La
oposición según Leopoldo Puchi, malamente entre Colombia y EEUU
Eligio
Damas
En artículo publicado recientemente
en la Revista Zeta, el ex masista, supongo que es así, buen analista sobre todo
por cuidar los detalles y procurar mantener el equilibrio, habla de las
posibilidades reales que EEUU, con el apoyo de Colombia aliente un conflicto
armado en Venezuela. Dice Puchi: “En la trama que se ha creado, hay que
prestarle especial atención a la presencia de Colombia en el conflicto, porque
tiene intereses geopolíticos específicos en relación en Venezuela.”
Esa afirmación no tiene para uno nada de novedosa, pero vale la pena
mencionarla para que alguna gente con dudas o se deja llevar por la desesperación
que le genera Maduro y quienes con él gobiernan, la tome con la seriedad
perentoria y no la asuma como un
argumento de gente interesada, eso crea y la banalice. Pudiera haber incluso
quienes piensan que, como EEUU, tampoco Colombia tiene interés en lo nuestro, que es nuestro
territorio y lo que en él hay; sino que a sus gobernantes y grupos dominantes sólo
interesan y preocupan las dificultades que el venezolano de hoy confronta y el
fenómeno migratorio que, siendo de muy pocas personas, en comparación con el
montón que de allá se ha venido para acá por años sin parar, ya no soportan a
tanto “venoco”. Y vale la pena mencionar esa opinión por la suerte de
equilibrado que caracteriza a quien escribió ese artículo titulado “Colombia
y Venezuela”.
Desde hace cerca de dos años,
Colombia gestionó para incorporarse a la OTAN, un organismo que como su nombre
lo indica, Organización del Atlántico Norte, constituye un frente de defensa de
un área ajena absolutamente al país suramericano. Lo que visto de esa manera no
pasaría de ser un simple gesto hasta vanidoso. Pero sería una manera de vincular
y favorecer la injerencia de esa organización en un conflicto que pudiera
desatarse entre el país vecino y Venezuela. Antes abrió su espacio para que
EEUU instalase varias bases militares y
entre estas, las de “Larandia, Tres
Esquinas, Arauca, Puerto Leguízamo, Leticia
y Florencia, bases militares de Estados Unidos en Colombia, trabajan
en la formación de un “arco estratégico” enfocado
a una potencial intervención en territorio venezolano.”
Según la fuente, cuyo
enlace colocamos abajo, “el anillo militar estaría integrado además por
tropas de asalto norteamericanas acantonadas en las bases de “control
y monitoreo” Reina Sofía, de Aruba, y Hato Rey, de Curazao, y el
centro de operaciones tendría asiento en la base de Palmerola, en
Honduras, la mayor instalación extranjera de esa
naturaleza en territorio latinoamericano.”
Recordemos como esa base de Palmerola, en
Honduras, fue el centro donde se fraguó el golpe de Estado de contra el
entonces presidente Zelaya.
Es decir, lo que se prepara en
Colombia, elementalmente, no es un operativo para combatir la producción y
contrabando de drogas, porque es evidente, lo muestran las cifras, eso ha
aumentado pese eso; tampoco para prevenir una guerra en una zona de paz como la
es nuestro continente, sino una invasión a Venezuela. Y si esta se produce y
como dice Leopoldo Puchi: “De resultar vencedora
una coalición de la que haga parte, bien sea por la vía de sanciones y
presiones, o por un enfrentamiento armado, se debilitaría la posición de
Venezuela sobre diferendos territoriales y casi de forma inevitable el
empresariado colombiano y su red productiva coparía lo que se ha denominado “la
reconstrucción”. Dicho de otra manera, EEUU y
Colombia harían con nosotros “caída y mesa limpia”. Se cumpliría el viejo sueño
de las clases dominantes de Colombia de ponerle las manos a lo que por suerte
tocó a los venezolanos en términos territoriales y materiales. Sin olvidar que
antes se apropió de buena parte de nuestro territorio.
Para más, informa
Puchi, “Como han señalado varios ministros de ese país, Colombia quiere ser el gran exportador
de mercancías y bienes de capital y participar en la industria petrolera y la
explotación del oro.”
Significa todo eso, según la visión de Leopoldo Puchi, a quien no se le
puede acusar de un comunista, calificativo con intenciones de descalificar,
puesto de moda nuevamente, que lo que priva no es interés por prestarnos ayuda
humanitaria, ante los desaciertos de un gobierno incompetente y que hasta se ha
dejado avasallar por la corrupción, sino la riqueza nuestra.
Ante tal cuadro o
perspectiva, refiriéndose a la oposición, tanto que como ya dijimos su artículo
se titula “Colombia y Venezuela”, saca las siguientes conclusiones:
“Esa presencia activa
de Colombia en lugar de ayudar a los factores de oposición, lo que hace es
obstruir las posibilidades de su desarrollo y es un obstáculo para cualquier
negociación entre las partes internas en función de los cambios que se
necesitan, ya que es difícil que en Venezuela se acepte un potencial tutelaje
de la clase dirigente y gerencial de Colombia.”
Es decir, según Puchi, el interés o “esa presencia activa de Colombia”, se
convierte en un obstáculo para la “oposición” venezolana, lo que parece
una mención incompleta, pues también sería para el empresariado venezolano, que
no parece ser aludido en la categoría utilizada. Como también lo es, olvidar
que el capital extranjero, de la órbita de la OTAN, empezando por EEUU también
querrá cobrar “sus esfuerzos y contribuciones”. Y uno toma este desliz de Puchi
para llamar la atención al lector hasta donde pudiéramos estar “guindados de la
mata”. O por acción u omisión sacar falsas conclusiones.
De todo esto, uno
concluye que en el inventario de responsabilidades que compete a la oposición y
a mucha gente, hasta equilibrada y juiciosa como Puchi, es que al momento de
analizar, que es un desarmar las realidades, optamos por olvidar u obviar
cosas, según lo que convenga o los afectos de cada quien. Como que los odios y
hasta los intereses particulares hacen perder las perspectivas. En esta
situación de ahora hay que prestarle atención a Colombia por lo geopolítico y
sus intereses ocultos, pero sin olvidar, que en este asunto, en buena medida y
en última instancia, prevalecerán los intereses y deseos de la gente en la Casa
Blanca. Es decir, como él mismo apunto, por encima de todo hay que tener
presente que ese conflicto entre Venezuela y Colombia, sólo será posible si
EEUU lo alienta y apoya con los medios que tiene y para los fines primordiales
suyos. Y que el venezolano, partidario
del gobierno o la oposición, no tiene otra opción sino la de salir perdiendo.
Por eso mismo Edson Bagnara,
coordinador del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de
Brasil, explicó que “el neoliberalismo necesita las riquezas de América Latina para poder
seguir alimentando sus fuerzas”.
De allí que “las
negociaciones entre las partes internas”, como lo dice Puchi, refiriéndose a la
oposición, deben poner en primer término el interés nacional, Maduro no puede
ser una excusa para apoyar viejos y deseados planes extranjeros contra
Venezuela.
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