domingo, 19 de junio de 2016

CUANDO SE INAGURA EL MONUMENTO DE LA HABANA MARAVILLA


CUANDO SE INAUGURA EL MONUMENTO DE LA HABANA MARAVILLA.


CRÓNICAS CUBANAS,

Por Félix Sautié Mederos.

Hay circunstancias y sentimientos que marcan nuestra vida y que se
magnifican cada vez que se reiteran y/o interponen unos con otros. Son
improntas del alma que no es posible evadirlas cuando forman parte de
nuestra identidad e incluso de nuestro devenir cotidiano. Además, a
veces coincide que tenemos que alejarnos de ellas por alguna
determinada razón como puede ser salir fuera de su ámbito de
manifestación, lo que nos entristece profundamente. Por otra parte,
considero que no se puede pretender ser cronista de una época sin
tener el valor de plantear y relatar crudamente la verdad de lo que
vemos y de lo acontece, sobre todo en estas coyunturas a que me voy a
referir. Una de esas circunstancias para mí es tener que viajar fuera
de La Habana cuando se producen acontecimientos que considero muy
importantes y tengo que alejarme por un tiempo de ellos. Este año me
ha sucedido dos veces, primero cuando Francisco nos visitó y ahora
cuando se inaugura el monumento conmemorativo de La Habana Ciudad
Maravilla con un hermoso programa de varios días, bien merecido por
nuestra ciudad del alma.
Soy habanero de nacimiento y me parece que revivo dentro de sus
ambientes y no puedo dejar de plantear lo que veo y lo que siento en
estas circunstancias. Para mí esa proclamación de Maravilla es un acto
de justicia, pienso que quizás en clausula mortis y no quisiera
ensombrecerlo, pero hay realidades que se imponen y que nunca sería
honesto silenciarlas. Principalmente cuando las dolencias se han
extendido en una metástasis demasiado profunda, porque en La Habana
de hoy, quedan pocos rincones sin exhibir ruinas y abandonos, lo que
nadie me puede negar. Bastaría caminar un poco por sus calles para
verlo con nuestros propios ojos. Sufro amargamente porque La Habana ha
sido durante muchos años abandonada a su suerte, incluso se la ha
culpado de los males de otras poblaciones del país. Así como lo digo;
no es exagerado y ¿cuáles han sido los resultados?: sus ruinas de lo
que en 500 años se logró y que la hizo Maravilla, ya algunas de
ellas no será posible reconstruirlas.
A veces pienso que esos abandonos no se han tomado en consideración en
sus verdaderas consecuencias; y, algunos lo justifican todo, pero
realmente valdría la pena preguntarse: todos ¿tienen
justificación?...; la vida lo dirá porque el tiempo y la historia son
jueces implacables. Me refiero a lo que ha significado haberla
abandonado a su suerte, porque además del rigor del bloqueo que es
real para todo el país, ha tenido que sufrir a las burocracias
ensordecidas que no escuchan los planteamientos de sus ciudadanos, que
no son respondidos adecuadamente y muchas veces son tenidos a menos.
También habría que recorrer sus barrios y hablar con sus vecinos y se
verá cuántas angustias, cuántas esperas, cuántos burocratismos por
parte de quienes debían atender sus quejas y explicar con claridad de
manera convincente sin más de lo mismo las dificultades, buscando
alternativas porque siempre hay alternativas; para eso hemos sido
dotados de la creatividad humana que podemos ejercerla por la vía de
la voluntad; pero cuando esa voluntad falta, cuando se impone el
desinterés y el desamor, entonces los resultados son los mismos que
estamos observando. Cualquier asamblea de rendición de cuentas de una
circunscripción urbana habanera si tomara al azar, puede ser un
muestrario de lo que planteo.
Lo afirmo porque no van a faltar los que siempre están de acuerdo con
todo lo que venga de arriba, para decir que exagero. Vivo en Centro
Habana en muchas ocasiones lo he escrito en mis crónicas. El Monumento
Maravilla se ha emplazado a unas pocas cuadras de mi casa, en la
explanada de la Punta en el Malecón habanero frente al mar que se abre
al Golfo de México en donde cuando se publique esta crónica se habrá
inaugurado ya ese pedestal que conmemora la selección de La Habana
entre las 7 ciudades Maravilla del mundo . El reconocimiento lo
considero más que justo, porque ya lo dijo Gabriel García Márquez y me
permito recordarlo, cuando expresó que con solo recorrer a La Habana
encontraba por todas partes a lo real maravilloso.
Estamos a poco espacio de tiempo de que La Habana cumpla sus 500 años
y cada día que transcurre se podrá hacer menos por su recuperación ¿A
qué se espera…? Este año cumplirá su 497 aniversario y recuerdo que
Eusebio Leal, el Historiador de La Ciudad, a quien hay que reconocerle
por sobre todo que ha entregado su vida por salvar a La Habana,
expresó algo que reitero porque raigalmente estoy plenamente de
acuerdo con él, lo planteó cuando se cumplía el 496 aniversario el
año pasado en un llamamiento público y cito: “el único camino para
nosotros y para nuestros conciudadanos es contribuir, de una manera
eficaz, a salvar nuestra ciudad”.
Que oigan los que tienen que oír, que se movilicen que tienen que
movilizarse ya que es su responsabilidad hacerlo, porque no hay
ninguna excusa realmente válida, incluso cuando La Habana es
indiscutiblemente el polo turístico más visitado del país y es
probable que sea uno de los que más recaudan. Sobre estas situaciones
concretas, no se podrán hacer “historias” como se dice en buen cubano,
habría que recorrer las calles del Casco Histórico y del Centro, para
ver el aluvión de visitantes. ¿O es que alguien podrá creerse otra
cosa que no sea la desidia que produce las venalidades que se
presentan, que vemos, palpamos, olemos y sentimos en las recogidas de
basuras y la limpieza de las calles habaneras que no se realizan como
corresponde? ¿Alguien pensará que así se podrá hacer un turismo
efectivo y productivo cuando cada vez sea mayor el aluvión de
visitantes interesados en ver nuestra Ciudad Maravilla?; quizás la
“estática milagrosa” de los edificios en ruina, tristemente sea a
primera vista una principal maravilla urbana a ver. Ese único
argumento bastaría en mi criterio, para cambiarlo todo en La Habana
comenzando por otra cosa que no sean justificaciones para mantener el
más de lo mismo que nos está desarticulando. Pienso que esto debería
ser la reconsideración de los que no faltaron en los primeros lugares
de la inauguración del Monumento Conmemorativo de La Habana Maravilla
y de sus posteriores actividades de celebración, previstas en plan que
se elaboró al respecto.
Así lo pienso, y así lo expreso en uso de mi derecho a opinar y además
de mi condición de habanero de pura cepa, con mis respetos para la
opinión diferente y sin querer ofender a nadie en particular, pero
parafraseando sin cansarme aquello que se expresa en el Evangelio:
¡Quienes tengan oídos para oír, oigan!
Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida, Yucatán, México, el
sábado 18 de junio del 2016.

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