jueves, 9 de enero de 2014

UN GRUPO DE HOMBRES DE VERDAD

Un grupo de hombres de verdad. ligia guillén valenzuela "...te amo patria y me amas. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas. Juan Gelman Puede que sea verdad decir que el que amamanta sueños, su sueño alcanzará. En este caso no fue así. Ellos son un grupo de hombres -hombres de verdad- que integran la APIC, Agencia de Periodismo Independiente Continental. y también muchos de ellos son ex presos políticos cubanos. La vida, que a veces nos arrastra hasta sumirnos en el suicidio y otras nos da oportunidades que iluminan nuestros días, me llevó a formar parte de este grupo en Miami, domo dije, de hombres especiales, y me ha hecho disfrutar del orgullo de que me cuenten como un miembro más de sus amigos. Su historia, sus historias, todas tienen un denominador común, fueron revolucionarios en Cuba, soñaron y lucharon por su sueño, y fueron víctimas del engaño del totalitarismo comunista. Creyeron que la justicia era para todos, que los bienes del mundo deben compartirlos por igual todos los hombres. Marcharon alegremente enarbolando su bandera de juventud y el tesoro de sus anhelos y sueños pero pagaron con moneda de vida por esos sueños, que se volvieron una interminable pesadilla. Eran jóvenes, -cuando los hombres están en estado de gracia-, y por eso mismo mas valioso su sacrificio porque ofrecer la vida por la patria cuando se es jóven tiene verdadero sentido de entrega y sacrificio. Este grupo, no sólo luchó por una Revolución que cambiara el status quo en Cuba sino que por esta razón la mayoría de ellos cumplieron penas de prisión de hasta 23 años. Después de la cárcel vino el exilio, la nostalgia, la soledad, el dolor de la pérdida de sus vidas- las vidas vividas en la patria- pero al mismo tiempo mantuvieron la esperanza. La experiencia del exilio los obligó a empezar a construir una nueva identidad en un país extraño, un lenguaje extraño y un entorno extraño. Hay que experimentar el exilio para entender el sacrificio de estos hombres. Algunos no quisieron renunciar a esa esperanza y fueron más allá, se embarcaron en misiones peligroras, ofreciendo de nuevo la vida para ayudar a lograr un cambio en la Isla, pero la realidad se impuso a los sueños y en el siglo XXI esa pesadilla ya ha durado 55 años. Me siento orgullosa de formar parte de este grupo especial, personas que forman parte de la historia de su patria, hombres que cada día subían en una estación a bordo de una nueva esperanza y que en la próxima bajada los abandonaría. Sus sueños vivieron y murieron una vida efímera y quedaron con el vacío de un exilio en sus manos, viviendo a destajo el dolor de la patria enajenada. Porque el comunismo en lo que tiene de existencia como tal no ha producido ni una sóla idea que haya enriquecido el progreso de las ciencias, la técnica o las humanidades. Esa es la realidad que hemos visto en nuestra experiencia. China ha tenido que abrirse y buscar como hacer un híbrido comunsita-capitalista que con el tiempo dejará de ser comunista, iagual está pasando en Cuba donde también presenciamos cada día nuevas maneras de salir de la miseria y el deterioro que procude el comunismo puro. Eso nos demuestra que no estaban equivocados, que su actitud contestaria contra el régimen de Cuba, tenía una sólida base moral y ética. La época difícil y también extraordinaria que nos ha tocado vivir ha enfrentado al hombre contemporáneo con los sorprendentes y a veces desconcertantes avances, científicos, médicos, tecnológicos, económicos, políticos etc., que lo obligan a luchar a brazo partido por reencontrar sus aspiraciones esenciales contenidas en el deseo profundo de un cambio social que sea más justo, más humano, mas verdadero. Este grupo especial, de hombres especiales, ha vivido, quiero decir desvivido en el exilio por más de 30 años, ninguno ha regresado a Cuba, a ese país que ya no es su Cuba, es una Cuba de Fidel Castro con otros cubanos que no son como mis amigos, fueron criados y educados bajo ese régimen y no se parecen a los que han envejecido en el exilio. A los que un día soñaron, a las que un día soñamos -y ¡qué hermoso era en verdad cuando soñábamos!. Es probable que todos muramos en el exilio, de hecho algunos de mis amigos ya se han ido, pero les queda la satisfacción de que tuvieron sueños, los alimentaron y tuvieron el coraje de ofrecer su vida por alcanzarlos. Gracias amigos por aceptarme como una de ustedes. Me siento muy orgullosa de haberlos conocido. Cutler Bay, Península de La Florida.

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