viernes, 15 de mayo de 2020

DE CUANDO LA REVISTA THE ECONOMIC METIA MIEDO CON EL COMUNISMO A TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

De cuando la revista The Economic metía miedo con el comunismo a tiempos del coronavirus



Eligio Damas


            La diaria revisión de los medios nacionales e internacionales me ha revivido un asunto de significativa importancia; de cómo los medios publicitarios, ideológicos del capitalismo, reproducen estrategias y hasta formas intimidatorias del pasado, con abundancia y sin discriminación. Y es que en cada coyuntura que el modelo y los intereses de EEU se sienten amenazados, no por nadie en particular ciertamente, sino por las crisis periódicas que le son inherentes, sus agencias de publicidad optan por amedrentar, especialmente al público norteamericano y, por supuesto, a todos aquellos a quienes puedan llegar en su área de influencia. En los últimos años, la economía norteamericana no se siente segura, pues aparte de los asuntos propios del modelo nacional, está sufriendo la seria competencia de otras potencias, dentro de la misma lógica capitalista, como Rusia y China. Y es curioso, aunque no accidental, que ambas potencias aparezcan relacionadas con las pasadas propuestas socialistas de los partidos comunistas del país asiático, el de Mao Ste Tung y del universo de los antiguos zares y Stalin.
             Todo lo anterior, Mao y Stalin, que son cosas del pasado, la publicidad de las agencias ideológicas de EEUU, las traen al presente de manera maniquea para asustar, meter miedo, tanto como que en aquellos dos países, el asiático y el euroasiático, aquellos modelos continuasen existiendo. En la historia de la economía y política de esos dos países, según esa publicidad,   nada ha acontecido. Todo sigue exactamente igual como entonces. China es el país de Mao y su concepto del socialismo; la URRSS no ha desaparecido y sigue mandando Stalin.
            Entonces, según esa prédica propagandística, ideólogica aberrante, sobre el mundo vuelve, para decirlo cual en el tango argentino, “como el pasado que torna”, la amenaza de los comunismos Chino y Soviético. Y esto se agrava o mejor dicho la locura se exalta, cuando el coronavirus deja en evidencia las injusticias del modelo y pudiera predisponer a los trabajadores a plantear nuevas conquistas. Antes de la pandemia, ya a Bernie Sanders y sus acompañantes, unos clásicos social demócratas, se les ha acusado de comunistas por planear mejoras en los salarios y la asistencia social.
            Y como decía al principio en los medios y las llamadas redes sociales, corren con persistencia y abundancia, las prédicas anticomunistas, según las cuales es comunista toda cosa que sea humana, generosa y justa. Hasta la solidaridad de los pueblos es comunista porque pone en peligro la competencia “libre”, lo es la OMS por alertar del peligro de no atender con el debido cuidado las normas inherentes al combate de la pandemia. Y es comunista quien reclame salarios justos, precios acordes con aquellos, limitaciones a la excesiva ganancia y la acumulación de capital. Eso que China en lugar de vender done en grandes cantidades insumos médicos para combatir la pandemia es comunismo. Por cierto, muchas de aquellas regulaciones ya existen en las sociedades europeas y también en EEUU, pero se vuelven  comunistas si se aplican o reclaman para nosotros.
           Todo lo anterior se complementa con el trabajo que sigue, escrito y publicado en agosto de 1993, donde hablamos de lo de meter miedo con el comunismo, como estrategia de la dominación dentro y fuera de EEUU. Lo que dice, sobre todo a los jóvenes, no se trata de una cosa nueva, sino algo viejo y desgastado para chantajear a la gente. Observe el lector, que en la fecha antes indicada, The Economic, estaba amenazando y advirtiendo sobre comunismo refiriéndose al no incremento del IVA y al aumento de gasolina en aquella época y como el no hacer eso fue sinónimo de comunismo. ¿Cuál sería entonces el enfoque sobre el gobierno de Maduro, sus políticas salariales, precios que favorecen a comerciantes y productores, la casi anunciada alza del precio de la gasolina y los terroríficos precios  que se nos vienen de los servicios públicos?
            Leamos pues como en lo  los inicios de la década del 90 se atemorizaba con el comunismo, como ahora.
           
                          -----------------------------------------
               La  revista  norteamericana The  Economic,  parece haber  revivido  con sus recientes  afirmaciones  y  predicciones sobre la economía venezolana, aquella vieja manía, muy en boga en la década del cincuenta, según la cual todo lo fuese bueno  para América  Latina, algunos grupos norteamericanos  lo  consideraban malo para ellos y viceversa.
               En  aquella atmósfera de guerra fría,  todo  aquel que entre nosotros halagase un gesto, una opinión o una conquista del  poder soviético, inmediatamente se le acusaba de agente  del imperio comunista y propagandista vergonzante al servicio de  una causa   innoble.   De  otro  lado,  se  asumía  que lo   yanky   era condenable. Lo único que se podía elogiar era el swing maravilloso y perfecto de Ted Williams, el arrojo beisbolero de Mickey Mantle y el casi mágico dominio del bate de Stan Musial,  el  cardenal mayor, sobre la zona de strike.
               Por  aquella  “lógica” elemental, a los  latinos  nos dividían, como una torta cortada en dos mitades, entre "despreciables capitalistas" e "inhumanos y vende patrias comunistas".
               En  el  propio país de Abraham Lincoln  y  de  los poetas  Witman y Poe, la furia anticomunista del general MC  Arthur, primero y del ex-jefe de la CIA, Hoover, después,  hicieron de aquel simplismo la esencia de su política persecutoria contra toda opinión diferente al primitivismo de las suyas.

               Era aquella una concepción absurda, derivada de la guerra  fría y una nefasta herencia del enfrentamiento entre  las grandes potencias.
               Pero  aquel simplismo parece haberse legalizado  y prolongado en la manera de razonar algún sector de la  dirigencia norteamericana.  Primero fue Mc Arthur. Luego Hoover, quien desafió el poder del propio presidente de los Estados Unidos  y  le acusó junto  a su hermano Bob y los dirigentes de  los  derechos civiles - vale decir de los derechos de los negros- de  comunistas.
               Para Hoover y toda la basura que le seguía,  comunismo  era reclamar el derecho de los negros a abordar  el  mismo autobús, comer en los mismos restaurantes que los blancos. De  un niño  negro  a inscribirse en una escuela con  blancos.  Y  hasta reclamar elecciones en América Latina.
               Esta  inmunda  lógica hooveriana y  macartista  la aplica  The  Economic  en sus análisis y  predicciones  sobre  el futuro de la economía venezolana.
               Lo que es comprobadamente malo para el pueblo  de Venezuela, es celebrable y bueno para The Economic.
               Es  así como la revista que refleja el interés  de los grandes capitales norteamericanos, de estrechos vínculos  con los  afortunados propietarios de la deuda externa del paìs  y  de América Latina toda, encuentra méritos en la desastrosa  política económica del régimen de CAP. Elogia con descaro una  administración que pulverizó la clase media y condenó al hambre y abandono  a la mayoría aplastante de los venezolanos. A un régimen  que hundió en el desespero a todo el mundo, incluyendo a lo mejor  de su propio partido y colocó al borde del colapso al sistema  democrático.
               A The Economic le angustia que no se hayan  continuado  a  contrapelo aquellas políticas, incluyendo el IVA  y  el aumento  de la gasolina, lo que garantizaría el pago de la  deuda externa.  El  costo, que no sería otro que más miseria  para  los venezolanos, poco importa a los editores de la prestigiosa revis­ta.
               Menos mal que las ideas de The Economic no reflejan el pensamiento del pueblo de Lincoln y de gran parte de su dirigencia.


 Reply  Reply All  Forward

No hay comentarios:

Publicar un comentario