sábado, 19 de abril de 2014

ELIGIO DAMAS


         


            En verdad, no son nada extrañas estas manifestaciones de amor y ternura por nuestras circunstancias y destino.
            Ya la gente del Departamento de Estado y Estado Mayor gringo, incluyendo sus presidentes, nos tienen habituados a declaraciones como esas donde desbordan su interés por lo que nos ocurra y manifiesten su disposición desinteresada a socorrernos directa o indirectamente. Desde lejos les viene ese “generoso” afán
            Esta vez, el general John Kelly, jefe del comando sur, haciendo gala de esa sutileza que es habitual en personajes de su misma estirpe y rango, expresó que “se mantienen en contacto con países vecinos de Venezuela para coordinarayuda humanitaria en caso de cualquier eventualidad”.
            Pero antes de manifestar esa preparación y disposición dijo, con inocultable ternura  que “mi preocupación es por la situación económica de Venezuela”.
            Eso es maravilloso y hay que agradecerlo al general. ¿Cuándo en nuestra historia, la de toda la patria grande, se había visto y oído a un general del Pentágono, demasiado ocupados ellos en lanzar bombas sin importar dónde caigan, sea en escuelas, hospitales o refugios de ancianos o niños, manifestar dolor o, en este caso, preocupación por la situación económica de nuestros países? 
            ¡Vea usted lo hermoso del gesto por nosotros! Habiendo tantas dificultades, hambre, miseria y falta de servicios vitales como educación y salud, problemas de los cuales no padecemos según la FAO – que es un organismo de la ONU, no comunista – en el mundo y muy cerca de nosotros, en sur, centro América y el Caribe, particularmente en Haití, su interés y preocupación están puestos en nosotros. ¿No es cómo para agradecérselo y hasta darle nuestra máxima condecoración?
            Como el gesto es hermoso, Venezuela debería averiguar cuáles son esos países vecinos nuestros con quiénes el general Kelly, “coordina ayuda humanitaria en caso de cualquier contingencia”. No creo abunden, apenas están en la imaginación y buena fe del generoso general o en el menor de los casos, éste anda en busca de ellos por ahora. Pero, aun siendo sólo eso una idea, un proyecto, es bueno saberlo, para ponerlos en la lista de los candidatos a premiar junto al promotor de la hermosa y desinteresada cruzada.
           Claro, uno bien sabe, que el general en su empeño por mostrar su disposición a servir a las buenas causas, lo que ha hecho es tirar una piedra al agua para revolverla y se nutra, curta de toda su generosidad. Si todos, tomamos de esa agua, piensa él, quizás nos embriaguemos de su buena fe y disposición hacia nuestros hermanos. Entonces su loable causa tomará fuerzas.
          El general Kelly, al mostrar su preocupación por nosotros y nuestra economía, sobre todo que cada venezolano coma tres veces al día, la baja cifra de desempleados sea la envidia de EEUU y Europa,  la escolaridad y la matrícula universitaria, estén entre las más altas del mundo, cada niño, adolescente posea una computadora personal, el servicio de salud llegue gratuito, como todo los servicios antes citados, a toda la población, millones de ancianos reciban y con un mes de adelanto su pensión equivalente al salario mínimo, que en la mayoría de los casos se agrega a lo que ya reciben por jubilación y otros beneficios. Pero hay más cosas para mortificarle, como que más del 90 % de la población recibe servicios de agua potable y electricidad y la GMVV avanza velozmente hacia la meta de asignarle en propiedad a cada familia, antes excluida, una vivienda cómoda y digna. La vaina es tanta que la FAO, optó por llamar su programa mundial contra el hambre con el nombre de Hugo Chávez. Y el Coeficiente de Gini, coloca a Venezuela como uno de los países de menor desigualdad en el mundo.
         Hay otra cosa que le preocupa al general Kelly, que también tiene que ver con lo económico, que el petróleo no baja de la tasa de 100 dólares el barril, podamos a través de Petro Caribe, ayudar a los hermanos del área y hayamos roto el yugo y la explotación que las negociantes gringos del hidrocarburo tenían antes en el área.  Como también que hayamos roto con la dependencia del mercado de Estados Unidos para vender nuestro hidrocarburo.
         Pero por encima de todo, saliéndonos del área económica a la cual no se refirió por modestia, le “preocupa”, las derrotas, una tras otra, que han recibido en la OEA, dónde sólo han contado con el voto de Canadá y el vecino Panamá; la existencia de UNASUR y CELAC, donde Venezuela goza de altísima estimación.

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