Hector Garcia Soto
Fotos)
El Nuevo Herald: Además golpista
por Nicanor León Cotayo
Todo el mundo sabe que El Nuevo Herald es un periódico de Miami al servicio de la ultraderecha de origen cubano y de facciones venezolanas cobijadas en esa urbe.
Baste revisar sus ediciones para observar cómo, desde su primera página, gotea un incesante veneno contra La Habana, Caracas y el resto de los gobiernos progresistas de América Latina.
Su martilleo en cuanto al estado de salud del presidente Hugo Chávez Frías sentó cátedra respecto al periodismo amarillo que hace muchos años nació chorreando fango por todos sus poros.
Washington intenta recuperar el dominio que tuvo sobre la región, tal como demuestran los golpes de Estado en Honduras y más recientemente en Paraguay, sin olvidar sus amagos en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Una de sus principales ordenanzas radica en tergiversar realidades con vistas a descontarle prestigio a los programas de gobiernos progresistas y sus líderes.
Lo demuestran las revelaciones sobre compra de periodistas en Miami para deformar la imagen de los cinco cubanos detenidos allá en 1998 por frustrar actividades de bandas terroristas.
Uno de los sobornados, Pablo Alfonso, del Herald, recibió 175 000 dólares para presentar a esos antiterroristas como “espías” que dañaron la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
En trastadas como esa brilla El Nuevo Herald en su misión de fabricar justificaciones a cualquier medida estadounidense contra las naciones independientes y soberanas del área.
¿En qué anda ahora? Las elecciones en Venezuela. Ha tratado de montar su propia versión en lo relativo a la salud de Chávez, exagera las posibilidades de la oposición y, sobre todo, insinúa reiteradamente la posibilidad de un fraude en esos comicios.
También silencia o disminuye significado a los múltiples sondeos de opinión pública en ese país suramericano que sitúan a Chávez en un holgado primer lugar de las preferencias populares.
Este martes el Herald reprodujo declaraciones del candidato Henrique Capriles al canal privado Venevisión donde este propone la firma de un acuerdo en que los aspirantes a la presidencia “se comprometen a respetar los resultados de las elecciones”.
Casi al mismo tiempo, en Madrid, una diputada venezolana al servicio de Capriles, María Corina Machado, en declaraciones que divulgó EFE pronosticó implícitamente su triunfo en los comicios del 7 de octubre.
La señora Machado no mencionó la sustancial ventaja a favor de Chávez que arrojan las investigaciones de opinión pública, pero sí habló de supuestas presiones oficiales sobre medios de difusión masiva, en particular cuando hay procesos electorales.
Interesante la casi obsesiva preocupación del candidato Henrique Capriles y su gente sobre la necesidad de que se respete el saldo final de los comicios de octubre, y aún más cuando se recuerda que Washington lo tiene como su hombre en Venezuela.
No en balde, Caracas proclama que la respuesta a esa impúdica conspiración extranjera será la emisión de millones de votos a favor de Hugo Chávez, tantos que no dejen ni una pizca de duda a disposición de la Casa Blanca
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