Djibouti,
una economía en ascenso
Sumario: De
excelentes calificó el embajador de esa nación africana en Cuba, las relaciones
entre los dos países
Por
Hedelberto López Blanch
El embajador
de la República de Djibouti en Cuba, Nasser Mohamed Ousbo catalogó de excelentes
las relaciones con Cuba, que se establecieron en 1998, y sentenció que es una afinidad
de maestro a estudiantes porque toda África tiene mucho que aprender de esta
nación caribeña.
Cuba es
maestra en materia de desarrollo social, de resistencia antiimperialista, y
todavía nos queda mucho por aprender de su pueblo y de sus líderes Fidel y Raúl
Castro, añadió.
En el 40
aniversario de la independencia de Djibouti que tuvo lugar el 28 de junio, esa
amistad toma mayor valor pues antes estábamos atados a un neocolonialismo y
ahora existe una conciencia de independencia nacional, y hemos seguido las
huellas de este país caribeño que nos enseñó que no existe fatalismo. También
junto a la Unión Africana
hemos avanzado estos años.
Con la Isla
del Caribe se han realizado incesantes intercambios diplomáticos los cuales
alimentan los vínculos que nos unen. En los últimos dos años, han visitado a
Cuba el Secretario de Estado para la Juventud; el ministro de Comunicación a
cargo de los Correos y de las Telecomunicaciones; el presidente de la Asamblea
Nacional y el ministro de Salud quien firmó con la parte cubana, un acuerdo de
cooperación ampliado en materia sanitaria y farmacéutica.
También
resultan numerosos los dirigentes cubanos que han visitado Djibouti, entre
ellos, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez y el director de
Relaciones Bilaterales del MINREX, Gerardo Peñalver.
Resulta
altamente destacable las diversas graduaciones de jóvenes de Djibouti desde
2002, las cuales se elevan a 110 egresados de universidades cubanas, de ellos
63 en medicina; actualmente 19 estudiantes cursan carreras en universidades de
la Isla del Caribe y la misión cubana en mi país la componen 88 médicos
especialistas, seis entrenadores de alto nivel y cinco cooperantes en
agricultura y recursos hidráulicos, explicó el diplomático.
Al hablar
sobre la economía, informó que tiene un desarrollo destacado, con un
crecimiento del Producto Interno Bruto del 6,5 % en 2015, frente al 6 % en 2014
y 5 % en 2013, gracias también a la colaboración con China. Esto les ha
permitido ofrecer empleos y desarrollar la infraestructura.
Esta aceleración del crecimiento se debió
principalmente a las actividades intensivas en capital relacionadas con el
transporte y el puerto, como el comercio de tránsito con Etiopía y los
transbordos, Inversiones públicas y extranjeras.
El último Informe de Monitor Económico de
MENA-Primavera 2016, espera que el crecimiento de Djibouti aumente al 7% en
2016-2018.
A pesar del fuerte crecimiento, la inflación se mantuvo en un 3% en 2015 debido a la estabilización de los precios internacionales de los alimentos y la disminución de las tarifas de electricidad para los hogares de bajos ingresos.
El déficit fiscal primario, explicó el diplomático se amplió en un 4,3 % en 2015, frente al 12,2 % del PIB en 2014, lo cual refleja los elevados gastos de capital en desarrollo de infraestructuras portuarias y proyectos de construcción, mientras que los ingresos siguen siendo moderados. El déficit externo se disparó un 5,4% en 2015, frente al 25,6 % del PIB en 2014 debido al aumento de las importaciones de capital, mientras que las exportaciones siguieron deprimidas. La deuda externa (principalmente pública) alcanzó el 66 % del PIB en 2015.
A pesar del fuerte crecimiento, la inflación se mantuvo en un 3% en 2015 debido a la estabilización de los precios internacionales de los alimentos y la disminución de las tarifas de electricidad para los hogares de bajos ingresos.
El déficit fiscal primario, explicó el diplomático se amplió en un 4,3 % en 2015, frente al 12,2 % del PIB en 2014, lo cual refleja los elevados gastos de capital en desarrollo de infraestructuras portuarias y proyectos de construcción, mientras que los ingresos siguen siendo moderados. El déficit externo se disparó un 5,4% en 2015, frente al 25,6 % del PIB en 2014 debido al aumento de las importaciones de capital, mientras que las exportaciones siguieron deprimidas. La deuda externa (principalmente pública) alcanzó el 66 % del PIB en 2015.
Djibouti ha mantenido reservas internacionales
sólidas durante los últimos años. Las reservas se estiman en 350 millones de
dólares en 2015 (una cobertura de 3,6 meses de importaciones y un 109 % de
divisas). El sector bancario sigue siendo débil con el deterioro de la cartera
de préstamos de los bancos comerciales y el aumento de los préstamos
improductivos (NPL).
La perspectiva a medio plazo es favorable, con un fuerte crecimiento impulsado por el aumento de la inversión de capital público y privado. Se prevé que el déficit fiscal se reduzca a un promedio del 5,2 % del PIB en 2016-2018. Esto resultará de una expectativa combinada de que: a) las inversiones actuales se traducirán en mayores ingresos mediante la creación de nuevas capacidades de producción y exportación para compensar la carga de reembolso de la deuda, y b) el gobierno emprenda una serie de reformas para mejorar la movilización de ingresos. Además, con grandes proyectos de infraestructura cerca de su final, el gasto del gobierno también se suavizará.
Se espera que en los próximos años, las reservas continúen garantizando una cobertura de importación y cobertura de divisas adecuada (de más de cuatro meses de cobertura de importación), manteniendo así la equivalencia del Franco de Djibouti en 177,72 por un dólar.
Pese a las perspectivas positivas, el crecimiento y la estabilidad macroeconómica siguen estando sujetos a importantes riesgos. Los principales incluyen retrasos en la construcción y la falta de eficiencia en la gestión de las nuevas infraestructuras, eventos económicos adversos en Etiopía, cuyos transbordos y tránsitos comerciales representan más del 80 % de las actividades portuarias de Djibouti. La evolución de la seguridad en los países vecinos, o en el Mar Rojo.
La perspectiva a medio plazo es favorable, con un fuerte crecimiento impulsado por el aumento de la inversión de capital público y privado. Se prevé que el déficit fiscal se reduzca a un promedio del 5,2 % del PIB en 2016-2018. Esto resultará de una expectativa combinada de que: a) las inversiones actuales se traducirán en mayores ingresos mediante la creación de nuevas capacidades de producción y exportación para compensar la carga de reembolso de la deuda, y b) el gobierno emprenda una serie de reformas para mejorar la movilización de ingresos. Además, con grandes proyectos de infraestructura cerca de su final, el gasto del gobierno también se suavizará.
Se espera que en los próximos años, las reservas continúen garantizando una cobertura de importación y cobertura de divisas adecuada (de más de cuatro meses de cobertura de importación), manteniendo así la equivalencia del Franco de Djibouti en 177,72 por un dólar.
Pese a las perspectivas positivas, el crecimiento y la estabilidad macroeconómica siguen estando sujetos a importantes riesgos. Los principales incluyen retrasos en la construcción y la falta de eficiencia en la gestión de las nuevas infraestructuras, eventos económicos adversos en Etiopía, cuyos transbordos y tránsitos comerciales representan más del 80 % de las actividades portuarias de Djibouti. La evolución de la seguridad en los países vecinos, o en el Mar Rojo.
Por último, el embajador
Nasser Mohamed Ousbo
señaló que la economía africana tiene un buen porvenir y eso también representa
una mayor posibilidad de intercambio y desarrollo para los países del Sur y en
especial para América Latina pues los productos manufacturados que se produzcan
en esa región tienen mercado en nuestro continente africano.
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