viernes, 29 de marzo de 2019

RESPUESTA A UN COLOMBIANO QUE ME ASEGURA SABER QUE PASO EN EL GURI*

Respuesta a un colombiano que me asegura saber qué pasó en el Guri*

Eligio Damas

            Recibí esa carta. Luego supe no fui el único destinatario, sino supuestamente fueron 23 articulistas de Aporrea. Uno de estos ya le respondió por este medio, pero más que responderle hizo suyos los argumentos del ciudadano colombiano, quien desde allá, y de aquí a Bogotá hay una buena distancia y hasta por lo alto, intentó explicarnos qué había sucedido en el Guri y el cómo interpretar la coyuntura venezolana. Si una cosa he observado a lo largo de la vida, lo que conozco de la historia nacional, del continente y he percibido durante los años que llevo escribiendo en Aporrea, mediante la buena cantidad de cartas que de allá recibo, casi siempre de quienes de uno discrepan, es que allá abunda gente que todavía nos mira como en los tiempos del “Virreinato de Santa Fe” y la Capitanía General de Venezuela, con la misma arrogancia de Santander y los suyos, que pasa por alto el papel importante de los venezolanos en la emancipación americana. Yo entiendo a los opositores venezolanos, metidos en lo que llamaría una escaramuza político-militar, que al intentar explicar lo que aquí acontece, ofrezcan una versión que se avenga con ella, aunque nada tenga que ver con la verdad y menos con lo real. Si algo le produce piquiña al político, es tener que decir la verdad y encarar la realidad cuando ellas no le favorecen. Eso es lo que llamamos ideologizar o hacer publicidad, no por resaltar la verdad, sino imponer las ideas e intereses que al político interesan y lo mueven.
           Y cuánto molesta a tipos como uno, empeñados en no dejarse maniatar ni asumir como cierto lo que otro dice y hasta inventa por conveniencia, alguien nos aborde de manera contraria.
            Por eso, a uno le parece insólito que alguien desde fuera, volviéndose portavoz y repetidor de otros, nada original, de quienes aquí explican a su manera lo acontecido alrededor del Guri, pretenda darnos lecciones y pautas para interpretar la coyuntura venezolana y lo que es peor, usa un desgastado y procaz discurso político que llama “cagadas” lo que hacemos y decimos.
           En mi caso particular, como leerán, le dije sentirme con “autoridad moral” para resaltar que su discurso no es más que uno político de baja calidad, repetitivo y compuesto por los mismos simplismos de otros más. Simplismos como negar la realidad de la amenaza imperialista y del gran capital, que en nuestro caso incluye a todas las grandes potencias de hoy, mientras en Colombia hay 11 bases militares de EEUU y no precisamente por los mismos ideales de Bolívar.
             Había pensado no pasar de allí, mandarle esta carta que de seguidas leerán, pero como halló eco en uno de los “columnistas de Aporrea”, quien le dio valor a lo que aquél dijo, tanto que al parecer hizo suyo el mismo discurso y por razones que envuelven a Domingo Alberto Rangel y su memoria infamada*, me sentí tentado a publicar lo que dije al bogotano.
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             Quizás sea yo uno de los pocos que responda su comunicación; ya lo sabré. Hay formas muy sutiles. Y lo hago porque me siento con suficiente autoridad moral para hacerlo. No obstante, primero debo advertirle que, no entro en ese estrecho marco que mucha gente, supuestamente pensante, se construye cuando intenta interpretar o diagnosticar la Venezuela de ahora. Es decir, no estoy con el universo que quiere tumbar al gobierno que lográndolo, por el gesto mismo y las relaciones que ha contraído, pudiera en gran medida contribuir a instalar una dictadura en Venezuela para complacer a las enormes fuerzas internacionales que le apoyan. Tampoco con quienes gobiernan que viendo poco espacio para maniobrar, no se deciden por una opción que garantice lo constitucional, las conquistas que, por lo menos en las leyes ha logrado el venezolano que son muchas, como no las hay en otros países y la integridad de las fuerzas que le apoyan. No piense en las dificultades que ahora padecemos, por favor, sino en lo plasmado en las leyes; hágame ese favor y no se me salga por las ramas. Eso que se está con el gobierno o la oposición es un simplismo y una manera maniquea de ambos bandos para garantizarse el respaldo de la gente. Empeñarse que  las cosas deben verse como el interesado las ve y más en el caso suyo que observa desde fuera y muy lejos, no siente los aguijonazos y sobre todo no le afectan, y obviando nuestra dignidad, lo que para los venezolanos, hijos de Bolívar y Sucre, ha sido y es muy importante. En eso de imponer una verdad, como ya dije, ambos bandos coinciden, como en muchas tantas cosas que asombraría a quienes piensan con equilibrio y analizan con agudeza. Vamos al grano. Nadie medianamente inteligente, informado y sensato ignora eso de la falta de mantenimiento y hasta desidia; no es un secreto bien guardado; además es de muy vieja data y hasta propio de quienes han vivido en la abundancia, no hay en eso ningún aporte y es un como descubrir el agua tibia, sería como ignorar que el Estado colombiano y parte de su dirigencia, hasta la de mayor influencia, están en buena medida en "inteligentes" relaciones con eso de la droga. Como tampoco que los gobiernos de EEUU y parte de la oposición venezolana, están metidos en lo de la violencia y el sabotaje. No voy argumentar mucho porque sería innecesario; usted lo sabe bien y si lo  niega sería porque eso forma parte de la estrategia; es un asunto demasiado simple, pues si trata de sustentar lo que dice, debe empezar por negarle valor a lo que dice el otro. Además eso es un proceder inherente a la polarización artificial engendrada en Venezuela. Y ese proceder, lo asume el gobierno y la oposición y quienes en cada rincón del mundo, por alguna razón o sin razón, se sienten tentados a meter su cucharada en el asunto. Es decir lo que usted hace para contrarrestar lo que el gobierno dice, quienes éste forman, lo hacen para defenderse y sobre todo darle mayor fuerza a sus denuncias. Los hechos públicos, que siendo tales, no obstante pareciera que los inteligentes no los perciben, como que el gobierno de EEUU nada oculta y la historia reciente los pone en evidencia, demuestran que hay en él interés por apoderarse de Venezuela en el sentido que usted quiera darle. De los últimos 20 años en la historia del mundo, los hechos enseñan a quien quiera ver cómo se maneja la política y diplomacia de aquel país. No es necesario dar clases, con esto basta; y basta porque usted lo sabe; otra cosa es ignorar eso para que sus hipótesis y hasta tesis tengan el necesario fundamento. Por lo menos, las dos hipótesis son valederas y sustentables. Lo es la que usted defiende y repite; pero la del sabotaje también. Y es más, las dos, al mismo tiempo, pudieran servir para explicar lo que en el sistema eléctrico sucedió. Tanto que, pese haya gente "más papista que el Papa", que niega la tesis del sabotaje, Marco Rubio, Abrams, Pence y hasta Trump, la admiten casi descaradamente. Hay mucha gente que cree tener los hilos en las manos y al intentar interpretar y hasta explicarse lo que sucede en Venezuela termina repitiendo los simplismos y discursos prefabricados que circulan por las redes. No caigo en ese juego, tengo mis propias ideas y no me siento tentado en caerle en gracia a nadie, a cambio de afirmar lo que desconozco.
                    Cuánto lamento que los venezolanos hayan tenido necesidad, por culpa del gobierno, la oposición, EEUU, éste interesado en apoderarse de lo que tenemos y los gobiernos de Colombia, por quienes allá metió 11 bases militares, contra la dignidad y soberanía nacional del hermano país y su bella gente, se hayan visto obligados a perturbar la paz y el bienestar en las calles de su barrio. Nosotros nunca nos hemos lamentado y menos enrostrado en la cara a ningún colombiano que de allá, por años,  se vinieron millones. Al contrario, hicimos y estamos dispuestos a seguir haciendo lo que fuese necesario para hacerlos sentirse como hermanos. Ellos, los venezolanos que allá están, como los colombianos que acá están y han estado por décadas, no tienen ninguna culpa y menos se explica el fenómeno en simplismos y discursos pre elaborados, hasta enlatados e importados, que como aportó Alvin Toffler, en “El Show del futuro”, sólo sirven para ser tirados “después de usados”.
        Con cordial saludo. ¡Ah, se me olvidaba! Cuando se dirija a la gente de su directorio, sea más cuidadoso. Hay mucho exigente.  
*De este tema, “la infamada memoria” de DAR o “Jorungamuertos”, hablaré en otra oportunamente.
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