jueves, 10 de octubre de 2013
CAPRILES POR LEY HABILITANTE ANUNCIA UNA HUMADERA
Con la caída del puente de Cúpira se hizo humo
Eligio Damas
Capriles, felón al fin, prefiere estar siempre detrás del escenario. Es poco dado a dar la cara y sí mucho mandar a otros que lo hagan. Ahora, como otras veces, subliminalmente invoca una humareda.
-“¡Salgan y desaten su arrechera!”, dijo aquella noche de abril y se produjeron doce muertes. Mientras aquello sucedía puso una barrera inexpugnable entre él y los acontecimientos
Desde que las borrascosas circunstancias en que se envuelve la vida venezolana, le convirtieron en líder de la oposición, esa ha sido su conducta. Violó los derechos humanos de funcionarios públicos de alto nivel, como Rodríguez Chacín y hasta la Convención de Ginebra, cuando invadió la embajada cubana de Caracas. De manera directa o subliminal provoca disturbios, daños materiales y humanos, incitando a revueltas y desórdenes por cualquier nimiedad o capricho.
-“Yo no fui”, dirá en cada caso, como quien pone un “pote de humo”.
Cuando todavía no se ha iniciado el debate acerca de la solicitud de la Ley Habilitante, destinada a castigar los delitos de corrupción “sin mirar a quien”, de cuello blanco, amarillo o disfrazado de rojo-rojito, ya Capriles presume, lo que dice sin recato alguno, que la desconocerá porque es ilegal.
Afirma lo anterior, agregando una expresión que usa como estribillo y asume como práctica habitual, y para juzgar todo lo que el gobierno haga o anuncie, eso “es un pote de humo”. En este caso, sostiene que la solicitud del presidente es para ocultar tras la humareda, los problemas existentes y particularmente los relativos a la corrupción que se ha detectado en el gobierno.
Aparte de una nueva muestra de incapacidad creativa por parte del “jefe” de lo que Maduro suele llamar “derecha amarilla”, al reutilizar el muy viejo lugar común de “pote de humo”, también manifiesta una gran torpeza y contradicción.
Si es cierto que en el gobierno cunde la corrupción, como algunos opositores afirman, pues lo lógico sería tomarle la palabra y enfatizar en la elaboración de un cuerpo de leyes que castigue a los inmersos en esos delitos. De manera que la “impoluta oposición” y la burguesía que “injustamente” Maduro califica de parasitaria y aprovechadora ilegalmente de las divisas nacionales, deberían apresurarse a contribuir a la aprobación de una ley que castigue fuertemente a los verdaderos infractores.
El venezolano suele decir “quien no la debe no la teme”. En efecto, quienes no están inmersos en delitos de corrupción y viven conforme a las buenas y respetables conductas, no tienen motivos para preocuparse por leyes que nunca les alcanzarían. ¡Qué se mortifiquen los delincuentes!
Pero a Capriles, nadie le saca de su estribillo que sólo se trata de un “pote de humo”, tras del cual el gobierno trata de esconderse.
Lo que en verdad pasa es que, como dice el lenguaje coloquial, “todo picado de culebra al ver un bejuco tiembla”.
El gobierno no se siente identificado ni comprometido con los corruptos descubiertos en la administración pública. Hay una larga lista de ellos, que identificados y denunciados, se volvieron opositores para disfrazarse de perseguidos políticos. En el golpe de abril del 2002, apareció al lado de la derecha y el golpismo, gente que la oposición venía acusando de corrupta y el gobierno tenía bajo investigación, de quienes de golpes se “volvieron honorables” para aquélla. Desde un exministro de la defensa, sancionado por los tribunales militares por el mal uso de recursos bajo su responsabilidad, hasta gobernadores, se hicieron opositores para que allí inmediatamente les cubriesen con el manto de la impunidad y hasta honestidad indiscutible. Basta recordar a Ramón Martínez, El Gato Briceño y otros más.
Ahora mismo, para no excedernos en detalles, el presidente ha admitido irregularidades en la administración pública en cuanto al manejo de dineros y se refirió al Asunto del Fondo Chino; aseguró que en la aplicación de la ley no habrá exclusiones. “Voy con todo. Voy al fondo. No me lo calo más”, dijo Maduro y hasta aseguró castigo para quienes disfrazados de rojo-rojito, hayan incurrido e incurran en delitos de corrupción y peculado.
Siendo así, nada más sensato que tomarle la palabra si nos sentimos inocentes y tampoco comprometidos con quienes no lo son de todo eso.
Pero Capriles y su entorno, “cada ladrón juzga por su condición”, no olvidan como ellos, de la boca para afuera, condenaron a Caldera pero le han mantenido en sus huestes para cuidarse las espaldas por la responsabilidad directa en el asunto; automáticamente exculparon del mismo delito al padre del primero e intentan proteger a toda costa a Mardo y al funcionario de la gobernación de Miranda, ahora fuera del país, quien repartió dinero del erario público por montones a diestra y siniestra. Pero la cosa va más lejos y alcanza niveles más trascendentes; pues antes dicho parecen nimiedades.
El presidente Maduro señaló en su discurso que en los últimos 12 años, la burguesía parasitaria ha sacado del país anualmente, la gigantesca cifra de 23 mil millones de dólares. Eso constituye una estafa gigantesca, para cual se utilizan todo tipo de argucias y “paquetes”, que motiva que quienes eso hacen y sus colaboradores, tiemblen al pensar en leyes que no sólo pongan coto a ese desaguadero, sino castiguen como es debido a los responsables.
Sin embargo, acostumbrado como está a andar en los últimos años en guarimbas, incendios, tiroteos, saboteos, felonías, humaredas, en general, entre cosas oscuras, aunque escurriendo el bulto y bien parapetado, al jefe de Primero Justicia sólo se le ocurre responder que la solicitud del presidente es:
“Un pote de humo”.
De antemano califica la presunta aprobación de la Habilitante de ilegal, como anunciando una nueva declaración de guerra o lo que es lo mismo, una humareda.
Mientras tanto, habiéndose caído el puente de Cúpira, del Estado Miranda, de donde se supone es gobernador, se hizo humo; nadie le ha visto por esos lados.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 10/10/2013 02:07:00 p.m.
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