domingo, 18 de agosto de 2013

¿PARA QUÉ VAS DE ALCALDE?

ELIGIO DAMAS -“¡Dios mío, no pido me des nada, sólo ponme donde haya!” La práctica política de antaño hizo de esta “una frase poderosa”. En la época del gomecismo, amigos de los gobernantes, decían al momento de pedir favores: -“Lo único que pido compadre, no es mucho, me dé una aduana”. El carácter de la solicitud ya envolvía la idea de propiedad de lo solicitado. El solicitante sólo llevaba como intención, cogerse todo cuánto allí pudiese. Por eso decía “deme una aduana”. Siendo el país, como ahora, en gran medida importador, las aduanas eran “negocios de alta rentabilidad” y donde sus usufructuarios se enriquecían en lo que espabilaba un cristiano. Ese rol de las aduanas desde hace unos cuantos años, lo comenzaron a jugar las alcaldías y antes los Concejos Municipales. Es infinito el número de Presidentes de esos organismos, en el pasado y ahora de Alcaldes, que han tenido problemas con la justicia como resultado de sus gestiones. De lecherías, es difícil olvidarlo por lo reciente, tres o cuatro Alcaldes, salieron corriendo, uno tras otro, hacia Miami para evadir la justicia por desfalcos cometidos. Casualmente, uno de ellos, en aquella ciudad, se exhibe como perseguido político del gobierno chavista y dirigente de grupo opositor. La corrupción es un cáncer, invasiva, se apodera de los hombres inesperadamente, pero también emerge como herencia genética. No podemos tolerar un alcalde, alcaldesa, ineficiente, hasta es culpa de uno que de alguna manera ayudó que allí llegara, pero menos a alguien corrupto. Aparte de la herencia familiar, de esa cultura del cuidar el buen nombre, velar por las buenas costumbres, el candidato Alcalde o Alcaldesa, debe estar armado de un proyecto sublime y generoso, con sentido de colectividad como el socialismo, que le ponga a pensar en grande, en el qué hacer maravilloso y no en el “¿cuánto hay pá eso? Metropolitano, Barcelona, domingo 18-08-13 -- Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 8/18/2013 10:37:00 a.m.

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