lunes, 7 de noviembre de 2011

EN CUBA: EL PRESENTE Y EL FUTURO DEPENDERA DE LOS RESULTADOS DE LA CONFERENCIA DEL PCC

Crónicas cubanas
Félix Sautié Mederos.


En Cuba: el presente y el futuro dependerán de los resultados de la conferencia del PCC


Tal y como planteé en mi anterior crónica publicada en POR ESTO! con el título “LA NACIÓN, LA CONFERENCIA Y EL PARTIDO” (*), continúo escribiendo mis criterios sobre el “Proyecto de Documento Base de la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba” porque considero que hacerlo públicamente es mi derecho y mi deber debido a la trascendencia para la Nación Cubana en su conjunto que tiene este importante evento. En mi criterio, esta Primera Conferencia del PCC que se realizará en enero del 2012 desborda las filas del Partido, por su alcance generalizado sobre el futuro del país en su conjunto y del pueblo general.

Su influencia más allá de la militancia, difícilmente podría ser negada por quienes no aceptan el actual papel del PCC en la dirección del proceso socio político cubano, porque objetiva y subjetivamente, poniendo los pies sobre la tierra y con total realismo político, hay que reconocer que es el Partido en el Poder, surgido dentro del proceso revolucionario cubano desde 1959 a la fecha. Por tanto, si bien es impostergable que el PCC desarrolle un fluido diálogo con la Nación Cubana en su conjunto y se adecue a las circunstancias y exigencias del momento que estamos viviendo, es también fundamental en consecuencia que tome muy en cuenta y sin cortapisas las opiniones y los criterios que provocará en la población la publicación del Documento Base y en definitiva la realización de la Conferencia en enero del 2012.

Sin la opinión y la participación del pueblo en sus tareas, el Partido se quedaría aislado y con muy poca influencia dentro de la Nación Cubana. Ni la fuerza ni las legalidades podrían solucionar el problema que actualmente enfrenta el proceso socio político cubano. Esta Conferencia se ha convertido pues, en una oportunidad que no debería desperdiciarse con esquematismos ni con ningún continuismo. Esa es mi opinión y cumplo con un deber elemental al expresarla por todas las vías que me sea posible. No puedo aceptar tampoco ese criterio esgrimido por personas detenidas en el tiempo, que plantean como única vía para opinar el uso de los canales establecidos; porque mi experiencia de muchos años, es que esos canales no funcionan efectivamente y que su reacción se produce muy tardía, en la mayoría de ls ocasiones fuera del tiempo necesario, dado el peso de la burocracia interna. Pienso que en las circunstancias y coyunturas actuales, la situación que se afronta en el país no podría soportar que la Conferencia se convierta en más de lo mismo.

La convocatoria y realización del VI Congreso del PCC y el anuncio de la celebración de la Primera Conferencia del Partido Comunista de Cuba, se han convertido en hechos verdaderamente significativos después de los muchos años de inmovilismo político y económico que han lastrado definitivamente a la sociedad cubana contemporánea con una impronta de ineficiencia, retrocesos y desesperanzas de efectos muy negativos para la vida cotidiana de la población en general incluyendo a la diáspora que en crecimiento galopante se extiende hoy por muchos países del mundo.
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Estos dos eventos a que me refiero, quiéranlo o no sus convocantes y los que participamos de una forma u otra en sus actividades, constituyen una última posibilidad histórica para encaminarnos hacia las grandes soluciones que requieren la crisis económica, social, política y espiritual que estamos enfrentando los cubanos en estos momentos de inflexión. Considero que no es posible por parte de la Dirección del país, continuar pidiendo confianza y paciencia sin actuaciones ágiles y de fondo, porque la vida es una y todos tenemos derecho a vivirla adecuadamente y disfrutarla en todas las oportunidades que nos ofrece para realizarnos por nosotros mismos en plena libertad, concordia y paz.

Las esperanzas no deben defraudarse con aplazamientos y con la falta de decisiones, hay que asumir los cambios, las reformas y las nuevas definiciones, responsabilidades y tareas que nos exigen los problemas acumulados durante tantos años a los efectos de actuar efectivamente para labrarnos un presente y un futuro de vida plena en libertad, desarrollo, equidad y justicia social.

En este orden de pensamiento, quiero expresar que concuerdo con lo planteado por Leonel González y Carlos Díaz en su artículo “Un nuevo Proyecto Socialista para Cuba (IV)” publicado en Kaos en la Red (2) y muy especialmente con el criterio que expresa que: “(…) Después de 14 años sin celebrar ese tipo de reuniones y sin explicar siquiera por qué no se realizó, en abril de 2011 se realizó el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), El VI Congreso anunció disposiciones progresistas en el escenario cubano, dirigidas a: una limitación de mandato para diez años a los máximos dirigentes, la posibilidad de acceder a cargos estatales sin ser militante del PCC, cierto reconocimiento de la expresión de opiniones diferentes, al tiempo que apuntó la importancia de distinguir entre Estado y Partido, y entre Estado, gobierno y sistema empresarial, y del papel que debe desempeñar la prensa (…) A pesar de cierto espíritu autocrítico y crítico reinante y de haberse adoptado medidas avanzadas en el escenario cubano, el Congreso no respondió a demandas esenciales del ideal socialista y causas no claras están incidiendo en la demora de los cambios necesarios(…)” ( Fin de la cita)

En mis opiniones y propuestas previas al VI Congreso del Partido, expresadas tanto en mis artículos publicados entonces, como en las instancias institucionales que me correspondió participar, insistí con especial énfasis en la imprescindible necesidad y en la importancia que se realizara como fundamento de todo lo que se iba a analizar, una profunda depuración de responsabilidades así como una renovación de cuadros de dirección; todo ello, como resultado de un proceso profundamente democrático.

Tampoco puedo terminar sin referirme al artículo publicado en Kaos en la Red, recientemente por mi compañero Pedro Campos, con el título: “El puño cerrado es más fuerte que la mano abierta, pero siempre tendrá cinco dedos” (3) en el que plantea un profundo análisis del momento, así como la necesidad que la Conferencia del Partido actúe en consecuencia con las circunstancias, las coyunturas y los problemas que afrontamos actualmente. En un párrafo que cito textual a continuación, Pedro Campos expresa un concepto que considero muy importante y que en mi criterio propone un fundamento básico del cual debería partir la Primera Conferencia del PCC :“(…) Es hora de reconocer que el proceso revolucionario no es un estado, un gobierno, un partido o un individuo, por importantes que hayan sido sus protagonismos en determinadas etapas; sino el avance sistemático de la socialización y democratización del poder económico y político(…)” (Fin de la Cita)

Las alarmas están sonando y no deberían ser desoídas porque el presente que estamos viviendo y el futuro que tenemos por delante, mucho dependerá de lo que se asuma y se defina en la Conferencia del PCC. Así lo pienso y así lo afirmo. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el lunes 7 de noviembre del 2011
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=126766


Notas:
(1) http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=125322
(2) www.kaosenlared.net/noticia/nuevo-proyecto-socialista-para-cuba-iv
(3) www.kaosenlared.net/noticia/puno-cerrado-mas-fuerte-mano-abierta-pero-siempre-tendra-cinco-dedos

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