Traducido del más allá por Max Lesnik
Los voceros de la extrema derecha cubana de Miami están atribuyendo la victoria electoral del candidato Republicano Donald Trump en el Estado de La Florida al apoyo que ellos le dieron en las urnas. En realidad nada de ello está más lejos de la verdad.
Yo no sé si Donald Trump se tragará esa mentira de conveniencia fabricada por el Lobby cubano de Miami, pero si el nuevo Presidente de Estados Unidos no es tonto- y nada de un pelo de eso parece tener en su rubicunda cabeza-sabrá a ciencia cierta que su contrincante Demócrata en las elecciones prudenciales le ganó de calle por amplísima mayoría el Condado Miami-Dade y todo el sur del Estado Floridano, que es precisamente donde está concentrado todo el voto de los cubanoamericanos, lo que hace suponer que buena parte de ellos votaron por Hillary Clinton y no por Donald Trump, de acuerdo a lo que arrojan los resultados electorales.
Otra prueba de ello mas contundente aún, es que el Senador Marco Rubio campeón del anti-castrismo furibundo y niño lindo de la extrema derecha cubana de Miami sacó muchos menos votos en el Condado Miami-Dade que su contrincante Demócrata Patrick Murphy quien abiertamente proclamaba su apoyo a la política de relaciones con Cuba instaurada por el Presidente Barack Obama. Dos pruebas contundentes de que la victoria de Trump en La Florida nada tiene que ver con el voto de los cubanos de la extrema derecha.
Donald Trump ganó La Florida por el apoyo que le dieron los electores blancos conservadores del norte del Estado, que tienen más en común con los otros Estados sureños- donde impera todavía el racismo- que con la zona más urbana del sur de La Florida que es donde se concentra el voto de los cubanos de derecha.
Eso explica entonces por qué Hillary Clinton y Patrick Murphy sacaron más votos- abrumadoramente miles- en el Condado Miami- Dade- que es donde está el foco de los cubanos en La Florida- que los sufragios que obtuvieron Marco Rubio y Donald Trump.
¿Qué por qué entonces resultaron electos los Congresistas cubanoamericanos del sur de La Florida Mario Díaz Balart, Carlos Curbelo e Ileana Ros? Eso habría que preguntárselo a la Congresista Demócrata Debbie Wasserman-Schültz gran amiga de ellos, que por razones inconfesables nunca quiso darle recursos de la tesorería democrata – que ella tenía bajo su control- a candidatos de su Partido dispuestos a darle una seria batalla a los Congresistas cubano-americanos del Partido Republicano. El pacto con ellos estaba basado en que la Wasserman-Schultz- gran amiga de Hillary Clinton- no apoyaría con dinero del Partido a ningún contrincante serio contra los Congresistas Republicanos de origen cubano, a cambio de que ellos no apoyaran a Donald Trump. Pudiera llamarse el pacto de la doble traición.
Decía Joseph Goebles el jefe de la propaganda del nacismo hitleriano que una mentira repetida mil veces se convertía en una verdad aceptada por todos. Y parece que en eso anda la extrema derecha cubana de Miami cuando afirma que la victoria de Trump en La Florida se debió al voto de ella en las pasadas elecciones presidenciales.
Si Donald Trump se va con la “podrida” de que ganó la presidencia de su país gracias al voto de la extrema derecha cubana de Miami, estaremos de nuevo en presencia de un regreso al pasado de confrontaciones entre Estados Unidos y Cuba en la que nada tienen que ganar los pueblos de ambas naciones.
Todo es posible si la gran mentira “gobeliana” de la extrema derecha cubana de Miami se transforma en verdad para la Casa Blanca de Donald Trump. Ahí se las dejo y los pongo a pensar.
Y hasta el próximo lunes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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