martes, 8 de octubre de 2013

LA"REVOLUCION EDUCATIVA DEL CAP"

LA NOCION EDUCATIVA DEL CAP ELIGIO DAMAS Parece un contrasentido, pero el recién finalizado gobierno de AD, que dispuso de recursos ilimitados, no soñados siquiera por gobiernos recientes, tuvo como preocupación fundamental impedir el ascenso, mantener bajas los costos del estado, incluso en áreas prioritarias como la educación. En esto, el gobierno hizo filigranas con tal de seguir la consigna da Pedro Tinoco, vertida al gobierno a través de Gumersindo Rodríguez, del estado barato. Dentro de esa idea de ahorrar recursos financieros para trasegarlos al sector privado por vía de comisiones, empréstitos, inversiones mixtas, condonación de deudas e incluso para uso del estado en propaganda electoral, se incluyó al sector educativo. Es cierto, como gusta decir a los portavoces oficiales, que cada año se aumenta la inversión del estado en materia educativa. Pero también es verdad que esa inyección de recursos siempre estuvo por debajo de la demanda de la población venezolana y de las necesidades del aparato educativo. Esta política pichirre, limitante, ahorrativa, explica la incapacidad del aparato educativo a nivel universitario para recibir las oleadas de muchachos que egresan de la escuela media. Frente a este drama y a esta tendencia que amenaza con un conflicto de grandes proporciones, el gobierno de CAP no ofreció nada digno de tomarse en serio sino, aparte de las llamadas hipócritas e irreales a buscar caminos distintos a la universidad, una antidemocrática y muy peligrosa vía selectiva. Algunos sectores universitarios, incluso marxistas, olvidando a Marx, peligrosamente han expuesto seleccionar al estudiantado; ignorar que toda selección de este tipo, en el seno de una sociedad como la nuestra, es injusta. Los menos favorecidos por el sistema, que de paso son la mayoría, compiten en condiciones de total desventaja. Los hijos de los grupos pudientes aún siendo descartados por el aparato escolar universitario, les quedan el recurso de la universidad privada o la vía al exterior. También el Ministro de Educación, en forma subrepticia, intenta crear, bajo una aparentemente inofensiva medida, muy de gusto del simple "sentido común", una peligrosa alternativa selectiva. Para el primero de febrero, el Ministro de Educación, profesor Gerardo Cedeño, resolvió reducir a dos las oportunidades para presentar asignaturas pendientes. La simple información, analizada bajo la débil luz del sentido común del maestro o profesor, parece buena; tal como dijo un vocero del gobierno, "cuatro pruebas parecen un exceso". Pero lo insólito es afirmar que la norma derogada motivaba el desinterés y pretender que la nueva medida inducirá a cambios sustanciales de conducta. Pero como nosotros, que no nos chupamos el dedo, sabemos que en el ministerio saben que eso es falso. Por eso, podemos asegurar que tal medida sólo persigue disminuir el nivel cuantitativo de los egresados de la escuela media y frenar los gastos del sistema educativo. Es decir, el gobierno de CAP quiso con eso resolver en parte el nudo del cupo universitario. ¿A cambio de qué? A cambio del aumento de la deserción escolar a nivel medio, en una población muy joven, entre los 13 y 17 años. A cambio de aumentar el contingente de jóvenes sin ocupación ni oficio; a riesgo de lanzar una multitud de niños en brazos de la delincuencia, del consumo de drogas y cuantos vicios estimula esta sociedad. Esa medida no es mala si la consideramos en abstracto; es buena dentro del marco de una sociedad capaz de absorber los rechazados por la escuela tradicional y utilizarlos en frentes productivos. Pero es mala, donde no hay posibilidad de ofrecer alternativas adecuadas que permitan al joven realizarse y aportar su fuerza y buena voluntad en bien de la nación. El esfuerzo que tal medida por sí sola puede provocar, no justificará los efectos nocivos que ella misma generará. Lo que el Estado se ahorra ahora, al disminuir el gasto educativo por efectos de esa medida, lo gastará más tarde en represión de la delincuencia. ¿Puede una sociedad que estimula el facilismo, la irresponsabilidad, el desinterés por la cultura y que valora la educación con un fin de ascenso social, cambiar a sus jóvenes con una medida como esa? Es deseable que el nuevo gobierno, con mayor sensatez y responsabilidad, estudie detenidamente esta situación y ofrezca una alternativa científicamente sustentable ante esa nueva salida empírica de un gobierno que no llegó a pegar ni una. Diario de Oriente Barcelona, marzo de 1979. -- Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 10/05/2013 10:12:00 a.m.

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