viernes, 18 de julio de 2014

CIRO EN REPLICA DE MIAMI


Revista La Nueva Réplica. Miami. Julio 2014
http://lanuevareplica.com/

Vicente Dopico:
Un pintor que lleva a Cuba en su mirada
Por Ciro Bianchi Ross. Fotos Miriam Chávez Lesnik

Es, dice la crítica,  un creador ambicioso, subversivo de las formas y
los conceptos. Es el artista del asombro. Escruta y analiza la
realidad a partir del lenguaje de la memoria y se revela hondamente
preocupado por los conflictos existenciales y culturales que amenazan
la supervivencia del hombre contemporáneo. Denota oficio y disciplina
y exhibe una imaginación prodigiosa. Domina la pintura, el dibujo y el
diseño y mientras muchos admiran el colorido de sus obras, el pintor
insiste en afirmar que la línea es en su quehacer una constante que
puede ser tan o más importante que el color.
En realidad, se considera más dibujante que pintor este hombre nacido
en La Habana el 22 de abril de 1943 y que en 1964 se radicó en Chicago
para asentarse poco después en Miami. En un momento pensó en que su
vocación era la arquitectura, pero un buen día se sorprendió como
pintor. Desde entonces su camino ha sido arduo y difícil. Fue maestro,
trabajó como profesor asistente en una universidad, desempeñó
disímiles empleos hasta que tomó la determinación de vivir o morir de
la pintura, un arte que define como ingrato a veces y muy grato
también desde el punto desde el punto de vista de la compensación
monetaria que puede reportar.
Pero Dopico-Lerner no se deja llevar por esos términos cuando se
coloca ante la tela o el papel en blanco. No piensa entonces qué
galería acogerá su obra ni en la aceptación que le dispensará el
público. Pinta  ya. Después verá qué pasa.
Y ha sido, sucesivamente, casi abstracto y figurativo antes de
situarse en un momento en que lo que hace se ubica entre lo abstracto
y la figuración en una encrucijada en que realidad e irrealidad se
buscan en un constante juego de alusiones, para conseguir, dice el
crítico cubano Jorge de la Fuente, un ejercicio de la razón pictórica
que indaga en la simbología de sueño, una simbología que se construye
con imágenes de manifiesta ambigüedad para crear una atmósfera de
misterio.
Es el artista del nerviosismo, de la memoria desesperada. Complica
todo lo que piensa y crea, escribe el dominicano Cándido Gerón. Es el
artista del caos, el insatisfecho ante la creación que amenaza con
destruir su propia obra para construirla de nuevo.
En 1968, Vicente Dopico Lerner, que todavía  no consideraba la pintura
como una opción, matriculó Arquitectura. Un día, durante una clase,
un profesor que lo veía dibujar le preguntó qué carrera llevaba.
Arquitectura, respondió Dopico. Dijo el maestro: Da lo mismo morirse
de hambre como arquitecto que como pintor. Y los dos son artistas.
El vaticinio no se cumplió; no murió de hambre.  Dopico  es un pintor
cotizado que mereció, entre otros reconocimientos, la importante Beca
Cintas  (1976-77) del Instituto para la Educación de las Naciones
Unidas. Tiene en su haber más de veinte exposiciones personales, una
de ellas, en La Habana,  y ha participado en más de cien muestras
colectivas. Su obra forma parte  de numerosas colecciones públicas y
privadas.
PINTO SEGÚN MIS EMOCIONES
CB  -¿Quién es Vicente Dopico Lerner?
VDL--  -Es una buena pregunta que, sin embargo, casi nunca nos la
formulamos porque vivimos demasiado de prisa en esta gran locura en
que se han convertido las sociedades modernas. Pasamos la vida sin
saber quiénes somos o quiénes fuimos y muchas veces confundiendo
nuestro verdadero origen.
Es asimismo una interrogante que puede contestarse de muchas maneras.
Hoy, ahora, soy un artista plástico que se deja someter a las
preguntas de un periodista amigo. Como en la Teoría de la Relatividad,
todo depende del dónde  y del cuándo. En verdad, soy un pintor que se
ubica en su taller. En la soledad de ese ambiente puedo encontrarme
conmigo mismo y con mi arte.
Nací en la Habana hace ya "algunos" años. Me identifico siempre  como
<<un artista plástico habanero>>  porque  me siento muy atado
sentimentalmente a esa ciudad, por su historia, su melancolía, su
cercanía al mar. La Habana es como un balcón a ese  océano que algunos
 identifican como el estrecho de la Florida, otros,  como el golfo de
México, y otros,  como el Caribe. Es muy difícil encontrar otra ciudad
con las características de la Habana... yo por lo menos no la he
encontrado.
En Luz y Oficios, precisamente dos de las calles más antiguas de La
Habana, fue que mi padre, un emigrante gallego, abrió su quincalla.
Nací dos años después.  Aún recuerdo los olores que me rodeaban en
aquel  ambiente de actividades portuarias, muy cercano a la Alameda de
Paula, donde corría y jugaba en los primeros domingos de mi vida .Vivo
en Estados Unidos desde hace muchos años; aquí  estuve en varias
escuelas de arte y he recorrido con mi pintura todo Estados Unidos y
países como Santo  Domingo, Puerto Rico y  Cuba, donde tengo grandes
amistades en el mundo de la plástica.
Recuerdo que usted me entrevistó en los días en que presenté  mi
exposición personal en el Convento de San Francisco, por cierto, muy
cerca de la esquina de Luz  y Oficios.  Esta muestra de mi  obra en la
Habana se realizó gracias  a la invitación que    me extendió el
doctor Eusebio Leal  en aquella ocasión. Por lo tanto, y como
conclusión a su  pregunta: Yo me defino como un artista plástico (<<un
pintor>>) que siempre está reinventándose y que  en su peregrinaje por
el mundo, lleva a La Habana en su pupila. Ese es mi origen. Ese soy
yo.
SIEMPRE ESTOY TRATANDO DE REINVENTARME
CB  -¿Cómo llegó a la pintura?  Los especialistas aluden a su <<sólida
y envidiable>> educación y trayectoria artística. ¿Lo considera así?
VDL -La escuela ayuda, pero no determina. La buena obra de arte no se
crea  en las academias. El artista nace artista. Una educación
complementaria es posible que acelere la obtención o el descubrimiento
de un estilo propio, pero no influye en la calidad de aquel u otro
pintor.
Desde muy joven,   casi niño, visitaba las salas del Museo Nacional,
en el Palacio de Bellas Artes. Vivía  bastante cerca de aquella
institución, por lo que me era fácil la visita.  Así, por sus obras,
conocí a  Mijares, a Cundo Bermúdez  y a Portocarrero antes  de
conocerlos personalmente. Visitaba  por aquella epoca la Academia de
San Alejandro. Tenía un amigo que estudiaba allí, pero no podía
matricularme porque era muy joven; tendría entonces unos once o doce
años, no mucho más. Desde entonces nacía en mi la atracción por las
artes plásticas.
Aunque haya hecho mil cosas diferentes, el arte siempre ha sido  la
pasión en mi vida; la pintura era mi destino final. Sin embargo,  no
comencé a pintar profesionalmente hasta los 27 ó 28 años cuando, para
complementar los ingresos de mi trabajo regular de ocho horas, vendía
unas acuarelas horribles. Entre mis clientes  había una galerista del
norte de Florida que siempre me compraba varias... más tarde me enteré
que las vendía diez veces más caras. El arte en el sur de la Florida
allá por los años 70, no estaba  muy de moda, más al norte y al centro
de Florida se podía vender algo mejor, por lo que cargaba con mis
paneles y me iba a los festivales de arte que tenían lugar  en centros
comerciales de Orlando, Tampa y otras ciudades. No eran tiempos
fáciles aquellos, pero así comencé mi carrera como pintor
Años más tarde me gradué  en la universidad católica de St. Thomas y,
entre otras eventualidades,  tuve la suerte de encontrar otros medios
de subsistencia con mi arte, sin tener que irme del area del Caribe.
Estuve viviendo por unos años entre República Dominicana y Miami.
Exhibí dos veces en el Museo de Arte Moderno de    Santo Domingo, en
1997 y 2000. Como le mencioné,  en Cuba tuve una muestra personal de
mi obra en el convento de San Francisco y en una muestra colectiva en
Casa de las Américas, todo esto fue en el 2001-02. En Puerto Rico tuve
una excelente muestra personal en el Museo de las Américas, en San
Juan, en el 2010.He participado en más de cien muestras colectivas y
alrededor de veinte muestras personales. Sin embargo, siempre estoy
tratando de renovarme,  siempre estoy tratando de reinventarme porque
creo que es la unica formula para mantenerme vivo como pintor.
CB -Su obra suele desconcertar a la crítica y al público. Un crítico
como Manuel Álvarez Lezama la define como <<onírica, freudiana,
postmoderna y también caribeña y universal>>. Los entendidos por otra
parte aprecian en usted las influencias más disímiles, desde los
personajes de una novela como Pedro Páramo hasta las máscaras
bizantinas, mientras que usted reconoce el influjo de Matta y un toque
dramático-grotesco que le llega de Bacon.  Sin contar lo que debe
haber aportado a su obra la pintura norteamericana de la postguerra,
la Escuela de Nueva York y la Nueva Figuración. Hace ya casi quince
años, usted me dijo en La Habana: <<Encontré o creo haber encontrado
una identidad propia que se da en el uso del color, la ligereza del
trazo y en el dramatismo de mi obra, una identidad que también es
cubana>>.
CB ¿Dónde, a su juicio, se ubica hoy el artista?
VDL -Tal vez Álvarez Lezama la califica como freudiana por  el
carácter de los personajes que incorporo en mis cuadros. No es mi
intención darle ese carácter .Por otro lado, tampoco he leído a Pedro
Paramo. Sé que es una novela corta de Juan Rulfo, donde aparecen
personajes fantasmales, que quizás se puedan notar en mi obra, pero
no, nunca he tomado inspiración de esa novela. Sin embargo no
descartaría lo onirico, ya que el sueño es como una  inspiración del
subconsciente.   No es coincidencia que una de mis muestras, yo diría
que una de las más importantes, se llamó Sueños de la razón pictórica,
(Museo de Arte Moderno, Santo Domingo Marzo, 1997). Así tituló Jorge
de la Fuente su crítica a esa colección, y yo lo asumí  como el título
de la muestra.
Jorge hizo en aquel entonces un buen trabajo critico basado en ese
punto de vista y su ensayo  fue muy   interesante. Sin embargo  y por
anadidura, mi constante atracción por el periodo de la post-guerra en
el arte norteamericano, el llamado <<action painting>> y   el
expresionismo abstracto, me hacen pensar que yo tomé un poco de esa
fuente, porque en el año 1970  me fui para Nueva  York, donde aquellos
vientos de renovación  intelectual estaban aun presentes.
En esa ciudad me  incorporé al  Art Student League, una institución de
arte  muy neoyorquina, muy antigua y famosa por su liberalismo
académico y también por sus ex alumnos. Por allí pasaron Jackson
Pollock, Robert Motherwells... y otros. En esa institución   hice
algunos talleres dirigidos por  Mario Cooper,  un conocido acuarelista
americano, pero eras libre de participar en todos los proyectos
acometidos por la institución....es lógico entonces que tenga de alguna
manera que estar influenciado por este movimiento plástico de
mediados del siglo XX. Y lo que le dije en la Habana lo corroboraria
ahora,porque, pese a mi punto de vista con respecto a la universalidad
del arte,  sigo considerando, que aunque diferente, mi obra se inserta
en lo que se conoce como " pintura cubana",  primero porque yo soy
cubano,(habanero) aunque mi obra no haya nacido en Cuba. Yo considero
el arte como un vehículo de integración cultural y la plástica es una
de las corrientes culturales que más se ha destacado en Cuba en los
últimos cuarenta años. Muchos artistas formados en Cuba se han
establecido fuera de la isla  sin renunciar a su identidad,  lo que
nos enseña la fuerza que ejerce la cultura en las raíces de una
nacionalidad.
LA OBRA NO TIENE NACIONALIDAD
CB -¿Cuál es esa identidad? ¿Qué es lo cubano en su pintura? ¿Cómo se
inserta su quehacer en la plástica de la Isla?
VDL -La obra no tiene nacionalidad, el arte es universal, la
nacionalidad se la da el artista por el lugar de nacimiento o cuando
se realiza dentro de un lugar específico como en un territorio donde
se crean tendencias que se van repitiendo, pero eso no quiere decir
que por esas tendencias solamente se  defina  una nacionalidad, el
cubismo nació en Paris y sin embargo no se le considera como un
movimiento de la pintura francésa,el cubismo es un movimiento
universal. Yo no tengo por qué integrar elementos nativos en mi obra
para que esta sea o deje de ser cubana.  No me importa la opinión de
uno u otro crítico y sus juicios, por lo regular algunos  críticos de
arte escriben para leerse ellos mismos y en base a un ejercicio
intelectual. Unos colocan mi obra  dentro del surrealismo, otros
dentro del expresionismo, algunos han coincidido en que hay elementos
de de la pintura cubana en mi obra, otros que hay total ausencia de
esto.  En fin que yo pinto sin considerar  tendencias, para mí es muy
difícil, como para cualquier otro artista colocar su obra dentro de
esta o aquella escuela de arte. El objetivo de nosotros es crear la
obra con la mayor honestidad posible, evitando los facilísimos y las
formulas, es normal la influencia de los movimientos plásticos
anteriores, sin embargo, por encima de todo debe prevalecer la
identidad propia del artista. Es mi opinión, tal vez muy personal,
pero en fin mi propia manera de pensar.
La premisa es acometer la superficie en blanco, el reino de la nada,
lo cual es ya una aventura en si misma,  con la intención de
convertirla en una pieza de arte,  en este caso  una pintura o un
dibujo, que contenga todos los elementos necesarios para que sea una
buena obra: honestidad, esfuerzo creativo y emotividad. Si el pintor
se entrega, el talento emerge, y no importa escuela, tendencia ,
estilo o emociones que provoque con su obra, si es genuina, ya
encontrara aquella mirada comunicativa que decía Rothko, esa que le
daba vida propia y que la sacaba del taller del artista para
convertirla en  propiedad de todos.
CB -¿Con más de setenta años de edad, ¿hacia dónde camina Vicente Dopico Lerner?
VDL -Es difícil en estos tiempos dar respuesta a una pregunta como
esa. No creo que ni usted ni yo pudiéramos decir qué haremos mañana.
Diré obviamente que seguiré pintando, como usted dirá que seguirá
escribiendo. Más concretamente puedo anticipar que a los 71 años me he
sentido en la obligación de cambiar hacia una obra más trascendente,
más madura cada vez, esa . es mi aspiración al menos.
Trabajo un promedio de por lo menos cinco  horas cada día, y mi obra
es cada vez más grande en formato. Después de viejo me ha dado por
hacer telas grandes, con mucho menos colorido y con más tendencia a la
abstracción.
CB¿Qué va a salir de este nuevo experimento?
No sé. Pero solamente la decisión de cambiar  y experimentar nuevas
avenidas para mi obra es un síntoma de que he  entrado en la tercera
juventud sin signos de cansancio. Llevo más de cuarenta años haciendo
arte y todavía no he encontrado uno de mis trabajos que me deje
completamente satisfecho, pero seguiré intentando. Espero que alguno
lo logre en los próximos cuarenta. Mientras tanto, como decía el
chileno Matta, seguiré jugando a encontrarme y desencontrarme en este
oficio que ,por demás, es extremadamente divertido.Ross
cbianchi@enet.cu
http://wwwcirobianchi.blogia.com/
http://cbianchiross.blogia.com/

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