sábado, 1 de febrero de 2014
CELAC EN LA HABANA, LOQUERAS DE LOCOS E INSENSATECES NEOLIBERALES
ELIGIO DAMAS
La consolidación del CELAC, significa muchas cosas. Lo primero que maravilla y llena de satisfacción y orgullo, es la materialización, en buena medida, del sueño loco del “loco” Simón Bolívar.
“Loco” quien percibió y comprendió con anticipación, lo que muchos, tildados de inteligentes, todavía no entienden. Supo por estudioso y talentoso que el modelo que promovía para ser exitoso demandaba unidad territorial, política coherente y la mayor población posible en libertad, para tener mano de obra y mercado de consumo. Si la guerra, la organización de ejércitos, repúblicas y el sofocar intentonas de inconformes y miopes no hubiesen demandado casi todo su tiempo, hubiese expuesto a cabalidad las tendencias del desarrollo capitalista de su tiempo para explicar mejor el tema de la unidad continental – de las colonias antes españolas- y el porqué de la amenaza que vislumbró en el crecimiento y tendencias de EEUU y las clases que allá dominaban entonces, a las cuales con frecuencia adjetivó – como llamarles regatones - de manera que hacen comprender su fundada desconfianza.
Aquella frase “Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar a América de miseria en nombre de la libertad”, no fue un simple suspiro, sino resultado de una meditación profunda; haber comprendido que el enorme bloque del norte, con elevada población, grandes recursos, unidad política, llegado a un nivel de desarrollo mayor con anticipación, se engulliría a lo que El Libertador llamó con insistencia y precisión “las antiguas colonias españolas”. Dicho de otra manera, en su tiempo, cuando Marx aún no había nacido y muy lejos también de la formulación posterior por Lenin de la tesis del Imperialismo, Bolívar supo, que el modelo que avanzaba al norte –el capitalismo- nos sometería en su beneficio; como también que la manera de impedirlo era promover otro bloque exitoso que estableciese el equilibrio, uniendo aquellos pueblos que tenían “la misma historia, religión y hablaban la misma lengua”.
Cuando uno escucha a individuos “sensatos” como Piñera, presidente hasta marzo de Chile, en un discurso donde intenta disfrazarse de partidario del CELAC y sus metas, pero deja entrever de manera muy mal disimulada su adhesión a la globalización, la unidad que incluya a EEUU, a los TLC, el dejar hacer del Estado y casi nos culpa de incompetentes de no habernos desarrollado, lo que de paso sería una reconvención a su propia clase, la que ha dominado en América Latina y combatió al Libertador, comprende más la grandeza de aquel hombre quien hace más de 200 años vislumbró lo contrario; lo mismo que justifica la formación de CELAC.
Pero antes de dejar esto, lo relativo a Chile, conviene llamar la atención como la señora Bachelet, no por invitada siendo presidenta electa, ni estar obligada, volvió hablar como antes. Dijo cosas que no la comprometiesen para nada, como por mantenerse aséptica. Claro, una manera de hablar sin decir nada para no comprometerse y menos incomodar a quien bien ella y los demás saben. Quizás por eso, piensa uno, Raúl Castro al referirse a esa intervención, resalto que “habló rapidito”.
También significa el CELAC, un triunfo definitivo y trascendente en el accionar político del otro “loco”, Hugo Chávez; este acontecimiento le resalta, eleva, como un político de gran significación nacional y continental, continuador de la gesta bolivariana. Dos “locos”, no por casualidad, nacidos en la misma tierra, que estremecieron y marcaron la historia del continente.
Por último, CELAC en la Habana, con sus discursos lapidarios (Evo, Maduro y Mujica) sobre la necesaria unidad, contra las amenazas externas, reconocimiento de única vía para progresar, fue un apoyo significativo al derecho de los cubanos y Cuba a su autodeterminación. Una condena muy particular, a sólo 90 millas de la costa gringa, al injusto bloqueo contra la patria del “Apóstol” José Martí. El sólo hecho de realizar allí ese evento, quiérase o no interpretar de esa manera, de hecho es un repudio a esa rapaz práctica, acto de piratería y filibusterismo sin barcos, pero con cañones de cuarta generación.
Todos los países allí presentes reiteradamente han votado en la ONU contra el bloqueo.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 1/31/2014 11:30:00 a. m.
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