sábado, 13 de agosto de 2011

Mariela

Por Yndamiro Restano

Pienso que Mariela Castro ha emitido pronunciamientos importantes que por supuesto, se vuelven acción comunicativa. Ella expresó su apoyo al presidente de los Estados Unidos Barack Obama y esa declaración rompe el círculo de hierro del nacionalismo tribal, primitivo, que le sirve de escudo a los autoritarios, a los burócratas y a los oportunistas, que aún controlan el poder de facto en Cuba. Este gesto de Mariela es importante porque inaugura dentro de Cuba un nacionalismo ilustrado, que no se basa en la envidia y en el odio sino en el diálogo y en la cooperación. Por otra parte, las últimas declaraciones que he leído de Mariela explicando con transparencia su conflicto con el ejecutivo. En este caso, con la ministro de justicia, es una forma de resucitar el espíritu crítico de una sociedad aplastada por la represion y confundida por el disparate. Pienso, que el centro de gravedad de los cambios en Cuba debe ser la libertad. Sin libertad; no hay verdad o mejor la verdad está en la cárcel, en el exilio o en el cementerio. Obviamente, la libertad también libera al estado. Un estado democrático puede cooperar en la creación de espacios sociales, pero a partir de garantizar la dignidad de la persona y su creatividad. Es una falacia hablar de extremismo de derecha y de izquierda. El extremismo es la ignorancia y la vulgaridad disfrazadas con una doctrina. Esto sería como hablar de una superizquierda o una superderecha. Lo que existe es la racionalidad política que fundamenta una república con todos y para el bien de todos o por el contrario, la irracionalidad fanática e ignorante, más bien instintiva, de masas manipuladas por caudillos, en fin, por egos enloquecidos de gloria y de poder o por vanguardias iluminadas.

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