Sun, Apr 21, 2019 12:06 pm
489.- LEP Siempre la ética ...... (98 KB)
Atención Frank
Siempre la ética debe estar presente
La espiritualidad prohibida No. 489.
De lo que he visto, de lo que he vivido, de lo que pienso y creo
Félix Sautié Mederos
En Especiales
Un comentario y una reflexión que me es obligado publicar en mis memorias. En su legado de lo que es Revolución Fidel nos planteó entre otros principios éticos esenciales que: Revolución es no mentir jamás ni violar principios éticos.
CDLXXXIX
Fidel en su legado de lo que es Revolución nos dejó claramente expresado un conjunto de principios éticos y valores a los que nunca deberíamos renunciar si queremos mantenernos como revolucionarios en activo, enfrentados a los poderes fácticos que tratan de sojuzgarnos por todos los medios que les es posible. Últimamente los medios de comunicación controlados por el Capitalismo mundial, se están dedicando con sus muchos recursos a trabajar intensamente en sus campañas de odios, rencores, amenazas y guerras de viejas y nuevas generaciones utilizando las redes sociales, con saña y sin descanso contra la Venezuela bolivariana. En estos trajines ponen en práctica con mucha intensidad y reiteración el fenómeno que conocemos con el nombre de “fake news”. Lo que se encuentra al orden del día; y, en consecuencia, debemos repudiarlo y enfrentarlo por todos los medios que tengamos a nuestro alcance.
Como ya expresé, la más completa campaña en este sentido se está perpetrando en presencia de los pueblos del mundo, dirigida contra la Venezuela chavista y heroica, contra su Gobierno legítimo presidido por Nicolás Maduro Moro y en última instancia contra su pueblo en general sin distingo de clases ni de afiliaciones políticas de ningún tipo. En la práctica concreta, la están agrediendo pérfidamente junto con una declarada guerra económica y mediática de alto calibre; y quizás también con lo que constituye la prueba efectiva de lo que ha de ser y es la primera guerra electro magnética de la Humanidad. De conjunto estas agresiones hasta el momento presente en que escribo este capítulo, han producido grandes apagones, que además han dejado sin suministro de agua a la población venezolana durante varios días. A ese acoso genocida los cubanos debemos estar muy atentos, porque nosotros nos encontramos incluidos en los planes imperialistas que se aplican en Venezuela; venimos a ser como un segundo escalón que poco a poco se está activando con mayor fuerza que la que ha tenido hasta el presente, porque hace 60 años que nos están agrediendo y en muchas ocasiones hemos sido el primer escalón de las agresiones imperialistas.
Estas agresiones contra la Venezuela bolivariana en la actualidad son ampliamente denunciadas por las izquierdas y por los pueblos del mundo; ello me releva de entrar en más detalles. (Ver Telesur). Únicamente quiero dejar constancia en los inicios de este capítulo de LEP 489, como basamento esencial de lo que pretendo reflexionar al respecto de algo que plantee con mucha fuerza en mi intervención en el IV Seminario Internacional de Periodismo convocado por el periódico Por Esto! con motivo de su 28 aniversario en Mérida, Yucatán, México entre los días 18 y 20 de marzo del 2019. Cito textual lo que planteé durante mi intervención verbal en la Mesa No. 7 “Periodismo y Revolución”, dije entonces en un párrafo muy específico que:
“…Lo que ahora estoy contando es que tenemos un problema en estos momentos que yo lo decía el otro día:
-El problema de las redes sociales;
- el problema del soporte digital;
- el problema del periodismo digital…
Nosotros tenemos que debatir este tema … propuse que en el Seminario del año que viene (2020) se llevara a debate el problema de las redes sociales en su conjunto; porque las redes sociales están sacando presidentes, están estableciendo mentiras que las están convirtiendo en verdad, están dando informaciones que desorientan y desinforma…”
(Fin de la cita)
En este sentido por otra parte, opino que es muy importante tener en cuenta algo que el colega Gustavo Robreño, planteó con especial fuerza al respecto del tema durante su intervención en este punto del IV Seminario Internacional de Periodismo y, cito textual lo que dijo Robreño entonces:
“Las redes sociales no hacen periodismo…no tiene reglas ni ética…mientras que el periodismo se rige por determinadas reglas…”
Lo que planteó Robreño tiene mucho que ver con los compromisos morales y revolucionarios que tenemos por delante los periodistas cubanos al respecto del legado que nos dejó Fidel. Es necesario que nos planteemos la tarea de participar activamente en el enfrentamiento de estas campañas de los enemigos de siempre a partir de las reglas básicas del buen periodismo y de los principios éticos que Fidel nos señaló.
Al respecto, considero que, si importante es debatir y analizar profundamente el uso de las redes técnicas sociales, así como de las nuevas tecnologías de la información, tan importante también debe ser el debate al respecto de la elaboración de su contenido ya sea de los mensajes, criterios, crónicas, testimonios y/o reflexiones que escribamos y publiquemos. Debemos hacerlo con independencia del uso de los soportes tradicionales con que hemos contado durante muchos años, así como de las nuevas tecnologías de la Información propias del Siglo XXI, a las que me referí con fuerza en mi intervención en el IV Seminario Internacional de Periodismo; y, que he estado testimoniando en mis últimos capítulos de LEP, publicados en UNICORNIO.
Por otra parte, a la vez, que hago hincapié especial en la importancia de los soportes y de su utilización en la práctica concreta con todo el cuidado y el rigor que el buen periodismo requiere; quiero expresarme a un documental que recientemente pude apreciar en la Televisión cubana (sábado 6 de abril 2019 en el horario de la Mesa Redonda de las 7 pm). Lo transmitieron por varios canales de la Televisión Cubana a partir de Cuba visión y Cuba visión Internacional.,
En mi opinión muy personal estamos ante un asunto esencial de Contenido y Forma, que considero siempre deben ir a la par, porque un contenido sin formas adecuada puede llegar a convertirse en un contenido no leído y echado a un lado; mientras que un contenido expresado sin reglas ni éticas puede expresar todo lo contrario que se desea; así como también mutilar, castrar por completo lo que se quiere expresar y/o hacer daños y ofensas a algunas de las personas participantes. Los que hemos trabajado en el periodismo como oficio de vida, conocemos perfectamente la importancia que todo eso tiene.
Quiero reiterar muy especialmente, que el respeto por los valores éticos es algo esencial para la justeza y la veracidad de las formas y los contenidos con que podamos concebir nuestros artículos y testimonios de vida. Más aún cuando estos testimonios van dirigidos al desarrollo de la Historia que da fundamento a nuestra identidad y que forma parte de las luchas ejemplarizantes que estamos testimoniando a las nuevas generaciones que se deben hacer cargo de los timones de mando de la sociedad,
Deseo referirme a este asunto, ejerciendo el oficio periodístico de crítico de arte a lo que se trasmite por televisión, así como en uso de mi derecho a opinar al respecto de un documental que en días pasados (sábado 6 de abril del 2019) pude apreciar en la televisión cubana. El tema es referido a la vida del inolvidable Jaime Crombet. Mi amigo del alma junto al cual estuve la mayor parte del tiempo en que ejercí mis actividades en la dirección de la UNIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS, ya sea como Secretario de Organización de la provincia Habana, Director del Semanario Mella, Secretario de Organización Nacional, Director de Juventud Rebelde, Director de El Caimán Barbudo, Miembro del Estado Mayor Nacional de la Columna Juvenil del Centenario, Jefe de la Sección Política de esa agrupación de 50 mil hombres, Director creador del periódico Bayardo de la Columna del Centenario en Camagüey en ejercicio de mi profesión periodística de siempre, y Jefe del Proyecto que denominamos Pre Columna del Centenario encaminado a rescatar a jóvenes con problemas de conducta, pre delincuentes e incluso delincuentes. En este orden de cosas, dentro de mis responsabilidades concretas en la Jefatura de la Sección Política y del destacamento estaban las tareas y responsabilidades de educación, formación de valores, incluyendo la formación de maestros voluntarios con quienes tuvieran los niveles adecuados de educación y cultura para ello. En estas labores que realicé siempre lo hice bajo la directa dirección de mi amigo del alma Jaime Crombet y del inolvidable Armando Hart Dávalos de quien siempre me he considero discípulo suyo.
Además, quiero especificar que en las actividades de educación correspondientes de acuerdo con la estructura militar que adoptó la Columna Juvenil del Centenario siempre correspondió dirigirlas el que fuera Jefe de la Sección Política directamente subordinado al Jefe de la Columna. Por otra parte, debo decir que, en estas actividades de educación y cultura, fui apoyado decisivamente por el inolvidable maestro de educadores y poeta Raúl Ferrer en su condición de Viceministro de Educación al tanto de la Educación de Adultos. Raúl Ferrer nos visitó con mucha frecuencia en la CJC de Camagüey y juntos creamos la iniciativa de los Círculos Populares de Cultura Ignacio Agramonte para extender entre los columnistas movilizados durante los tres años de cumplimiento de su SMO en la CJC, además de la Educación escolar, la cultura artística y literaria.
Antes de continuar al respecto del documental a que me refiero, quiero expresar abiertamente que en su confección previa de consultas hube de apoyarlo en la medida de mis posibilidades que realmente ya no son muchas. Aunque nunca pude visionar nada de su contenido antes de su estreno por televisión, me pareció muy bien, la idea de realizarlo. Fui consultado y tuve varias reuniones con sus realizadores en la medida que mi salud del momento me lo permitió. Lo referido al contenido del proyecto en cuestión cuando se transmitió por la Televisión Cubana, debo expresar que me sentí muy emocionado con lo que sobre Jaime expresaron diversos dirigentes de la Revolución e incluso compañeros suyos en su extensa vida política, así algunos nuestros compañeros de la UJC. Afirmo, además, que estoy de acuerdo en el derecho que tienen sus realizadores de poner o no partes y/o personas referentes del tema. Pero lo que no tienen es el derecho a tergiversar la historia. Discrepo y no puedo estar de acuerdo, en que se le atribuyan responsabilidades de otros a quienes no las cumplieron; por cuanto ello, constituye una falsedad y una violación de la ética que Fidel nos legó a todos los cubanos.
El hecho concreto fue que en pleno conocimiento por parte de quienes lo elaboraron y proyectaron de mis estrechas relaciones con Jaime Crombet, así como de las responsabilidades concretas que asumí y a las que me he referido durante su paso por la UJC y por la Columna del Centenario; se me haya excluido totalmente de su mención y además de que una compañera se atribuido la responsabilidad dirección de la educación que yo asumí siempre en la Columna, en donde ella fue una de mis subordinadas. Con estricta objetividad y en honor a la verdad histórica ella quizás se ocupó de la dirección de esas responsabilidades de Educación años después cuando se creó el Ejército Juvenil del Trabajo, del cual Jaime Crombet ya no era su dirigente ni formaba parte del mismo. No en la Columna del Centenario en donde ella fue siempre una subordinada de la Sección Política del Destacamento, así como en la Jefatura de la Pre Columna del Centenario que yo dirigí directamente subordinado a Jaime Crombet y con la dirección superior del Partido que entonces ejercía directamente sobre nosotros del inolvidable Armando Hart desde el Central Amancio Rodríguez en donde había establecido su puesto de mando, durante aquellos años de la lucha por producir 10 millones de toneladas de azúcar. Recuerdo que Yeyé (Haydée Santamaría Cuadrado) le puso al lugar el sobrenombre Macondo, lo que se hizo muy popular y fue muy divulgado entonces. Todos los que compartieron conmigo aquellos tiempos de trabajo sin tregua lo conocen perfectamente y lo pueden atestiguar sin temor a equivocarse.
Un hecho también inconsecuente, es que en los créditos aparezco mencionado como periodista y no como uno de los participantes directos del hecho, lo que en definitiva constituye un factor esencial que me obliga a plantear mi rectificación al contenido expresado porque si como periodista no lo respondo entones es que acepto como veraz lo de mi suplantación al aparecer mencionado en los créditos.
De estas cuestiones ya he sufrido en mi vida múltiples arañazos, debido a mi condición de cristiano y de persona que actúa y escribe con pensamiento propio; pero, aunque la exclusión es una cosa a la que yo ya estoy habituado, en cambio no puedo transigir, en que se me suplanten las funciones que efectivamente cumplí en aquella ocasión con Jaime como Jefe inmediato superior.
Adjunto el facsímile de algunos los nombramientos de entonces que por cierto los conservo todos, que dan prueba fehaciente de mi ejercicio en los cargos que menciono.
En cuanto a mi amistad del alma y mi relación directa de trabajo con Jaime Crombet que es plenamente conocida por quienes fueron nuestros compañeros de la UJC, su viuda e inclusive su familia, quiero citar para que nadie lo pueda poner en dudas como conclusión de este capítulo de mis memorias de vida LEP 489, la crónica que publiqué en el periódico Por Esto! de Mérida, Yucatán, México con fecha martes 28 de mayo 2013. Muchos años antes del estreno del documental de marras. Lo hice entonces, con el títuloEl último abrazo de un amigo antes de irse…Fue mi reacción pública con motivo de la partida de mi amigo para la gloria de los Justos. Cito textual sin comentarios que considero innecesarios:
“En la sala de televisión del Hospital en que recibía un imprescindible tratamiento médico, me enteré de la noticia de la muerte de Jaime Crombet. Un cercano y querido amigo de siempre que nunca voy a negar, aunque tuviéramos algunos desacuerdos conceptuales sobre las vías y los métodos para construir el socialismo que ambos añorábamos, porque la vida es dinámica y muy compleja. Confieso que aquella noticia de sopetón como acostumbramos a decir en Cuba, me impactó profundamente y fue causa de muchos momentáneos sentimientos de tristeza y amargura que no pude ocultar a los otros pacientes que allí estábamos; principalmente por la imposibilidad de salud en que me encontraba de asistir al último adiós a sus cenizas, cosa que nunca voy a olvidar y de la que siempre me voy a lamentar porque hay muchas cuestiones importantes de Jaime que no puedo dejar en el olvido. No me avergüenzo de haber llorado en aquellos momentos de impotente hospitalización porque Jaime, para mí, es uno de esos afectos que trascienden todas las barreras; incluso reconozco que en mis tristezas mucho influyeron mis propias concepciones teológicas sobre el tránsito de la muerte hacia lo que algunos denominamos como la “Casa que no se Acaba”, en donde nos espera a todos el Padre Celestial de lo cual he escrito en algunas ocasiones en mis Crónicas Cubanas.
Junto a Jaime pasé algunos de mis más fecundos años de juventud, incluyendo los difíciles tiempos de la Columna Juvenil del Centenario, en especial de las zafras azucareras de 1968, 1969 y 1970 en búsqueda de los 10 millones de toneladas de azúcar tan famosos y frustrantes. Además, compartí responsabilidades de dirección en la UJC, muy en especial en mi época de Director de Juventud Rebelde, y lo respeté como líder y dirigente juvenil.
Realmente puedo afirmar, como testimonio del tiempo que trabajé con él, que se caracterizó por su honestidad, sentido humano y búsqueda de la justicia. Para los que estábamos a su alrededor y para los jóvenes que dirigía, era un ejemplo de austeridad y reciedumbre. Recuerdo que esta última palabra incluso era una especie de seudónimo con el que algunos de sus amigos más cercanos nos referíamos a él, usando una expresión en clave que lo caracterizaba en sus hábitos de vida, en mi criterio religiosos casi monásticos sacados de la Regla de San Benito que se caracteriza por una descarnada y severa austeridad y reciedumbre por la que se rigen buena parte de los monjes de clausura que dedican su vida por siempre al trabajo en silencio y sin descanso.
No puedo entender la ética y el humanismo de quienes sistemáticamente dividen a las personas en aliados o enemigos sin importarles la rectitud, la honestidad y el valor intrínseco en sí mismo de lo que es un ser humano, más allá de sus concepciones políticas, económicas, filosóficas, sociales e incluso religiosas. Jaime para mí es uno de esos seres que siempre durante toda su vida fue una persona de buenos sentimientos, reitero, un hombre bueno, de principios éticos y de vida intachable, al que los odios y los rencores se esfuerzan en ensombrecer por mezquinas razones sectarias.
En Cuba es imprescindible dejar atrás a los odios y los rencores para reconocer la honestidad de vida en donde se encuentre y en quien la practique sin los resquemores y las reticencias que tanto nos dividen. En este orden de cosas quiero por tanto testimoniar mi reconocimiento, mi aprecio y mi tristeza por la ida de un amigo que en una reciente actividad de reconocimiento en la que recibió la Moneda por el 50 aniversario de la UJC, cuando nos encontramos después de mucho tiempo sin vernos me dio un abrazo tan fuerte y extraordinario delante de algunos que hoy me tienen borrado por no concordar con las ideas que planteo en mis crónicas y artículos, que estoy seguro los dejó perplejos. Yo no pude pensar entonces que instintivamente Jaime se estaba despidiendo de mí sin importarle las opiniones de los demás. Y yo hoy no me despido de Jaime, porque soy un hombre de fe y sé que cuando nos toque todos iremos hacia la Casa que no se Acaba y allí nos encontraremos de nuevo.
Jaime, sólo te quiero repetir las frases de Nuestro Apóstol para que te lleguen a la eternidad: Honor a quien honor merece, hasta siempre.
Así lo pienso, estos son mis sentimientos y así lo escribo con mis respetos para quienes piense diferente y sin querer ofender a los demás.
(Fin de la crónica citada)
Finalmente recuerdo que a algunos extremistas ateizantes esta crónica salida del alma, les cayó muy mal y me declararon anatema.
Continuará.
Finalmente les reitero mi correo electrónico con el propósito de que puedan trasmitirme dudas, criterios, opiniones y preguntas: fsmederos@gmail.com,
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