jueves, 26 de enero de 2012

PRIMARIA, ESTRATEGIA DEL DESASTRE

Primaria, la Estrategia del Desastre
Por Lorenzo Gonzalo, 26 de enero del 2012

Por qué Cuba?

Mientras se prepara la Primaria de Florida, los aspirantes presidenciales republicanos debaten los temas que convencerán o decepcionarán, a quienes voten en las elecciones partidarias del 31 de enero.

Pero la pregunta del inicio debe preceder todo comentario: Por qué de nuevo insistir en el tema cubano en tono de injerencia, cuando la política de interferir en los asuntos internos de otros países, por razones de criterios políticos, es rechazada por todas las naciones.

Hemos estado haciendo una disección de los candidatos aspirantes y como decía un amigo hace poco en conversación privada, mirando el debate sabía qué iban a decir cada uno de los integrantes del panel, por las sinopsis y análisis que hemos escrito en referencia a esta Primaria Republicana.

Pero acertar en los aspectos generales no implica desconocer que existe una aberración en cuanto a la insistencia de sostener una estrategia anti cubana de esta naturaleza. No hay dudas que Cuba no tiene la simpatía del establishment, pero un manejo realista del tema fue precisamente el que le concedió a Obama en las elecciones generales del 2008, un 51% de los votos y en dicha votación, contribuyó decisivamente el voto cubano que mayoritariamente lo escogió por su promesa de eliminar las sanciones impuestas al emigrado cubano, que le prohibían visitar a sus familiares.

El voto cubano, como el de cualquier otra etnia o grupo de magnitud, dentro del gran ajiaco o sancocho que conforma la sociedad estadounidense, bajo la superioridad y mando sajón, es decisivo en cualquier elección. Por consiguiente es tema de obligada atención para cualquier político que venga a Florida y aun en los pasillos del Congreso Federal. Pero que un tema sea de importancia no significa que se le enfoque descabelladamente porque los resultados pueden ser opuestos al propósito

En las elecciones del 2008, el voto cubano se inclinó por Obama, y ocurrió así porque si bien dijo que mantendría el Bloqueo que Estados Unidos llama Embargo (por esa inclinación al sofisma que practican sus dirigentes), dejó en claro que no continuaría castigando a la comunidad emigrada cubana prohibiéndole viajar a Cuba y ayudar a sus familiares.

A los ojos incrédulos del mundo desinformado, esta promesa puede parecer una broma o un planteamiento sin sentido, sin embargo, no lo es así para los cubanos que en la Isla entienden cada vez menos la agresividad del monstruo que habita en su vecindario geopolítico. Tampoco es entendible para una comunidad que ha sido castigada y victimada por la política de agresión practicada por Estados Unidos durante cincuenta y dos años, junto con respuestas muchas veces desmesuradas por parte de Cuba, que como país agredido tuvo que recurrir a una creatividad político-militar de ficción, para defenderse frente a semejante aberración.

Los tiempos habían cambiado y el emigrado cubano en ese año 2008, tenían muy poco de “exiliado”, una entelequia compuesta en realidad mayoritariamente por quienes se dejaron llevar por la inercia de la brutal propaganda desplegada por Estados Unidos contra Cuba durante aquellos azarosos años de la Guerra Fría. En realidad, en su mayoría el exilio está integrado por personas que jamás levantaron un dedo en contra del gobierno revolucionario en sus primeros años. La diferencia de ese grupo con los emigrados llegados a partir de 1970 y 1980, es que estos últimos solamente aceptan del “exilio” los aspectos que les resultan convenientes para la supervivencia dentro del medio. Pero cuando les dicen que todo cuanto existe en Cuba es malo, que sus familiares y amigos deben quedar desamparados y que es pecado viajar a su país, allí termina el amor y la obediencia hacia los rencorosos políticos.

Ese cambio lo tuvo en cuenta el entonces candidato Barack Obama durante su campaña presidencial en el año 2008. Era de esperar que los aspirantes republicanos a la candidatura para la Presidencia del 2012, hicieran otro tanto.

Aunque la esquizofrenia social padecida por un grupo determinado es difícil de curar, pensábamos que al menos estuviese bajo control. Los pronósticos que hicimos siempre fueron bajo la impresión de que la enfermedad continuaba latente en toda su magnitud, sin esperar que la negación de la realidad alcanzase tales proporciones. Hay sectores que parecen tener la asesoría de gente profundamente enferma, que son aceptados por esa tendencia al tecnicismo, dominante actualmente en los ambientes del Estado y en las esferas financieras, culpables de la última crisis económica. Lo que indican estas manifestaciones de conducta es que la campaña por la Presidencia, carecerá de coherencia. De hecho, los representativos de ese partido ni siquiera han podido demostrarla en las Primarias, donde ninguno de los aspirantes ha sido aceptado como dirigente. Los criterios respecto a la política a seguir con Cuba, asumida por los participantes republicanos a este último debate en Florida, condena al desastre la estrategia republicana para la Presidencia en el Sur del Estado y tendrá consecuencias en el norte a la hora de las votaciones generales.

Las palabras sobre el tema cubano más benignas que escuchamos en ese debate fueron pronunciadas por Mitt Romney, un mormón que practica la monogamia. Las más descabelladas las dijo Newt Gingrich, un cristiano que gusta de la poligamia. Hasta en este aspecto los aspirantes republicanos están chuecos.

Mitt Romney retomó el tema de los viajes y le prometió a la comunidad cubana de emigrados que les prohibiría viajar a la Isla. O sea, Mitt Romney no le permitirá a los cubanos visitar a sus familiares en la Isla y si Cuba por fin acaba de sacudirse y completa la reforma migratoria que anuncia hace meses y que cumple a cuenta gotas, quizás para poder complacer a sirios y troyanos, los emigrados cubanos seguirán condenados a no poder vivir en su país por temporadas o permanentemente. No podrán actuar como el resto de las emigraciones, porque Mitt Romney se los prohibirá.

Newt Gingrich fue peor. No solamente habló en contra del gobierno cubano y de los emigrados, sino que recurrió a palabras que recuerdan los peores momentos de la Guerra Fría. El señor Gingrich dijo que si resultaba electo emplearía “acciones encubiertas” para derrocarlo, los cual significa infiltrar agentes para sabotear, cometer asesinatos, como en el pasado, atentar contra la dirección política del país, en fin, en nuestro mundo este es el significado de ordenar “acciones encubiertas”. Dicho término es más peligroso aún si viene de Estados Unidos, una nación capaz de penetrar sus helicópteros en un tercer país sin permiso de su gobierno y secuestrar o asesinar a quien considere su enemigo. Hablar con ese tono a los estadounidenses, quienes mayoritariamente condenaron la intervención en Irak, independientemente del orgullo que el ciudadano en general siente hacia sus soldados, por ese sentimiento de conquista y fuerza impuesto a su población por los círculos militares, es una locura mayúscula. Estado Unidos en general no quiere que su gobierno se mezcle en asuntos de terceros. Esa es una de las razones, entre otras, por las cuales un loco como Ron Paul, ha llegado a acumular el 20% de la intención del voto de la militancia republicana y seguramente tiene iguales porcentajes en otras filas que no son las de ese partido.

¿Por qué Cuba? Esta pregunta tendrá muchas respuestas, pero ninguna de ellas puede ser cuerda, porque lo que produce el fenómeno nunca ha respondido a una realidad humana.

Desde que el paisaje internacional cambiara radicalmente entre finales del siglo XIX y los primeros veinte años del siglo XX, la humanidad recurrió a preconstrucciones impuestas por una complejidad surgida del acelerado avance tecnológico y la rapidez de una producción que obligó a improvisar cambios sobre cambios. Gran parte de lo hecho en política desde entonces ha sido el resultado de fabricaciones que nada tienen que ver con las realidades del ser humano en concreto. La hegemonía, el dominio, la imposición de conductas de un Estado a otros Estados, son delirios mentales convertidos en verdades axiomáticas.

Pensar que Cuba pertenece a Estados Unidos es una de esos axiomas y el encuentro de los aspirantes republicados a la candidatura presidencial demuestra que hay sectores marginales que aún comparten el delirio.

Quizás por esa inesperada locura que estamos presenciando y el desajuste evidente del Partido Republicano es que apareció en el Congreso el Presidente Obama y le brilló el rostro como impuesto de nuevas luces, desenterrando el estilo profético esperanzador que lo llevó a la Presidencia en el año 2008.

Ojalá que su actitud no sea también el resultado de otro delirio, porque no hay nada peor que la demencia que llega a divorciarse totalmente del entorno. El sector de poder estadounidense, hace tiempo que no toca tierra. Nos referimos a la verdadera tierra, a esa que ellos conocen pero se resisten a reconocerla. Ocasionalmente les quema la mano cuando por circunstancias inesperadas la tocan y los muerden los horrores que no quieren ver. Ellos saben a qué nos referimos cuando decimos esto, porque al escucharnos, estamos seguros que sonríen con ese rictus del loco que descubre que ha sido adivinado por un interlocutor inesperado.

Dijimos que su Mensaje a la Nación este martes, iniciaría seguramente la campaña para la reelección y de acuerdo a la gira que emprende en estos días por diferentes estados, no hay dudas que así va a ser.

Parodiando a Cesar Vallejo, podríamos decir: si Obama saliera electo…digo si saliera… ojalá imponga la agenda anunciada hoy en palabras, pero que propuso hace muchos años, cuando quizás no soñaba aún con la Presidencia.

Ojalá deje de temerle a los fantasmas monolíticos y acerados del Pentágono y a los más temibles aún, a la burocracia que todo lo puede y que todo lo sabe…. porque si no lo sabe…. lo inventa.

miércoles, 25 de enero de 2012

MARIA MANTILLA, HIJA DE MARTI

PUBLICADO POR
BIBE VAZQUEZ ROBLES

← El acta legal del Doctor Ercilio Vento
María Mantilla, hija de Martí
Posted on enero 24, 2012
Yamil Díaz Gómez*

Nota publicada en la revista La ultima hora, en enero de 1953
¡Cuántos dolores se juntan en torno al nacimiento de María Mantilla!: el de una dama que conoció a su gran amor cuando tenía tres hijos, en una época en que los matrimonios eran hasta la muerte; el de un padre que huye, quién sabe si arrastrado por las culpas, tras un bautizo en que fungió de padrino; el de un esposo al que Martí parece retratar en este apunte:
Oh qué prueba!—Qué deliquios en el alma de un hombre que se cree padre de un hijo, qué sentir, cuando lo oye balbucear, que le corren riachuelos de plata por el corazón—qué parecerle cuando vuelve a su lado que reclina la cabeza en almohada de plumas!—y en el instante que sabe que aquella hija no es suya—aquella misma voz, presencia, mirada, golpe de la manecita en la mejilla y de los piececitos en la alfombrita no alumbran su corazón, ya no desarrugan su ceño, ya no estremecen su mejilla, ya no ablandan la expresión de su faz y son las mismas, sin embargo, que antes eran: qué nervio lo explica.[1]
¿Qué nervio explica este estremecimiento de sus vidas?
El Martí personaje romántico se revela especialmente en este capítulo. Para entenderlo en su amarga circunstancia, hay que enfrentar el tema sin tapujos. De nada vale ser esquivo frente a la realidad. Si Martí y Carmen Miyares, ambos casados, tuvieron que ocultar sus amores, cercados por las hipócritas moralidades decimonónicas; el prójimo de hoy debe ponerse a la altura de aquel dolor, de aquel amor, de aquella verdad trágica.
María Mantilla es hija del Apóstol. Pero no porque ella lo proclame en una carta de 1935 o en otra de 1959 ni porque su hijo, el actor César Romero, lo repitiese en esquelas, entrevistas o programas de televisión; ni porque, en la hora de su muerte, los familiares la nombraran en todos los obituarios como «María Martí»; ni porque de ello estuviesen convencidos Gonzalo de Quesada y Aróstegui (el secretario del Delegado) y Gonzalo de Quesada y Miranda (alguien que conservó durante varias décadas la papelería martiana, más todo lo que su padre le contó).[2] No porque lo hayan dicho sutil o abiertamente autores como Marinello, José Miguel Oviedo o Nydia Sarabia. María Mantilla es hija del Apóstol porque lo afirman con terquedad admirable los ojos, los labios, el pelo, las manos, las orejas, la nariz y la frente de María, en armónico coro con los ojos, los labios, el pelo, las manos, las orejas, la nariz o la frente de José Martí.
Además de su ahijada o de su «hija espiritual», fue su hija biológica. Ningún científico lo afirmará rotundamente mientras no lo confirme una prueba de ADN; pero ¿de qué otro modo se explica una coincidencia de un 74,3% de rasgos antropométricos entre ambos, certificados en una prueba pericial de alta fiabilidad?
Estas cuartillas no se escriben a partir de una impresión caprichosa o subjetiva, sino desde un estudio científicamente validado y jurídicamente respaldado por el Tribunal Supremo de mi país.
Aquello que puede dilucidarse en terrenos científicos, no debe permanecer en el perenne pantano de la especulación. Y he aquí que el prestigioso antropólogo y médico legal cubano Ercilio Vento Canosa aplicó al caso su Prueba Morfológica Antropológica, que se define como:
…un instrumento de valor que se aplica en los conflictos de filiación, es decir: cuando se impugna una cierta paternidad, o en el caso en que un ciudadano desea confirmarla. […] es el resultado de 32 años de mi experiencia profesional, 32 años de intercambio con antropólogos de diferentes partes del mundo. En este lapso, la prueba no ha fallado en ningún caso, incluso frente a la comprobación con la prueba de ADN. La sumatoria de los rasgos en estudio, aporta un alto grado de fiabilidad en los resultados, lo único que se precisa por parte del perito es su experiencia y capacidad para identificar los rasgos físicos, privando su examen de toda subjetividad, toda vez que no se trata de establecer una simple semejanza, sino buscar los caracteres físicos heredados por el hijo a partir del presunto padre. Estos rasgos deben proceder del padre y de la madre. Si pueden ser identificados los de la madre pero no los del padre, la paternidad debe ser formalmente excluida. […] En el caso particular de la posible paternidad de José Martí con María Mantilla, se tenía el inconveniente de ser ambas personas fallecidas. Esto no es obstáculo cuando se cuenta con suficiente material fotográfico del cual se pueden sacar conclusiones fiables. Gran parte lo aportó gentilmente la doctora Nydia Sarabia […] Gracias a la abundante iconografía existente, se pudo contar con un amplio material comparativo […] se alcanzó a establecer comparaciones en un rango de semejanzas del 74, 3 %. Se exceptuaron las comparaciones en los casos en que no se disponía del elemento semejante, como lo es la sangre. […] El índice de coincidencia o porcentual de coincidencia es alto y muy fiable, teniendo en cuenta que María posee también elementos que son heredados de su madre. Hay detalles que superan el simple valor numérico, por su peso cualitativo. En este sentido llaman la atención algunas identidades: la forma del labio inferior, la comisura palpebral interna, la forma de la oreja, la forma de los ojos, el surco subnasal, la forma de la cara, el ángulo nasal, la orientación de las comisuras labiales, la orientación de las comisuras palpebrales, el eje general del ojo y las cejas, entre otros. […] En la práctica, este tipo de prueba se efectúa con frecuencia por la sala civil del Tribunal Provincial de Matanzas, aprobada y admitida por el Supremo. […] Salvo que se aporte una prueba en contrario que niegue de manera rotunda lo comprobado a través del examen realizado, y para decirlo en el modo que se suele hacer: la paternidad de José Martí con María Mantilla no puede ser excluida. […] el examen ha sido en esta parte lo suficiente concluyente para afirmar la paternidad presumida.[3]
En ese instante mágico en que el científico deja al margen cualquier idea preconcebida y se enfrenta con los hechos, fueron saltando ante su vista las indudables coincidencias de rasgos antropométricos entre padre e hija: 3 en los labios, 5 en la nariz, 5 en las manos, 9 en los ojos, 12 en las orejas… En total, 49 caracteres coincidentes de 66 evaluados para un ¡74,3%! de compatibilidad.
Si no reconocemos la relación consanguínea, ¿cómo podríamos explicar tan alta «coincidencia» somática?
¿Seguiremos especulando sobre lo que Martí podía o no haber hecho, sobre los episodios que sus principios éticos le permitían o le prohibían vivir? ¿O aceptaremos que todo ese debate fue rebasado por evidencias materiales sólidas y objetivas? ¿Continuaremos pensando que sus amores con Carmita Miyares no fueron más que una infamia del Enemigo, como si no los confirmaran amigos y compañeros de ideales, entre los que se cuentan Fermín Valdés Domínguez, Gonzalo de Quesada y Gerardo Castellanos Lleonart? ¿Seguiremos enarbolando la ambigua carta de Martí a Victoria Smith[4] como la «última palabra» o «prueba definitiva» de que entonces no tenía relaciones íntimas con Carmita? ¿Es tan difícil percatarse de que para él no existía la opción de reconocer lo opuesto? ¿O es que lo honesto y lo «martiano» era someter a una mujer abnegada al escarnio colectivo? ¿Seguiremos pretendiendo ser más martianos que Martí?
Por el contrario, aceptar a María como la hija carnal del Maestro, alumbraría mejor muchos pasajes de su accidentada tragedia personal: Martí viaja (¿se fuga?) de Nueva York a Venezuela, en enero de 1881, solo dos días después del bautizo de la niña.[5] Allá escribe el cuaderno Ismaelillo para su Pepito, como si fuera una necesidad de su alma, atormentada por la culpa, recordarle a su hijo legítimo que no sería destronado…[7] Martí llevaba apuntes sobre las cosas que la pequeña decía o hacía… Y, acerca de Carmita Miyares, le confió a su entrañable Fermín: «¡Y cuánto hay que querer a la que dada la situación en que yo me encuentro hace el sacrificio de sufrir con valor los juicios de la sociedad que no sabe apreciar las grandezas, y está dispuesta a descuartizar —con la lanceta de la crítica y de la murmuración— los corazones y las almas más puras y buenas!»…[7] Martí se convierte de hecho, tras la muerte de Mantilla, en el hombre de esa casa.
Según carta del 1ro abril de 1895, conocida como su «testamento literario», él decidió partir su herencia: una mitad para su hijo José Francisco y la otra para María y su hermana Carmita Mantilla… A propósito, Carmen Zayas-Bazán, esposa del Apóstol —una mujer de mayor estatura moral que la que muchos le conceden—, le comenta indignada a Gonzalo que Pepito «acaba de saber por usted mismo a quien no autoricé para tanto, que casi se le ha desheredado en la última voluntad de su padre […] Pepe es el único hijo José Martí, y por lo tanto heredero de cuanto le pertenecía […] oponiéndome a esa última disposición de mi esposo, tenía que levantar un velo, que oculta inmensos dolores y daña un nombre que debe conservarse intacto […] Pepe no podía consentir en partir su patrimonio con los que habían robado la felicidad de su hogar…».[8]
Cuando cayó en combate, el Delegado llevaba en un bolsillo ―donde no había ninguna de su hijo― una foto de María. Y cargaba consigo, además, la única carta hoy conocida (y, por cierto, mutilada) de Carmita Miyares para él: «Cuénteme todo, usted sabe que de mí no puede esperar ninguna indiscreción […]. No tema escribir a esta casa, pues mis cartas nadie las ve, ni se fija nadie en las cartas que trae el cartero, los huéspedes duermen mucho, sobre todo el que podría hacer algún perjuicio». Y, al recordar que su hijo mayor, Manolito Mantilla, acompañaba al Delegado en su periplo por Santo Domingo, no puede contenerse: «Espero que Manuelito le ha de servir, y lo ha de acompañar; trate de tenerlo siempre a su lado pues así siento cómo algo de mi cuerpo está junto al de usted».[9]
Si aceptamos los hechos de que María fue su hija, y Carmita su amante, entenderemos mejor la batalla del fiel abogado norteamericano Horatio Rubens para evitar que el New York Herald mencionara la foto de María ocupada al cadáver, y la advertencia de Carmita Miyares a Gonzalo de Quesada y Aróstegui al terminar de entregar los manuscritos martianos para su edición: «ponga mucho cuidado con lo que se publica; ya usted sabe lo que quiero decir»;[10] y el asombro de la nuera del Apóstol, Teté Bances, en 1953, ante el notable parecido físico entre María y Pepito, y este fragmento de la respuesta de Quesada ―nada menos que de Gonzalo de Quesada y Miranda―, a la carta de 1959 en que María pedía se divulgara que ella era hija del Héroe Nacional cubano: «Todos sabemos que usted lo es, y que si por ejemplo nosotros los Quesada nunca lo hemos expresado públicamente es porque no ha sido hasta ahora en que usted autoriza y hasta desea que se haga saber…»[11]
Así como Jesús ordenó a uno de sus seguidores: «Deja que los muertos entierren a sus propios muertos» (Lc 9:60), el Apóstol, dos días antes de desembarcar en Cuba para ocupar un puesto en la manigua, le escribió a María una preciosa carta en que la llama «hijita» cuatro veces, como si deseara llamarle la atención sobre esa palabra en apariencia retórica. Y allí le pide: «Y si no me vuelves a ver, haz como el chiquitín cuando el entierro de Frank Sorzano: pon un libro,―el libro que te pido,― sobre la sepultura. O sobre tu pecho, porque ahí estaré enterrado yo si muero donde no lo sepan los hombres».[12]
Dejemos que los muertos entierren a sus propios muertos. Venzamos los cuestionamientos y prejuicios, y permitamos que José Martí repose para siempre en el pecho de su hija: la mejor tumba que soñó.

LA FRUTA QUE NO CAYO

De: Froilan y Adys
Asunto: Fw: Reflexiones Comandante en Jefe: La fruta que no cayó
Para: "Hector Garcias"
Fecha: miércoles, 25 de enero, 2012 01:40


Reflexiones del compañero Fidel

La fruta que no cayó



Cuba se vio forzada a luchar por su existencia frente a una potencia expansionista, ubicada a pocas millas de sus costas, que proclamaba la anexión de nuestra isla, cuyo único destino era caer en su seno como fruta madura. Estábamos condenados a no existir como nación.

En la gloriosa legión de patriotas que durante la segunda mitad del siglo XIX luchó contra el aborrecible coloniaje impuesto por España a lo largo de 300 años, José Martí fue quien con más claridad percibió tan dramático destino. Así lo hizo constar en las últimas líneas que escribió cuando, víspera del rudo combate previsto contra una aguerrida y bien pertrechada columna española, declaró que el objetivo fundamental de sus luchas era: “… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”

Sin comprender esta profunda verdad, hoy no se podría ser ni patriota, ni revolucionario.

Los medios de información masiva, el monopolio de muchos recursos técnicos, y los cuantiosos fondos destinados a engañar y embrutecer a las masas, constituyen sin duda obstáculos considerables, pero no invencibles.

Cuba demostró que ―a partir de su condición de factoría colonial yanki, unida al analfabetismo y la pobreza generalizada de su pueblo―, era posible enfrentar al país que amenazaba con la absorción definitiva de la nación cubana. Nadie puede siquiera afirmar que existía una burguesía nacional opuesta al imperio, tan cercana a este se desarrolló que incluso poco después del triunfo envió catorce mil niños sin protección alguna a Estados Unidos, aunque tal acción estuvo asociada a la pérfida mentira de que sería suprimida la Patria Potestad, que la historia registró como operación Peter Pan y fue calificada como la mayor maniobra de manipulación de niños con fines políticos que se recuerde en el hemisferio occidental.

El territorio nacional fue invadido, apenas dos años después del triunfo revolucionario, por fuerzas mercenarias, ―integradas por antiguos soldados batistianos e hijos de terratenientes y burgueses― armadas y escoltadas por Estados Unidos con buques de su flota naval, incluidos portaaviones con equipos listos para entrar en acción, que acompañaron a los invasores hasta nuestra isla. La derrota y la captura de casi la totalidad de los mercenarios en menos de 72 horas y la destrucción de sus aviones que operaban desde bases en Nicaragua y sus medios de transporte naval, constituyó una derrota humillante para el imperio y sus aliados latinoamericanos que subestimaron la capacidad de lucha del pueblo cubano.

La URSS frente a la interrupción del suministro de petróleo por parte de Estados Unidos, la ulterior suspensión total de la cuota histórica de azúcar en el mercado de ese país, y la prohibición del comercio creado a lo largo de más de cien años, respondió a cada una de esas medidas abasteciendo combustible, adquiriendo nuestra azúcar, comerciando con nuestro país y finalmente suministrando las armas que Cuba no podía adquirir en otros mercados.

La idea de una campaña sistemática de ataques piratas organizados por la CIA, los sabotajes y las acciones militares de bandas creadas y armadas por ellos, antes y después del ataque mercenario, que culminarían en una invasión militar de Estados Unidos en Cuba, dieron origen a los acontecimientos que pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear total, de la que ninguna de sus partes y ni la propia humanidad habría podido sobrevivir.

Aquellos acontecimientos sin dudas costaron el cargo a Nikita Jruschov, que subestimó al adversario, desoyó criterios que les fueron informados y no consultó su decisión final con los que estábamos en la primera línea. Lo que pudo ser una importante victoria moral se convirtió así en un costoso revés político para la URSS. Durante muchos años las peores fechorías continuaron realizándose contra Cuba y no pocas, como su criminal bloqueo, se cometen todavía.

Jruschov tuvo gestos extraordinarios con nuestro país. En aquella ocasión critiqué sin vacilación el acuerdo inconsulto con Estados Unidos, pero sería ingrato e injusto dejar de reconocer su extraordinaria solidaridad en momentos difíciles y decisivos para nuestro pueblo en su histórica batalla por la independencia y la revolución frente al poderoso imperio de Estados Unidos. Comprendo que la situación era sumamente tensa y él no deseaba perder un minuto cuando tomó la decisión de retirar los proyectiles y los yankis se comprometieron, muy secretamente, a renunciar a la invasión.

A pesar de las décadas transcurridas que suman ya medio siglo, la fruta cubana no ha caído en manos yankis.

Las noticias que en la actualidad llegan de España, Francia, Iraq, Afganistán, Pakistán, Irán, Siria, Inglaterra, las Malvinas y otros numerosos puntos del planeta, son serias, y todas auguran un desastre político y económico por la insensatez de Estados Unidos y sus aliados.

Me limitaré a unos pocos temas. Debo señalar según cuentan todos, que la selección de un candidato republicano para aspirar a la presidencia de ese globalizado y abarcador imperio, es a su vez, ―lo digo en serio― la mayor competencia de idioteces e ignorancia que se ha escuchado nunca. Como tengo cosas que hacer, no puedo dedicarle tiempo al asunto. De sobra sabía que sería así.

Ilustran más algunos despachos cablegráficos que deseo analizar, porque muestran el increíble cinismo que genera la decadencia de Occidente. Uno de ellos, con pasmosa tranquilidad, habla de un preso político cubano que, según se afirma, murió tras huelga de hambre que duró 50 días. Un periodista de Granma, Juventud Rebelde, noticiero radial, o cualquier otro órgano revolucionario, se puede equivocar en cualquier apreciación sobre cualquier tema, pero jamás fabrica una noticia o inventa una mentira.

En la nota de Granma se afirma que no hubo tal huelga de hambre; era un recluido por delito común, sancionado a 4 años por agresión que provocó lesiones en el rostro a su esposa; que la propia suegra solicitó la intervención de las autoridades; los familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica y estaban agradecidos por el esfuerzo de los especialistas médicos que lo atendieron. Fue asistido, afirma la nota, en el mejor hospital de la región oriental como se hace con todos los ciudadanos. Había muerto a causa de fallo multi-orgánico secundario asociado a un proceso respiratorio séptico severo.

El paciente había recibido todas las atenciones que se aplican en un país que posee uno de los mejores servicios médicos del mundo, los cuales se brindan gratuitamente, a pesar del bloqueo impuesto por el imperialismo a nuestra Patria. Es sencillamente un deber que se cumple en un país donde la Revolución tiene el orgullo de haber respetado siempre, durante más de 50 años, los principios que le dieron su invencible fuerza.

Más valdría realmente que el Gobierno español, dadas sus excelentes relaciones con Washington, viaje a Estados Unidos y se informe de lo que ocurre en las cárceles yankis, la conducta despiadada que aplica a los millones de presos, la política que se practica con la silla eléctrica y los horrores que se cometen con los detenidos en las cárceles y los que protestan en las calles.

Ayer lunes 23 de enero, un duro editorial de Granma titulado “Las verdades de Cuba” en una página completa de ese órgano explicó detalladamente la insólita desvergüenza de la campaña mentirosa desatada contra nuestra Revolución por algunos gobiernos “tradicionalmente comprometidos con la subversión contra Cuba”.

Nuestro pueblo conoce bien las normas que han regido la conducta intachable de nuestra Revolución desde el primer combate y jamás mancillada a lo largo de más de medio siglo. Sabe también que no podrá ser jamás presionado ni chantajeado por los enemigos. Nuestras leyes y normas se cumplirán indefectiblemente.

Es bueno señalarlo con toda claridad y franqueza. El Gobierno español y la destartalada Unión Europea, sumida en una profunda crisis económica, deben saber a qué atenerse. Produce lástima leer en agencias de noticias las declaraciones de ambas cuando utilizan sus descaradas mentiras para atacar a Cuba. Ocúpense primero de salvar el euro si pueden, resuelvan el desempleo crónico que en número creciente padecen los jóvenes, y respondan a los indignados sobre los cuales la policía arremete y golpea constantemente.

No ignoramos que ahora en España gobiernan los admiradores de Franco, quien envió a miembros de la División Azul junto a las SS y las SA nazis para matar soviéticos. Casi 50 mil de ellos participaron en la cruenta agresión. En la operación más cruel y dolorosa de aquella guerra: el cerco de Leningrado, donde murieron un millón de ciudadanos rusos, la División Azul formó parte de las fuerzas que trataron de estrangular a la heroica ciudad. El pueblo ruso no perdonará nunca aquel horrendo crimen.

La derecha fascista de Aznar, Rajoy y otros servidores del imperio, debe conocer algo de las 16 mil bajas que tuvieron sus antecesores de la División Azul y las Cruces de Hierro con las que Hitler premió a los oficiales y soldados de esa división. Nada tiene de extraño lo que hace hoy la policía gestapo con los hombres y mujeres que demandan el derecho al trabajo y al pan en el país con más desempleo de Europa.

¿Por qué mienten tan descaradamente los medios de información masiva del imperio?

Los que manejan esos medios, se empeñan en engañar y embrutecer al mundo con sus groseras mentiras, pensando quizás que constituye el recurso principal para mantener el sistema global de dominación y saqueo impuesto, y de modo particular a las víctimas cercanas a la sede de la metrópolis, los casi seiscientos millones de latinoamericanos y caribeños que viven en este hemisferio.

La república hermana de Venezuela se ha convertido en el objetivo fundamental de esa política. La razón es obvia. Sin Venezuela, el imperio habría impuesto el Tratado de Libre Comercio a todos los pueblos del continente que lo habitan desde el Sur de Estados Unidos, donde se encuentran las mayores reservas de tierra, agua dulce y minerales del planeta, así como grandes recursos energéticos que, administrados con espíritu solidario hacia los demás pueblos del mundo, constituyen recursos que no pueden ni deben caer en manos de las transnacionales que le imponen un sistema suicida e infame.

Basta, por ejemplo, mirar el mapa para comprender el criminal despojo que significó para Argentina arrebatarle un pedazo de su territorio en el extremo sur del continente. Allí emplearon los británicos su decadente aparato militar para asesinar bisoños reclutas argentinos vestidos con ropas de verano cuando ya estaban en pleno invierno. Estados Unidos y su aliado Augusto Pinochet le dieron a Inglaterra un desvergonzado apoyo. Ahora, en víspera de las Olimpiadas de Londres, su Primer Ministro David Cameron también proclama, como ya lo hizo Margaret Thatcher, su derecho a usar los submarinos nucleares para matar argentinos. El gobierno de ese país desconoce que el mundo está cambiando, y el desprecio de nuestro hemisferio y de la mayoría de los pueblos hacia los opresores se incrementa cada día.

El caso de las Malvinas no es único. ¿Conoce acaso alguien cómo terminará el conflicto en Afganistán? Hace muy pocos días soldados norteamericanos ultrajaban los cadáveres de combatientes afganos, asesinados por los bombarderos sin pilotos de la OTAN.

Hace tres días una agencia europea publicó que “el presidente afgano Hamid Karzai, dio su aval a un negociado de paz con los talibanes, subrayando que esta cuestión debe ser resuelta por los ciudadanos de su país”, luego añadió: “…el proceso de paz y reconciliación pertenece a la nación afgana y ningún país u organización extranjera puede sacarles a los afganos este derecho.”

Por su parte, un despacho publicado por nuestra prensa comunicaba desde Paris que “Francia suspendió hoy todas sus operaciones de formación y ayuda al combate en Afganistán y amenazó con anticipar el retiro de sus tropas, luego de que un soldado afgano ultimara a cuatro militares franceses en el valle Taghab, de la provincia de Kapisa […] Sarkozy dio instrucciones al Ministro de Defensa Gérard Longuet para trasladarse inmediatamente a Kabul, y avizoró la posibilidad de un retiro anticipado del contingente.”

Desaparecida la URSS y el Campo Socialista, el Gobierno de Estados Unidos concebía que Cuba no podía sostenerse. George W. Bush tenía ya preparado un gobierno contrarrevolucionario para presidir nuestro país. El mismo día que Bush inició su criminal guerra contra Iraq, solicité a las autoridades de nuestro país el cese de la tolerancia que se aplicaba a los cabecillas contrarrevolucionarios que en esos días demandaban histéricamente la invasión a Cuba. En realidad, su actitud constituía un acto de traición a la Patria.

Bush y sus estupideces imperaron durante 8 años y la Revolución Cubana ha perdurado ya más de medio siglo. La fruta madura no ha caído en el seno del imperio. Cuba no será una fuerza más con la que el imperio se extienda sobre los pueblos de América. La sangre de Martí no se habrá derramado en vano.

Mañana publicaré otra Reflexión que complementa esta.



Fidel Castro Ruz

Enero 24 de 2012

7 y 12 p.m.

?QUE SE LE PERDIO A PABLO MEDINA?

¿QUÉ SE LE PERDIÓ A PABLO MEDINA?
¿Cuál vaina anda buscando?


ELIGIO DAMAS


Pablo anda cómo en busca de algo. Uno, que no tiene la dicha de ser su amigo y menos oportunidad de preguntarle qué, piensa que sí, y eso inquieta e incita a preguntarse, sin modo de acceder, por ahora, a una respuesta sensata y convincente.
Pero… ¿Sabrá él qué perdió o quiere ?
Uno cree bien sabe lo que ahora busca; según deducciones de su escatológico discurso, coherente con el ambiente donde al momento se halla, anda “bien encaminado”. Se le ve sonriente y como si feliz fuese. Cuando estaba con Chávez, por lo menos en los últimos días, pocos antes de saltar la talanquera, se mantenía con la cara amarrada y todo el mundo regañaba. Como cuando en las puertas del congreso, en la época que era enemigo de AD, se le envalentonó a quien entonces era ministro de Defensa.
Ahora no. Pablo se mantiene sonriente. Cuando llega a las puertas de la MUD, como decir a la pata de la mesa, forma un arco con su mirada y pone su mejor sonrisa, la misma que estrenó cuando llegó a Miami, con su visa nuevecita. No le importa que quienes allí estén, los mismos a quienes tuvo que amenazar con el TSJ para que inscribiesen su candidatura sin pagar un centavo, digan por debajo, mientras sonríen como Drácula:
-“Ya se echó a perdé la vaina, llegó ese gran carajo, el viejo y resabiado ñángara.”
Pablo está consciente que eso dicen. No lo lee en los labios porque hacen una mueca al sonreír, pero si en ella y en todo el rostro entre triste y arrecho.
El único que parece engañar a Pablo o por lo menos desconcertarle, es Diego Arria. Sus cirugías faciales, montadas una sobre otra, no permiten a Pablo saber cuál es la verdadera faz y en consecuencia sus pensamientos sobre él. Pero por razones de historia debe suponerlos.
Pero Arria, le confunde en otro ámbito. Viene coincidiendo con él como si fuesen hermanos siameses separados por tiempo que, de repente, se reencuentran. Los dos proponen que al ganar las elecciones – cosa en la cual ambos se equivocan, como si fuesen uno solo – convocarán una Constituyente para componer lo que no saben cómo. Además, ahora mismo, casi coinciden en rechazar formalmente el “Plan de Gobierno de la MUD”. Diego lo hizo de plano, pero Pablo lo firmó con reservas, algo así como para no desentonar. Pero inmediatamente, cuando habló con los periodistas, se dedicó a hablar mal de Chávez y de sus aspiraciones que nada tienen que ver con aquel plan. Lo que lo dejó en la misma acera de Arria.
Y Pablo, como antes dijimos, sonríe con placer. Lo que Arria no puede, porque se le podrían correr las costuras. Sonríe aquél, medio sarcástico, como quien pretende una travesura y le va a echar una vaina a alguien. Ante los periodistas, sobre todo aquellos del chavismo, se regodea sonriente y explica que desde la MUD salvarán al país. Lo único que le incomoda, es cuando alguno de estos últimos le nombra al fantasma de Sabaneta. La agradable sonrisa de Pablo se le cae; así mismo, como se le “espelongara” al suelo de un solo platanazo. Entonces se pone bravo como en los viejos tiempos y dice a sus anchas “porque no quiero nada con aquel carajo.”
-“Yo, Carvajalino, si quieres se lo dices, te autorizo, le presenté un plan para no pagar la deuda externa que hasta convine con el Papa, y se me echó para atrás.”
-“Como cuando le propuse que por decreto retomásemos la creación de la Flota Mercante Nacional, destruida por adecos y copeyanos.”
-“Se me rajó en todo cuanto le plantee en un plan de 25 puntos para cambiar la sociedad y entregar el poder al soberano”.
El joven periodista, hasta con pena, después de recordarle a Pablo la deferencia para con él, tuvo el presidente la tarde de la memoria y Cuenta, preguntó:
¿Usted cree con esta gente, entre la cual ahora anda, podrá hacer realidad esos planes?
Pablo que escuchaba la pregunta y había recuperado su sonrisa, uno también enredado no sabe si de utilería o verdadera, al callar el periodista, asumió un rostro entre triste y arrecho, miró hacia donde estaba el cogollo de la MUD, se rascó la cabeza, la movió a ambos lados y se hundió callado en su nuevo mundo escatológico.

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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 1/24/2012 02:30:00 PM

lunes, 23 de enero de 2012

LA OPINION DE MI PADRE RESPECTO A LOS VIAJES HACIA CUBA

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La opinión de mi padre respecto a los viajes hacia Cuba
24 Abril 2009 Por: Kathleen Kennedy Townsend, Tomado de The Washington Post y traducido por Margarita Perea para Cubadebate

“Las actuales restricciones de viajes son inconsistentes con la tradición de libertades americanas,” esgrimió el entonces fiscal general en un debate a puertas cerradas sobre la prohibición de viaje impuesta a los ciudadanos estadounidenses hacia Cuba. Espero que pronto esta misma sea la opinión del actual fiscal general Eric H. Holder Jr. cuando la administración de Obama analice los próximos pasos a tomar en relación a Cuba - algo que debe resultar en un paso que debe ir más allá que solo permitir que los cubano americanos viajen libremente hacia la isla y se enfoque en los derechos de todos los Americanos, la mayoría de los cuales aun no son libres de viajar ahí.

De hecho, esta opinión fue esgrimida por el fiscal general en 1963, mi padre, Robert Kennedy. La historia de sus esfuerzos por ponerle fin a las persecuciones hacia ciudadanos estadounidenses que retaban las prohibiciones de viajes, y de eliminar del todo las restricciones, apoyo que incluyó viajes-para-todos como parte del “nuevo comienzo con Cuba” que el presidente Obama encomendablemente anunció en la Cumbre de las Américas el fin de semana pasado.

En diciembre de 1963, el Departamento de Justicia se preparaba para enjuiciar a cuatro miembros del Comité de estudiantes para viajar a Cuba que había estado al frente de un grupo de 59 estudiantes universitarios estadounidenses durante un viaje hacia la Habana. Mi padre se opuso a esos fiscales al igual que a la prohibición en sí. Consideraba que esta solo alentaba a más estudiantes a desafiarla, y que para las vacaciones de la navidad de ese año aumentaría la cifra de estudiantes de vacaciones hacia Cuba.

“De manera realista hoy solo existen dos caminos abiertos para nosotros en estas circunstancias,” escribió en un memo confidencial para el Secretario de Estado Dean Rusk el 12 de diciembre de 1963: “primero hacer todo lo posible para desestimar los viajes hacia Cuba y segundo eliminar todas las restricciones existentes. Dudo que el primer paso resuelva el problema, y prefiero el segundo.”

El argumento fundamental de mi padre para el levantamiento de las prohibiciones era simplemente que restringir a los estadounidenses el derecho a viajar iba en contra de las libertades que se suponía que él como fiscal general debía proteger. Levantar las restricciones, planteaba, sería un contraste directo con cosas como el Muro de Berlín y los controles comunistas respecto a los viajes.”

A pesar de su claridad, la idea de mi padre no prevaleció. Por el contrario la Casa Blanca de Johnson se puso del lado de los argumentos del Departamento de Estado, “relajar [las restricciones] daría la impresión de que estamos suavizando nuestras políticas hacia Cuba,” nuestros controles de viajes “son parte de una labor conjunta entre los EEUU y otras repúblicas de las Américas con el fin de aislar a Cuba,” y “una distensión de las restricciones de los EEUU dificultaría mucho insistirle a los gobiernos de Latinoamérica que evitaran que sus nacionales viajasen a Cuba.”

Cuarenta seis años más tarde, ninguno de estos argumentos resulta relevante como justificación para mantener una política punitiva que viola los derechos constitucionales de los ciudadanos de los EEUU de viajar libremente al exterior. El razonamiento original para la prohibición — garantizar que los EEUU no se vieran como hipócritas cuando presionaran a América Latina a que impidiera que sus jóvenes viajaran hacia Cuba - hace rato que quedó en el basurero de la historia. Desde mediados de los años ´70 cuando la Organización de Estados Americanos votó para levantar las sanciones comerciales multilaterales contra Cuba, la mayoría de los latinos americanos han sido libres de viajar hacia la isla - y muchos lo han hecho. En los últimos meses, los presidentes de Brasil, Chile, Argentina, Venezuela, Guatemala y la República Dominicana, entre otros líderes, han hecho visitas de alto nivel a la Habana para reunirse con Raúl y Fidel Castro - haciendo planteamientos muy públicos a sus compatriotas y a Washington, de que no hay nada de malo en ir a Cuba.

Esos mismos líderes están llevando a cabo un esfuerzo conjunto para que el régimen de Castro reintegre la isla al hemisferio occidental. Como aprendió Obama durante la cumbre del pasado fin de semana, los líderes de América Latina han adoptado un mensaje coordinado sobre Cuba. Es la hora de normalizar las relaciones con la Habana y quitar a Cuba de la agenda hemisférica para siempre. Con el continuado aislamiento de Cuba, le dijeron en esencia Obama, Washington solo ha logrado aislarse a sí mismo.

Al igual que ya no existe una comunidad internacional que quiera que los EEUU mantengan la línea dura hacia Cuba, tampoco existe la comunidad doméstica. Encuestas de este mes publicadas por CNN hallaron que un 64 por ciento de los ciudadanos estadounidenses apoyan la libertad de viajar hacia Cuba y que un 71 por ciento considera que Washington debería restablecer las relaciones diplomáticas. Aun de mayor importancia para los cálculos políticos del Presidente, el 67 por ciento de los cubano americanos en Miami están a favor de levantar las restricciones de viaje hacia Cuba para todos los ciudadanos estadounidenses, según la encuesta de Bendixen y Asociados publicadas esta semana.

La declaración de Obama el fin de semana pasado - “Hay pasos críticos que podemos tomar hacia un nuevo día en las relaciones entre Cuba y los EEUU” - y la decisión de él de levantar todas las restricciones de viajes a los cubano americanos podría resultar en un paso monumental hacia el fin de hostilidades de cinco décadas del enfoque de Washington hacia la Habana. El próximo paso debe ser que la Casa Blanca respalde la propuesta de ley Libertad de Viajar hacia Cuba presentada ante el Congreso y que retome la iniciativa presidencial de restaurar los derechos constitucionales de los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.

El objetivo no es solo avanzar la democracia en Cuba, sino también, como creía Robert Kennedy, una política coherente con la santidad de las libertades tradicionales y los valores de una sociedad libre - la nuestra.

Kathleen Kennedy Townsend sirvió como vicegobernadora del estado de Maryland de 1995 a 2003.

Los documentos citados anteriormente pueden ser leídos en el sitio Web de los Archivos de

CARIBES Y MAGALLANES DEBERIAN QUEJARSE ANTE TRIBUNAL DE LA HAYA

CARIBES Y MAGALLANES DEBERÍAN QUEJARSE ANTE TRIBUNAL DE LA HAYA

La jornada final de la campaña fue un fraude anunciado.

ELIGIO DAMAS

Por cosas menores, a Chávez, a cada momento, le amenazan o de hecho le llevan al Tribunal de la Haya y hasta la Corte de los Milagros. Lo hace todo el mundo, hasta esos como habitantes del mágico barrio parisién, que de noche eran una cosa y al siguiente día otra, entre los cuales Diego Arria, quien con sus cirugías estéticas finge ser distinto aquél de los autobuses íkarus y los atropellos masivos contra barrios caraqueños y exiliado de la IV República misma por evasión, destaca y basa su campaña electoral.
Por eso uno esperaba al mediodía del domingo que Caribes y Magallanes cantasen fraude, cuando la liga venezolana de beisbol cometió aquel atropello antideportivo del cual La Guaira salió favorecido. La MUD lo hubiese hecho antes que cantasen playbol, como con nueve meses de anticipación ya avisa que en octubre le robarán los resultados.
Pero resulta que si bien Caribes salió perjudicado desde el inicio por saber que para llegar a la final debía jugar dos veces en una misma noche; también lo resultó el equipo de los turcos. Por cierto, cabe preguntar, ¿Don Carlos Lavaud, fundador del Magallanes, fue turco o árabe? La pregunta es válida porque para los venezolanos de aquel tiempo, difícilmente había de los segundos, todos eran de los primeros. Era suficiente el tipo se dedicase a vender telas y lo hiciese por cuotas. Era un marchante y de éstos, todos eran turcos en la creencia colectiva.
A La Guaira le brindaron como una papita pelada o perita en dulce. Debió esperar que sus rivales se agotaran, dejaran el pellejo en el primer juego, para luego agarrar agotado al que ganase. Si mal no recuerdo, en mi pueblo, eso lo hubiesen llamado “agarrando los mangos bajitos”. Como si un luchador se enfrenta a la pelea final veinte minutos después de haber combatido, dejado el coraje y todo el fuelle en un primer intento.
Pero hay otro elemento que tiene que ver con Chávez. Los magallaneros que a éste no ven con buenos ojos, así como le acusan de ser culpable que los ríos corran a la mar, buscan en él la responsabilidad de cada derrota de su equipo preferido.
Por eso, esos magallaneros, siguiendo la línea de la gente de la MUD, debieron ir a aquellos tribunales a una doble acusación, contra la Liga que cometió aquel abuso, condición brutal, mercantil y antideportiva en la tarde y noche del domingo; y de paso contra Chávez, quien recortó el Aló Presidente para que pudiésemos ver el primer juego, que si bien el Magallanes ganó, por su culpa, la de aquél, el equipo quedó en la carraplana. Porque, en sus pareceres, inexorablemente, si el presidente sigue su programa y no hace referencia alguna al equipo de sus sueños, el mismo de Isaías “Látigo” Chávez, que no fue familia suya, aunque mediase la barbaridad cometida por la Liga, lo más probable es que la nave hubiese arribado al puerto no como la nave italiana, cuyo capitán se “mareó” y “cayó en un bote salvavidas”.
Cuando Caribes y Magallanes se cansaron de jugar, lo hicieron por once interminables y sufridas entradas, ambos quedaron hechos un “seneque”. Por ambos bandos, hasta los entrenadores de “picheo”, tuvieron que salir a dar la cara. Los lanzadores previstos para abrir el segundo partido, tuvieron que batirse en aquella primera y agotadora jornada que se decidió más por cansancio que destreza. Si uno le mete al “realismo mágico” puede afirmar que aquello fue un genocidio de lanzadores y un exprimir de atletas, como el caso del sensacional pequeño pelotero oriental Alexis Amarista. Todo por cumplir un calendario que permita realizar una final y de allí a la serie del Caribe. Para decirlo sin sutileza ni remiendos, por ahorrarle unos reales a los manejadores de la Liga.
La paliza que le dieron al Magallanes estaba anunciada. La derrota, en la segunda tanda, de cualquiera de los dos equipos que ganase en la primera era cosa esperada. Más después de finalizado el primer juego. Aquel espectáculo de domingo en la noche, fue un verdadero fraude a Caribes, Magallanes y el público todo, hasta al de La Guaira, y una mancha en la emocionante temporada de beisbol.

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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 1/23/2012 02:29:00 PM

EL ASPECTO HUMANO DEL TEMA MIGRATORIO CUBANO

El aspecto humano del tema migratorio cubano


Félix Sautié Mederos

Crónicas cubanas


La frustración de las expectativas creadas a favor de la normalización de la política migratoria cubana, además de su significado referido a la violación del inalienable derecho ciudadano de los cubanos para salir, entrar y/o regresar libremente, según su voluntad, sin limitaciones de necesidad de autorización previa, ni de tiempo o de espacio alguno, ha tenido, adicionalmente, una profunda repercusión en las sensibilidades y el estatus económico social de muchas familias divididas, geográficamente, por causa del crecimiento sostenido de una diáspora galopante a lo largo del proceso sociopolítico cubano de los últimos cincuenta y tantos años.

Me refiero, muy en especial, a las innumerables familias cubanas que con la no derogación esperada de estas prohibiciones, han sido defraudadas y heridas en sus más íntimos sentimientos y esperanzas porque, además de ellas en sí mismas, los emigrados cubanos que son sus familiares, amigos y vecinos dispersos en el mundo, se encuentran en un especial estado de indefensión jurídica generalizado para viajar y/o regresar definitivamente a su país de nacimiento y reunificarse o reencontrarse con los suyos, tal y como lo están haciendo en la actualidad muchos otros emigrados de las más diversas naciones y etnias que son afectados por la crisis económica de escala universal que se está produciendo, o que, simplemente, deciden hacerlo por causa de las más diversas razones personales.

Escribo sobre un ángulo del problema poco divulgado que no se ha tomado en cuenta con la prioridad requerida, dadas las circunstancias difíciles que hoy se viven en el mundo. Esto habría que analizarlo con una adecuada consideración por ser un asunto tan humanamente profundo, desestimado por razones políticas relacionadas con el criminal bloqueo y la guerra económica que se libra contra nuestro país, con el declarado propósito de forzar a nuestro pueblo con el hambre y la desesperación. Me explico más claro: entonces, según la reiterada persistencia en no derogar estas prohibiciones y limitaciones absurdas, la población afectada por el bloqueo se encuentra que, además, su propio país le limita su libertad de movimiento y de reunirse con sus familiares dispersados por el mundo. En resumen, resulta ser una contradicción flagrante porque esas medidas refuerzan la acción del Bloqueo en nombre de su enfrentamiento.

Si los turistas extranjeros que nos visitan pueden comprar libremente una visa cubana en las agencias de pasajes sin requerir de ningún permiso especial, no es justificable que los ciudadanos cubanos tengan las limitaciones y prohibiciones que no se plantea a los turistas extranjeros. ¿Es que, acaso, los únicos posibles enemigos son los mismos cubanos? Esta situación con la actual apertura turística y de viajes que en general se está desarrollando hacia los países del mundo, no se sostiene cuando se compara con las limitaciones que se aplica a los ciudadanos cubanos. Son múltiples las personalidades de los más diversos sectores sociales de Cuba, que no han dudado manifestarse abiertamente a favor de la derogación de estas prohibiciones y limitaciones absurdas, que convierten al pueblo cubano en general, ya se encuentre adentro o afuera de nuestras fronteras, en una especie de ciudadanos de segunda o tercera categoría, preteridos en su propia patria por debajo de las posibilidades que, en cambio, se ofrece a turistas y visitantes de otros países.

Por otra parte, para hacer más profunda y pesada su afectación, estas limitaciones a los derechos de movimiento y al libre tránsito de los ciudadanos cubanos, las tasas, costos y gravámenes que tiene que pagar cada cubano por las tramitaciones de permisos de viaje o de permanencia en el extranjero en caso que les sea concedidos son muy altos, lo que convierten en más prohibitivas aún las limitaciones establecidas de lo que son intrínsecamente. Se añade, además, el trámite de la carta de invitación que también hay que pagarlo casi siempre doble, y que pone en manos de los extranjeros o de quienes viven en el exterior las posibilidades de viajar de los cubanos residentes en el país. Son cuestiones que no tienen explicación aceptable ni coherente, sólo justificaciones obsoletas.

Mantener esas medidas y/o ponerlas en estudios que se dilatan en el tiempo, tienen un efecto realmente controvertido porque en vez de ser efectivas para la disminución del constante crecimiento de la diáspora cubana, lo que logran es acelerarla en su ritmo y aumentar su volumen. En Cuba, a diario son muchos los matrimonios que se quedan solos, no hay que ser un estudioso de las estadísticas para comprobarlo, basta con observar el entorno que nos rodea en nuestros barrios y lugares en que vivimos. Es un dolor persistente y un sufrimiento ahogado en lo interno de los hogares cubanos, que nos está horadando lentamente y acumulando rencores sordos que minan las credibilidades en una dirección que no tiene en cuenta los sentimientos entristecidos de la población que ve tan lejos a sus hijos, nietos, familiares y amigos que emigran sin poder volver a vivir con los suyos.

En estas circunstancias podría preguntarse, ¿Hasta cuándo se van a mantener estas situaciones injustas y discriminatorias con los cubanos? ¿Cuáles son las razones o fuerzas silenciosas que constantemente detienen los intentos por resolver un problema tan agudo que, de una forma u otra, nos afecta a todos, a los que residimos en el país o los que viven afuera? ¿A qué se le tiene tanto miedo como para castigar masivamente al pueblo cubano en sus más hondos sentimientos de identidad ciudadana y de amor por sus familiares y amigos? El daño con las dilataciones se profundizará en el tiempo y podría llegar a consecuencias irreparables.
La espiritualidad consubstancial de los conjuntos humanos es una realidad innegable y, en este asunto, se está actuando contra natura al echar por tierras las esperanzas que se concitaron desde el año 2007 con el anuncio de que se eliminarían las prohibiciones absurdas. Lo que se está haciendo al respecto cuando comienza el 2012, se podría medir con cuentagotas y eso crea hastío, desesperaciones y descréditos. Así lo pienso y así lo afirmo de frente y sin subterfugios ni seudónimos, con el ánimo de que los problemas se resuelvan.

fsautie@yahoo.com

Publicado en Por Esto! el lunes 23 de de enero del 2012-01-23
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=142987