lunes, 1 de abril de 2019

LA POBREZA HACE MELLA EN MIAMI


La pobreza hace mella en Miami
Hedelberto López Blanch

Pese a las supuestas bondades que propagandizan los medios de comunicación de Estados Unidos sobre el alto bienestar existente entre los habitantes de Miami-Dade, los datos señalan lo contrario pues solo en los últimos dos años la pobreza creció 4 % entre sus habitantes.
En 2016 una encuesta realizada en ese condado, determinó que el 14 % de la población era pobre y según un reciente informe de la organización United Way la cifra se elevó a finales de 2018 al 19 %.
El Nuevo Herald, vocero de la extrema derecha cubanoamericana reconoció a principios de febrero de este año que “sobrevivir en Miami, una de las ciudades con los precios más altos del alquiler, no es fácil. Alguien con el salario mínimo de 8.25 dólares por hora debería tener tres trabajos a tiempo completo para pagar un apartamento de dos habitaciones en la ciudad”.
El informe de United Way especifica que seis de cada diez residentes en el condado de Miami-Dade, con mayoría de población hispana, pasa dificultades para cubrir sus necesidades básicas y el 19 % vive en la pobreza.
Y agrega que “una gran parte de los 2,7 millones de habitantes de Miami-Dade, el condado más poblado del estado, “lucha para pagar necesidades básicas como alimentación, vivienda, transporte, salud y cuidado de los niños”.
La página web de finanzas personales Wallethub, informó que una gran parte de los habitantes de la ciudad de Miami son los más pobres del Estado de Florida. El estudio se efectuó en base a tres categorías: bienestar económico, salud y seguridad.
Un especialista de WalletHub, enfatizó que la tasa delictiva de Miami la ubica en el puesto 35 de 150 ciudades analizadas, debido al alto índice de robos violentos a las personas y a las propiedades.
El alquiler de vivienda es un verdadero dolor de cabeza para sus habitantes pues Miami-Dade es el tercer condado del país con el mercado de la renta en peor condición en cuanto a precios. El 53 % de los hogares dedica más del 40 % de sus ingresos al techo. Esta situación se agrava entre las personas con entradas bajas y medianas.
Los residentes de la Pequeña Habana, por ejemplo, con ingresos medios de 21 099 dólares al año deberían pagar cuando más 530 dólares al mes para no sentir que la renta los ahoga. Sin embargo, un apartamento de una habitación en este vecindario cuesta, como promedio, 1 450 dólares, tres veces más de lo que sería una cantidad asequible para los residentes.
El alcalde de la ciudad, Francis Suárez, afirmó que “en Miami hay personas que están pagando el ciento por ciento de sus ingresos en la vivienda, y tienen que ser subsidiados por la familia”. Suárez prometió resolver el problema pero como sucede siempre en esa ciudad, él continúa llenando sus bolsillos de dinero, sin que se avizore un cambio para los habitantes.
En varios eventos, los expertos han enfatizado la presión que cae sobre las familias, y especialmente en los niños, el aplastante presupuesto familiar que se destina al pago de la renta, que las invalida para abonar gastos en la salud y educación de los menores.
Por su parte, la Feeding South Florida, asegura en un denominado Mapa de la brecha alimenticia 2018 que alrededor de 275 000 niños se van a dormir todas las noches con hambre.
En los cuatro condados que componen el sur de la Florida bajo la eufemística denominación de “inseguridad alimentaria” utilizada por la Feeding South, se hallan el 22,5 % de los menores en Palm Beach; el 21,8 % en el Miami Dade; el 20,6 % en Broward y el 20,2 en Monroe.
Resulta absurdo que la administración estadounidense que insiste en enviar una llamada ayuda humanitaria a Venezuela (cuyo legítimo gobierno pide que se le levante el bloqueo económico-financiero que Washington le ha impuesto) permita que el 25,6 % de los hispanos de la tercera edad en Miami Dade, sobrevivan en la pobreza.
En ese sentido, la organización independiente Miami Matters, que valora los índices del nivel de vida, la salud y otros pormenores, asegura que un cuarto de la población hispana que sobrepasa los 65 años de vida, cerca de 55,000 personas, sobreviven por debajo del índice de 11,500 dólares al año estipulado por el Gobierno federal.
Miami Matters explica que los mayores de edad, que viven por debajo del nivel de pobreza, conforman un grupo muy vulnerable, dadas las limitaciones físicas, las necesidades médicas y el aislamiento social de que son objetos.
Quienes arriban a la tercera edad viven prácticamente sujetos a las entradas económicas que provienen de la jubilación, los planes especiales de retiro o la ayuda suplementaria de la seguridad social”, subrayó el documento.
Cada año que pasa la situación se agrava en Miami Dade que se ha ido transformando en una ciudad de sueños derrumbados para varios miles de hombres y mujeres que andan sin hogar ni destino, convirtiéndose en lo que las estadísticas del censo poblacional clasifican como “desamparados”. Son los “homeless” a quienes solo les espera resistir los embates de una sociedad a las que nunca las administraciones estaduales ni federales le han prestado la más mínima atención.


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