viernes, 4 de marzo de 2016

JUVENTUD REBELDE

Juventud Rebelde
digital@juventudrebelde.cu
4 de Marzo del 2016 9:11:17 CDT
BRASILIA, marzo 4. — El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue llevado este viernes a declarar por agentes de la Policía Federal, en el comienzo de la fase 24 de la operación anticorrupción conocida como Lava Jato.
Lula fue conducido en las primeras horas de la mañana a prestar declaración, pero de momento no será detenido, dijo el servicio de noticias Brasil 247, según el cual la nueva etapa de Lava Jato contempla acciones en domicilios del exmandatario y de su hijo Fabio Luiz, así como en el Instituto Lula, en Sao Paulo.
En total, unos 200 agentes federales y 30 auditores fiscales cumplen 44 órdenes judiciales, que se extienden también a las localidades de Atibaia y Guarujá, donde se localizan inmuebles adjudicados a Lula, quien negó reiteradamente que estos sean de su propiedad, precisó la fuente.
La investigación, abundó, busca establecer si Lula recibió ventajas indebidas de empresas acusadas en la operación Lava Jato, que puso al descubierto una red de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras, según reportó Prensa Latina.
El inicio de la fase 24 se produjo solo horas después que medios de difusión amplificaran aquí un reportaje publicado por la revista IstoÉ, según el cual el senador Delcidio Amaral acusaba a Dilma Rousseff y Lula de interferir en las decisiones judiciales que condenaron a importantes empresarios en la causa anticorrupción.
El propio Amaral desmintió horas después la existencia de un supuesto acuerdo de delación firmado por él y afirmó desconocer el origen y la autenticidad de los documentos a los que aludía la publicación.
Una nota oficial divulgada anoche por el Palacio de Planalto dio a conocer el total repudio de la Jefa de Estado al uso de filtraciones apócrifas, selectivas e ilegales como arma política. Estos arreglos, subrayó Rousseff, «no contribuyen a la estabilidad del país».
En un reciente artículo, el exministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Amaral, advirtió sobre la clara intención que existe en el país de destruir, a cualquier precio, al último líder popular.
La historia no se repite, pero salta a los ojos la semejanza entre el odio que se construyó contra (los exmandatarios Getulio) Vargas y (Juscelino) Kubistchek y el que la prensa casi al unísono destila, alimenta y propaga contra Lula.
Ahora —acotó— no se adula a las Fuerzas Armadas, sino a agentes policiales sin comando, fiscales sin límites y un juez con inédita jurisdicción nacional.
Condenado como corrupto por la prensa, como Vargas y Kubitschek, Lula es execrado públicamente para que su prestigio decline y se aparte de las elecciones del 2018, como candidato o como elector influyente, señaló Amaral.
Condena decretada, pena anunciada, se busca un relato: se trata de destruir el último gran líder popular brasileño. Eso, a los ojos de sus verdugos, vale todo y cualquier precio, concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario