lunes, 11 de febrero de 2013

HACER LEÑA CON EL ARBOL CAIDO¿ ALGUNOS AMIGOS TAMBIEN CON CUBA?


 
ATENCIÓN FRANK

Hacer leña con el árbol caído, ¿Algunos amigos también con Cuba…?



Félix Sautié Mederos


Crónicas cubanas


La reciente puesta en vigor de la nueva Política Migratoria de Cuba ha tenido reacciones favorables entre los cubanos de adentro y de afuera del país, quienes durante mucho tiempo han sufrido la conculcación de los derechos a poder viajar libremente; pero también, debo decir que ha significado para algunos en especial dentro del territorio nacional, desengaños desconcertantes y/o para otros la confirmación que durante todos estos largos años de limitaciones prohibitivas hemos quedado reducidos a ser considerados en muchas naciones una especie de parias caribeños, rechazados e indeseables, a los que se nos plantea complejas restricciones para obtener visas incluso por parte de Estados Unidos, aún a pesar de sus declaraciones y de su Ley de Ajuste Cubano encuadrada como parte de la Política de Bloqueo. Esta Ley requeriría otro artículo para su análisis a profundidad.

Ante todo, quiero aclarar que estoy muy de acuerdo con el derecho soberano de los países del mundo para establecer las legislaciones que entiendan pertinentes al objeto de regular la concesión de visas a los ciudadanos extranjeros; aunque se me hace difícil comprender la forma en que algunos compatibilizan su adhesión a los principios del libre tránsito y la defensa de los derechos de los emigrantes, con lo contradictorio que significa el establecimiento de las restricciones especiales y ofensivas a nuestra dignidad nacional que se nos están planteando a los cubanos residentes en nuestro territorio. En este orden de cosas, incluso en países que forman parte del Alba como Ecuador recientemente, también han puesto en vigor severas restricciones para el visado a los cubanos, muy similares a las que se establecieron en España hace algún tiempo olvidándose de la tradicional hermandad y solidaridad cubana con los españoles desde finales de la Guerra del 95 e incluso, cuando la Guerra Civil española en la que peleó un contingente de mil cubanos. En tanto que, por parte de nuestro Gobierno tampoco se ha emitido alguna declaración al respecto, dejando de lado lo planteado por José Martí en su artículo “Vindicación de Cuba”: “…Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral…en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter” (1).
Además me pregunto, ¿cómo hubiera sido la reacción gubernamental cubana si estas medidas las hubiera publicado Estados Unidos? ¿Acaso no serían el mismo sentido de desprecio por unos y por otros, aunque con diferentes motivaciones políticas?; pero quizás esas restricciones planteadas por algunos amigos, hagan las veces de un espaldarazo a la anterior situación de prohibiciones absurdas e injustas a la libertad de viajes de los cubanos. Ver el Comunicado recientemente publicado en el periódico Granma por la Embajada de Ecuador en La Habana (2). Insisto en que algunos de esos países amigos, no se ocultan para presentarnos como una nación solidaria que comparte no lo que le sobra, sino lo poco que tiene (repito textualmente sus expresiones), mientras que también olvidando la labor en sus más apartados parajes de los médicos cubanos menosprecian y prácticamente humillan a nuestros ciudadanos de a pie, cuando intentan visitar a sus familiares y amigos en el exterior, así como cuando buscan nuevos horizontes para rehacer sus vidas o, simplemente, quieren conocer un mundo que les ha estado vedado durante muchos años.

Cuba, desde siempre, ha sido una nación solidaria y son muchos los que así lo reconocen. No obstante con amargura, durante los últimos cincuenta y tantos años, en paralelo hemos sufrido un gran desamparo gubernamental en lo referido a nuestros derechos de libre tránsito, de emigrar conforme a nuestra propia voluntad; y nuestro Gobierno ha utilizado las más duras expresiones y recriminaciones para descalificar a quienes emigran acusándolos incluso de ser traidores, porque ellos ocasionalmente han tenido que apelar a las más complejas y/o peligrosas alternativas para poder salir del territorio nacional. Los emigrantes cubanos han estado y aún están desamparados y/o acusados por el Gobierno del país que los vio nacer; mientras que otras naciones, algunas latinoamericanas, (Ecuador) en contraste han desarrollado planes de atención, defensa y de facilidades para la repatriación de sus propios emigrantes incluyendo la concesión de créditos para facilitar su reinserción social; pero para estas naciones, los cubanos somos unos parias similares a como son calificados los mejicanos en las fronteras de EU.
Quizás ha surgido una nueva gran contradicción cuando, tímidamente, el Gobierno de Cuba intenta hoy crear limitados ambientes de mejoramiento en su relaciones con la emigración, medidas que algunos le señalan un sentido selectivo que coadyuvan al menosprecio a que me refiero. Conceptualmente, duelen mucho esas restricciones y más si vienen de quienes se declaran amigos; aunque tengo que reconocer, en honor a la honradez, que en última instancia la culpa no es de los países que hoy nos restringen y que tratan de controlar los flujos migratorios que están recibiendo, sino que constituye la consecuencia de una política cubana de prohibiciones y de restricciones que durante muchos años nos han convertido en meros objetos y no en sujetos con libertad para viajar y establecerse donde estimemos conveniente; sin patrimonio propio, ni libertad de conciencia ni de expresión.

Pienso que además de una Nueva Política Migratoria, es imprescindible seguir profundizando en cambiar todo lo que deba ser cambiado y liberar las fuerzas productivas hasta convertirnos en sujetos de nuestras vidas y de nuestra historia con patrimonio propio y capacidades que impidan se nos trate como parias, parásitos y/o mendigos del Caribe, según significan esas tajantes restricciones establecidas específicamente para los cubanos, por parte de quienes incluso defienden la necesidad de un Libre Tránsito en el mundo y, a la vez, reciben la solidaridad cubana. Así lo pienso y así lo afirmo, sin querer ofender a nadie y con mis respetos para las opiniones diferentes. fsautie@yahoo.com


(1) Vindicación de Cuba, Evening Post 25 de marzo de 1889, Oc. Tomo I Política y Revolución pág. 236

(2) Granma de fecha 30 de enero 2013. Nacionales

Publicado en Por Esto! el lunes 11 de febrero del 2013.

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