miércoles, 8 de junio de 2016

CRONICAS CUBANAS


CRÓNICAS CUBANAS,

Por Félix Sautié Mederos.

En muchas ocasiones se oyen y se leen en los medios masivos locales cubanos insistentes planteamientos sobre la necesidad de realizar un cambio de mentalidad. Su reiteración con la persistencia y el seguidismo propios de los que siempre “están de acuerdo con todo lo que se plantea desde arriba” (1), los han convertido en frases y lemas de consignas esquemáticas, que pierden su racionalidad y el sentido de su  verdadera urgencia, porque después de que se acuñó ese planteamiento de marras a que me refiero, para casi todo se reitera que lo necesario es un cambio de mentalidad, sin comprender lo que significa, ni mucho menos hacerlo.

Lo triste del caso, es que el planteamiento que se repite mecánicamente en última instancia, expresa una “verdad de Perogrullo”. Y tampoco el problema que repiten, en lo formal de la expresión, constituye algo distinto a lo que se dice con esas seguidillas que se reiteran con insistencia, cual si fueran  mantras con funciones mágicas, referidas a la necesidad de un “sentido de pertenencia”, de mantener la “disciplina social”, de “aumentar la producción y la productividad” y otras frases que por su repetición han perdido  su veracidad. En la mayoría de los casos sucede que los que las repiten no saben lo que dicen ni saben lo que hacen.

Puedo afirmar con toda honradez de juicio, que estamos ante una verdadera “patología social crónica” de consecuencias muy lamentables, porque eternizan el “más de lo mismo” con que expresan sus criterios, sus propuestas e incluso su accionar los burócratas de la política y la economía que pululan por todos los ámbitos de la sociedad cubana del momento. Pero las cuestiones existenciales sin excepción, tienen sus límites, su caducidad e incluso su desaparición o muerte. Son marcos de referencia que cuando se traspasan comenzamos a bordear los límites de las verdaderas posibilidades existenciales que implican el movimiento de la materia y de la vida en la naturaleza.

En esas circunstancias nos proyectamos hacia puntos de inflexión en los que socialmente pudieran suceder los más disímiles escenarios quizás nunca antes previstos, lo que algunos con poder suficiente para promover los cambios esenciales que son imprescindibles en estas circunstancias no lo comprenden, o no lo quieren comprender. Cuando me enfrento ante tales realidades que me cercan por todas partes, he escrito en crónicas cubanas un llamado diciendo  que “las campanas están repicando a arrebato”. Lo que quiero expresar con ese llamado, no es una simple frase literaria de adorno del lenguaje, porque en mi criterio realmente estas cosas “no aguantan más”  al igual que nuestra Habana, que pronto va a recibir el emblema de Ciudad Maravilla, porque cuando esta crónica se  publique se estará inaugurando el monumento conmemorativo de esa categoría en el espacio del Malecón que los habaneros conocemos como La Punta.

Y cuando expreso que no aguantan más, es que no se soportan las circunstancias socio políticas en que los cubanos nos encontramos enclavados y que al decir del Che en su ensayo de 1965 titulado “El Socialismo y el hombre en Cuba” que en los últimos tiempos no me canso de releer y de sacarle sustancias: “es el momento de rectificar”. Últimamente lo he citado  con insistencia en “Crónicas Cubanas”, debido a esa esperanza de vida que no pierdo, porque considero que al ser del Che y no de mi propia cosecha ya que en realidad me siento reducido a una voz que clama en el desierto, pudiera entonces alcanzar alguna resonancia o consecuencia en la vida real, mientras que mis compatriotas se marchan del país con un ritmo y una insistencia que debería alarmarnos, porque algo les sucede más allá de que la famosa Ley de Ajuste Cubano en los Estados Unidos los estimule a emigrar, ya que si en realidad se sintieran medianamente bien en donde han nacido y se desenvuelven cotidianamente, no se dispusieran a una aventura de emigración en la que últimamente se exponen a tantos peligros y personas inescrupulosas en Centro América y México por donde se están marchando ahora sin tampoco abandonar los peligros de hacerse a la mar abierta en balsas rústicas.

El Che lo expresó con toda claridad  y lo vuelvo a citar porque no lo considero ocioso: “…el estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de  una disminución cuantitativa  de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el momento de rectificar…” 

Y entonces, me  pregunto es que ¿el Poder en Cuba nunca se equivoca…? .Para comprender lo que expresó Che y actuar en consecuencia, se hace imprescindible un real cambio de mentalidad, comenzando por las cúpulas que han iniciado la moda de plantearlo como consigna. En lograrlo  plenamente estoy de acuerdo, pero debemos realizarlo más allá de las consignas, comenzando en primer lugar por las cúpulas del poder establecido. Ahí está el meollo de todo: cambiar de mentalidad es en primer lugar, cambiar con el pensamiento continuista que repite automáticamente el más de lo mismo, con el que algunos siempre están de acuerdo día a día que liquida al proceso revolucionario cubano.

En consecuencia, comprender la real dimensión y la verdadera urgencia que constituye  realizar un cambio de mentalidad a fondo, debería comenzar ante todo por las cúpulas de la sociedad cubana contemporánea y extenderlo hasta los más remotos espacios y mentalidades del país. Ese es el principal problema que tenemos por delante; y  ello, como en todas las cuestiones de la conciencia no se produce sin esfuerzo ni tiempo. Nunca se logrará si no comienza por los que tienen el poder del estado y del gobierno, que incluso debieran iniciarlo  retirándose, jubilándose y abriéndole paso a los que vienen detrás. La biología así lo exige y si no se le hace caso se va a imponer existencial y dramáticamente antes 2021 (VIII Congreso). Así lo pienso y así lo afirmo en uso de mi derecho a opinar, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

(1)   Ver en Por Esto!,  “ESTAR DE ACUERDO CON TODO, es la consigna de algunos…”
Publicado la Sección de Cultura el jueves 2 de junio del 2016.

Publicado en el periódico Por esto!, sección de opinión,  de Mérida , Yucatán , México, el lunes 6 de junio del 2016


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