se contaba con una pista de 1500 metros, cerca de una zona donde la fuerza aérea no podía operar, una casa cómoda y una emisora de radio. La idea era que a  los militares les ofrecía  más confianza, y respondieran al  mando constitucional. Además de que como todavía era el Presidente, los cuerpos diplomáticos de toda la América Latina, reconocerían ese Gobierno en Armas.
Unos días antes, a mediados de noviembre de 1958, nadie pensaba que  Batista abandonaría el país
El Dr. Armando Fleites fue el encargado de convencer al presidente Prío, de esa misión, con éxito total. Faltaban muy pocos días para el fin de año,  el presidente  viajaría al Escambray. Ninguno de sus viejos amigos lo acompañaría. Era estimado por los politólogos  y los cultos conocedores de todos los temas, y sus opiniones siempre eran consultadas por los diarios de la radio y la televisión. Se creía  que a Batista le quedaba mucho tiempo todavía. Pero para los  “guajiros brutos” incluyendo a Fidel, que era guajiro también, estaba claro que aquel régimen se venía abajo ya, así queaquel movimiento tenía que ser enseguida, o sea,  ahora o nunca.
 Y… el presidente Prío  pidió pasar la Nochebuena y el  Año Nuevo, con su familia. El compañero José no perdió tiempo, se movió con rapidez.   No se conoce si él se había enterado de esas gestiones de traer al presidente Prío  al Escambray.  Para  él era muy preocupante, pues Prío era anticomunista. En mi opinión personal sí lo supo.  Se conocía que Prío por primera vez le había entregado armas al Segundo Frente del Escambray y la noticia fue enviada con carácter de urgente a la Sierra Maestra.
Faure Chomón envió a Tony Santiago con urgencia a una misión a Miami, el día primero de diciembre de 1958. Se traaba de  evitar que Fleites llevara el armamento al Escambray.  Chomón mandó a  Juan Martínez Ramírez, y Manuel Vegas Toscano para la isla de Anguila en las Bahamas, con la misión de tratar de robar el único cargamento de armas con destino al Segundo Frente.
El Dr. Fleites y Aurelio Nazario salieron hacia Miami por el Puerto de Caibarién, por medio de Antonio Pérez Quesada. Faure Chamón sabía que de poder salir el armamento de Miami, tendría que llegar a Anguila.
Fidel nombró a Urrutia presidente. Éste se encontraba en Caracas. A pesar de lo malo del clima, el día 7 de diciembre aterrizó un avión de carga C46 con muchas armas y lo más importante, el nuevo presidente de  Cuba nombrado  por Fidel en la Sierra Maestra: Manuel Urrutia.
Ese movimiento, complicó un tanto el plan de llevar a Prío, que aunque tenía la ventaja de ser aún el presidente elegido, ya tenía que rivalizar con otro presidente, apoyado por Fidel, que no titubeó un minuto en montarse en el C46, con primera dama y todo lo demás.
Los hombres de Faure murieron  tratando de robar las armas al II Frente. Menoyo  y Artola viajaron  con una caravana de jeeps y camiones, con una tropa de soldados rebeldes para proteger las armas y las llevaron al Escambray.
El primero de enero, aterrizó el B26  sin el  presidente.
Pocos días después llegó Prío al aeropuerto  José Martí de La Habana. Muy pocos periodistas fueron a cubrir su llegada, sólo un grupo de sus amigos”. Roger Redondo.

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