El “periodiquito” El Nuevo Herald en Español
- El Duende
- 7 febrero, 2017
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Traducido del más allá por Max Lesnik
Los que todavía estamos vivos y con la memoria bien alerta podemos recordarnos de aquellos tiempos del Miami de ayer cuando la “Pequeña Habana” era habitada toda por cubanos y en cada esquina de la ciudad había una bodega o una botica en las que los dueños y clientes eran en su casi totalidad procedentes de la isla mayor de las Antillas.
Vivíamos en un mundo separado de las otras etnias, ya fueran norteamericanos sajones, negros, latinoamericanos o de otros países del planeta, haciendo de nuestro entorno un mundo aparte para constituir una especie de “patria portátil” en la que Cuba era el centro de la discusión y de una polémica constante que se ventilaba a través de periódicos tabloides semanales – Réplica era el de mayor circulación- mientras observando el panorama desde la altura de su prepotencia arrogante, el diario El Nuevo Herald en Español calificaba de “periodiquitos” de poca monta aquellos órganos de opinión que con gran esfuerzo de parte de sus editores mantenían vivo el sentimiento patriótico de la emigración cubana, independientemente de las diferencias políticas o ideológicas que existieran entre ellos.
Con el paso de los años fueron desapareciendo todos aquellos semanarios tabloides de papel y el Nuevo Herald en Español se convirtió en el periódico más importante de Estados Unidos publicado en lengua castellana, del cual decían sus editores que era un órgano de opinión vocero de la oposición al gobierno revolucionario de Cuba.
Pero los años no pasan por gusto y como” árbol que nace torcido jamás su troco endereza”, los días de bonanza económica y de influencia política de El Nuevo Herald en Español fueron quedando atrás, para llegar a un día como el de hoy en el que el otrora diario miamense salió a la calle con apenas unas 20 paginitas, con una circulación de unos treinta y pico mil ejemplares para una comunidad hispana que pasa del millón y medio de posibles lectores.
Triste destino final para una publicación en acelerada decadencia. Pudiera decirse en una frase de poeta: “Ayer maravilla fui y hoy sombra de mí no soy”. La muerte le viene encima a El Nuevo Herald en Español. Lo enterrarán como el último “periodiquito” de Miami. Nada, que Dios castiga sin palos ni piedras.
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba
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