miércoles, 22 de abril de 2015

RAFAEL ISAE Y OBAMA, EL HOMBRE DE LOS MIL ROSTROS

ELIGIO DAMAS Si bien es cierto que siendo carajito se la jugó con Chávez, en aquel alzamiento del 4f contra CAP, posteriormente pensó debía cobrar bien caro su “sacrificio”. En casos como el suyo, en mi barrio allá en Cumaná, solíamos decir el “coñito” vino al mundo bendecido por la “Verónica”. Hasta “nació con su arepa o torta de casabe bajo el brazo”. El podría haber sido ser hasta aquel “Panchito Mendefuá”, quien “fue a cenar con el niño Jesús”. Después de los sinsabores que para él significó restearse con aquel soñador de Sabaneta, cuando este entró a Miraflores por la puerta más grande, una inmensa que le abrió el pueblo en las elecciones de 1998, la vida para Isea se volvió un nicho de rosas y un solo recibir a cambio del breve e incómodo pasado. Del comandante bondadoso y quizás excesivamente permisivo con quienes siempre cerca de él estuvieron y demasiado exigente y desconfiado de quienes no conocía, pese tuviesen un expediente glorioso, recibió todo; tanto que pese su juventud, quizás ese fue el error “del comandante eterno”, se le llevó en ascenso como globo lleno de helio. Cuando, como también dicen en mi pueblo, se le podía ver leche materna escurriéndose por las comisuras de los labios, fue nombrado nada más y nada menos que ministro de finanzas. Funcionario encargado de vigilar los reales; un cómo poner perro a cuidar carne o un gesto inadecuado que consistió despertar en el “muchacho” la tentación por aquello abundante, no suyo, pero que internalizó “mucha falta me hace”; además, “para algo se había jodido tanto”. En unas elecciones de gobernadores se le premió poniéndole de candidato en un Estado donde que ganase el chavismo “era más fácil que pegarle un tiro al suelo”. No hacía falta hacer campaña. Es decir, eso también se lo pusieron al gusto, para que no se jodiese tanto, como ya lo había hecho en el alzamiento del 4f. Siendo gobernador, uno escuchó o leyó con insistencia que Isea estaba haciendo cosas indebidas; pero nadie le paró a aquello; es más, quienes tuvieron la osadía de decir algo, como suele suceder, no solamente se les ignoró en la denuncia, sino pudieron, eso es frecuente, condenarles al ostracismo, no enviándoles fuera del país sino colocándole en la lista de los vetados para todo. Igual que ahora, todo el mundo en Anzoátegui sabía la tragedia del Abasto Bicentenario de Barcelona, menos Aristóbulo y el ministro Osorio. Con razón Nicolás Maduro reaccionó y no sin disimulo les reclamó con vehemencia. ¡Al fin!, porque como solía decir mi suegra, todos los nudos llegan al peine, descubrieron al “niño bonito” y éste se vio obligado a salir al exterior y como todo demócrata, terminar arribando a EEUU. Hay una película de Chaplin, donde el personaje que interpreta por gobernante déspota es destituido tras una protesta popular intensa. Sale de su país furtivamente y a la carrera, aunque en avión y al arribar justamente al aeropuerto de Nueva York, expresó con gran satisfacción y alegría: “Estoy feliz. He llegado a un país libre donde se aprecia y recibe con afecto a los demócratas como yo”. Vainas hondas de la ironía del genial comediante. Así, como ese personaje, se sienten todos y entre ellos García Plaza, quien pronto allá le exhibirán como demócrata perseguido por el régimen y por supuesto Rafael Isea, quien según Tareck, actual gobernador de Aragua, donde antes gobernó Isea, ya “se acogió al programa de protección de testigos de EEUU” y en ese país “elabora informes y expedientes infames contra Venezuela”, pese estar incorporado, por corrupto, “al código rojo de Interpol”. Obama en el decreto mediante el cual declaró a Venezuela “amenaza inusual y extraordinaria”, califica sujetos a sanción por irregularidades a siete personajes de la vida venezolana, entre ellos a la Fiscal General de la República, Dra. Luisa Ortega Díaz y una serie de funcionarios que a todas vistas afectan los intereses políticos de su país y la oposición venezolana. Son estos, según Obama, delincuentes, sin delito, prueba ni juicio alguno. Pero Isea, Eligio Cedeño y otros tantos como éstos, puestos al servicio de la maldad de la CIA, son respetables ciudadanos, dignos merecedores de respeto y protección. Por supuesto esto no es nuevo, el primer caso y no será tampoco el último. Es la conducta habitual de un Estado soberbio, que se coloca por encima del universo todo y se considera, por asuntos de supervivencia, con competencia para juzgar la conducta de todo los hombres del universo sin respetar fronteras ni esa, para él “entelequia”, que llaman soberanía. Rafael Isea y otros tantos como él, incluyendo terroristas, son protegidos por el gobierno de EEUU donde el presidente es Obama. Aun así, uno escucha gente, de ambos bandos, justificando a este último con el argumento increíble, que “no son cosas suyas”, pues es “un buen muchacho”, quien tiene por encima todo el poder del capital gringo y otros que le impiden hacer lo que en su intimidad desearía. Lo peor, es escuchar o leer que esas son simples “gazmoñerías” de la diplomacia. Lo que en verdad indica todo esto, es que Obama, más que dos caras, como escribió José Vicente Rangel, es el hombre de los mil rostros y por su poder “pisa fuerte”. -- Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 4/22/2015 04:27:00 p. m.

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