En memoria de un gran cubano
Por: Max Lesnik
Benes: un amigo entrañable
En un cuarto frio y oscuro de una noche triste en una casa de vivienda para ancianos retirados en la ciudad de Miami murió en paz solitaria y sufriente un hombre de bondad infinita, sin odios ni rencores para nadie, quien en vida se llamara Bernardo Benes Baikowitz.
Bernardo era mi amigo entrañable y compañero de batallas quijotescas a quien me unían ideas y sueños compartidos que en tiempo convulsos de un Miami revuelto y brutal nos llevó a afrontar juntos el peligro de una muerte anunciada a manos de aquellos que no podían entender en sus cabezas locas que hay situaciones peligrosas que valen la pena afrontar aunque solo se gane con ello “el placer del sacrificio y la probable ingratitud de los hombres”, aquellas palabras pronunciadas por José Martí al convocar a la “guerra justa y necesaria” al General Máximo Gómez en su casa sencilla y humilde del pueblito dominicano de Montecristi.
Bernardo llevó una agitada vida pública cargada de proyectos altruistas de carácter humanista, de judío universal a la par compartido con el sentido ético de un bondadoso cristiano que ante la agresión injusta del enemigo canalla, pone su otra mejilla como si fuera el hijo de Dios en la cruz.
Su obra cumbre en la vida fue cuando viaja a La Habana en 1978 a invitación del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro en busca de la liberación de más de tres mil prisioneros políticos cubanos abandonados a su mala suerte por quienes los usaron como material gastable en su búsqueda de bastardas ambiciones imperiales.
Los tres mil presos políticos fueron liberados pero pocos de ellos agradecieron a Benes tamaña obra humanitaria teniendo que afrontar como pago por su acción generosa una humillante campaña difamatoria cargada de vulgares improperios, hasta acusado de “traidor” por haber dado un caballeroso abrazo a Fidel en reconocimiento por el gesto generoso de liberar a unos presos que nadie tuvo la voluntad y el coraje de rescatar por la fuerza.
Le llamaban el “Colorao” Benes. O el “Polaco” Benes. Algunos con cariño y admiración sincera. Otros con cierto rechazo discriminador, algo muy común en gente de baja estofa que no puede entender a hombres de generosa y sublime humanidad como Bernardo Benes, el que acaba de fallecer en solitario de un infarto del miocardio.
Ha muerto un gran cubano. Mi amigo Bernardo se fue para siempre pero seguirá eternamente vivo en mi memoria y en la de todos los cubanos de vergüenza . Descanse en paz el judío-cubano más patriota y más cubano que todos aquellos que en vida le odiaron con saña digna de una mejor causa.
Les habló para Réplica de Radio- Miami su director Max Lesnik.
No hay comentarios:
Publicar un comentario