Una
ley que no se Ajusta
Por
Hedelberto López Blanch
El
gobierno cubano denunció nuevamente esta semana al gobierno de Estados Unidos
por mantener y sostener la Ley
de Ajuste Cubano lo cual es una violación de los Acuerdos Migratorios firmados
entre La Habana
y Washington, mediante los que ambos Estados asumieron la obligación de
garantizar una emigración legal, segura y ordenada.
Cuba
también catalogó la arbitraria ley como incongruente con el actual contexto
bilateral, obstaculizando la normalización de las relaciones migratorias entre
las dos naciones y creando a la vez, problemas a otros países.
La nota
emitida por la Dirección
de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de
Relaciones Exteriores, se debió a que el pasado 6 de agosto de 2016, fueron
deportados al país, 14 ciudadanos cubanos que se encontraban de manera ilegal
en territorio colombiano.
Aclaró
la información que el traslado se realizó en un vuelo de la fuerza aérea de
Colombia, respondiendo a una solicitud del gobierno de ese país y con estricto
apego a lo establecido en la legislación de ambas naciones y en las normas
internacionales vigentes para ese tipo de situación.
Esas
personas habían salido de Cuba legalmente hacia diferentes países de América
Latina y el Caribe, cumpliendo los requisitos establecidos por las regulaciones
migratorias cubanas. En el intento de llegar a territorio norteamericano,
agregó el documento, se han convertido en víctimas de traficantes y de bandas
delincuenciales que operan en la región.
Asimismo,
esa legislación les confiere a los cubanos un tratamiento diferenciado y único
en el mundo, al admitirlos de forma inmediata y automática, sin importar las
vías y medios que utilizan, incluso si llegan de manera ilegal a su territorio;
contrastando con el tratamiento que reciben emigrantes de otros países del
mundo, los cuales son rechazados.
El objetivo es también debilitar al
gobierno cubano con un robo constante de cerebros, personas formadas
profesionalmente por la revolución que salen de la Isla con elevados
conocimientos.
Cientos de personas, en su mayoría
jóvenes, embrujados por los cantos de sirenas, se lanzan aun al mar en frágiles
embarcaciones, contactan con traficantes de personas o viajan a terceros países
para, en travesías sumamente peligrosas, tratar de alcanzar las fronteras
estadounidenses donde les dan, por ser cubanos, “asilo político”.
No son pocos los que tras cometer
delitos como robos, desfalcos y hasta asesinatos salen clandestinos del
territorio nacional cubano y son recibidos con los brazos abiertos en Estados
Unidos.
Pero,
sintomáticamente, ahora resulta que no es solo el Gobierno cubano el que
denuncia esa injusta y dañina ley, sino los más intolerantes y ultraderechistas
cubanoamericanos que fueron los que impulsaron y presionaron para que esa
legislación se mantuviera todos estos años.
En
periódicos, radios y televisoras de Miami se desató una ofensiva mediática en
la que se insiste en que durante años han llegado a ese país, cubanos que han
cometido fraudes, aprovechándose de los privilegios que esa ley.
Estos
llamados analistas conservadores comprenden que esa emigración es básicamente
económica, nada política y les está restando apoyo para poder mantener el
estatus político y económico que han disfrutado durante décadas.
Con
anterioridad no les importaba los que morían tratando de cruzar el encrestado
mar caribeño, ni los que eran extorsionados, torturados y hasta asesinados por
los llamados coyotes cuando trataban de atravesar la frontera mexicana hacia
Estados Unidos.
La
realidad es que ya es hora de eliminar esa discriminatoria ley, para poder
iniciar verdaderamente un proceso de normalización de relaciones entre
Washington y La Habana.
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