¿El 6-04 será el último round? ¿Quién ganará? ¿Seguiremos en la misma vaina?
Eligio Damas
Pareciera, por lo que mucho que abulta, el gobierno intenta convertir o exhibir como victorias suyas, los disparates y errores que la oposición comete. O porque los constantes e incesantes ataques de esta, en apariencia, no fuesen exitosos. Estamos como frente a un cuadrilátero en el cual de los dos contendientes, uno lanza trompones por demás violentos, de manera constante y hasta de largo alcance, sin ningún orden ni concierto, por lo que no logra impactar la humanidad del otro; y si lo hace apenas cómo de refilón. No porque éste haga uso de defensiva eficiente, pues más bien luce frontal, sino porque su atacante lo hace a lo loco y obedeciendo a un plan estereotipado y por lo tanto conocido. Es eso como suelen decir en el boxeo, el atacante “telegrafía los golpes”. Antes de lanzarlos, hasta el más lerdo en el publico, sabe qué, cómo y por dónde vienen. Pero como lanza pega y de manera sistemática, con eso suma puntos, pues crea esperanzas en quienes le apoyan y sobre todo porque el contrario todo el tiempo está a la defensiva. Y esa es la estrategia, el desgaste moral y la desesperación. Pues hay golpes duros que se dan fuera del cuadrilátero y no por los políticos sino sus aliados empresariales y las sanciones gringas, mientras el atacado en el ensogado sólo se dedica a defenderse. Aunque el gobierno también mete los suyos.
Y las aparentes fallas o deficiencias inmediatas del único atacante, que lo hace sin discreción alguna, ante una guardia por demás abierta, el atacado las toma como victorias suyas.
Ahora, el gobierno ha asegurado, sus razones tendrá para este caso, que los recientes apagones resultaron de actos de sabotaje ejecutados por el bando que le lleva la contraria. El acusado eso ha negado y los ha atribuido a incidentes derivados de la falta de inversión por años, que debió haber sido destinada a aumentar la capacidad de generación de la planta hidroeléctrica y el escaso o ningún mantenimiento.
La destitución de Motta Domínguez y lo dicho por gente ligada al gobierno, como que “Lamentablemente hay que reconocer, y señalar sin que nos quede nada por dentro, que la negligencia e indolencia del sector eléctrico durante la gestión del M/G Luis Motta Domínguez se extendió al resto de los servicios públicos”,* pareciera fortalece la hipótesis opositora. Aunque uno no debe dejar en el olvido la estrategia que la oposición se ha trazado de tumbar al gobierno y las ya demasiado frecuentes declaraciones de miembros del gobierno de EEUU que evidencian la injerencia y casi asumen la responsabilidad de los actos destinados a influir en la vida venezolana. *https://www.ensartaos.com.ve/implicaciones-de-la-salida-del-m-g-luis-motta-dominguez-del-ministerio-del-poder-popular-de-energia-electrica-y-la-designacio
Pero sucede que comúnmente cada quien, parece lo más natural y ventajoso, intenta que sus hipótesis se impongan no como debe ser, sino por el interés de convalidar lo que cada quien defiende.
Si la oposición lanza un gancho horizontal por demás torpe, describiendo un ángulo muy cerrado, por lo que el puño pasa demasiado adelante del objetivo o muy abierto, tanto que se va hacia adelante y como exponiéndose que le cacen con uno de abajo a arriba y en el mero mentón, por el sólo hecho de no haber sido impactado, el atacado, el gobierno, ante el público eso exhibe como contundente victoria. Oculta, como un secreto, que no hizo lo debido, disparar su gancho de arriba abajo contra aquel mentón que se le vino abierto y hasta dócil. Su victoria consiste en que el atacante no le pegó y no le pega en ese ataque sistemático, constante, que ejecuta desde hace casi 20 años. Los resultados finales de la intentona fronteriza de enero convalidan esta narrativa.
El gobierno trata de ocultar que el atacante, aunque no pegue, si distrae, disloca la economía y actúa como acelerador de la especulación, desencanto, desesperación, pérdida de la fe y esperanza. Lo que significa que, estrictamente hablando, si pega y fuerte. Pero el gobierno no lo cree o finge no creerlo para engañar y hasta engañarse. Es ni más ni menos la estrategia del avestruz.
Es verdad, la oposición violenta se desgasta, pierde credibilidad, sobre todo cuando cada escaramuza es la última y definitiva. ¡Ha habido tantas últimas! La próxima será la del 6 de abril. ¡Pero cuántas se han ido! Eso es cierto.
Pero el gobierno pareciera no hacer o no poder hacer caso a su propio discurso. En esta coyuntura venezolana, como el gobierno mismo dice y lo acaba de asegurar Maryclen Sterling, la jefatura política del mundo opositor que asume “La Salida”, ese que quiere tumbar al gobierno, no está en Venezuela, pero todo el mundo sabe dónde está. Esto significa que al llegar al agotamiento, quienes ejercen el mando de verdad, sacarán de nuevo del juego “a los agotados”, oferentes de metas nunca alcanzadas, como esas de “ahora si es verdad, llegó el día final”, y ponen a otros para seguir con la misma fiesta. Es la misma película con diferentes escenarios y actores. Revisemos desde los tiempos de Carlos Ortega y Carmona Estanga, a esta parte, pasando por Leopoldo López, Guevara y Ramos Allup, la larga lista de quienes han portado el testigo. Es probable, esta hipótesis pudiera estar sustentada en lo que aquí ha acontecido por demás, que después del 6 de abril próximo, si no se alcanza “La Liberación”, tengamos nuevos portavoces. ¿Por qué? Porque los de ahora ya estarían agotados, pero no estará agotado, todavía sigue vivo, el empeño de derrocar al gobierno, aunque éste cante victoria, porque un violento recto de derecha apenas le rozó la cara, pero paralizó los servicios médicos, los escolares, de agua, sirvió de catapulta para relanzar la especulación y, por supuesto, aumento la inconformidad popular.
Como hemos dicho tantas veces, lo que no significa que estemos agotados, el gobierno pareciera no tener nada en la bola para responder con firmeza a quienes le atacan y cambiar el ritmo y rumbo de la pelea. En materia económica, que es la clave, pues si alguna contundente y verdadera victoria alcanza y con ella recupera en parte la anterior capacidad de financiamiento, la oposición quedaría aplastada, pero no tiene ideas ni el cómo del por hacer para construir vías con su propio esfuerzo.
Quizás sea cierto que lo acontecido en Guri fue resultado de un sabotaje, pero eso no hace falta para sustentar que muchos hechos anteriores y hasta metas, como la próxima del 6 de abril, hablan de una oposición que aunque sea a lo loco se atreve y de alguna manera daña. Pero no es cierto ni certero tomar como victoria que el torero, en una corrida que no termina nunca, le dé uno, dos y más pases de muletas a un toro que no pierde energías, le sobra combustible y sabiendo que en el menor descuido o mal cálculo la punta de unos de los pitones, aunque aquél no sea uno de lidia sino un vulgar animal de matadero, engarce al diestro en sensible parte del cuerpo y con él acabe. ¡Tanto va el cántaro al agua! ¡Tanto golpe causa deterioro! Todo tiene un comienzo y un fin. Como que la gente se cansa de esperar y hasta de ejercer la resistencia.
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